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Categoría: Entrevistas

Astrid: Paso a paso

Empezaron fuerte, pero diversos acontecimientos musicales les bajaron de un pedestal al que les habían aupado antes de tiempo. Tras mil problemas con todo lo que puede enturbiar la vida de un músico (sello discográfico, management), el grupo escocés Astrid se asienta con su tercer trabajo, “One in Four”. Un disco que presentan mañana sábado en el Gazteleku de Oñati.

Muchas veces uno sale de una situación complicada, como la que sufrió este grupo, con la moral crecida. William Campbell, cantante y guitarrista de esta formación isleña, nos chiva su secreto, que no es otro que mantener la mente lúcida. “Sentíamos que teníamos que hacer este disco y no “otro disco de pop”. Nuestra discográfica quería un trabajo continuista, y nosotros finiquitamos el contrato. Pasamos por muchas agencias de management, lo cual tampoco ayuda a que te centres en tu trabajo”.

Ante tanto obstáculo, cualquiera de los músicos de Astrid podría haber sido una de esas cuatro personas con problemas mentales a las que se refiere el título de su nuevo CD. Una denominación “dedicada a un amigo nuestro de Glasgow, que ha creado una organización caritativa que aborda dicho problema (www.one-in-four.co.uk)”.

La banda decidió atacar los fantasmas y desordenes mentales que podrían acarrear sus problemas cotidianos con una actividad incesante. “Trabajamos en otros proyectos musicales, grabamos dos discos como integrantes del grupo The Reindeer Section (formación con miembros de Mogwai, Arab Strap, Belle and Sebastián, Teenage Fanclub y Snow Patrol) y ahorramos el dinero para la grabación de este “One in four”. No sabes la alegría que da ver el disco, por fin, en la calle”.

Hablando de bandas musicales escocesas, la verdad es que la región norteña ha dado los últimos años algunas de las más relevantes y refrescantes combinaciones pop-rockeras.

Exposición «Desafinado»: Los mil trazos de las melodías

Esta tarde se inaugura en la galería donostiarra Drum la exposición “Desafinado”, uno de los últimos ejemplos de la comunión casi natural entre lo sonoro y lo visual. Cinco diseñadores gráficos ubicados en donostialdea presentan sus trabajos más personales, creados alrededor de esa pasión común que rodea sus vidas: la música. Ese arte armonioso que Ainara LeGardon atacará en acústico en la inauguración y el Drum Team DJs hará girar en la fiesta posterior.

Empezamos hablando con Javier López Altuna, coordinador de esta muestra y artista incluido en la colección, sobre esos mundos tan cercanos. “La relación entre grafismo y música se muestra muy clara en los discos. La idea de “desafinado” nace como consecuencia lógica de nuestro interés por estos dos ámbitos. No hay que olvidar que nosotros vendemos discos arriba y exponemos arte abajo”.

Le acompañarán nombres de diligente afán creativo: Iker Spozio, Jose Luis Lanzagorta, Jose Antonio Iglesias “Blami” y David Navascués. Algunos les sonarán más que otros, dada la repercusión mediática con la que pueden contar Navascués (creador los últimos dos años de las iconografías del Jazzaldia) o Blami (DJ e inquieto autor que dirige el arte de Loreak Mendian).

Quien investigue más a fondo descubrirá a un antiguo dueño de una casa de discos indie e ilustrador de portadas para sellos discográficos como Rough Trade (Iker Spozio) y a un músico que va camino de convertir su amor por las armonías en su modo de vida, ya sea como ejecutante en La Buena Vida o como diseñador de inspirados carteles de clara ascendencia pop (Lanzagorta).

La exquisita canción de Jobim, esa melodía que suena todos los jueves de verano en el carillón de la ciudad holandesa de Middelburg, da nombre a una recopilación de trabajos donde la creatividad se deshace de los habituales corsés laborales. “Aquí los artistas pueden enfocar la relación grafismo / música de un modo totalmente libre y hacer propuestas que se salgan del terreno acotado por el mercado en los encargos convencionales”.

