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Etiqueta: Donostikluba

Vaqueros canallas

Gustazo sonoro y presencial en el estreno del festival Donostikluba. Buen llenazo de sala, sin agobios, para disfrutar del rock nacional más animoso. Con una entente (Arizona Baby & Los Coronas) que funciona tan bien que han decidido montarse un grupo con denominación propia: Corizonas. El show del pasado viernes comenzó a cerrar esa idea que nació como ‘Dos bandas y un destino’ y ya ha conseguido una autopista propia.

El suyo es un viaje auténtico a las raíces. Juntos recuperan clásicos de rock añejo, permitiendo al público disfrutar de una banda aguerrida, con muchos músicos rasgadores sobre el escenario. Son dos horas y pico de concierto, pero se pasan en un vuelo. Intercambiándose las distintas formaciones: primero unos en solitario, luego se juntan un rato, luego los otros, y un final conjunto.

Los Arizonas, peludos y barbudos, con un frontman que parece que va a vendernos crecepelo en un carromato vaquero, atacan el country más salvaje e impetuoso. Se bastan y se sobran, por más que viajen como trío acústico. Y lo de los Coronas no tiene nombre. Solo adjetivos positivos: impresionante, alucinante, fantástico,…

El surf instrumental de la formación castiza anima a un muerto y a un político que acaba de perder un escaño. Y en este paquete, con un set encajado y acoplado, mucho mejor aún. Para hacer honor a su vestimenta, diremos que su actuación fue para quitarse el sombrero.

Cuando unos y otros se juntan bajan el pistón de la velocidad, atacando viejos hits y presentando algunas de las futuras nuevas canciones conjuntas. Es como una super banda de verbena rockera, en el mejor sentido del término. Y termino, diciendo que los Layabouts fueron la opción casi heavy de la noche, con esa furia madrileña entre el grunge y las cañas de vaso pequeño. Y el DJ final, uno de los Coronas, encargándose de poner un broche de hojalata al estreno granuja del festi donostiarra.

Mylittlepony: Pop noruego multicolor

Todo junto. Y sin mayúsculas. Así es como se escribe el nombre de este quinteto. La razón: Intentar escapar de la multinacional que fabrica el juguete denominado, en su acepción castellana, “Mi pequeño Pony”. ‘Deberás adivinar por ti mismo si lo de las minúsculas y el unir todas las palabras es algo preventivo o ha sido impuesto. No nos “dejan” hablar de ello. La verdad, no sabíamos que fuera algo tan popular cuando elegimos el nombre. Eso sí, ¡pienso que la banda es mucho mejor que el producto!’.

Plena de confianza, dulce, cercana y sincera. Ola Innset, la cantante y guitarrista de la banda escandinava, se muestra en la entrevista igual que en su música. Traen a la ciudad “Making Marks”, un disco que empezó con el destino desafinado. ‘A nuestro productor se le rompió el ordenador en el que guardaba las canciones. Y no había copias de seguridad. Teníamos las pistas, pero era más sencillo volverlo a grabar que intentar mezclarlo de nuevo’.

El resultado es un bello paseo que se aleja de los inicios más twee y se aproxima, siempre entre nubes, al nuevo folk norteamericano de Bright Eyes. ‘Decemberists, Ryan Adams y Damien Jurado también suelen ocupar asiento en nuestra furgoneta. Aunque creo que este nuevo CD se aleja de ambas etiquetas para ser, simplemente, pop’.

Unas formas que cuentan con calado en España. Han ganado en dos ocasiones el premio Pop Eye (Premios de la Música y la Creación Independientes) de Cáceres. ‘Hemos girado ya un par de veces por España. Pero hasta ahora nunca habíamos tocado en – literal – Euskal Herria. En su día hicimos una versión del “La La La” de Massiel. Pero ahora no recuerdo la letra. Aunque, si prestas atención, verás su influencia en las progresiones de acordes de nuestro “I Volunteer”’. Un tema presente en su nuevo CD. Álbum contagioso y que mantiene las mejores formas del afamado pop sueco independiente. Trabajo que les ha llevado a sonar en la MTV, girar por medio mundo y pisar el afamado festival SXSW. ‘No sé si el certamen es puro marketing o no, no es de mis favoritos. Pero es un sitio increíble, con mucha vida. Había conciertos en cada portal de la calle principal’.

