La banda granadina presenta en Donostia las canciones de su último disco, un giro hacia el pop nacional y trascendente.
Etiquetados durante años con el orgulloso emblema de “mezcla entre Los Planetas y el pop salvaje y melódico de los 60”, la banda andaluza perdió algún miembro en el camino (¿el que se encargaba de defender las voces a lo Beach Boys en los discos y conciertos?) a la hora de entregar su último CD, “Cuando el Destino nos alcance”.
Un álbum que el plumilla ve muy cercano a las transcendencias de Standstill y resto de bandas nacionales de indie profundo, ‘Las letras son más maduras. Los temas actuales nos importan y nos preocupan. Este disco habla de nuestro día a día. Supongo que es por ello por lo que podemos «cantarlo a la cara» de una forma llana e identificativa’.
El giro musical sigue las vías del soul (palpable en composiciones como “Corazón elocuente” o “Condicional hipotética”) y su capacidad de hacer vibrar al oyente, las composiciones de Raphael (“Castillos de Naipes”) o los inmensos Solera (“Enhorabuena, eres el que tiene más”).
La banda pone ojos extraños a mi apreciación. ‘No pensamos que las canciones suenen a algo que no sea Lori Meyers. La esencia del grupo perdura y no le veo ningún parecido con Raphael. De aquella época seguimos escuchando mucha música: Los Brincos, Los Módulos, Los Angeles, Sirex. Actualmente nos encantan artistas como James Yuill, Miike Snow o Broken Bells’.