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Juan Luis Etxeberria Entradas

Jazzaldia: la gran parranda final

La Shibusa Shirazu Orchestra volvió a ofrecer un espectáculo sorprendente en el cierre de la populosa jornada inaugural

Tras la terrible explosión vitalista de Jamie Cullum, quien quiso mantener vivo su interés musical y festivo se encontró con una oferta experimental en las terrazas del Kursaal, llenas de músicas de marcado carácter juguetón. Porque el Jazzaldia no se durmió en los laureles del posible aplauso fácil, y presentó en sus tablados gente con gusto por el riesgo.

Nuestro paseo arrancó por la zona más coqueta de las terrazas, en el llamado Escenario Coca Cola Light. Aunque sus melodías vivieron libres de cualquier régimen. El Ola Kvernberg Trio, capitaneado por el autor que da nombre a la formación, mezcló detalles electrónicos con una gran e impetuosa amalgama sonora.

Batería, violín y contrabajo acercaron las músicas escandinavas más abiertas, sonando siempre interesantes y con un batería excelente al que le sobraba tiempo para toquetear sus diversos aparatos digitales mientras seguía sacando a pasear sus baquetas. El siempre sabio pueblo presente, en forma de jovenzuelo algo achispado, tuvo a bien soltar un “Ola Ke Ase” al final de una de sus composiciones. La cosa quedó en broma acertada y divertido juego de palabras, porque la ejecución se ganó con todo merecimiento los aplausos recibidos.

En el Escenario Heineken la fiesta sonora fue un paso más lejos, con la mezcla de continentes presentada por Reijseger/Fraanje/Sylla. Acertadamente definidos en su biografía oficial como “dos holandeses y un senegalés forman este trío que no tiene nada parecido en el mundo”, Ernst Reijseger ofrecía con su violoncelo pulsiones cercanas a la música clásica.

Harmen Fraanje defendía el aire más jazzero con sus teclas de piano, tomando a veces el micro para cantar algunos pasajes. Hasta aquí todo correcto, bastante normalito,¿no? Mola Sylla (voz, m’bira, xalam, kongoma) era el que aportaba el carácter marciano, perdón, africano, a la mezcla final.

El senegalés, encargado de los instrumentos de percusión en la banda, bajaba donde el público a pasear su cinturón de cascabeles, o gritaba lejos del micro cantos salidos directamente desde la madre tierra. La mezcla puede tener todas las etiquetas que gusten, pero ninguna de ellas muy manida o habitual.

En el espacio Frigo se presentó el Robert Glasper Experiment, quienes haciendo honor al apellido de la banda interpretaron distintos acercamientos a la música de raíces negras. El señor Glaser es un reputado músico norteamericano que ha colaborado con luminarias del hip hop como Jay-Z y el enorme (en ego y creatividad) Kanye West. Y su último disco, Black Radio, ha obtenido el Grammy al Mejor Álbum de R&B en la edición del 2013.

A nuestra ciudad el señor Glaser y los suyos se trajeron sus ensoñaciones más libres. Con una guitarra-teclado que comandaba visualmente la escena, amagaban pero no acababan de pegar en sus composiciones soul, funk o de blues rítmico. Quizás es que los presentes tenían ganas de jarana y no se acababan de lanzar a estas propuestas poco concretas. Hubo mucha zona instrumental, voces filtradas con efectos, algún momento que evocó los aciertos de Daft Punk o Isaac Hayes y fusiones bastante bien hilvanadas.

La gran fiesta final

Y llegó el cierre perfecto, la gran parranda final, la locura actuante más enérgica. Shibusa Shirazu Orchestra la volvió a armar en el mismo emplazamiento en el que hace dos años nos dejaron con la boca abierta.

Imposible abordar lo visto desde un punto de vista estríctamente musical, aunque sean unos músicos de tomo y lomo. Para ir a juego con el resultado final, había dos guitarristas que podían provenir de alguna banda de heavy metal, una sección de metales que se desmelenaba en las partes más ska y Kusturika de las canciones y un director de orquesta que siguió manteniendo ese aire de “yo pasaba por aquí y son gente maja”.