Blami apuesta por un misterio que se salta a la torera las leyes físicas. “Presento un total de 300 obras en esta muestra”. El lasartearra es un habitual de estos mundos expositores. Sus ramalazos artísticos abarcan desde el pop hasta las representaciones pictóricas más irónicas, conjugando la simplicidad de los trazos con el exacerbado detalle de sus obras materialmente más amplias. Una de esas obras extensas le tiene especialmente orgulloso últimamente. “En una nueva tienda de Loreak Mendian en Australia se ha realizado un mural con un dibujo mío. Y ha quedado precioso”.

El Italo-donostiarra Spozio plasma en esta exhibición colectiva sus obras inspiradas por los vaporosos Flying Saucer Attack y el inclasificable Screamin’ Jay Hawkins. Este diseñador demuestra vivir la música en un sentido tan íntimo como vital. “Supongo que la música es, entre todas las artes, la que más fuerza tiene a nivel emocional. Orfeo podía hacer que hasta las piedras lloraran, ¿no?”.

Antes de asentarse en Donostia, Spozio montó su propia discográfica, See-Through Records. Ahora mata el gusanillo como miembro del Drum Team DJ. Sin olvidar su participación como ilustrador en asentados proyectos foráneos como The Ptolemaic Terrascope, “ una revista inglesa de gran prestigio en el ámbito de la sicodelia, el folk y la música sixties”.

Lanzagorta presenta en esta exposición “desafinada” una selección de trabajos realizados y publicados. A lo largo de estos últimos años ha ido moldeando sus ideas más personales. “Mi trabajo siempre ha estado basado en una relación comercial con un cliente. Ahora me interesa buscar vías de expresión más «artísticas», más ligadas a la propia expresión plástica”.

Este creativo palentino siempre supo que el diseño gráfico y la música guiarían su vida. “Me encerraba en mi habitación con unos rotuladores, el letraset, ponía un disco (de vinilo, por supuesto) y llenaba folios con bocetos de carteles de música pop”. El C.A.T. y nuestro internacional Jazzaldia ya le han tenido como creador de su imaginería.

Su relevo en la iconografía festivalera parece haberlo tomado David Navascués. Suyos son el piano del año pasado y el guitarrista de jazz que ahora identifica a nuestro Festival Internacional de Jazz. “El Jazzaldia me ha servido para poder hacer carteles de jazz, que es mi tema preferido”. Dicho tema sigue presente en los 35 pequeños cuadros que expondrá. De creación exclusiva para esta muestra, las  láminas relacionan dibujos abstractos con nombres de músicos cercanos al free jazz.

Artista de proyección internacional (“Acabo de terminar una serie de ilustraciones para la revista New Yorker”), Navascués se deja inspirar por generaciones pasadas. “Me parecen muchísimo mas interesantes las cosas que se hacían en los años 60 y 70”.

Y por último, pero no menos importante, abordamos al coordinador Javi López Altuna en su faceta artística. Su imaginación siempre discurre por mundos de músicas giratorias. “Yo he basado mi intervención en la pura ficción. Imaginaba que montábamos un local de música negra en Donostia (“Dark”). En la exposición está el cartel de la sala con la programación de Septiembre del 2006. Quizás para entonces no sea una quimera”.

En su espacio expositor también se podrá disfrutar de su pieza de cartón rizado dedicada a Sambola, icono de esa música brasileña que tanto adora nuestro Lopez Altuna. Él, como el resto de los participantes, tendrá su pequeño espacio en la presentación de esta tarde para pinchar en Drum sus tonadas preferida.

Porque, no lo olviden, a ellos la música es lo que les pone las pilas. Como dice Lanzagorta “Creo que la música es el arte que más “empapa”, el que más emociona y el que más te empuja para hacer cosas”.

Ertz: Prima-Bera Sound

Menuda quincena nos han preparado los artistas navarros de Ertz, la asociación musical afincada en Bera que trata de acercar al gran público lo que ellos acertadamente denominan “otras músicas”.

El tour de estas melodías diferentes empieza este fin de semana en Lesaka, con la presentación de “Berandu / Destiempo”, disco-libro que sirve de oficioso recopilatorio de las artes presentes en esta ágil zona navarra. Proyecciones, exposiciones y conciertos forman el núcleo de las actividades previstas desde hoy hasta el domingo 23 de Mayo.

Ertz también colabora con el Audiolab de Arteleku en el Guitar Workshop que cuatro destacados investigadores de la escena experimental internacional ofrecerán entre el 1 y el 3 de Junio en el centro de arte moderno situado en el barrio donostiarra de Loiola.

