Saltar al contenido

Etiqueta: Saioa

Saioa: Naturaleza imperfecta

Tras un largo parón, la guipuzcoana Saioa Garín regresa con un trabajo grupal lleno de contrastes

Todo indica que los distintos niveles de la silueteada muñeca rusa que ilustraba “Matrioska Heart” (Moonpalace Records, 2008) acabaron por fatigar a esta autora de Legorreta. “Me resultaba imposible inspirarme. Y abandoné la guitarra. Pero me di cuenta de que debía trabajar todos los días. Hace un año me puse a ello, y las canciones de este CD fueron brotando”.

Producido por el inquieto Joseba Irazoki y cantado en euskera, “Natura” presenta varias novedades: Lo primero, el formato banda, en la que participan músicos como el propio Irazoki, Jaime Nieto (WAS) y Felix Buff (Willis Drummond). Como bien supondrán con esta selección, el folk se electrifica con elegancia, pisando terrenos norteamericanos muy atractivos. Y sorprenden gratamente los pasajes más calmados, caso de la preciosa “Espedizio itsua”.

¿Fue una elección ciega (“Itsua”) la de Joseba como productor?

Soy una gran admiradora de su música. Quería que mis canciones “de habitación” tomaran otro camino, que tuvieran un bonito acompañamiento. Le envié unas demos y enseguida lo vio claro. Ha sabido llevar cada canción a sus propias fuentes de creatividad musical. Sin olvidar las fructíferas ideas que fueron surgiendo durante la grabación.

¿No te dio miedo delegar?

Al contrario, quería ver cómo fluía la imaginación de cada músico. Era consciente de que había riesgo de que no me gustara el resultado, cosa que no sucedió. Pero ante todo tenía claro que tenía que dar libertad a cada uno de ellos. Todos quedamos satisfechos con el resultado final.

¿De qué discos hablabais en el estudio a la hora de perfilar este álbum?

Yo le mencioné el grupo Low. También le hablé de mi pasión por la música de Smog. El ritmo de “Higadura”, por ejemplo, me recuerda a Bill Callahan. Muchas veces utilizábamos la expresión de “lo-fi a lo Smog” para referirnos a algunas imperfecciones que tocábamos. Quería transmitirle a Joseba que mi objetivo es la naturalidad, aunque esta sea algo descuidada. Es lo que más me llega de los músicos que me gustan.

De ahí la elección de “Red Apple Falls” de los nebulosos norteamericanos como escucha previa en tu concierto de Kafea Eta Galletak.

Me parece una preciosa colección de melancolías. Delicadas, sutiles, cuidadas, sencillas pero esenciales.

Joseba Irazoki, Saioa: Nudos simples


Intérpretes: Joseba Irazoki (Guitarra, banjo, voz), Saioa (guitarra, voz). Lugar: Sala Imanol Larzabal (C.C Lugaritz, Donostia). Día: 27 febrero 2009. Asistencia: unas 70 personas.

Se prometía feliz y gozosa la noche del pasado viernes en el Lugaritz donostiarra. Dos de los artistas vascos más interesantes, encantadores, emocionantes y, por ende, poco conocidos se unían por vez primera sobre un escenario.

Sobre un espacio simple pero engalanado con mucho mimo, con ovillos rojos de lana guiando al asistente a los asientos desde la misma entrada al recinto y decorando los focos que iluminaban de manera tenue la sala, la pareja de la noche se mostró muy desenfadada en las presentaciones. Eternamente risueño el, sencilla ella, como si estuvieran invitando al salón de su casa a los espectadores.

Saioa y Joseba Irazoki prometían enredar en repertorio ajeno (“Korapilatuak” era el nombre de la cita) para ofrecer nuevos puntos de vista a unos temas cuyo camino individual ya era muy atractivo.

¿Consiguieron los autores su objetivo? Pues deberemos decir que a medias. Porque el famoso vínculo de hilos no hizo un jersey de muchos colorines, sino un nudo simple, de esos de prisión de juego infantil, demasiado fácil de soltarse.