No se vayan todavía, que aún hay más. A la vera del presunto jefe de escena un pintor trazando en directo, una Carmen Miranda subida a una escalera tocando dos plátanos de plástico, varios bailarines tradicionales campando a sus anchas, una especie de presentador-gritador digno de “Humor Amarillo”, una dama vestida de novia y una Marilyn Monroe que más que ir sincopada provocaba el síncope de los espectadores. Las imágenes de la pantalla principal ofrecían sus viajes por Europa en el bus de gira incluyendo su entrada a nuestra Donostia, y montajes de uno de ellos corriendo por distintas partes del mundo.

El único cambio visible respecto a su anterior visita (si quieren les pongo los títulos de las canciones, pero no creo que valga de mucho en este caso) es que el dragón gigante que antes salía para sobrevolar nuestras cabezas en las preciosas canciones pausadas interpretadas fue en esta ocasión una medusa algo más coqueta y de extensiones brillantes y plateadas.

Los 8000 asistentes vibraron con la intensidad mostrada, sin apenas momento para el relajo en su primera hora. Una suerte de improvisación constante y desvergonzada. Todo tremendamente contagioso y vibrante, que se abrió y cerró con una melodía muy pegadiza que todo el mundo tarareó en su vuelta a casa.

Fiesta Acuarela 20 aniversario. Indie a toda vela

Las celebraciones de la coqueta y relevante disquera madrileña incluyen el cirio musical de los interesantes Bored Spies, esta noche en Donostia.

Jesús Llorente (Cádiz, 1972) es un pilar de la música independiente en España. Fanzinero dogmático con Malsonando, capo del sello discográfico Acuarela Discos, promotor de conciertos y festivales -Tanned Tin- y periodista para varios medios entre los que incluimos El Diario Vasco, el ya cuarentón anda festejando el segundo decenio de su editorial sonora.

Esta semana se ha celebrado en Madrid el concierto inicial de unos fastos que se extenderán hasta febrero del 2014. En el cartel capitalino estaban los Bored Spies que hoy pisan la capital guipuzcoana. Y dos “hijos pródigos”, Señor Chinarro y Julie Doiron, que por problemas de agenda no pueden venir a nuestra ciudad.

Aún recuerdo una respuesta tuya que decía que tu sitio favorito era Euskadiz.
Aparte de un chascarrillo más o menos ingenioso, creo que comparten más cosas que las evidentes. En Euskadi siempre me he sentido como en casa. Es algo que no puedo decir a menudo.
Te has vuelto a amigar con Sr Chinarro
Ha sido cuestión de volver a estar en el momento preciso y el lugar adecuado. Cuando se ha compartido tanto es tonto caminar tan lejos. Con Julie también hemos recuperado el contacto y el cariño.
Los músicos, esa fábrica de sinsabores
A veces no buscan un agente o un tour manager, sino ambas cosas. Y también un psicólogo, un amigo o un saco de boxeo. Eso no siempre se gestiona con éxito.
En tus últimas entrevistas andas expiando dolores de esa relación
Es el momento adecuado para repasar los errores del sello. En muchos casos todavía hay cabida para la redención.
Migala, Nacho Vegas o Astrud dieron sus primeros pasos contigo.
Creo que somos más Lezama que La Masía. Siempre hay cierta pena cuando un artista se marcha, pero con la edad se lleva mejor.
¿Cuál ha sido el disco más vendido?
En unidades el “Arde” de Migala, o “Estratexa” de Manta Ray. Pero si hablamos de rentabilidad habría que mencionar los EPs exclusivos de The Decemberists o The Clientele y los vinilos de The Wave Pictures.
¿Y el grupo que más te emocionó ?
Migala simbolizan una carrera completa en Acuarela. Con gran repercusión fuera de nuestras fronteras. Crearon una magia difícil de repetir.
¿De qué vive Acuarela Discos ahora mismo?
Tiramos del patrimonio editorial (canciones en anuncios, películas), de las ventas digitales, de acabar con las tiradas, y de las horas y horas que dedicamos las tres personas que trabajamos en el sello.
Hablando de sellos, cada vez hay más microempresas de este tipo
Todo lo que sea publicar discos y organizar conciertos me parece positivo. Sobre todo cuando uno ve que los ingredientes han sido elegidos con esmero. Y si hay vocación de permanencia, ya es el acabose.
Cuéntanos más celebraciones de tu aniversario
Habrá exposiciones con carteles históricos del sello. Dos fichajes cuyos nombres aún no puedo adelantar. Y packs especiales con 20 objetos (discos, posters, curiosidades, camisetas…) de la historia de Acuarela. Sin olvidar recopilatorios y singles que en su día no pudimos publicar por falta de dinero.
Se nos acaba el espacio. Preséntanos a Bored Spies
Tras casi 15 años intentado trabajar con el venerable SooYoung Park, por fin lo he conseguido traer de paseo. Park es sinónimo de guitarras hirientes y cortantes, melodías con el ruido y la distorsión justas. Comandando Seam, SooYoung publicó discos que definieron el estilo slowcore: música shoegazer y “rock lento”. Ahora, al frente de Bored Spies ya ha publicado su primer single de continuos, elegantes y melancólicos subidones y bajones que cortan la respiración.

