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Mes: abril 2004

The Long Winters: Pop abierto

Agradecido y en ocasiones sincero hasta la médula, John Roderick no oculta sus armas melódicas. Le gusta la música de todo tipo. Y punto. Por esos sus The Long Winters se acercan a nuestra provincia para presentarnos la fina línea que en los Estados Unidos separan el pop y rock de guitarras.

Su segundo trabajo “ When I pretend to fall” cuenta con la sabia producción del Posies Ken Stringfellow y una lista de invitados que para sí los quisiéramos en nuestra boda. Para hablar de música con ellos, por supuesto.

Para el primero de sus CDs, aquel emotivo y popero “The Worst You Can Do is Harm”, Roderick consiguió convencer a miembros de Postal Service, The Walkabouts, Sunny Day Real Estate, Fountains of Wayne y los geniales Built To Spill.

“Tampoco es para tanto”, nos cuenta el cantante de The Long Winters.”Somos colegas y hemos coincidido en diferentes bandas a lo largo de los años. Es sólo cuestión de suerte que Seattle, la ciudad en la que nací, haya producido tantas bandas famosas en los últimos años”.

La lista de las colaboraciones del segundo trabajo incluye a gente de REM, Death Cab for Cutie y The Posies (Además del productor, Jon Auer también se dejo caer por la sala de grabaciones. Roderick cuenta en su web www.longwinters.com que “es muy fácil ver a los Posies sobre el escenario y terriblemente raro verles juntos fuera de él”).

Este “When I pretend to fall” arranca con maneras estándar. “Blue diamonds” es el single. Y el video de este tema se incluye en el CD original (eso que solías comprar antes de tener módem). Enseña las pistas más cristalinas del disco, pero solo por los coros y su aire a Matthew Sweet merece la pena volverla a poner otra vez.

Tras el clarificador single empieza lo bueno con el tema “Scared Straight”. Briosos vientos cercanos al soul para una canción cercana a las virguerías que Josh Rouse se monta con 3 acordes. “Bueno, me encanta la Motown. En el fondo me gustan casi todos los tipos de música, así que de vez en cuando se cuela en mis composiciones algún detalle involuntario”.

La canción descrita también nos sirve para extraer otra señal sobre los gustos del principal compositor de esta banda norteamericana: REM. Además de las colaboración de Peter Buck (y el escondido Scott McCaughney) en este segundo CD, la voz de nuestro entrevistado tira a veces por entonaciones ya empleadas por Michael Stipe.

John detalla que “REM es una de mis bandas favoritas, pero mi forma de cantar se debe más a limitaciones personales que a seguir los pasos de otro cantante. Además, las letras de Michael Stipe son difíciles de entender, y yo siempre intento que lo que canto llegue de manera concisa a los oidos que me escuchan”.

De ahí al final, una progresión de aciertos, con el rock cada vez más presente. La exquisita ambigüedad de “Blanket Hog”, con esa marejadilla inicial y el posterior tsunami. “It´ll be a breeze” suena a campo y al “Cast a shadow” de Beat Happening. Mención especial merece “Stupid”, o cómo unir en un mismo bote sin empalagar a Built To Spill, Beulah y los Barenaked Ladies y sus estribillos adherentes.

Y la cosa sigue mejorando cuanto más te acercas al final. Parece que has querido montar el disco al revés, John. “Sí, me gustan los álbumes que puedes escuchar del tirón, sin ir perdiendo la atención, por lo que decidimos poner las canciones más resplandecientes al comienzo. Así, entras fácil, y cuanto más escuches las últimas composiciones, más te irán gustando”. Pues sí, la teoría funciona en tu caso.

Chris Brokaw: Retorno acústico

Con un currículo digno de entrar en el Salón de la Fama de las músicas independientes (co-fundador de la banda Codeine, fue tandem creativo con Thalia Zedek en el grupo Come), Chris Brokaw regresa al mundo discográfico por partida doble: Un CD bien repleto de melodías de preferencia instrumental (“Wandering As Water”) y su reciente EP “My confidante + 3”.

