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Etiqueta: Donostikluba

Donostikluba: Un cumpleaños redondo, de diez

El certamen donostiarra ofreció un sinfín de actividades culturales en su décimo aniversario

Parece que fue ayer, demonios. Y ya han pasado diez años. Donostikluba, el festival que busca acercar a nuestra capital lo más interesante de la música “indie” , cumplía dos lustros de vida en la sala Gaszteszena del barrio donostiarra de Egia. Un certamen -afortunadamente- no muy normal. Los organizadores afirman que este evento “nació reivindicando en todas las ruedas de prensa que jamás haría ningún balance basado en los números y las asistencias sino valorando el lado artístico” . Y todo eso juntando electrónica y grupos analógicos, música ejecutada y pinchada, nombres con cierta estrella y supernovas que están naciendo.

Como sucedió el pasado jueves, cuando Rafael Berrio y Eraul compartieron cartel. El donostiarra Berrio llegaba con toda su troupe rockera (Joseba B. Lenoir, Rafa Rueda, Fernando Neira, Felix Buff) para desquitarse de la exclusividad de su anterior fecha, la realizada en el pequeño teatro del Kutxa Kultur Festibala, ofreciendo un concierto pleno de energía y elegancia vocalista. Juntos atacaron los bríos de guitarras de su último disco y adaptaron a los nuevos tiempos las elegancias de temas pretéritos (primorosa la revisita al tema “No pienso bajar más al centro”), dejando buen minutaje para que la voz principal se expresara como más le conocemos, con la sola compañía de su guitarra eléctrica. La noche había arrancado con Eraul, formación local encabezada por Asier Beramendi. Una gozada que hizo morir de envidia a más de un músico presente. Porque además de hacerlo mejor que bien son insultantemente jóvenes. Puñeteras nuevas generaciones creativas….

Una chavaleria que ha empezado a cambiar el folk, el pop y el rock por otros sonidos más urbanos. La demostración se pudo disfrutar el viernes en Gasteszena, con el hip hop como bandera. Quizás a los lectores más tradicionales les sorprenda, pero los conciertos de este estilo calan como un chaparrón entre la juventud. Y este, capitaneado por Nach y Gallinero All Stars, no fue una excepción.

Exposición de fotos

El sábado fue el día fuerte del certamen. La Casa de Cultura de Egia abrió sus salas y pasillos para que la cultura se colará en ellos. En las paredes del segundo piso pudimos disfrutar de la maravillosa exposición fotográfica de Juan G. Andrés. Un repaso por los diez años del certamen, una guía fantástica de retratos musicales en el que no pudimos destacar solo una foto. Todas eran fantásticas. Algunas muy emotivas (Pedro San Martín), otras muy potentes (Kokoshca). Y había casos, como el de Josh Rouse, que contaban con una versión en movimiento. En una de las aulas del lugar se emitían conciertos del Donostikluba grabados. Nosotros vimos y disfrutamos un rato del de este norteamericano afincado en Valencia.

Pero la actualidad obligaba, y subimos a la terraza para rocanrolear un buen rato. Primero con los descarados Sexy Zebras, músicos descamisados que supieron superar el apagón sufrido. “Es un bolo clandestino fantástico”, dijo uno de sus integrantes. Y cierto era. Fue una gozada más tarde secundada por los Layabouts (el grupo del hijo de Imanol Arias), quienes tocaron de inicio a fin el clásico de los Ramones “It´s alive”. Lo mejor en estos casos es dejarse llevar y pegar unos brincos, sin detenerse mucho en el concepto. Y así lo hicimos.

Exito de Delorean

La noche estaba preparada para el triunfo de Delorean, el grupo que cerraba el cartel. Y la gente respondió en masa a la llamada, llenando la sala de conciertos y gozando de las fantásticas creaciones de este grupo vasco afincado en Barcelona. Asistentes que no hicieron mucho caso a conciertos tan maravillosos como el de los ingleses Delorentos, una de las sorpresas del festival. Como destacables fueron también las dulzuras tecnopoperas de Dual Split. Una pena que problemas en el equipaje (una maleta muy necesaria no llegó a Donostia) obligaran a suspender la actuación del británico Ghost Culture.

Finalizada la celebración, Donostikluba ahora se integrará en la ciudad programando conciertos durante el resto del año. Con visitas ilustres como la de Steve Wynn (Le Bukowki, 16 octubre), Alela Diane, Black Yaya o Will Johnson.

