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Etiqueta: Donostikluba

Donostikluba 2008

Peter Hook, Deluxe, Sunday Drivers, Teenage Fanclub y Daddy G iluminan el programa del Donostikluba que arranca mañana sábado.

Mientras el Zinemaldia da estos días sus últimos coletazos aparece en escena el Festival Internacional de Música de Club de San Sebastián, también conocido a nivel coloquial y promocional por el más corto nombre de Donostikluba.

La sala Gazteszena de barrio de Egia acogerá las actuaciones y sesiones de DJ de los 12 artistas que, desde mañana 29 de septiembre hasta el 6 de octubre, conforman la programación 2007.

Como en nuestro equipo de fútbol, la lista de titulares busca fusionar veteranos ilustres con jóvenes valores para el disfrute de la parroquia local: Peter Hook (New Order), Deluxe, Daddy G (Massive Attack), Tulsa, Sunday Drivers, DJ Amable, Grupo de Expertos Solynieve, Teenage Fanclub en formato DJ…

Seguro que han visto los carteles anunciadores pegados a lo largo y ancho de la ciudad, donde un pececillo encabeza la rojiza hoja de actividades. Pocas imágenes podían ser más identificativas de este certamen que la de ese pezqueñín que, consciente de ello, lucha ante los grandes tiburones en forma de grandes actos musicales.

Tal y como nos explica Sergio G. Cruzado, director del certamen musical capitalino, “el fin de nuestra propuesta es la de que generar una cultura continua de conciertos y programas, sin preocuparse de números, cifras o audiencias. Ahora sólo se busca el evento, la concentración que atrae a miles de visitantes con un beneficio a la ciudad de miles de euros. Eso es economía y turismo, no cultura. Y está rompiendo los presupuestos culturales de muchas ciudades, tapando la posibilidad de hacer circuitos. Cuando esas reuniones de masas flaqueen, el dinero se redireccionará y la música se quedara sin público real”.

Afortunadamente, no es el caso de Donostia, donde el promotor se congratula del apoyo recibido por parte del Ayuntamiento de la ciudad. “Deben convivir las dos líneas de trabajo. La cultural, que es el futuro de la música, y la de los grandes eventos, entendida como turismo y economía, que es coyuntural. En una ciudad cercana se hace un festival con un presupuesto de 200 millones de pesetas para reunir 8000 personas y se está pidiendo mas dinero publico, diciendo que no es suficiente. ¡Eso es una barbaridad! Con 200 millones hay que hacer 180 conciertos para 1000 personas y 180 conciertos increíbles para entre 10 y 200 personas”.

El Dkluba arranca mañana con la noche popera: El local y vasco-cantante “.”, la hondarribitarra emigrada a Madrid Tulsa y el aplaudido y consagrado gallego Deluxe ocuparán el escenario. “En enero pensé que el lugar que el año pasado ocupó la emocionante Ainara Legardón iba a ser cubierto por Tulsa. Pero ha crecido tanto estos últimos meses, con nominaciones al Grammy Latino y los premios MTV, que ahora se ha convertido en una de las cabezas de cartel”.

Donostikluba: La fiesta de la canción ajena

Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Fecha: 7-Octubre-2006. Asistencia: unas 500 personas.

El Festival Donostikluba echaba la persiana en la donostiarra sala Gazteszena. Y lo hacía con el programa habitual de “fiebre del sábado noche”: conciertos y sesiones de DJ para los asistentes que abarrotaban el local con ansias bailarinas.

La fiesta arrancó con la actuación de los barceloneses Anorak, que venían a presentar su segundo CD, un disco en el que homenajean a sus grupos favoritos. Y claro, resulta extraño ver un concierto en el que abundan las versiones sin que haya un novio, una novia y una tarta en el lugar.

Afortunadamente, los catalanes supieron llevar a su terreno de guitarras, teclados y bases pregrabadas las canciones ajenas que más les chiflan. A nosotros nos gustaron sobremanera el eterno “Transmission” de Joy Division, ese “Outdoor Miner” de Wire y un sorprendente “Then” de The Charlatans.