Ésta última publicación le sirve de excusa para regresar a nuestro país con una extensa gira que recalará este domingo en el Gazteleku zarauztarra, de la mano de la propuesta foral Gaztemaniak!

El CD completo, segundo en la carrera solitaria de Brokaw, salió a la calle a finales del pasado año 2003 con las características habituales de Return to Sender, el sello germano que lo publicó. Apenas 2000 copias a la venta, buscando que autores de interés demostrado creen pequeñas joyas.

“Quería hacer una tirada limitada de mi próximo CD, alguien me comentó la propuesta de Return To Sender y no fue difícil entendernos. ’Wandering…’ nació como documento ilustrativo de mis actuaciones en vivo, buscando que suene exactamente como lo que se escucha sobre el escenario”, nos cuenta Brokaw desde algún punto de la piel de toro.

Entre las 40 referencias que Return to Sender ha editado bajo estas peculiaridades se encuentran autores como Townes van Zandt, Steve Wynn o Barbara Manning. Lástima que gemas como la tuya, Chris, sean casi objeto de culto y carnaza de subastas interneteras. “Tenemos que ver si puede salir reeditado o no. Ya te dije que quería hacer una edición muy reducida, pero entiendo que la gente desee que su adquisición sea más sencilla”.

Algo tan sencillo como encontrar el nombre de Brokaw en las discografías de otros autores, caso del nombrado Steve Wynn o Evan Dando, con el que arribó el pasado año a la sala Jam de Bergara. “Me muero de ganas por salir de nuevo a la carretera con Evan. ¡Creo que en su próxima gira comparte cartel con MC5! Le conocí hace años, pero no en los días en los que Boston era musicalmente popular. Aunque residiéramos en la misma ciudad, los Lemonheads de Dando eran unas estrellas de rock. Come estábamos bastante lejos de serlo”.

Con su “Wandering as Water” Chris Brokaw tampoco copará muchas listas de éxitos, aunque sea un trabajo elegante y musicalmente atractivo. Con la única compañía de una guitarra acústica y pequeños detalles de percusión, las versiones de viejas canciones de Come (“Shoot me first”, “Recidivist”, “German Song”) suenan encantadoras. Embrujo que se mantiene al atacar “Ba-Di-Da”, antiguo tema del trovador Fred Neil, y el “Embrionyc Journey” de Jorma Jaukonen.

Sugestiva es también su recreación de “My Idea”, tema propio que el ínclito Dando popularizó en su último disco “Baby I´m Bored”. “Me gusta mucho la versión que hizo de mi canción. Pero para mí también es divertido cantarla”.

Las nueve composiciones originales de este último trabajo largo contienen reminiscencias agradecidas a España, con títulos como “La Playa” o “Calimoxcho” (“el nombre me gustó mucho, y la bebida es hilarante”), en un disco que se aleja de las maneras habituales de un songwriter, palabra anglófila más acertada para este caso que el enfocado término de “cantautor”.

Más cercano a Syd Barrett o Jeff Buckley que a los modos de Bob Dylan, es en la abundante zona instrumental donde Brokaw se emerge como un creador único. Discurre el autor arriba y abajo, entre los trastes de las seis cuerdas, dibujando bellas e intrincadas estructuras para lo que suele ser habitual en estos mundos de acústica y voz.

Su cálido tono vocal, minoritario pero sentido, contribuye a que la cota de interés no decaiga en el transcurso del disco. Brokaw lo ve de una forma mucho más sencilla. Él es un simple explorador, sin mayores ambiciones que las propias. “Estoy lejos de los compositores habituales, de los clásicos. Solo intento hacer buenas canciones. Supongo que sigo deseando llegar a algún punto, que sigo en la búsqueda de cosas”.