Lori Meyers: Esperando al destino

La banda granadina presenta en Donostia las canciones de su último disco, un giro hacia el pop nacional y trascendente.

Etiquetados durante años con el orgulloso emblema de “mezcla entre Los Planetas y el pop salvaje y melódico de los 60”, la banda andaluza perdió algún miembro en el camino (¿el que se encargaba de defender las voces a lo Beach Boys en los discos y conciertos?) a la hora de entregar su último CD, “Cuando el Destino nos alcance”.

Un álbum que el plumilla ve muy cercano a las transcendencias de Standstill y resto de bandas nacionales de indie profundo, ‘Las letras son más maduras. Los temas actuales nos importan y nos preocupan. Este disco habla de nuestro día a día. Supongo que es por ello por lo que podemos «cantarlo a la cara» de una forma llana e identificativa’.

El giro musical sigue las vías del soul (palpable en composiciones como “Corazón elocuente” o “Condicional hipotética”) y su capacidad de hacer vibrar al oyente, las composiciones de Raphael (“Castillos de Naipes”) o los inmensos Solera (“Enhorabuena, eres el que tiene más”).

La banda pone ojos extraños a mi apreciación. ‘No pensamos que las canciones suenen a algo que no sea Lori Meyers. La esencia del grupo perdura y no le veo ningún parecido con Raphael. De aquella época seguimos escuchando mucha música: Los Brincos, Los Módulos, Los Angeles, Sirex. Actualmente nos encantan artistas como James Yuill, Miike Snow o Broken Bells’.

Donostikluba: Bellas almas en pena

Deliciosa noche la del viernes en la capital guipuzcoana. En lo climático, con ese torbellino de aire sureño que volvió a permitirnos las chancletas. Y en lo musical, con un plantel acústico inigualable en el que dominaron los sonidos acústicos e íntimos.

El donostiarra The Indio, en su tercera aparición en público, subió al tablado nervioso pero muy centrado en lo musical. Canciones folk (el estilo que predominaría durante toda la noche con internadas en el pop más personal) que a veces nos llevaban de la mano hacia el sufrimiento lírico de Bonnie Prince Billy.

Pudo fallar algún arpegio, algún golpeo, quién sabe si un acorde o entonación. Pero no dejaremos de aplaudir esta vertiente del festival Donostikluba, la que permite a los cachorros de nuestra Zubieta melódica debutar en el Anoeta escénico. Y más si son tan interesantes como este indio. Porque, en pocos años y con paciencia, puede que sea nuestro Damien Jurado, el siguiente en la lista de actuaciones del pasado viernes.

Llegaba el norteamericano Jurado sin más compañía que su guitarra acústica y dos micros, uno normal y el otro bien elevado de reverberación, con esas pintas de redneck del Tea Party y un último disco excelente en composiciones y arreglos. Detalles que solo echamos en falta en la soberbia ‘Cloudy Shoes’. El resto de la velada fue un alma en pena abierta a un auditorio que supo mantener el respeto y el silencio ante canciones que bebían de las directrices de Neil Young y toda la escuela que surgió a partir de Bob Dylan.

Cerraba la noche el españolizado Josh Rouse y sus colegas acústicos, uno al contrabajo y el otro socio gafapasta a la guitarra de apoyo. Una especie de jazz band callejera dedicada al pop de interiores. Mentiría si no dijera que en más de un pasaje nos recordó a Gordon Kano y sus Violent Femmes en estado de gracia absoluta, cercano y emocionante, dulce y paralelo a nuestros biorritmos.

Su castellano -vive en Valencia desde su último enamoramiento- superó las previsiones iniciales y dignificó las incursiones que otros compatriotas han realizado en nuestra lengua. Cerró con un bis de gran belleza sonora realizado a pie de escenario y sin apoyo eléctrico. Más de uno tuvo ganas de abrazarle para darle las gracias por sus canciones y su interpretación.