También Gecko Turner, que actuaba a continuación, ofreció sus respetos al “Waiting for my man” de la Velvet Underground cuando su ecléctica actuación tocaba a su fin. Acompañado de los siete músicos de la Afrobeatnik Orquestra, el músico extremeño (o “afromeño”, como el propio autor afirma en su web) desgranó su CD “Chandalismo Ilustrado”, un trabajo de folklore universal que no le pone puertas al campo.

Con un corazón soul, unas piernas funk y el sentimiento blues, se bailó la samba y nos humeamos de reggae. Gecko ofreció también músicas cálidas de raíz africana y entonación castellana que rápidamente calaron entre el público danzarín.

Tras él llegó Andy Smith, uno de los platos fuertes del DonostiKluba. El DJ oficial de las giras del grupo Portishead ofreció una sesión protagonizada por sonidos hip-hop, ska, funk y soul. Hubo mucho tema reconocible y coreado, mientras todos alucinábamos con lo que ha hecho famoso a este autor británico: el “maltrato” a los vinilos.

La noche se cerraba con DJ Floro. Gazteszena se había convertido en una discoteca. Pero el cansancio empezaba a hacer mella en nosotros. Llevábamos medio día de pie viendo actos del Donostikluba, y el pinchadiscos tenía un menú de afrobeat y latinismos tribales electrónicos poco apto para nuestros juanetes. La sala no opinó como nosotros, y allá les dejamos, entregándose a la potencia del artista afincado en Madrid.

Donostikluba: Repoker de música

La noche del viernes y la tarde del sábado volvimos encantados a dar con nuestros huesos en el DonostiKluba, el Festival de Música Electrónica y de Club de Donostia. Una sesión doble que tuvo jazz-rock y personajes inolvidables por la noche. Y jugosa ración de actuantes locales la tarde del sábado.

Y si estuviéramos en una mano de poker, habríamos conseguido hacer saltar la banca. Porque es impresionante la cantidad de «J»’s que nos vinieron de mano a la hora de ir detallando nuestro paseo musical.

En el primero de los actos del viernes noche, celebrado en la sala Gazteszena de Donostia, nos encontramos las cuatro primeras jotas de nuestro paseo. Las de Jaume L. Pantaleón, Jens Neumaier, José Roselló y Javier García, los
integrantes de la banda 12Twelve. Una quinta jota, estilística, podría acompañar los nuevos caminos musicales del cuarteto catalán: La «J» del Jazz. Un concepto que estos antiguos amantes de las espirales de sonido, las norias de guitarrazos y las variaciones de potencia que les emparentaba con Mogwai y el post-rock han buscado introducir en sus canciones.

Sus últimas composiciones, que aparecieron este mismo año bajo el nombre de L’univers, manejan formas más jazzeras, sobre todo a la hora de construir bucles de batería y bajo sobre el que posan las guitarras, el teclado y el saxofón. La fórmula es original, caminando entre dos aguas y escorándose con gusto hacia las maneras peliculeras de Lalo Schifrin.

Tras 12twelve, llegó la sorpresa de la noche en forma de «J»: Jake The Rapper, el tío más original que hemos visto sobre un escenario en mucho tiempo. Orondo, barbudo y con un tatuaje que le cruzaba media barriga, esta versión rolliza de Ewan McGregor salió con la sola compañía de un ordenador portátil y un micrófono para dejar boquiabierto al personal.

Las complicaciones vienen a la hora de trasladarles las razones que generaban nuestra sorpresa y alegría, porque Jake The Rapper tenía múltiples personalidades actuantes. A veces rapeaba sobre bases de hip-hop, otras era una especie de Kylie Minogue con pelos en el pectoral, o jugaba a ser un crooner tipo Frank Sinatra despachando su elegancia sobre relajados sonidos. En una canción llegó a hacer dos voces, al estilo de Caperucita y el lobo. Y en cuanto tenía ocasión, Jake abandonaba el escenario para transmitir su buen rollo a pie de público.

Tras el, la noche adapto la «J» de DJ, con las sesiones pinchadas de Frank D’arpino y Bob Bobsen, los dueños del sello discográfico alemán Combination Records. Al primero lo vimos muy dulce y ambiental, mientras el segundo consiguió llenar de sonidos discotequeros la sala Gastzeszena hasta el cierre

Donostikluba: Los otros sonidos de la ciudad

La noche del jueves tuve un sueño. Soñé que Donostia era una ciudad cultural e inquieta. Como Berlín, Nueva York, Paris o la propia capital guipuzcoana hace unos años. O hace unos meses, cuando uno se dejaba caer entre semana por el festival que llena de música la playa. Acercándose a propuestas musicales que jamás había escuchado y que, puestas ante el morro, despertaban su curiosidad.