Para nuestra desdicha, que imaginábamos mentalmente a Saioa navegando simple y expresiva por los temas de Irazoki, y a Joseba enrabietando las canciones de la dama de Legorreta, cada músico ejecutó sus propios temas y contó con sencillos acompañamientos a cargo del contrario.

Unos complementos que tuvieron su parte acertada. Los juegos vocales fueron de lo mejor de la noche. “Sasitza naiz” o la canción que les unió por primera vez, el “Itsasoa” presente en el último disco del navarro, fueron muy bien recibidos. Contar con Saioa al micro que te acompaña es un seguro de vida y un plus de calidad.

Ella es pura energía interna, emoción vocal que sale desde lo más hondo de manera innata y que es capaz de mantener boquiabierto al oyente aunque se casque un concierto a capella.

Lastima que el viernes, ante la presencia sonora del chico, se le viera un poco encorsetada, demasiado atenta a los movimientos de su compañero y en ocasiones algo tapada por los dibujos del banjo.

Todo ello sin desmerecer la capacidad vocal de Irazoki, cada día más suelto con esa particular entonación saltarina y un cuerpo muy expresivo. Pero donde el señor maravilla es a la hora de empuñar una guitarra.

La aportación que hizo a las canciones de Saioa enriqueció el habitualmente humilde rasgado de la autora guipuzcoana. Sus guitarrazos a lo Neil Young en “Adaskak”, golpeando las cuerdas moviendo el hombro, convirtieron el tema en un rudo y precioso paseo por la arena del desierto.

Tras un bis que incluyó una versión de Leonard Cohen y un cronómetro que se nos paró a los 75 minutos, la unión de músicos nos dejó un buen sabor de boca. Aunque los cabezones sigamos pensando que una verdadera fusión de creatividades convertiría la propuesta en algo memorable.

Joseba Irazoki y Saioa: Buenas madejas folk

Joseba Irazoki y Saioa, dos de los artistas más interesantes y renovadores del panorama musical vasco, deciden enredar sus canciones esta noche en Donostia en una cita muy atractiva.

En la historia de la música ha habido muchas parejas musicales. Fusiones de creatividades individuales, ya fueran de mundos dispares o de caminos paralelos, que deciden en un momento dado unirse en un proyecto común. Los hay que han cambiado la historia de la música (Stan Getz/ Joao Gilberto) o que han añadido nuevos enfoques hoy en día inviables, como el crapulismo erótico-popero de Serge Gainsbourg y Jane Birkin.

Otros pares juegan a la siempre seductora mezcla de ogro y doncella (Mark Lanegan/ Isobel Campbell). Joseba Irazoki, el protagonista masculino de nuestra entrevista, nos añade más pares a nuestra lista, tirando por el lado ‘chico conoce a chica’: “PJ Harvey y John Parish han hecho cosas muy buenas juntos. También están Bjork y Mark Bell, los clásicos Jonnhy Cash y June Carter,…”

Lo suyo con Saioa, la dama de la charla, es más liviano en el tiempo y en la profundidad. Una fusión que nace de la admiración mutua que inunda el encuentro. “De ella me gusta su sensibilidad, me parece que canta desde muy adentro y eso te llega. Además de pensar que es una muy buena compositora”, “Joseba es un gran guitarrista, me atrae su forma de improvisar sobre mis canciones, le dan un toque que me gusta mucho”. Esta unión temporal de músicos permitirá ver la reconstrucción conjunta de temas de ambos autores, espoleados por el guante lanzado por Juanra, gestor de la pequeña y melancólica disquera guipuzcoana Moonpalace Records. Empresita que ha editado algunos trabajos de ambos autores.

Saioa confirma que fue él quien “propuso la idea de colaborar entre nosotros. Se le ocurrió que podríamos tocar y cantar juntos canciones propias sobre un mismo escenario. La fecha se titula Korapilatuak, que en castellano significa “enredados”. De ahí la idea de “enredarme” yo en los temas de irazoki y él en los míos. A los dos nos gustó la idea”.