Donostikluba 2015: cumpleaños total

El donostiarra barrio de Egia será, una vez más, el “place to be” este fin de semana. La zona vuelve a acoger una edición del Festival Donostikluba muy especial: La décima en su andadura. La sala Gastezsena y el edificio que la alberga, La Casa de Cultura situada en la calle Baztán, volverán a ser el centro de las actividades.

Lejos queda aquel arranque con el que quisieron romper la sequía de eventos “indies” con las actuaciones de Ainara Legardon, Virus, 12Twelve, Gecko Turner, Andy Smith o Floro. “En 2005 nuestra capital era un desierto en invierno”, nos cuenta Sergio Cruzado, programador musical de esta propuesta. “El verano contaba con grandes momentos como el Jazzaldia, pero llegaba el frío y San Sebastián se quedaba con una escueta agenda de música independiente hecha a partir de esporádicos intentos públicos y privados”.

El responsable detalla el enfoque de esta cita que nació puntual el primer fin de semana de octubre para acabar extendiéndose por las agendas del resto del año bajo la etiqueta de “circuito”: “Quisimos ofrecer un espacio a esas bandas estatales independientes que no pisaban Donostia, posibilitar el acceso de los grupos locales a las casas de cultura, traer bandas internacionales de calidad y nombres históricos. Crear un club de música independiente que acabó ampliándose en el calendario. Yo creo que este certamen ha generado un público que se ha normalizado como consumidor habitual. Ahora hay programaciones increíbles todos los fines de semana. Se han diluido los conciertos del circuito comercial en favor de este tipo de música, lo cual habla de un potente cambio en los gustos de esta ciudad”.

El paseo mental de Cruzado por Donostikluba está repleto de anécdotas. ‘No olvido a Lechowski cantando en la puerta, Nada Surf haciendo un acústico en la calle, Bassmatti y Señor Chinarro haciendo versiones de los Smiths casi en la carretera después de que cerraran la sala, Sidonie organizando taxis con sus fans para seguir la fiesta. Recuerdo mandar a Andy Rourke (Smiths) al Eiger porque quería escuchar buena música, a Peter Hook (New Order) salir con su caja de galletas por la puerta de atrás mientras todo el mundo estaba en éxtasis cantando “Love will tear us apart again”, buscar a Evan Dando en Egia porque nadie le encontraba y llegaba la hora de subirse al escenario, al malogrado Pedro San Martin (La Buena Vida) haciendo de embajador…‘.

Ellos, La Buena Vida, son uno de los mayores logros que ha tenido Donostikluba. ‘Fue un sueño conseguir que tocarán en un formato de club en su ciudad cuando se habían pateado todas las grandes citas del estado‘. Otros de los grandes iconos del evento son Delorean, quienes repiten presencia este año de celebraciones. ‘Son mi debilidad, un grupo creativo contemporáneo con muchísima personalidad que ha hecho escuela con su sonido y apostado por buscar mercados fuera‘.

Mas la música debe mirar al futuro, y por eso el hip hop sigue teniendo una presencia relevante en la programación. Esta noche Nach y los potentes Gallinero All Stars defenderán en Gazteszena las llamaradas habladas sobre bases electrónicas. ‘Este estilo musical ha conseguido ser el himno de una generación. Despistando a la nuestra, que no lo entiende. Consigue bajar la media de edad de los espectadores. Engancha con los jóvenes, que es algo que el rock no logra en igual medida‘.

El sábado es el día potente del festival. Desde primera hora de la tarde se podrá disfrutar del mercadillo situado en la Casa de Cultura de Egia. Unas mesas que ofertarán las producciones locales de discos, diseños gráficos, ropa, repostería y fotografía. También habrá estampas, quietas y en movimiento, en las muestras retrospectivas preparadas para la ocasión. De los retratos se encarga un clásico de las primeras filas de los conciertos, ”El Humilde Fotero del Pánico” (Juan G. Andrés). Y de las imágenes en movimiento corren a cargo de otro eterno inquieto, Jabi “Jaspi”, en compañía de Jose María Lasa. ‘Juan y Jabi son como el backline de certamen. Siempre están ahí. Su trabajo va a ser genial para tener una perspectiva del ciclo’.