Spectrum: Éxitos espaciales

En un 18 de mayo cuya agenda de conciertos ya querrían para sí la mitad de capitales europeas, destaca como una luz divina, deidad a la que tantas canciones le dedicó este autor en su mocedad, la visita de Spectrum al Guardetxe donostiarra.

Poco podremos añadir sobre su cara principal, Peter Kember/Sonic Boom. Fue mitad creativa de aquella banda seminal que hoy todos adoran, Spacemen 3. Formación que unió con tanta ingenuidad como libertad química las maestrías de MC5, el blues y La Velvet Underground.

Mientras la otra mitad del combo espacial, Jason Pierce, se alió con las orquestas para crear Spiritualized, Boom ha seguido avanzando en el uso popero (y más experimental, caso de su formación EAR) de los sintetizadores. Tras colaborar recientemente con Triangulo de Amor Bizarro y trabajar en un single de sus queridos MGMT, Kember vuelve a Donostia tras un anterior concierto en nuestra urbe que el propio autor define como “cutre”. Aparquen sus temores. Las crónicas de sus últimas actuaciones hablan de un cuarteto hipnótico y en plena forma, ejecutando afamadas canciones pretéritas. Y sin morderse la lengua en ninguna pregunta de esta entrevista.

¿Qué tal vas de salud? ¿La juventud excesiva que viviste pasa factura?
Oh, sí. Todo en orden. He escuchado esas historias, algunas falsas, otras simples exageraciones. Casi todas ellas muy divertidas, he de admitirlo. Porque siempre he sido bastante responsable.

¿Qué tal trabajando con Triángulo de Amor Bizarro? Las dos canciones que montasteis son tremendas
Me alegro que te gusten. Ojalá hubiéramos tenido más tiempo para trabajar. Me parece que la banda no se quedó contenta con el resultado. Bueno, yo tampoco. A veces ocurren esas cosas. Hablando sobre cuestiones técnicas o musicales en ocasiones chocábamos con la barrera del lenguaje. Pero son detalles. TAB son una banda demencial, y me lo pasé muy bien con ellos.

En realidad, eres más conocido últimamente por trabajar para/con otra gente: caso de MGMT.
Estos chavales son geniales. Su nuevo trabajo tiene canciones increíbles. Me encantan ‘Introspection’ y ‘Your Life is a lie’, canciones poperas con un sonido gigante. Son una especie de prodigio creativo cuando mueven el culo y se ponen a currar. ¡Y eso que lo hacen en un molino!. Pero no puedo echarles la culpa por preferir vivir su vida antes que volcarse en una carrera musical constante.

Curioso el single que editaste con ellos. Hay una canción de Spacemen 3. ¿Llegaste a un acuerdo con tu antiguo socio para poder publicar bajo la vieja etiqueta?
Ni de coña. Yo compuse esas canciones, así que puedo usarlas. Obviamente, no toco canciones de Jason. Aunque recuperar su “So Hot” sería un puntazo

Subterfuge Party: Una fiesta brillante

La caravana musical del sello madrileño llega a Donostia con The Bright como jefes de pista

Han pasado más de quince años desde que la última fiesta Stereoparty pisara Donostia. Fue en el Festival de Cine y Fantástico y Terror. Corría el año 1997 y en el cartel, que hace viejo a cualquier aspirante a Peter Pan, se anunciaban las actuaciones de Fangoria, Los Fresones Rebeldes. Y dos bandas locales: La Buena Vida y Purr.

Carlos Galán, director de esta discográfica madrileña, nos presenta la versión actualizada de dicha celebración, en la que tampoco faltan nombres guipuzcoanos: ‘Tendremos la intensidad de Autumn Comets, quienes la próxima semana actuarán en el Primavera Sound. El folk rock de The Bright, el donostiarra Havoc estará presentando un nuevo EP que pronto verá la luz en nuestra casa. Y todo acabará en un gran desmadre “electropical” de la mano de un personaje de fama mundial, el guatemalteco Meneo. Adoramos Donosti y hemos preparado una gran fiesta de música independiente que esperamos haga disfrutar a la gente’.