Y el fin de esta “Grand Boucle” vendrá representado por el Ertz Festival. En su quinta edición, a celebrarse los días 4 y 5 de Junio en Bera, consigue ampliar el número y la categoría de sus actuantes. Cazamos a Xabier Erkizia, nexo común de las actividades descritas, para que detalle los diferentes eventos previstos para esta activa quincena.

“Berandu”, el proyecto-libro elaborado por artistas navarros, guipuzcoanos y catalanes, junta a 11 músicos y 11 fotógrafos en torno a un objeto que trata de lanzar un pequeño grito de alerta sobre la sociedad actual. “La idea nace de una reflexión respecto al tiempo en que vivimos y sobre cómo asimilamos ese concepto. Parece que no hay nada más preciado que el tiempo. Bueno, sí, el dinero…”.

Textos abiertos a cualquier comprensión, sonidos de creación minimal y a contracorriente, imágenes tan evocadoras como informales… Su realidad parece ir un par de pasitos por delante de la nuestra. En Bera se respiran otros aires musicales. “Este proyecto trabaja muchos aspectos diferentes. Entre ellos está la realidad artística de Bera. Puede que vayamos un pasito por delante, aunque a nosotros muchas veces nos parezca que vamos a destiempo..”.

Bad F-Line: Rabias digitales

No todas las aleaciones musicales tienen que ser contraproducentes para la cultura musical. Vale que de Chuck Berry quede poco ya en las formaciones rockeras actuales más relevantes. Y que el folk y el pop se solapan con fluidez, sobre todo en formaciones transatlánticas. Por no hablar de la música de baile y su afán tragón: reggae, soul…

Así que no debería extrañarnos tampoco que el punk, ese estilo fiero, acelerado y sucio, se pueda elaborar con máquinas. Los arrasatearras Bad F-Line llevan años haciéndolo, y cada vez les sale mejor.

Su último y matizado ejemplo presenta el oficioso nombre de “Gris-plata” (Oihuka, 2004) por su amor a colorear los CDs. “Ninguno de nuestros trabajos tiene título” afirma Iñaki, encargado de los ritmos, muestras, secuencias y arreglos en este cuarteto guipuzcoano. “Siempre hemos querido que el color de la portada sea lo que los identifique. La idea se nos ocurrió con nuestro primer Mini CD, pensando que sacaríamos como mucho un disco más. Y que con un par de colores se acabaría la historia. Con la tontería llevamos 5 discos sin título y la cosa se empieza a complicar…”.

The Long Winters: Pop abierto

Agradecido y en ocasiones sincero hasta la médula, John Roderick no oculta sus armas melódicas. Le gusta la música de todo tipo. Y punto. Por esos sus The Long Winters se acercan a nuestra provincia para presentarnos la fina línea que en los Estados Unidos separan el pop y rock de guitarras.

Su segundo trabajo “ When I pretend to fall” cuenta con la sabia producción del Posies Ken Stringfellow y una lista de invitados que para sí los quisiéramos en nuestra boda. Para hablar de música con ellos, por supuesto.

Para el primero de sus CDs, aquel emotivo y popero “The Worst You Can Do is Harm”, Roderick consiguió convencer a miembros de Postal Service, The Walkabouts, Sunny Day Real Estate, Fountains of Wayne y los geniales Built To Spill.

“Tampoco es para tanto”, nos cuenta el cantante de The Long Winters.”Somos colegas y hemos coincidido en diferentes bandas a lo largo de los años. Es sólo cuestión de suerte que Seattle, la ciudad en la que nací, haya producido tantas bandas famosas en los últimos años”.

La lista de las colaboraciones del segundo trabajo incluye a gente de REM, Death Cab for Cutie y The Posies (Además del productor, Jon Auer también se dejo caer por la sala de grabaciones. Roderick cuenta en su web www.longwinters.com que “es muy fácil ver a los Posies sobre el escenario y terriblemente raro verles juntos fuera de él”).

Este “When I pretend to fall” arranca con maneras estándar. “Blue diamonds” es el single. Y el video de este tema se incluye en el CD original (eso que solías comprar antes de tener módem). Enseña las pistas más cristalinas del disco, pero solo por los coros y su aire a Matthew Sweet merece la pena volverla a poner otra vez.