También habrá música ejecutada en la kulturetxe, claro. Por sus pasillos y azoteas sonarán la impactante oscuridad pop de los canarios Pumuky o los Layabouts ejecutando entero el “It´s Alive” de los Ramones. Sexy Zebras demostrarán que lo suyo es potente y rockero, mientras Cuello buscarán confirmar todas las buenas palabras que están logrando en el underground. Los locales Ventura ofrecerán su primer actuación juntos y los vasco-norteamericanos Dual-Split volverán a acercar su evocador tecno pop con voz femenina al frente. Hasta aquí todo es gratis, como pasear por La Concha.

Para el turno de noche guarden 15 euros para la entrada. La velada arranca con Ghost Culture, un británico de electrónica carbonera admirador de los tonos de los New Order y remezclador de renombre (ha currado para Daft Punk, Tame Impala o MGMT). Si se fían de la revista Pitchfork deben saber que esta publicación le otorgó un notable a su disco de debut.

Con Delorentos, los siguientes de la lista, la sala se lanzará al baile guitarrero más actual. Estos irlandeses son tremendamente efectivos a la hora de poner en danza al personal, como bien pudieron ver los asistentes al Kutxa Kultur del 2012. Ya que sale mencionado, le preguntamos a Sergio por la cita de Igeldo, también dirigida por él. ‘Es como la alimentación. Donostikluba es el menú del día. El que hace que Gipuzkoa tenga salud porque consume cultura regularmente. Kutxa Kultur Festibala es el atracón, el homenaje que se pega todo el mundo una vez al año’.

La fiesta en Gazteszena continuará mañana con los norteamericanos Crocodiles, quienes alargarán la sombra de los Jesus & Mary Chain con sus guitarrazos repletos de chulería “garagera” y gancho melódico manchesteriano. Y el cierre – este año no hay DJs que estiren el horario- a eso de las tres de la mañana se llevará a cabo con Delorean, en su hábitat natural: la sala de conciertos.

Esperemos que dentro de diez años tengamos tranquilidad y salud‘, nos cuenta Cruzado a modo de deseo para el futuro. ‘Fuimos de los primeros en salirnos del esquema de reunión temática para defender la actitud independiente. Ahora buscaremos fortalecerla e inventarnos planteamientos nuevos para generar nuevos públicos‘.

Is tropical: La banda del millón de visitas

Pillamos al batería de la banda, Dominic Apa, haciendo tiempo antes de una prueba de sonido en México. “Y ahora, gracias a ti, no voy a poder quitarme la comida vasca de la cabeza”, nos cuenta el hombre del pasaporte con cientos de sellos. Hasta han actuado en Mongolia, viaje recopilado en un documental de la revista Vice. “Desde que empezamos en esto de la música no hemos parado. Nos pusimos el nombre del grupo pensando en ciudades con las que soñábamos mientras estábamos tirados en las casas ocupas en las que vivíamos. Ahora podemos ver mundo, actuar, hacer canciones durante la gira. ¡Así es difícil darse cuenta de que realmente estas trabajando!”. Uno imagina a la banda en ese verano adolescente pleno de insensatez y felicidad. “Ojalá fuera nuestro caso, pero ya no somos tan jóvenes. Hemos hablado con científicos en busca de la juventud eterna. Mientras encuentran una solución podemos seguir divirtiéndonos”.

El trío londinense cuentan con una legión de seguidores, los cuales hacen que cada uno de sus vídeos supere el millón de visitas en youtube. Hasta les piden ayuda vía Facebook para conducir su furgoneta de gira, como sucedió en la última visita a la península. “Aquello fue una excepción, nos quedamos tirados en una época que andábamos sin manager. Pero conseguimos sacar adelante las fechas. Tenemos unos fans que se apuntan a un bombardeo”.

Vienen para presentar “i´m leaving”, un trabajo más refinado que el debút que busca “huir de los collages sonoros de antaño, usando las canciones para contar historias”. Hay temas que les emparentan con los Cristal Fighters. “Son días duros para ellos. Su batería era una persona maravillosa”. Otras melodías les acercan al mundo popero de New Order. “Aunque el pop ya no es lo que era. Murió con Michael Jackson. Ahora tenemos a Miles Cyrus cabalgando un perrito caliente gigante. No hay argumentos posibles”.

La formación anuncia que la publicación a finales de año del nuevo disco (“Black Anything”, Axis Mundi Records) no frenará la salida de otras canciones nuevas a los largo de 2015, con renovados sonidos y enfoques que seguro podremos degustar esta misma noche.