Entre nebulosas veía una urbe que sabía (y quería) disfrutar de la posibilidad de los actos pequeños aunque fuera a costa de dormir 5 horas, buscando sonidos alejados del tormento repetitivo diario. Ese que luego ven repicado, “quién lo iba a decir”, en los bares de turno. Unos ciudadanos que los días de labor conseguían desengancharse del “mono” de la tele y se ponían otro mono, el del viajero cultural que gusta de buscar y a veces encuentra. Lo dicho, un sueño.

En mis paseos con Morfeo llegaba a una sala Gazteszena en el que cientos de asistentes (y no los 150 que al final fueron) se acercaban a la sesión triple que el festival musical DonostiKluba presentaba. Una oferta variada que la noche del pasado jueves juntaba voces folk, guitarrazos punk y mucha base electrónica.

Mi sueño se apoyaba en músicas poco conocidas pero reales. Como la de Ainara Legardón, una compositora (palabra en desuso) emocionante y vibrante como pocas. La creadora vizcaína ofreció el jueves un recital sensacional, en el que su personal voz viajaba sobre los arpegios de su guitarrón eléctrico.

Con toques folk norteamericanos y arrebatos eléctricos a lo Neil Young, era en los paseos suaves cuando la dama de timbres apasionados y cercanos hipnotizaba a los asistentes, quienes inexplicablemente estaban en silencio, observando “Madre e hija” (la película melancólica que se proyectaba en la pantalla del fondo

Y tras la calma, empezaba la tempestad con los catalanes Spunkfool, con CD producido por David Kano (Cycle). Se notaban mucho las maneras de su padrino, aunque los barceloneses sonaban a banda real, no a pantomima sobre el escenario.

Era precisamente cuando abandonaban el férreo patrón y tiraban hacia el tecno-pop cuando más se disfrutaba de Spunkfool, como en su arrebatadora versión del “Rape me” de Nirvana sobre el fondo del “Living On Video” del grupo  Trans x.

La noche la cerraba el cuarteto Virüs: Dos chicas que guitarrean en Las Perras del Infierno se unían a un batería donostiarra y un auténtico fan de Ian Curtis (cantante de Joy Division) a las voces para actualizar los mensajes melódicos que la Movida madrileña dejó en nuestra cultura.

Con letras herederas de la oscuridad futurista de Aviador Dro, la puesta en escena y actitud eran arrebatadoras. Su música navegaba descarada y potente entre el rock, el punk de Parálisis Permanente y la electrónica.

Y después me desperté, justo a tiempo de llegar a la Casa de Cultura de Okendo (Donostia) para ver las actuaciones de los grupos seleccionados en el CD Donostia Elektronikoa.

La tarde arrancaba con el “enfant terrible” donostiarra, Patxi Piperra, que exorcizó sus demonios religiosos sobre ruidos de modem y colchones de elevado volumen, haciéndo electrónicos los conceptos de los punkis de Eskorbuto.

Tras él llegó Kul, que llevó la electrónica hasta la languidez del pop de su habitación forrada de posters de los Cure. Su tema “Human Cannot Fly” nos puso los pelos de punta, con sus imágenes de impacto y su crítica a las voces populares.

Pero la revelación de la noche llegó con el dúo Fairlight y su extraordinaria actuación. Potentes como Orbital, oscuros y chulapos como Stone Roses, lánguidos como Depeche Mode. Se llevaron la ovación de la tarde. Una tarde que se cerró con el funk-soul de digitalismos europeos de los chicos de Duotono.

Recuerden que esta tarde tienen la segunda de las sesiones de estos grupos primerizos, en la Casa de Cultura de Okendo. Si quieren pueden ir. O sino, prepararse unas palomitas con la TV movie de turno.

Donostikluba 2006

Entre todos la mataron y ella sola se murió. Esa frase popular sintetizaría la mutación del viejo festival de música electrónica donostiarra, Elektronikaldia, en el nuevo DonostiKluba. Un certamen que abre sus miras estilísticas más allá de los BPMs y resto de digitalizaciones artísticas.