Tras el clarificador single empieza lo bueno con el tema “Scared Straight”. Briosos vientos cercanos al soul para una canción cercana a las virguerías que Josh Rouse se monta con 3 acordes. “Bueno, me encanta la Motown. En el fondo me gustan casi todos los tipos de música, así que de vez en cuando se cuela en mis composiciones algún detalle involuntario”.

La canción descrita también nos sirve para extraer otra señal sobre los gustos del principal compositor de esta banda norteamericana: REM. Además de las colaboración de Peter Buck (y el escondido Scott McCaughney) en este segundo CD, la voz de nuestro entrevistado tira a veces por entonaciones ya empleadas por Michael Stipe.

John detalla que “REM es una de mis bandas favoritas, pero mi forma de cantar se debe más a limitaciones personales que a seguir los pasos de otro cantante. Además, las letras de Michael Stipe son difíciles de entender, y yo siempre intento que lo que canto llegue de manera concisa a los oidos que me escuchan”.

De ahí al final, una progresión de aciertos, con el rock cada vez más presente. La exquisita ambigüedad de “Blanket Hog”, con esa marejadilla inicial y el posterior tsunami. “It´ll be a breeze” suena a campo y al “Cast a shadow” de Beat Happening. Mención especial merece “Stupid”, o cómo unir en un mismo bote sin empalagar a Built To Spill, Beulah y los Barenaked Ladies y sus estribillos adherentes.

Y la cosa sigue mejorando cuanto más te acercas al final. Parece que has querido montar el disco al revés, John. “Sí, me gustan los álbumes que puedes escuchar del tirón, sin ir perdiendo la atención, por lo que decidimos poner las canciones más resplandecientes al comienzo. Así, entras fácil, y cuanto más escuches las últimas composiciones, más te irán gustando”. Pues sí, la teoría funciona en tu caso.

Chris Brokaw: Retorno acústico

Con un currículo digno de entrar en el Salón de la Fama de las músicas independientes (co-fundador de la banda Codeine, fue tandem creativo con Thalia Zedek en el grupo Come), Chris Brokaw regresa al mundo discográfico por partida doble: Un CD bien repleto de melodías de preferencia instrumental (“Wandering As Water”) y su reciente EP “My confidante + 3”.

Ésta última publicación le sirve de excusa para regresar a nuestro país con una extensa gira que recalará este domingo en el Gazteleku zarauztarra, de la mano de la propuesta foral Gaztemaniak!

El CD completo, segundo en la carrera solitaria de Brokaw, salió a la calle a finales del pasado año 2003 con las características habituales de Return to Sender, el sello germano que lo publicó. Apenas 2000 copias a la venta, buscando que autores de interés demostrado creen pequeñas joyas.

“Quería hacer una tirada limitada de mi próximo CD, alguien me comentó la propuesta de Return To Sender y no fue difícil entendernos. ’Wandering…’ nació como documento ilustrativo de mis actuaciones en vivo, buscando que suene exactamente como lo que se escucha sobre el escenario”, nos cuenta Brokaw desde algún punto de la piel de toro.

Entre las 40 referencias que Return to Sender ha editado bajo estas peculiaridades se encuentran autores como Townes van Zandt, Steve Wynn o Barbara Manning. Lástima que gemas como la tuya, Chris, sean casi objeto de culto y carnaza de subastas interneteras. “Tenemos que ver si puede salir reeditado o no. Ya te dije que quería hacer una edición muy reducida, pero entiendo que la gente desee que su adquisición sea más sencilla”.

Algo tan sencillo como encontrar el nombre de Brokaw en las discografías de otros autores, caso del nombrado Steve Wynn o Evan Dando, con el que arribó el pasado año a la sala Jam de Bergara. “Me muero de ganas por salir de nuevo a la carretera con Evan. ¡Creo que en su próxima gira comparte cartel con MC5! Le conocí hace años, pero no en los días en los que Boston era musicalmente popular. Aunque residiéramos en la misma ciudad, los Lemonheads de Dando eran unas estrellas de rock. Come estábamos bastante lejos de serlo”.