Dean Manning: Pop con escalas

Trotamundos convencido, Dean Manning no duda en agarrar la guitarra o hacerse con unos pinceles para ilustrar su creatividad en cualquier parte del mundo en la que se encuentre. Este plural artista australiano arriba este viernes a la sala Kandela donostiarra, con su disco “Diplomatic” (Popchild, 2003) como última obra melódica publicada.

Nos lo encontramos por sorpresa el pasado verano, tras su primera gira española, en la celebración de un aniversario de una tienda de discos local. “San Sebastián es exótico para mí. Los días que estuve me bañe en el mar a diario, comí excelentemente, escuche buena música y conocí a unas personas encantadoras, así que estoy encantado de volver”.

Dean Manning fue elemento primordial de Leonardo´s Bride, exitoso grupo de finales del los 80 que en las listas de nuestras antípodas ocupó lugares de preferencia. Para que se hagan una idea, Leonardo´s Bride reventaron estadios tocando con Paul Kelly y Crowded House. El propio Nelson Mandela les llamó para un festival humanitario de los suyos.

Como bien imaginarán, todo ello le permite mantener cierto colchón económico para su viajero e inspirador way of life, apoyándose en diversas labores melódicas. ”Con Leonardo´s Bride publiqué 4 discos y yo he editado uno en solitario, así que sumar los beneficios de todos ayuda a pagar las facturas. También toco con otras tres formaciones en Australia, y me ocupo de hacer la producción de algunos grupos”.

El Mediterráneo es pieza básica en la composición de las canciones de este “Diplomatic”: Un dietario construido a golpe de traslados ociosos, realizado por un despierto observador. “Éste disco fue escrito durante un viaje muy extenso en el tiempo y el espacio, así que yo lo siento como un cuaderno de viaje musical”.

A los ejemplos nos remitimos. Este trabajo de pop optimista y evocador muestra en sus líricas las pequeñas perlas del viaje. El café de espías de Tánger que inspira la contagiosa canción “If was a Spy”, el sorprendente mercadeo marroquí de esos “5000 camels” con los que un nativo pretendía recompensar a Dean por venderle a su novia, el precioso homenaje a Lorca de “Come back for my wings” y su mínima y melancólica musicalidad.

Por no hablar de la arrebatadora melodía apátrida de “My street is steep”, todo un pelotazo pop tan simple como contagioso. O los inspiradores molinos quijotescos de “Tricks”, uno de los momentos pausados más bellos de todo el disco.

Sus raíces también se ubican en el diversificado e inspirador Mare Nostrum. “El Mediterráneo me da una enorme sensación histórica. Mis padres nacieron en Grecia y esto me da cierta familiaridad, aunque eso no impida que me sienta un extranjero cada vez que la visito. Cada país mediterráneo tiene sus propias particularidades aunque estén físicamente muy cerca unos de otros. Eso me parece alucinante”.

Su cuaderno de bolsillo ya tiene notas e ideas para próximas composiciones. “Espero empezar a grabar el próximo disco en Mayo de este año en Los Ángeles. Las nuevas canciones están más inspiradas en la gente que he conocido que en las ciudades que he visitado, pero está claro que cada lugar te persuade de forma diferente”. Así que ya saben, sonrían si se acercan al concierto de este viernes en la capital guipuzcoana. Aún están a tiempo de que Dean Manning les saque una foto mental para ilustrar sus nuevos retazos de pop alborozado.

Lou Anne: Ensuciando melodías

Fresco y directo, el primer disco de Lou Anne no esconde sus herencias musicales. El pop-rock independiente y distorsionado de las décadas más recientes ha sonado sin parar en casa de estos 4 jóvenes que presentan su “Days were Holes” (Jabalina 2004) este mismo viernes en la sala Pagoa de Oiartzun.

Jaime Sevilla, bajista y único madrileño en esta banda murciana, nos responde a traves del mail no sin pocas dificultades. “Se me borró todo dos veces. Los ordenadores son una mierda, aunque el Mac es bonito”, responde con ironía y simpatía.