Subterfuge siempre ha sido buen pescador en los caladeros vascos, con una lista que sorprenderá a más de uno. ‘Hemos trabajado con un montón de bandas vascas, caso de Purr o Electrobikinis. Actualmente publicamos los discos de McEnroe y Tulsa, además de Joe La Reina. En nuestra referencia 1, que era un EP que acompañaba al fanzine en el año 89, ya había una formación donostiarra: La Perrera. También presentamos la primera grabación de El Inquilino Comunista’.

Y del pasado al futuro, porque anuncian los CDs de Neuman y los DJs catalanes Buffetlibre. Pero sienten especial satisfacción por The Bright, quienes han llegado a ser Top 50 en la lista de ventas, algo ‘realmente estimulante’ para el jefe del sello.

Y para los propios músicos, claro está. ‘Fue una gran noticia que “Estados”, nuestro nuevo trabajo, llegara al puesto 47. Y también una sorpresa, claro, porque no nos lo esperábamos’, nos cuenta el dúo leonés. Una buena acogida para un lanzamiento que supone su debut en castellano. ‘La gente manifestó cierta desconfianza con el cambio de idioma. Pero en cuanto lo escucharon se despejaron las dudas, porque nos hemos mantenido muy fieles al sonido del grupo’.

Un cambio que suele tener aristas en los comienzos, pero The Bright ha sabido solventarlas con elegancia: ‘Con el castellano todo es más fácil y más complicado a la vez. Se puede jugar mucho con las palabras y buscar imágenes evocadoras. Por el contrario cuesta acostumbrarse a la métrica, y a encajar las palabras en los versos’.

La producción suena fronteriza y directa. Evocando aquel delicioso EP de Armistice, los rasgados de Calexico o la arena más melódica. ‘Quizás por llevar la contraria respecto del primer disco, que era muy frío e invernal, hemos querido darle un toque polvoriento’.

Le damos un repaso al tracklist: El estepario paseo a la sombra de “Ela”, la angelical simplicidad de “Estados”, el toque country de “Donde todo es luz”, la larga avenida folk de “Hexágonos”, los contrastes de “Cero” y “De los que pueden dormir”. Abundan los temas que refuerzan la vertiente rabiosa de los castellanos. “A veces hay que explotar y dejarse llevar. Nos gusta mucho jugar con la tensión contenida. Aunque al final lo que hacemos no deja de ser pop. En un sentido muy amplio, como cuando bajo esa etiqueta se agrupaba tanto a Nancy Sinatra como a Black Sabbath”.

El haberlo compuesto con toda una banda a la que no vamos a ver el pelo en nuestra ciudad también ha contribuido a que sus canciones de habitación hayan tomado un lustre más impactante. “Iremos en formato de dúo, algo que hacemos a menudo y que funciona muy bien. Nos gusta la intimidad que logramos con el público. Y nos da más libertad musical”.

Unos tonos acústicos que arroparán el brillante cantar de Miryam Gutiérrez – Aníbal Sánchez es la otra mitad de esta formación- . Un buen hacer vocal que nos recuerda a Christina Rosenvinge, pero mejor desayunada. “Es una comparación curiosa. Puede ser, y como la comparación podría haber sido mucho peor, nos la tomaremos como un cumplido”.

Para seguir atentos a su gira y sus diferentes estados de ánimo, que es a lo que se refiere el título de su último CD, nada como seguirles en la red social Instagram. “Ser músico ejerciente, y más en la carretera, hace que tengas un montón de cosas interesantes que contar. Y ahora no hay que esperar a juntarlas todas y escribir un libro, podemos ir goteando nuestro día a día para compartirlo con el público, que siempre es muy agradecido”.

Love of Lesbian: Noche fantástica

Love Of Lesbian, la banda que tan pronto pueden encontrarse cerrando un multitudinario festival indie como agotando el taquillaje de nuestro Kursaal (con limitaciones, la zona superior del auditorio no se puso a la venta), puede atribuirse una pequeña victoria en su visita de ayer: Conseguir levantar al público al quinto tema. Y que este no se volviera a sentar en lo que quedaba de velada, claro. Y fue una cita que pasó de las dos horas.