Donostikluba: Pop prêt a porter

¿Así que la modernidad era esto?», se preguntaba un asistente joven y canalla tras el concierto de Single en la sala Gazteszena, entre sonrisas más o menos abiertas del resto del corrillo. Entendía la razón de ser de la frase, aunque mentalmente puntualicé algunas de las aristas del enunciado.

El grupo de Teresa Iturrioz e Ibon Errazkin, donostiarras, miembros de aquellos Le Mans, nunca ha vendido humo de ‘arte y ensayo’. Sus composiciones en los 90 han sido algunas de las joyas que con más orgullo paseábamos entre los Erasmus.

Ahora, con el nombre de soltera, todas las músicas del mundo se han metido en una thermomix dando como resultado una fiesta que, si bien en disco sigue sonando única, en directo llega a tocar con las yemas de los dedos el concepto de ‘performance’. Y no es por la peluca beatle de Errazkin. Ni por los 4 trajes de pop pret-a-porter que Teresa saca durante el concierto. Eso sería demasiado fácil y gratuito. Y en Single nada lo es, aunque a veces pueda parecerlo.

Con un arranque y un final perfectos, es en la zona media de la velada cuando la cosa se pone más delicada. Defendiendo ‘Monólogo Interior’, su último disco. Con esos pregrabados ‘vintage’ que rehuyen de la fiesta de los detalles que son sus discos. O las versiones (mejor la progresiva ‘Vamos a casarnos’ de Hidrogenesse que la de Lucia Bosé o el ‘Gracias a la vida’ de Parra).

Sobre todas las tachuelas emerge Teresa. Inmensa, muy segura en todos sus pasos, cercana y simpática. Una voz que puede presumir de dicción y elegancia. Y entonces se te olvida el karaoke lo-fi de algunos pasajes y te entregas a temas como ‘Tu perrito librepensador’, ‘Todo cambia en un instante’ o la soberbia ‘Posponías’.

Quién sabe. Quizás mi amor por el pop que tanto han dignificado hace que pestañee en demasía en algunos pasajes abiertos. Pero nada especialmente denunciable, vamos.

Damien Jurado: Lo simple siempre es mejor

El norteamericano presenta su último CD en el festival Donostikluba, evento que finaliza estos días con relevantes actuaciones indies.

El último disco de Damien Jurado lleva meses entre mis “adicciones confesables”. El compositor de Seattle ha conseguido con “Saint Bartlett” la sublimación del pop-folk actual, esa categoría con tantas perlas en los estantes de discos. ‘Vivo en una región inmensa con sitios muy distintos e inspiradores. Mira por ejemplo a Sufjan Stevens y sus trabajos dedicados a un Estado concreto’, nos confirma el autor vía mail.

Josh Rouse, su compañero de cartel esta noche, podría haber sido hace unos años punta de lanza de esa etiqueta musiquera, la cual fue abandonando más por las querencias “spanglish” adquiridas en su residencia alicantina que por la elegancia de sus canciones. Dicho de otra manera, Rouse hace tiempo que no entrega emociones tan íntimas, emotivas y completas como “Cloudy Shoes”, “Throwing your voice”, “With Lighting in your hands” o “Rachel &Cali”, algunas de las joyas del último CD de Jurado.

Donostikluba: Lentejuelas rock

Intérpretes: Joan Colomo, The Last Three Lines, Standstill, Eric Fuentes, Le Gran Bukowski DJ. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Día: 2 de octubre del 2010. Asistencia: unas 400 personas.

IMG_8034Tras el reventón juvenil (dicen los rumores que había petisuis por el suelo a la hora de barrer) y reggae-hiphopero del viernes noche, el festival Donostikluba presentó en la sala Gazteszena de Egia una velada rockera con todos los ingredientes: grandes aciertos y propuestas más defendibles sobre el myspace que sobre un tablado.

Arrancó la velada el inconmensurable Joan Colomo. Cachondo y certero, sus actuaciones son un espectáculo total. Un divertimento basado en unas canciones preciosas e interludios dignos de publicar en un DVD. Su momento “Delorean” fue tremendo. Y no piensen en los humoristas que salen en la tele con instrumentos, en plan Académica Palanca. Colomo es músico ante todo. Y simpático a rabiar.

