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Love of Lesbian: Noche fantástica

Love Of Lesbian, la banda que tan pronto pueden encontrarse cerrando un multitudinario festival indie como agotando el taquillaje de nuestro Kursaal (con limitaciones, la zona superior del auditorio no se puso a la venta), puede atribuirse una pequeña victoria en su visita de ayer: Conseguir levantar al público al quinto tema. Y que este no se volviera a sentar en lo que quedaba de velada, claro. Y fue una cita que pasó de las dos horas.

Los catalanes cuentan con una legión de seguidores que no les abandonarán cuando la radio y la tele vendan caras nuevas. El propio Santi Balmes, dicharachero cantor con un humor particular, hizo “la prueba del algodón” en un momento de la noche, preguntando cuántos de los allí presentes repetían cita (la anterior fue el Kutxa Kultur de Igeldo celebrado el pasado otoño). El autor se dio por satisfecho, comentando que “el nivel de fidelización era muy alto” para, a la hora de atacar la canción “Fantástico”, afirmar que ésa era la palabra que mejor definía su gran noche donostiarra.

Puede que fuera un guiño, un tópico o un gag habitual. Pero es innegable que todos los asistentes disfrutaron de las tres secciones con las que contó el show, enlazadas entre sí con bastante sutilidad: el arranque, tranquilo, a telón echado, fue con ‘Un día en el parque’. Junto con ‘Domingo Astromántico’ y las más animadas ‘La Noche Eterna’ y ‘Wio’ conformaron un inicio caracterizado por unos medios tiempos que fueron ganando tensión con el paso de los minutos.

La segunda de las partes tomó cariz más rockero, siempre con espacios para lo épico, destacando en momentos como ‘De esta sí salimos’ o ‘Segundo asalto’. La discotequera ‘Belice’ fue otro ejemplo del particular entonar de Balmes, al que no le importa cambiar las sonoridades teóricas de las palabras para adaptarlas a la canción.

‘El hambre invisible’ daría entrada al desenlace de la lista de canciones, con muchas y variadas formas de construir un hit: Colocando “pararas” en las melodías, bajando a correr por los pasillos, elevando los estribillos aún más. Caso de ‘Allí donde solíamos ir’ (cantada entera por el público), ‘Los seres únicos’ o la expresiva ‘Las malas lenguas’.

Tras un pequeño parón, la cosa se fue aligerando sin perder la senda exitosa de sus melodías más directas. Los músicos salieron con sombreros, y el cantante atacó ‘Pizzigatos’ sentado en un diván. Después llegarían arrebatos como ‘Club de fans de John Boy’ o ‘Si tu me dices Ben, yo digo Affleck’.

Las lecciones de autoestima del vodevil ‘Me Amo’ nos llevaron a momentos más tecnopop (‘Fantástico’) y hasta post punk (‘Algunas Plantas’). La urgencia de esta crónica nos hizo abandonar la sala antes de que el más que probable bis comenzara a sonar. Poco podía cambiar, si no es a mejor, la sensación de haber visto a un grupo que conecta con su numeroso público basándose en canciones y temáticas personales.

Publicado enCríticas de conciertos

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