Los catalanes cuentan con una legión de seguidores que no les abandonarán cuando la radio y la tele vendan caras nuevas. El propio Santi Balmes, dicharachero cantor con un humor particular, hizo “la prueba del algodón” en un momento de la noche, preguntando cuántos de los allí presentes repetían cita (la anterior fue el Kutxa Kultur de Igeldo celebrado el pasado otoño). El autor se dio por satisfecho, comentando que “el nivel de fidelización era muy alto” para, a la hora de atacar la canción “Fantástico”, afirmar que ésa era la palabra que mejor definía su gran noche donostiarra.

Puede que fuera un guiño, un tópico o un gag habitual. Pero es innegable que todos los asistentes disfrutaron de las tres secciones con las que contó el show, enlazadas entre sí con bastante sutilidad: el arranque, tranquilo, a telón echado, fue con ‘Un día en el parque’. Junto con ‘Domingo Astromántico’ y las más animadas ‘La Noche Eterna’ y ‘Wio’ conformaron un inicio caracterizado por unos medios tiempos que fueron ganando tensión con el paso de los minutos.

La segunda de las partes tomó cariz más rockero, siempre con espacios para lo épico, destacando en momentos como ‘De esta sí salimos’ o ‘Segundo asalto’. La discotequera ‘Belice’ fue otro ejemplo del particular entonar de Balmes, al que no le importa cambiar las sonoridades teóricas de las palabras para adaptarlas a la canción.

‘El hambre invisible’ daría entrada al desenlace de la lista de canciones, con muchas y variadas formas de construir un hit: Colocando “pararas” en las melodías, bajando a correr por los pasillos, elevando los estribillos aún más. Caso de ‘Allí donde solíamos ir’ (cantada entera por el público), ‘Los seres únicos’ o la expresiva ‘Las malas lenguas’.

Tras un pequeño parón, la cosa se fue aligerando sin perder la senda exitosa de sus melodías más directas. Los músicos salieron con sombreros, y el cantante atacó ‘Pizzigatos’ sentado en un diván. Después llegarían arrebatos como ‘Club de fans de John Boy’ o ‘Si tu me dices Ben, yo digo Affleck’.

Las lecciones de autoestima del vodevil ‘Me Amo’ nos llevaron a momentos más tecnopop (‘Fantástico’) y hasta post punk (‘Algunas Plantas’). La urgencia de esta crónica nos hizo abandonar la sala antes de que el más que probable bis comenzara a sonar. Poco podía cambiar, si no es a mejor, la sensación de haber visto a un grupo que conecta con su numeroso público basándose en canciones y temáticas personales.

Hidrogenesse: Una de las dos Españas

Fue uno de los discos más relevantes del 2012. “Un digito binario dudoso” evocaba la tortuosa vida de Alan Turing, uno de los padres de la computación moderna. ‘Decidimos hacerlo en 2012 por el centenario de su nacimiento’, nos cuenta la pareja creadora. ‘Nos pusimos en plan cotillas para hacer el disco. Leyendo textos suyos, biografías y literatura científica. Disfrutamos mucho del proceso de creación, cosa que no es muy normal en nuestro caso’.

El desenlace se ha convertido en el CD más “serio” de los que han entregado hasta la fecha. ‘¡Es que las canciones están basadas en hechos reales! La realidad es siempre mucho más desagradable’. No hay más que ver la persecución que sufrió Turing por su homosexualidad. Esas uniones que en Francia ha levantado tantas ampollas las últimas semanas. ‘Aquí nos creemos que tenemos la exclusiva de «las dos Españas», con ultra conservadores y católicos radicales. Pero los herederos de Pétain son como nuestros herederos de Franco’.

Y quién sabe si llevando adelante la vertiente más positiva de ese máxima que cantaba Astrud de “hay un hombre en España que lo hace todo”, Hidrogenesse no saben estarse quietos ni homenajeando. Han musicado la película “Garras humanas” de Tod Browning (‘ojalá alguien nos pida repetir el experimento’) y han adelantado un single de lo que será su siguiente trabajo.

“El artista”, que así se llama el nuevo tema, asienta su melodía principal en esta frase de Albert Sierra: “Si tanto les disgusta lo que hago, les propongo que me paguen a mí el dinero que cuesta hacer una película y prometo no hacerla» . La banda se explica. ‘El crowdfunding nos parece algo tan decadente y tramposo que no necesita que hagamos burla. Nos gustó más lo de KLF, quemando un millón de libras y prometiendo que no volverían a la actividad musical hasta que no hubiera paz en el mundo’.