El concierto guipuzcoano de esta noche presentará temas con arreglos especiales para la ocasión y alguna que otra versión que los ejecutantes no nos quieren desvelar. Irazoki nos anuncia que él tocará “la guitarra en sus canciones y ella tocara la guitarra y hará coros en las mías. Cada uno eligió las canciones propias que quería hacer y luego hicimos un setlist que fuera bien con la idea común“.

La fusión parece, a priori, encajar de manera bastante natural, dado que son dos de los creadores que practican el folk vasco-USA, esos pasajes tan de moda en los últimos años que viven muy cercanos a las herencias de Bob Dylan y resto de clásicos norteamericanos. La guipuzcoana da el contrapunto afligido, expresivo y árido, el navarro mete un poco más de pop en las melodías. Saioa no lo ve tan claro. “Puede que así sea, no lo sé. Yo creo que la música de Irazoki está más enraizada en el sonido vasco, hablando en general, y la mía se acerca más al sonido norteamericano“.

La propuesta cuenta con otra parada en Abril, tocando con Will Johnson (Centromatic, South San Gabriel) en Gasteiz, y los socios no descartan que la cita de hoy se grabe en audio o vídeo. Joseba afirma que han estudiado el tema, “pero no con la intención de publicarlo después”.

La agenda del creador de Bera no entiende de EREs. Cuenta que tiene más trabajo que nunca. Él, que el pasado verano pisó tierras niponas como si fuera un pequeño Beatle.”Viajé con la careta de DO, mi proyecto más experimental. Fue una experiencia fantástica, aluciné con que mi primer disco con esa denominación tuviera éxito por aquellas tierras. ¡Me pedían autógrafos!. Tuve la sensación de que me trataban como cuando aquí vienen músicos americanos que nos parecen la leche”.

Su libreta no se queda en el arriesgado y exitoso experimento nipón. Además de ir de guitarrista de Rafa Rueda en directo, tiene pendiente la grabación de dos discos. “En breve entro en el estudio con mi proyecto On Benito y también voy a producir lo nuevo de Sextysexers. También espero tener preparado para mayo de este año el nuevo disco“folk” para Moonpalace”.

Ella se toma el futuro con más tranquilidad. En su haber, conciertos seleccionados. Pocos pueden afirmar que han tocado en el madrileño Ladyfest o en nuestro verde Chillida Leku y que han cerrado con sus sonidos el informativo prime-time del canal televisivo Cuatro. Las próximas fechas incluyen la presentación de su último disco (“Matrioska Heart”) en Madrid el 7 de Marzo y una visita al ciclo Erakusleihoa, organizado por la donostiarra Casa de Cultura Ernest Lluch, el 26 del mes que viene.

Gregor Samsa + Saioa: Elegancia sonora

Intensa la semana de Donostikluba, la propuesta que busca presentar en nuestra ciudad de grandes actos pequeñas pero interesantes ofertas musicales.

Si el fin de semana pasado acercó a la ciudad los DJs nacionales más potentes en temas de soul y funk, ayer a la tarde le tocó el turno al pop local más íntimo (Saioa) y a los barroquismos melódicos de origen norteamericano (Gregor Samsa).

Con cierto retraso que no movió la aguja más allá de las 1920 horas, la cantante de Legorreta inauguró la velada. Presentaba el bello Matrioska heart, CD recién salido del horno que ganó muchos enteros en su puesta en escena.

Arropada por una única guitarra, la guipuzcoana practica, a grandes rasgos, el folk USA que lleva 40 años poniéndonos los pelos de punta. Estilo que tan buenos momentos nos ha dado de la mano de Bob Dylan, Leonard Cohen (homenajeado con una versión en directo) o los más modernos Sufjan Stevens o Bright Eyes. Gentes que no siempre han entregado canciones perfectas pero que mantienen una capacidad de transmisión envidiable, un no se qué que hace que te enganches a ellos sin remisión.