Hablamos con el promotor del evento, Sergio Cruzado, que nos explica las causas del cambio de concepto “El balance de los 7 años de Elektronikaldia es muy bueno. Pero a nivel de repercusión y calado en la ciudad somos muy autocríticos, porque es cierto que hubo un desfonde. El interés por la música electrónica en general, y en la ciudad en particular, ha bajado. Supongo que la programación también tendría la culpa”.

Por eso empezaron cambiándole el logo (”Queríamos una estética para los carteles simple, directa y bonita. Buscando que las sillas de la ciudad estén vacías. Queremos que la gente baile”) y acabaron ofertando estilos musicales de lo más diverso. ”Los festivales cerrados no me interesan tanto. Quiero que DonostiKluba sea un festival con cultura de club, de conciertos de formato medio y participativo. Donde podamos ver a bandas que me encantan como 12twelve, Ainara Legardon y Tote King“.

Sergio ya ha adelantado algunas perlas del nuevo evento donostiarra que ofertará 34 actuaciones en 7 emplazamientos distintos. No olvidamos a Gecko Turner ni al gran Andy Smith (Portishead), que vendrá a pinchar a la capital guipuzcoana tomándose un respiro en la eterna grabación del nuevo disco de los británicos.

Tampoco pasamos por alto el concierto de Anorak, la banda con el nombre más indie del mundo. “Virus, Spunkfool y Anorak son las propuestas del DonostiKluba que representan la energía y el descaro. Lo que siempre ha sido la música“. Los catalanes publican esta misma semana su segundo trabajo, “Synthetic Pop Covers From The European Space Agency”. Un CD en el que dan cuenta de las canciones de los autores que más les gustan: Ramones, Spacemen 3, Stone Roses, XTC, Stranglers, Joy Division,…

Bandas que seguro que también han inspirado a más de una de las formaciones seleccionadas para el Donostia Elektronikoa, proyecto que recopila en un CD algunas de las bandas sin contrato discográfico más importantes de los últimos 12 meses.

Los grupos seleccionados en el 2006 son Rober Rodríguez, Patxi Piperra, L´Enfant Terrible, Kul, Inxa, Fairlight, Krell y Duotono. ¿Qué no los conoces? Es lo normal. Pero siempre puedes acertarte los días 6 y 7 de Octubre a la Casa de Cultura de Okendo para ver de qué pie (digital) cojean los cachorros creativos.

La búsqueda de estos nuevos valores no ha tenido que mirar muy lejos para llegar a las ocho bandas seleccionadas. ”Teníamos la obligación de que el 50% de los grupos fueran locales, de la capital. Y siempre había sitio para un par de agrupaciones europeas. Pero ha habido tantas cosas destacables que hemos querido recuperar su carácter local y todos los seleccionados son guipuzcoanos. En esta edición del disco hay más guitarras, más voz que otros años, siguiendo la línea del nuevo Festival. Quizás los más perjudicados sean los que están trabajando en la línea más experimental. Pero prometemos guardarles un hueco en el futuro”.

La promoción de este disco también sufre cambios, buscando adaptarse a los nuevos tiempos.”Hasta ahora ha sido un déficit. Creo que hay que potenciarla y este año vamos a hacerlo con recursos propios, como los boletines de Musicaprom que llegan a todos los programadores, medios y salas del Estado. También le hemos propuesto a la FNAC que se distribuya en sus tiendas. De momento, el primer fin de semana de Octubre, Donostia Elektronikoa se podrá conseguir en el comercio del Mercado de San Martín. Curiosamente, el problema en este punto es que el CD es gratuito”.

Como gratuitas son muchas de las actuaciones. Tan sólo se cotiza la asistencia a la Sala Gazteszena, y nunca por encima de los 12 euros. El resto de emplazamientos, agrupados bajo la etiqueta de “Clubbing” y “Off Festival”, son por tu cara bonita. “Me encantaría que todos los actos tuviesen un precio alto y la gente lo aceptase. Es una forma de recuperar el valor de la música y de los espectáculos culturales, pero en estos momentos hay que ser realistas. Se buscan precios populares en la programación oficial (sala de conciertos) y actividades gratuitas en los clubs para que la gente mueva su trasero con más alegría”.