Tras él llegaron The Last Three Lines, que es, si lo aplicamos a la lectura de un libro, el tiempo que tardamos en ir a tomar el aire. Una formación de rock sicodélico y pegador, cantado por un ahijado  de Eddie Vedder (del grupo Pearl Jam) que mantuvo las formas a base de impactos y rasgados rápidos.

Los catalanes Standstill fueron el gancho de la noche, la formación más relevante de todas las que pisaron la noche del sábado (y quien sabe si en todo el 2010) el festival Donostikluba. Los chicos de Enric Mostefusco no defraudaron a nadie. Serios, emocionantes, elegantes. Con garra, fuerza y todas esas palabras que Jose Luis Moreno disparaba en sus presentaciones televisivas.

Claro que en este caso había una diferencia clara respecto a aquellos “números 1 en Japón” que el productor televisivo enunciaba entre paseos de bañadores: Standstill tienen canciones como soles y una selección de temas que atrapa al espectador desde el primer minuto. Los asistentes dieron fe de sus aciertos, coreando los temas y aplaudiendo sin parar.

Las actuaciones se cerraron con Eric Fuentes. El antiguo miembro de The Unfinished Sympathy gustó más en solitario que recordando temas del pasado con el resto de su banda. La fiesta finalizó con Le Gran Bukowski DJ, que convirtió la sala Gazteszena en un guateque atemporal que pasó de las tendencias o modas actuales.

Standstill: Adelante Donostikluba

Los catalanes acercan mañana su último CD al certamen Donostikjluba, evento de pop, rock, DJs y hip hop que mantiene la etiqueta “indie” como sano identificativo.

Retorna a San Sebastián el festival Donostikluba, la gran foto de los sonidos más interesantes del panorama musiquero alternativo.

Durante dos semanas habrá espacio para el hip hop (Gabylonia, Morodo), los guitarreos (Eric Fuentes, Standstill), el pop alquímico (Corazón, Single) y elegante (Damien Jurado, Josh Rouse) y las perlas indies del 2010 (Joe Crepúsculo, Klaus & Kinsky, Triangulo de Amor Bizarro).

Empecemos con uno de los nombres más relevantes de este fin de semana: Standstill. La banda que ha aunado el aplauso de la crítica – su último disco “Adelante Bonaparte” suele encender todas las estrellas de puntuación- y el tirón popular.

Un CD de los bien llamados conceptuales, compuesto de 3 EPs que retratan otros tantos momentos de la vida (infancia-juventud-amor). En palabras de Enric Montefusco, cantante y compositor, ‘hemos llegado a nuestro equilibrio. Nunca habíamos empleado tan pocos instrumentos en cada canción. Necesitaba cierta compensación entre la instrumentación y la información presente en cada tema’.

En ocasiones menos es más, y lo mínimo se presenta espectacular. La veintena de tonadas se convierten en una obra completa. ‘Es verdad que pide hora y media de atención. Pero si consigues que la gente te escuche, lo que queda tiene más poso’. Repleto de letras oscuras pero esperanzadas. ‘Tratamos los temas tal y como las sentimos, con toda su crudeza. Pero es importante dar un mensaje positivo y constructivo. Los últimos trabajos tienen ese espíritu de superar las adversidades y tirar hacia delante’.

No hay festival que pueda colgarse dicha denominación si Standstill no ha tocado en él en los últimos meses. “Pues otoño viene aún más completo”, nos confirma el cantante catalán. Lástima que no podamos disfrutar de “Rooom”, show especial que adapta el listado de “Adelante, Bonaparte”. Por lo que en Donostia, ciudad que ya pisaron con anterioridad (‘recuerdo la sala Mogambo’), tendremos un concierto más extenso, con canciones de todas sus épocas.

Cerramos con la noticia de la concesión del Premio Altaveu, otorgado por el Festival de la Música i la Cançó de Sant Boi de Llobregat por haber mantenido “una carrera coherente y sin concesiones» y la película que Vincent Moon, el director de videoclips que ideó los potentes “Concerts à emporter” de la web blogotheque.com, le ha realizado. ‘Al final fue tan simple como irnos a un paseo y actuar de forma espontánea delante de gente desconocida’. Si, tan simple. Y tan difícil de hacerlo bien. Como vuestro disco.