Donostikluba: Un club abierto

El festival donostiarra abre sus puertas al movimiento local sin olvidar llenar su cartel de citas atractivas y gratuitas.

Sergio Cruzado, promotor del Donostikluba que se celebra este fin de semana en la capital guipuzcoana, empieza fuerte la charla. “No existe la música indie. Eso es una estética temporal. Independiente es la actitud, no buscar el pelotazo, no venderse”. Una idea que alcanza su mayor cota de popularidad en el Kutxa Kultur que él mismo coordina y que tiene en este certamen de otoño la consecución real de su proyecto. “Igeldo quiere ser una cita veraniega urbana, especial e identificativa. El festival de estos días maneja otros conceptos: tiene nueve años de vida y una idea de potenciar la cultura del club. Montando circuitos para que los grupos crezcan y la música independiente estatal e internacional llegue a la ciudad”.

La edición del 2014 es especial. No por acercarnos grupos que jamás hayan pisado Donostia ni por programar bandas vascas que cuentan sus conciertos por llenazos, que de todo eso ya hay en esta plancha. La cita de este año es diferente porque abre sus escenarios al magma cultural donostiarra. Algo que siempre se ha hecho en mayor o menor medida. Pero nunca de una manera tan variada y numerosa. Porque lo de este fin de semana parece un circo de seis pistas.

Para Sergio no es más que la traslación a lo sonoro del funcionamiento del equipo de sus amores, la Real Sociedad: ”Gente de fuera que marque la diferencia, jugadores estatales que hacen las delicias de los espectadores y la apuesta por una cantera que nos da muchas alegrías”. Con las puertas abiertas a todo el mundo, para demostrar que la urbe bulle. “Cuando empezamos esta ciudad era un desierto. Mirábamos a Bilbao con envidia. Parecía que la solución era hacer estudios sobre necesidades culturales o construir nuevos recintos mientras en los ya existentes apenas se programaba. Nosotros planteamos acción. Éramos colectivos que si trabajábamos en red íbamos a generar un público que nos iba a beneficiar a todos. Esto se puede ver este fin de semana, fecha en la que colaboramos Ginmusica, Revolutionary Brothers, Gure Gauza, Nimu, Beltza Records, Ayo Silver, Bukowski, Staaf, Musikagela y Garoa Kultur Lab”.

Hechas las presentaciones vamos al cartel que se inaugura con el estreno de los donostiarras Ghost Number & The Gipsy Gipsies. Un arranque sureño en el Bukowski antes de subir a Gasteszena a disfrutar de una noche en la que destaca la actuación de los británicos Is Tropical, banda a la que entrevistamos en la página siguiente.

El resto de formaciones de hoy también visitan Donostia por primera vez. The Free Fall Band llegan desde Barcelona apadrinados por Miqui Puig. Practican un pop suave a lo Belle and Sebastián ideal para el comienzo de la velada. Beezewax vienen de Noruega y defienden la emoción electrónica, el guitarreo vital y el pop apoyado en digitalismos. Tras ellos llegan Trajano, la última sensación madrileña. Sobrevuelan espacios de oscuro optimismo influenciados por Joy Division o Golpes Bajos. Y al cierre nos toparemos con el colectivo Ni MU, pinchadiscos defensores de los sonidos negros más tórridos antiguos o modernos, pero siempre enfocados a ponernos en danza.

El sábado es el día grande. Por actuaciones. Por el cartel. Por la variedad. Y porque es gratis. Algo que los promotores han conseguido “implicando a la gente en una idea en la que creen”. El escenario principal se llenará de formaciones contundentes que cuentan sus apariciones por victorias: Los bilbainos Cápsula, ese dúo Niño Coyote eta Chica Tornado que suena como una banda de 5 miembros, los llena-salas Willis Drummond. A su vera se acercarán otros dos grupos vizcaínos menos conocidos. Yellow Big Machine defienden el rock impactante distorsionado y libre de la escuela de Sebadoh, Fugazi, Sonic Youth o Patrullero Mancuso. Y Sonic Trash volverán a nuestra tierra con su rock de carácter festivo onda Girls Against Boys.

Pero lo más atractivo del sábado, más allá de esos grandes nombres, es perderse por la casa de cultura de Egia. Un espacio que por un día va a abrir sus pasillos y estancias convirtiendo cada uno de ellas en una sala de conciertos. Empezando por la biblioteca, lugar en el que actuarán los getxotarras Fakeband, fans de los Eagles o Big Star que llegan en formato acústico.