Premios relevantes (Proyecto Demo 2003 del Festival de Benicàssim y Radio 3), interesantes maquetas y un par de versiones (My Bloody Valentine, Slowdive) coladas en fanzines de postín despertaron el interés de Jabalina Música. El pequeño sello madrileño, casa de los donostiarras Ama o los interesantes Polar, les fichó tras pocas conversaciones. “A Tanis (el jefe) ya lo conocíamos. Les gusta lo que hacemos y la cosa fue sencilla. Cuando vinimos a tocar por primera vez a Madrid nos pidió salir y le dijimos que sí pero que nada de acostarnos en la primera cita”.

Fruto de ese amor a primera vista nació este “Days Were Holes”. Un título “con un lado triste y otro simplemente bello. Describe la sensación de que algo está incompleto, inacabado. Pero no es nada trascendental ni sesudín”.

También respira una envidiable franqueza y simplicidad el lado musical del CD, creado lejos de los núcleos neurálgicos musicales habituales. “Murcia es como California pero sin gobernadores idiotas y mejor comida. Estimula la composición musical y el encuentro entre personas, que es muy importante”.

El disco se apoya en palabras inglesas “que hablan siempre de amor. Pero están escritas como simple traslación de algo que ha pasado. En el grupo se quejan de que sólo escribo de coches y chicas”. Imperios se construyeron en el hip-hop con solo esos dos elementos, amigo…

Musicalmente se puede encontrar reminiscencias de Velvet Underground y grupos de indie guitarrero y meloso de los años 80 y 90 tipo Field Mice y resto de la escudería de Sarah Records. Todo bien regado de distorsión y briosas melodías. “Es evidente el influjo de los noventa, ingleses y americanos, porque de adolescente es cuando los discos te pegan más fuerte en la cara”.

Sobre todas estas influencias sobresale una: Yo La Tengo. El trío de Hoboken ha sido piedra angular en la creación de este disco, sobre todo a nivel de sonido. ”Con Yo La Tengo podría haber una aproximación a nivel de producción pero no en cuanto a las canciones en sí. No sé, siempre que nos relacionan con algún grupo simplemente nos hace gracia. No puede molestarnos”.

No, si no es mal espejo donde mirarse para comenzar a gatear en este mundo discográfico, pero la canción que se desmarca del resto de vuestro disco, “Softly Gone”, parece robada de las sesiones del Fakebook del grupo norteamericano. “Softly Gone” es efectivamente una canción que YLT no quisieron grabar porque les imponía mucho. Nacho, el guitarrista de Lou Anne, la rescató y me la tocó en su casa un día”.

Y ahora se cuelan con su último video en canales de televisión especializados. “Pero es difícil darse a conocer hoy en día con un disco como el nuestro, que no es nada pretencioso ni trendy. Queremos seguir haciendo canciones, y si gustan, llegarán más público, pero lo que nos habrá llenado de verdad será el haberlas escrito más que el venderlas bien”.

Discípulos de Dionisos: Mueve tu cucu

Explícitos, directos, acelerados, carnales y contundentes. Así regresan, tras cuatro años de silencio discográfico, los integrantes del genial grupo punk-rock Discípulos de Dionisos con “Como una droga!!” (H Records, 2004).

Nos juntamos con esta banda de perros callejeros que el viernes en Andoain y el sabado en Donostia volverán a mostrarnos que con estas manitas, y estos instrumentos (mas algún aderezo inconfesable), se puede montar un gran espectáculo de rock desmadrado y continuos excesos. Madres, no dejen que sus hijas vayan a estos conciertos.