Su sello, Austrohúngaro, también presenta una agenda llena de eventos. ‘Espanto dicen que en otoño saldrán de Logroño. También tenemos previsto seguir sacando EPs de Alfacrepus, y un nuevo disco de Chico y Chica’. Lo dicho, “hay un dúo en España que…”. Solo les falta cuidar de los niños que habrá en la guardería del cine Trueba con motivo de su concierto.

Triángulo de Amor Bizarro: Amor ruidoso

Pocas veces guardamos boli y papel en el bolsillo y disfrutamos de la música sabiendo que sabremos transmitir la maravilla de la que disfrutamos sin más apuntes que los de nuestra felicidad. El concierto de Triángulo de Amor Bizarro fue uno de esos momentos. Una formación espectacular cuya elegancia viaja envuelta en un guante de boxeo. Abundan las distorsiones y pedales de efectos en unas composiciones que te ponen los pelos de punta, pero a base de guitarrazos.

Sus creaciones son dignas de los mejores My Bloody Valentine, conjunto que editó un álbum para la historia y dos fantásticos discos pequeños. Obras que estos gallegos han hecho propias para construir unas canciones plenas de energía. También se dejan influir por más formaciones enormes: Los Planetas, Pixies, Jesus And Mary Chain. Grupos que nacieron agrestes y que el paso de los años ha convertido en piezas básicas de rock indie.

Pero no todo van a ser estridencias. Porque este cuarteto gallego también puede sonar a Stereolab o esos The Pains Of Being Pure At Heart a los que parecen reverenciar en su último single. Un tema que en directo es, para variar, un tortazo sonoro. TAB consiguen que queramos vivir en sus canciones (la parte final de “Ellas se burlaron de mi magia” es una obra maestra de la exaltación), que entremos en internet para mirar cuándo es su próxima fecha y viajar hasta ella. Es lo que haríamos por un amor. Y este, aunque suene bizarro, lo es.

Primavera fest: Ricos platos sonoros

Intérpretes: We Are Standard, Nimu, Daniel Trim, Frank Caro. Día: 27 de abril del 2013. Asistencia: unas 250 personas. Entrada: 18 euros.

Este fin de semana la discoteca donostiarra Bataplán celebraba su cita anual (o puntual) con las músicas ejecutantes, ampliando la propuesta habitual de un concierto a la inclusión de varios DJs de atractivas mezclas y estirando su duración a dos noches. Envuelvalon todo, pónganle un cartel y ya tienen el Primavera Fest.

En el lado pinchadiscos destacó Bimba Bosé. Más allá de su nombre, ofreció una buena sesión eléctrónica. Los Zombie Kids demostraron que también saben liarla en la costa, llevándose el hipotético premio a la mejor pinchada. La cantera local demostró buena forma y supo rayar a la altura. Apunten al menos sus nombres, por si se los cruzan en el futuro: La Fabrica de Colores, Nimu, The Wicked Pair.

Pero todos los focos se dirigían, por fama y potencia escénica, a We Are Standard. Los bilbaínos andan paseando su fabuloso nuevo trabajo, el reciente “Day”. Y esta fue la presentación oficial donostiarra, y no el desdibujado acto de entretiempo que se cascaron hace pocos meses en Intxaurrondo. Porque volvimos a ver a la formación que nos maravilló teloneando a Primal Scream. Son sus hijos directos, vástagos de la escena musical de los 90 que explotó con aquel disco titulado “Screamadelica” y que tuvo sus referentes en Stone Roses, Flowered Up, Happy Mondays y resto de sicodélicas agrupaciones poperas.

A todos ellos homenajea con gran visibilidad la numerosa banda capitaneada por el cantante Deu Txillardegi, quien el sábado pasado mostró su mejor cara como animador. De entre sus canciones emerge el single “7,45 (bring me back home)”, una melodía épica y elevada que debería quedar como tema eterno de nuestra discografía popular. Pero el resto de composiciones no son cojas. Las nuevas destacan por ese homenaje británico bien asimilado. Las antiguas, por el claro componente rockero, entrecortado y danzante. Ambos conceptos casaron bien con la isla de fondo. Esperamos que la idea – ya sea como festival o como acto más solitario- se repita antes del 2014.