Señor Chinarro : Un nuevo mundo

Intérpretes: Sr. Chinarro, Saioa
Día: 12-04-2007
Lugar: Sala Gazteszena (Donostia)
Asistencia: Unas 400 personas

¿Cuánta gente se compró el último disco de Señor Chinarro? Ojo, no se lo tomen como un purismo, ni como una serenata de la Sociedad General De Autores. Pero es más cierto que el hambre en África que en los últimos tiempos, cada vez que vamos a un concierto teóricamente indie o minoritario, la sala está repleta para ver a músicos que hasta hace bien poco no pisaban nuestra provincia por falta de quórum. Que es lo que suele pagar las furgonetas de desplazamiento y los hostales en la Parte Vieja.

Sr. Chinarro, por ejemplo, no había actuado nunca en Euskadi. Y eso que el perro andaluz (por aquello del libertinaje literario de su cabeza visible, Antonio Luque) lleva desde el año olímpico barcelonés dando la murga para nuestro gozo y satisfacción.

Un deleite que en los últimos tiempos ha mejorado mucho. Antes era habitual que el grupo saliese a tocar sin afinar las guitarras. En una ocasión Luque se presentó en el famoso Festival de Benicassim sin banda y sin instrumentos, ante lo cual la organización tuvo que sacar fuego de donde sólo había palillos.

Según vimos el jueves pasado, se puede afirmar que “El Mundo según”, nombre del último CD de esta formación peninsular, es un globo terráqueo ejecutante mucho más agradable y llevadero.

Luque se ha convencido de que para actuar hay que fichar a buenos músicos. Mozos jóvenes y con ganas que aportan profesionalismo y seriedad escénica a la hora de presentar las canciones propias.

Su acompañamiento fue el más correcto que hemos escuchado jamás sobre las canciones chinorras. A veces arrimándose a Los Planetas más clásicos. Otras demostrando que Luque es el Jonathan Richman patrio. Siempre con letras que se dejan llevar por metáforas absurdas, dobles sentidos e imágenes costumbristas.

Pero faltaríamos a la verdad si no dijéramos que nos encantó la guipuzcoana Saioa, encargada de abrir el concierto. Con una guitarra acústica como única compañía la dama cuyo DNI la coloca en Legorreta demostró que sus genes creativos están más allá del charco.

Si cantaba en inglés la situábamos cerca de Jeff Buckley, a dos pasos de Kristin Hersch (Throwing Muses), al lado de todas las compositoras que nos los ponen como escarpias. Si lo hacía en euskera era imposible no darle el testigo de nuestra Anari. Síganle la pista si tienen oportunidad y ganas.

Final Concurso Pop-Rock Ciudad de San Sebastián: Y el ganador es…

¿Hubo ayer jarana en casa de sus vecinos?¿Acaso escuchó, desde la tranquilidad de su salón, múltiples descorches de bebidas? No, Fernando Alonso no estaba celebrando la vuelta rápida conseguida en los autos de choque del Paseo Nuevo. Pero es más que probable que entre sus compañeros de portal se encuentren personas cercanas a Dunkelheit, el grupo donostiarra que se alzó con el triunfo en la gran final del XIII Concurso Pop-Rock Ciudad de San Sebastián, celebrada la noche del pasado domingo en el escenario de Reyes Católicos.

Su premio, jugoso para las bandas noveles sin contrato discográfico que se presentan a este evento, es la grabación de un CD y 500 copias promocionales del mismo. Las otras dos formaciones finalistas no se fueron con las manos vacías. Los chicos y chicas de Black Diamond se agenciaron los 1500 euros del segundo premio, dejando los suculentos 900 de la parte baja del cajón para Saioa.

El evento agradeció el traslado del escenario del Paseo Nuevo, lugar que acogió las últimas ediciones, al recogido tablado del Reyes Católicos situado entre el edificio de Correos y el Koldo Mitxelena. Un espacio que durante el resto de la semana presentará cálidos ritmos latinos.