Defensores a ultranza de la máxima “Sexo, drogas y rock and roll”, el nuevo CD contiene 17 canciones (18 si te haces con el vinilo) con mayor componente rockero que punkarra. Y vuelven a sobresalir, de manera incontestable, las líricas de este cuarteto donostiarra. Pocos grupos hay en la faz de la tierra hispana que se lancen a titular sus temas “Imperio anal”, “Mataré al DJ”,“Mi dedo en tu interior” o “Vuelvo a la prostitución”. No duden que las respuestas que aquí leerán van por el mismo camino…

Cuatro años desde el anterior disco…¿Qué habéis hecho todo este tiempo?

Tuvimos muchos cambios de formación. Desde el anterior trabajo se fueron dos miembros de grupo con sus respectivas personas, Chico TT y Pedro “Cabeza de perro” Norte, siendo sustituidos por Bertto Siffredi (guitarra) y Mr Malo Malone (batería). Junto al bajista Spartakus y Juan Holmes, que toca la guitarra y canta, grabamos “Como una droga !!”, un delirio de sexo, locura y placer.

Y ahora que empezabais a levantar el vuelo… Se os acaba de escapar un miembro…

Mr Malo Malone estaba obsesionado por donar su esperma en clínicas, hasta que nos dimos cuenta de que había demasiados niños parecidos a él por todo Euskadi. Una madre, emocionada por la belleza de su hijo buscó sin descanso al misterioso padre hasta encontrarle y prometerle amor carnal eterno.

¿Que tal el relevo?

Hicimos pruebas a varios bateristas hasta que apareció John Stagliano, compañero del juego de la galleta en tiempos lejanos. Haciendo un hueco en su carrera de ginecología, encajó con la filosofía nihilista dionisiaca, lo cual nos llevó a ficharlo inmediatamente.

¿Arrastráis alguna denuncia aún por las manifestaciones de esa filosofía nihilista que comentabas?

Efectivamente, arrastramos algunas imputaciones por escándalo público y algún que otro malentendido con ciertos sectores feministas. Cosa inexplicable, ya que nuestras letras hablan de sexo abiertamente, sin sexismo ni machismo. Hemos tenido conciertos cortados por la policía, por el propio dueño del bar antes de que el publico destrozara el local, por colectivos para leer comunicados en nuestra contra, por naturistas obsesionados por mostrar sus encantos…

Lo vuestro sí que es Explicit Lyrics, como dirían los americanos

Cuando comenzamos con el grupo (y ahora) solo había grupos en el plan de “ooh cariño, que bonita es la luna” o “mueve tu cucu, mueve tu cucu”… Nosotros preferíamos decir las cosas claras. Cuando empezamos éramos adolescentes a los que nos importaba un pimiento la luna y mover el cucu, además ¿qué coño es el cucu?, nosotros nacimos para procrear.

Pues os han salido ya hijos bastardos. Algún que otro grupo os clonó el sonido y el estilo.

No estoy muy a favor de copiar a un grupo en concreto sino a todos en general. Yo siempre compongo las canciones en el water, después de desahogarme, para evitar filtraciones.

¿Hasta que punto esas letras son autobiográficas?

Hay canciones sobre cosas que nos han pasado, otras sobre cosas que nos gustaría que nos pasaran, y otras inspiradas en películas porno y comida. Bebemos de muchas fuentes. Como dice nuestro bajista Spartakus: en las barras hay muchos pintxos.

¿Tenéis ya canciones nuevas o ahora es hora de presentar el disco?

Ahora mismo tengo muchas canciones nuevas. Una es “mueve tu cucu”, pero todavía es pronto para editarla. No estamos preparados para el éxito internacional.

En el concierto de este sábado en Donostia montáis una fiesta especial.

Sí, el Bukowski es un bar muy mítico y teníamos esa deuda con el dueño. Hemos invitado a un grupo de teatro que realizará monólogos sobre drogas y sexo. Además habrá mucha cerveza, pintxos y un montos de pincha-vinilos invitados.

¿No os planteasteis montarla en un sitio más acorde con vuestras líricas, tipo Wali Jai?

En el Wali jai tuvimos un pequeño problema con Tony 27. Yo pensaba que era su edad, pero después de discutir sobre que aparentaba menos, observé a qué se refería realmente ese “27”.