Con su “Wandering as Water” Chris Brokaw tampoco copará muchas listas de éxitos, aunque sea un trabajo elegante y musicalmente atractivo. Con la única compañía de una guitarra acústica y pequeños detalles de percusión, las versiones de viejas canciones de Come (“Shoot me first”, “Recidivist”, “German Song”) suenan encantadoras. Embrujo que se mantiene al atacar “Ba-Di-Da”, antiguo tema del trovador Fred Neil, y el “Embrionyc Journey” de Jorma Jaukonen.

Sugestiva es también su recreación de “My Idea”, tema propio que el ínclito Dando popularizó en su último disco “Baby I´m Bored”. “Me gusta mucho la versión que hizo de mi canción. Pero para mí también es divertido cantarla”.

Las nueve composiciones originales de este último trabajo largo contienen reminiscencias agradecidas a España, con títulos como “La Playa” o “Calimoxcho” (“el nombre me gustó mucho, y la bebida es hilarante”), en un disco que se aleja de las maneras habituales de un songwriter, palabra anglófila más acertada para este caso que el enfocado término de “cantautor”.

Más cercano a Syd Barrett o Jeff Buckley que a los modos de Bob Dylan, es en la abundante zona instrumental donde Brokaw se emerge como un creador único. Discurre el autor arriba y abajo, entre los trastes de las seis cuerdas, dibujando bellas e intrincadas estructuras para lo que suele ser habitual en estos mundos de acústica y voz.

Su cálido tono vocal, minoritario pero sentido, contribuye a que la cota de interés no decaiga en el transcurso del disco. Brokaw lo ve de una forma mucho más sencilla. Él es un simple explorador, sin mayores ambiciones que las propias. “Estoy lejos de los compositores habituales, de los clásicos. Solo intento hacer buenas canciones. Supongo que sigo deseando llegar a algún punto, que sigo en la búsqueda de cosas”.

Dean Manning: Pop con escalas

Trotamundos convencido, Dean Manning no duda en agarrar la guitarra o hacerse con unos pinceles para ilustrar su creatividad en cualquier parte del mundo en la que se encuentre. Este plural artista australiano arriba este viernes a la sala Kandela donostiarra, con su disco “Diplomatic” (Popchild, 2003) como última obra melódica publicada.

Nos lo encontramos por sorpresa el pasado verano, tras su primera gira española, en la celebración de un aniversario de una tienda de discos local. “San Sebastián es exótico para mí. Los días que estuve me bañe en el mar a diario, comí excelentemente, escuche buena música y conocí a unas personas encantadoras, así que estoy encantado de volver”.

Dean Manning fue elemento primordial de Leonardo´s Bride, exitoso grupo de finales del los 80 que en las listas de nuestras antípodas ocupó lugares de preferencia. Para que se hagan una idea, Leonardo´s Bride reventaron estadios tocando con Paul Kelly y Crowded House. El propio Nelson Mandela les llamó para un festival humanitario de los suyos.

Como bien imaginarán, todo ello le permite mantener cierto colchón económico para su viajero e inspirador way of life, apoyándose en diversas labores melódicas. ”Con Leonardo´s Bride publiqué 4 discos y yo he editado uno en solitario, así que sumar los beneficios de todos ayuda a pagar las facturas. También toco con otras tres formaciones en Australia, y me ocupo de hacer la producción de algunos grupos”.

El Mediterráneo es pieza básica en la composición de las canciones de este “Diplomatic”: Un dietario construido a golpe de traslados ociosos, realizado por un despierto observador. “Éste disco fue escrito durante un viaje muy extenso en el tiempo y el espacio, así que yo lo siento como un cuaderno de viaje musical”.

A los ejemplos nos remitimos. Este trabajo de pop optimista y evocador muestra en sus líricas las pequeñas perlas del viaje. El café de espías de Tánger que inspira la contagiosa canción “If was a Spy”, el sorprendente mercadeo marroquí de esos “5000 camels” con los que un nativo pretendía recompensar a Dean por venderle a su novia, el precioso homenaje a Lorca de “Come back for my wings” y su mínima y melancólica musicalidad.

Por no hablar de la arrebatadora melodía apátrida de “My street is steep”, todo un pelotazo pop tan simple como contagioso. O los inspiradores molinos quijotescos de “Tricks”, uno de los momentos pausados más bellos de todo el disco.