Una de las más agradecidas por el cambio de emplazamiento fue la solitaria propuesta de Saioa. Nacida en Legorreta pero criada musicalmente bajo patrones norteamericanos de emotividad intachable (Jeff Buckley, Elliott Smith), la compositora guipuzcoana apareció en escena con una guitarra como única compañía y un aplomo impropio si tenemos en cuenta que era su segundo concierto. La voz no le tembló a la hora de exponer su delicado balance emocional con letras en inglés.

También en inglés, y con el plus de energía que caracteriza a un sexteto que practica el hard-rock, se presentaron Black Diamond. Capitaneadas por dos vivarachas mozas a los micros, su concierto fue de menos a más, con una contundente traca final repleta de fósforo melódico.

Porque para chispas, las que echaban sobre el escenario los diamantes negros afincados en Astigarraga, con su potente mezcla de los sonidos que bandas como Kiss y MC5 popularizaron hace años. 1500 buenas razones, circulares y acuñadas con motivos europeos, pueblan la cuenta común del grupo tras el segundo puesto obtenido.

Tras ellos salieron los que a la postre iban a resultar vencedores de esta supersticiosa edición del Pop-Rock donostiarra. Vestidos con caretas y acompañados por cadavéricos actores, quien sabe si buscando exorcizar cualquier superchería que pudiera contener la edición número 13 del concurso maquetero guipuzcoano, el grupo Dunkelheit desplegó toda su artillería visual y armónica en la actuación que cerraba la cita del domingo noche.

El cantante de esta populosa banda, pequeño animal escénico, sabe atraer la atención del respetable mientras el resto de la formación navega por esas tonadas oscuras, sensibles y repletas de sintetizadores que bandas como Joy Division, The Cure, OMD, Ultravox o Bauhaus popularizaron hace dos décadas.

Pop gótico lo llamaban entonces, y hacía tiempo que no lo veíamos reivindicar con tan buenas maneras en nuestro subsuelo musical. Dunkelheit pronto abandonará, gracias al premio obtenido, ese estado iniciático para formar parte de los grupos con discografía. Esperamos que sea el primer paso de una carrera de fondo.

Discos de los finalistas del Concurso Pop Rock Ciudad de San Sebastián 2004

Saioa
“S/T”

El rock americano se sumerge para ascender en el Oria, a la altura de Legorreta. Entre sus 1370 habitantes está Saioa, una enamorada del rock pausado y sentimental de gente como Jeff Buckley o Elliot Smith. La voz femenina nos hace tirar más hacia unas Throwing Muses o, mirando a hijos europeos, unos Bettie Serveert de gira de pubs. Con la sola compañía de una guitarra y una voz personal y fresca, despacha seis canciones con algún aire blues y gran cercanía emocional. Todo en inglés, claro.

Dunkelheit
“Idem”

Llegan las hordas germánicas. Los ochentas más oscuros, aquellos que lloraron la muerte de Ian Curtis (Joy Division) y vibraron con Bauhaus y el resto de perlas negras pop-rockeras, influyen sobremanera en las composiciones de este populoso grupo donostiarra. Con guiños electrónicos, sus tres canciones van subiendo en intensidad sin abandonar las melodías graves y afectadas, dejando para el final “She”, la más preciosista de todas ellas.

Black Diamond.
“Long cool and wild”.

Desparpajo hard-rock (Gene Simmons y sus Kiss sobrevuelan los minutos melódicos de esta maqueta), con filas de rimmel bajo los párpados. Capitaneada por dos desvergonzadas damiselas al micro, la banda guipuzcoana de carbónico nombre presenta una colección de melodías salvajes y directas, todas bien pulidas por el efectivo Jorge Reboredo. “Suzie and Jack” o la posterior “Feel the same” concentran los mayores aciertos (que no los únicos) de esta tarjeta de presentación.