Si el clima es benévolo podremos subir a la terraza de Jareño. Allá repiten Ni Mu a los platos, y los donostiarras Bracco demostrarán que su canalleo blues-rock es harina de otro costal. También podremos hacer pasillos. En los de Musikagela se escuchará a Los Hormigones capitaneados por ese multidisciplinar artista denominado Roskow. O atender al rock and roll de los locales Watxuwei.

Nos queda el salón de actos, auténtica pasarela de las asociaciones locales. Desde las diez de la noche a las seis de la mañana se podrá disfrutar de la presencia de los responsables de otros festivales urbanitas (Soul Supreme, Mojo Workin) pinchando las músicas que les caracterizan: dub, soul, funk, ska… El Lurrazpiko Festa acercará a Egia un showcase propio: Elephant Stone y Allower. Atentos a estos elefantes, que prometen ser una de las actuaciones de la noche. Pop de toques sicodélicos, coros a lo Primal Scream y más adictivo que un paquete de golosinas recién abierto.

Cerramos con un aviso a los navegantes que quieran acercar su txalupa mañana a Gasteszena. La entrada es libre hasta completar aforo. Vayan pronto, no dejen los deberes para el final. Y ya de paso picotean un poco de la oferta local. Venga, que ya saben cómo se hace. Es como lo de los pintxos, que a todo mundo gusta, pero con canciones.

Donostikluba: Tres días en danza

La joven banda bilbaína Zenttric tuvo un mini éxito hace unos años titulado “Solo quiero bailar”, con un estribillo pegadizo que se basaba en la repetición de dicha frase. Y Donostia pareció darle la razón, si nos atenemos al fin de fiesta del Festival Donostikluba que se ha celebrado este fin de semana en la capital guipuzcoana. El sábado fue el día de mayor afluencia de público, con una sala Gasteszena cercana al tope. Bandas nacionales y extranjeras de corte electrónico y brioso encabezaban el cartel, demostrando que la ciudad de espíritu juvenil disfruta con estas actuaciones.

Mendetz y The Whip fueron los grandes triunfadores de la velada. Los primeros, catalanes, demostraron gran coordinación y gusto por los detalles en cada una de las composiciones. Sus maneras sintéticas fueron las más bailadas del Donostikluba. Y mira que tuvieron trabajo el sábado, empezando el día con una sesión DJ en la tienda de uno de los patrocinadores del certamen, y acabando la noche de igual manera en la sala del barrio de Egia.

The Whip, banda sorpresa del primer festival Kutxa Kultur de Igeldo, regresaba a la ciudad para confirmar aquel buen sabor de boca con pegada y canciones. Lo suyo está más cercano a la energía rock que impregnaba los temas de la movida “rave” inglesa. Con subidones a lo Orbital y mucho ritmo entrecortado, el trío se bastó y se sobró para agitar el local, acercándose a Depeche Mode en los mejores temas y cumpliendo con creces en el resto, de corte más “hooligan”.

Baile diario

“Pero eso de que sea el día para bailar es una verdad a medias. Yo también bailé el viernes, y el jueves”, nos espetaba un fiel del certamen, no sin razón, cuando le expusimos esta teoría la noche del sábado. Nadie puede negar que el rock y el pop también hacen mover al cuerpo, aunque la agitación de sus fieles sea menos visual.

Porque uno también se puede cimbrear con los cantares de La Mala Rodriguez, uno de los exponentes del hip hop nacional y protagonista de los micros la tarde del sábado. O con las propuestas de los grandes triunfadores de la noche “indie” del viernes: Wild Honey y Kokoshca.

“El cariño salvaje” madrileño vino con toda la banda a Donostia para presentar su excelente disco “Big Flash” tras una mini gira por Japón. Guillermo Farré, su alma mater, el creador que siempre tendrá cara y alma de niño, hace canciones como soles. Un pop de alto octanaje que se acerca a Brasil cuando la cosa se pone más tierna. Momentos suaves y emocionantes en los que les tocó pelear contra los murmullos de aquellos que esperaban la actuación de Miss Cafeína. Peor lo pasaron los chicos y chicas de Doble Pletina, embajadores del costumbrismo popero que exportamos hace unos años bajo la etiqueta de “Donosti Sound”. A mayor suavidad en las ejecuciones, mayor volumen asistencial.