Sus raíces también se ubican en el diversificado e inspirador Mare Nostrum. “El Mediterráneo me da una enorme sensación histórica. Mis padres nacieron en Grecia y esto me da cierta familiaridad, aunque eso no impida que me sienta un extranjero cada vez que la visito. Cada país mediterráneo tiene sus propias particularidades aunque estén físicamente muy cerca unos de otros. Eso me parece alucinante”.

Su cuaderno de bolsillo ya tiene notas e ideas para próximas composiciones. “Espero empezar a grabar el próximo disco en Mayo de este año en Los Ángeles. Las nuevas canciones están más inspiradas en la gente que he conocido que en las ciudades que he visitado, pero está claro que cada lugar te persuade de forma diferente”. Así que ya saben, sonrían si se acercan al concierto de este viernes en la capital guipuzcoana. Aún están a tiempo de que Dean Manning les saque una foto mental para ilustrar sus nuevos retazos de pop alborozado.

Lou Anne: Ensuciando melodías

Fresco y directo, el primer disco de Lou Anne no esconde sus herencias musicales. El pop-rock independiente y distorsionado de las décadas más recientes ha sonado sin parar en casa de estos 4 jóvenes que presentan su “Days were Holes” (Jabalina 2004) este mismo viernes en la sala Pagoa de Oiartzun.

Jaime Sevilla, bajista y único madrileño en esta banda murciana, nos responde a traves del mail no sin pocas dificultades. “Se me borró todo dos veces. Los ordenadores son una mierda, aunque el Mac es bonito”, responde con ironía y simpatía.

Premios relevantes (Proyecto Demo 2003 del Festival de Benicàssim y Radio 3), interesantes maquetas y un par de versiones (My Bloody Valentine, Slowdive) coladas en fanzines de postín despertaron el interés de Jabalina Música. El pequeño sello madrileño, casa de los donostiarras Ama o los interesantes Polar, les fichó tras pocas conversaciones. “A Tanis (el jefe) ya lo conocíamos. Les gusta lo que hacemos y la cosa fue sencilla. Cuando vinimos a tocar por primera vez a Madrid nos pidió salir y le dijimos que sí pero que nada de acostarnos en la primera cita”.

Fruto de ese amor a primera vista nació este “Days Were Holes”. Un título “con un lado triste y otro simplemente bello. Describe la sensación de que algo está incompleto, inacabado. Pero no es nada trascendental ni sesudín”.

También respira una envidiable franqueza y simplicidad el lado musical del CD, creado lejos de los núcleos neurálgicos musicales habituales. “Murcia es como California pero sin gobernadores idiotas y mejor comida. Estimula la composición musical y el encuentro entre personas, que es muy importante”.

El disco se apoya en palabras inglesas “que hablan siempre de amor. Pero están escritas como simple traslación de algo que ha pasado. En el grupo se quejan de que sólo escribo de coches y chicas”. Imperios se construyeron en el hip-hop con solo esos dos elementos, amigo…

Musicalmente se puede encontrar reminiscencias de Velvet Underground y grupos de indie guitarrero y meloso de los años 80 y 90 tipo Field Mice y resto de la escudería de Sarah Records. Todo bien regado de distorsión y briosas melodías. “Es evidente el influjo de los noventa, ingleses y americanos, porque de adolescente es cuando los discos te pegan más fuerte en la cara”.

Sobre todas estas influencias sobresale una: Yo La Tengo. El trío de Hoboken ha sido piedra angular en la creación de este disco, sobre todo a nivel de sonido. ”Con Yo La Tengo podría haber una aproximación a nivel de producción pero no en cuanto a las canciones en sí. No sé, siempre que nos relacionan con algún grupo simplemente nos hace gracia. No puede molestarnos”.

No, si no es mal espejo donde mirarse para comenzar a gatear en este mundo discográfico, pero la canción que se desmarca del resto de vuestro disco, “Softly Gone”, parece robada de las sesiones del Fakebook del grupo norteamericano. “Softly Gone” es efectivamente una canción que YLT no quisieron grabar porque les imponía mucho. Nacho, el guitarrista de Lou Anne, la rescató y me la tocó en su casa un día”.

Y ahora se cuelan con su último video en canales de televisión especializados. “Pero es difícil darse a conocer hoy en día con un disco como el nuestro, que no es nada pretencioso ni trendy. Queremos seguir haciendo canciones, y si gustan, llegarán más público, pero lo que nos habrá llenado de verdad será el haberlas escrito más que el venderlas bien”.