Donostikluba es un festival barato en sus entradas, dado que nos permite ir a ver a la banda que deseas y “chascarrillear” el resto del tiempo. Una pena que se haya ido perdiendo el afán descubridor de estas reuniones. Con lo bonito que es abandonar el lugar con un disco que no conoces bajo el brazo o un nombre de banda apuntado en un papel o el móvil. Nos sigue faltando un punto en esa cuestión, aunque en el resto de grandes ciudades la cosa anda bastante peor.

Pero sigamos pegando botes con las propuestas. Porque los navarros Kokoshca se doctoraron en nuestra ciudad. Con un CD recién editado en Ayo Silver, una pequeña discográfica donostiarra, arrasaron la sala Gazteszena con la mejor combinación de rock, energía y vitalidad vista en meses. Fusionando los diferentes estilos que suelen presentar en sus canciones, a ratos similares a la Velvet Underground más cabreada y otros embriagadores, caso de los temas “Directo a tu corazón” o “La Fuerza”.

Hubo más maneras de zarandear el cuerpo. Y el alma. Bill Ryder Jones y Deptford Goth ofrecieron conciertos delicados y profundos. Za! lo lanzó todo por los aires con su coctelera imposible. Y los madrileños Cohete sonaron mejor que nunca, con ese pop de trompetas juguetón y vitalista.

Aunque supongo que la mejor de las conclusiones es la de ver al director del festival contoneándose entre el público en algunas actuaciones, siempre con la sonrisa en la cara. Todos los directores culturales creerán en su propia oferta y la defenderán como la mejor. Pero ver a un responsable expresarse corporalmente de esta manera es el mejor ejemplo de su dedicación y convicción. Donostikluba ha vuelto a ser un éxito en sus propuestas. Y que nos quiten lo bailado.

Donostikluba: El momento más feliz

Intérpretes: Anai Arrebak, Reina Republicana, La Casa Azul, Dj Coco, Dj Goo. Lugar: Sala Gasteszena (Donostia). Día: 06 octubre 2012. Asistencia: unas 550 personas.

¡Qué maravilla de concierto! Pura felicidad. Siempre es un goce ver a La Casa Azul en directo. Probablemente uno de los mejores actos de música pop que se puede ver en nuestro país. Mimado a nivel visual, y excelente a nivel musical, la canciones de Guille Milkyway, la cabeza pensante de este grupo, son un gozo para los sentidos. Y es en directo donde su barroquismo sonoro explota. Sobre el escenario las mil referencias elegantes y lustrosas despegan y surcan el aire para nuestro gozo.

La actuación que cerraba el Donostikluba fue un broche genial para una serie de conciertos del fin de semana. Pop de calidad suprema, ahora en formato trío y con la misma eficacia que antaño. Las casi dos horas de show de La Casa Azul tienen espacio para los teclados guitarreros, las baladas (con espontánea mexicana incluída), el j-pop o el soul más brioso y sintético. Ideal para saltar, corear y sobre todo, contagiarse de felicidad.

Antes, en el arranque, Anai Arrebak intentó provocar al personal con su rock electrónico. Y Reina Republicana trajo desde Iruña su ‘indie’ de manual con chica al frente y homenaje a La Buena Vida. No fueron malos entrantes, aunque el plato principal fue tan maravilloso que hizo que los recuerdos iniciales se disiparan. La noche se cerró con una sala algo vacía y unos DJs bastante canallas y rockeros en su selección danzarina. Y una sonrisa en nuestra cara. Por el jubilo que nos contagió Milkyway. Y por un festival que sigue trayendo a Donostia algunas de las formaciones más interesantes del panorama popero.

Donostiakluba: Noches distorsionadas

Intérpretes: Naica, McEnroe, Fanfarlo. Lugar: Sala Gasteszena (Donostia). Día: 4 de octubre 2012. Asistencia: unas 350 personas.

A veces es una fiesta para los sentidos ver los pedales que usan los guitarristas. Todos dispuestos para cambiar los sonidos que emanan de los amplificadores. Cuando empiezas es un recurso para tapar las carencias. Luego, con el tiempo, vas adaptándolos para mejorar tus composiciones. Como sucede con las letras de las canciones.

En ambos casos, pedales y líricas, McEnroe son unos ganadores natos. Con esas canciones de, precisamente, perdedores profesionales. Con las amarguras de un pasado imperfecto, purificado a base de patadas emocionales. Su concierto fue uno de los momentos musicales de nuestro 2012.

Para unos tocaron pocas canciones del último disco, el genial ‘Las Orillas’. Para otros hicieron una buena selección de temas de todas sus épocas. Y casi todos confirmaron que la inédita que sonó (presumiblemente titulada ‘Holocausto’) fue un buen ejemplo de esa calma chicha que de un plumazo acaba en galerna sónica.

Sorpresa muy agradable también la de los locales Naica. Un pop ruidoso, a veces cercano al post rock, tocado con muchísima elegancia. Tienen canciones geniales, con un punto “indie USA” bien traído. Algunas de esas composiciones podrían haber sido de Arcade Fire o Mojave 3 a nada que las voces hubieran sonado menos secas.

A Fanfarlo le tocó bailar con la más fea. Sustitutos a última hora de los “emocionantes-pero-otra-vez-tendrá-que-ser” Verónica Falls, su música es viva y en ocasiones acertada. Pero hacer pop con un saxo nunca ha mejorado las cosas. Mirad Kenny G o Wham, por ejemplo. O cuando parecen musicar – y era una de las nuevas tonadas- la peli caribeña de Robin Williams. ¿Cuál era el icono de pánico en el Whatsapp? Pues póngame dos.

Bromas aparte, Fanfarlo funcionan bien en sala, tiran de oficio británico para hacer composiciones pegadizas. Y ahora les va el rollo alegre, lo cual es de agradecer. Pero veo difícil que nadie se lance a montar un blog (¿todavía se hacen?) impulsado por las emociones que le suscitan estos londinenses.

Donostikluba: Noches electrónicas

[La crónica publicada, algo más breve por cuestiones de espacio, está disponible en la web de El Diario Vasco]

El festival donostiarra alcanzaba el pasado jueves las cotas de mayor digitalidad de su oferta 2011, con una fiesta repleta de propuestas electrónicas. Lástima que la gente no tuviera la decencia (o la oportunidad) de acercarse, porque los músicos lo bordaron. Quizás fuera la hora, que a las ocho de la tarde el cuerpo no está de jota aún. O que la abuela fumaba, o qué se yo. Pero, ahora que no nos lee nadie… que se fastidien ellos en su monótona vida analógica.

Tras la caída del cartel de la banda Polaroid, los donostiarras Fairlight fueron los encargados de abrir la noche y buscarle las cosquillas a los plomos de la sala. Ya como cuarteto, infinitamente mejores que la última vez que les vimos en la FNAC en acústico (¿no es una especie de oximorón lo de “concierto acústico”, siendo ellos como son un grupo de teclados y secuenciadores?), la banda presentaba emulsiones de Depeche Mode, vapores de Joy Division/New Order y sorprendentes solomillos guitarreros casi heavies.

Todo ello bien masticado, empastado, filtrado y pasado por las distintas máquinas de efectos, sobre una base rítmica humana. Los cuatro muchachos se despidieron con una curiosa versión de “Dios salve al Lehendakari”. Tema que, viendo la cantidad de ordenadores, y haciendo honor al obituario de aquel día, bien podía haberse titulado “Jobs salve al Lehendakari”.

Tras ellos llego la reina del jueves. Y no porque fuera la única fémina, que también, sino porque su música fue un placer sonoro. De lo mejorcito que va a pisar la ciudad en meses. La artista Bflecha inundó la sala con su R´n´b de la escuela de Baltimore.

A usted puede que la mención de la ciudad norteamericana le suene a la teleserie The Wire y a poco más, pero podemos adelantarle que su música no es tan melosa como el de las cantantes norteamericanas de radiofórmula mundial. Que suelta golpe de cadera, y abraza. Que anda más cercano a la mala baba de M.I.A. La gallega, con apenas 3 maquinitas, muy bien empleadas, despachó sugerentes canciones con un estilo muy atractivo. Si llega a tener discos a la venta vuelve a casa sin ellos.

La noche la cerró la estrella estrellada. No vamos a descubrir ahora el arte y el poderío de John Talabot a los platos. Aunque fue, sin duda alguna, el que más sufrió con el horario. Esta propuesta, a las 4 de la mañana, hubiera hecho explotar la sala. Quizás el autor se contagiara del momento y relajara el pistón, esa nobleza que revienta las salas de medio mundo. Si lo hizo, se le notó muy poco, porque la sucesión fue impactante a la par que elegante.