Vayamos al disco. ¿Qué tal grabando con Jorge Reboredo?

Excelente. Llevábamos todo muy bien preparado del local, así que todo fue grabar (en 3 días) y dejarlo en manos del maestro Jorge, que es un gran profesional en la cama y en el estudio. Este último disco es el que mejor sonido tiene de todo lo que hemos hecho anteriormente.

¿Que tal en vuestra nueva casa H Records?

En general estamos muy felices. Parece que esta discográfica está en un gran momento y no para de editar referencias punk-rockeras por todo el Estado. Lluci, el dueño de la discográfica, es un tipo duro. Para dormir las ovejas le cuentan a él.

Hablando de casas. A Buenavixta, vuestra morada de ensayos, le quedan dos telediarios.

Buenawista ha sido durante muchos años mi casa. Tus primeros botellones, tu primera sonrisa, tus primeros pecados, tus primeras manchas sospechosas encima de la batería de Guanche. Ay, viejos tiempos…

¿Os trasladáis también vosotros a los nuevos locales de Jareño, como algunas de las bandas que repartían local con vosotros?

De momento nos van a dar tres locales en Jareño para más de diez grupos. No está mal pero, joder, en otros países existen subvenciones para los músicos que empiezan. El Ayunta les da locales gratis e incluso ayudas para comprar instrumentos. Aquí las propuestas son abrir las bibliotecas de noche y cerrar los bares más temprano. Un gran apoyo para la juventud. ¡Queremos locales gratis para todos los grupos de Donostia ya!

En “Como una droga” hay homenajes a Gynger Lynn, Elvis Presley, Ozzy y James Dean. ¿Defendéis los momentos y personajes excesivos?

Siempre hemos sido muy mitómanos. Estos personajes pueden llegar a hacer que pongas sus posters en tu habitación o que les eches las bragas en un concierto. Hoy en día este tipo de personalidades influyentes son Bisbal o Bustamante. ¡Cuan vacía avanza la sociedad!

¿Cual será el siguiente personaje al que homenajearéis?

Bisbal o Bustamante, por supuesto.

Musicalmente, y al menos en disco, le pegáis ahora mas al rock y menos al punk, al contrario que en los inicios….

Nunca hemos pretendido hacer un estilo de música concreto sino un reflejo de lo que escuchamos habitualmente, mezclado con algo de sexo, sudor y sangre. Una música provocativa y acelerada. A grandes rasgos no hay diferencia con lo que hemos hecho siempre.

Los conciertos no habrán perdido revoluciones.

Sigue siendo un cocktail de sexo, sudor, saliva y flujos. De todas formas nuestra actitud en los directos depende no tanto de nuestro bello público como de nuestro vello púbico.

Seguís pensando que grupos como vosotros solo hay uno, y cuando desaparezcáis, no habrá ninguno?

No lo pensamos, lo sentimos. Además ¿que otro grupo conoces que cante en francés, tailandés y griego profundo?

Black Dice: Criaturas experimentales

La banda neoyorquina Black Dice posará sus nuevos experimentos sonoros mañana 10 de Abril en la sala Ketarri de Getaria. La única fecha peninsular de esta gira europea permitirá conocer más de cerca las nuevas direcciones de su inminente próximo disco “Creature Comforts” (DFA/Fat Cat).

Collages sonoros de infinidad de raíces construyendo un mensaje provocativo, en ocasiones con estilo de Thriller sonoro, y mucha energía interna dispuesta a ser liberada, la continuación de miras abiertas del exitoso “Beaches and Canyons” verá la luz a mediados de Junio de este año.

Sus seguidores se pueden contentar con la reciente publicación de “Miles of Smiles”, EP compuesto por música creada especialmente para la exposición japonesa “The Poetry of Sex”, en el que la banda investiga con resultados sorprendentes los mundos de la Concrete Music con muestras de sonidos, grabaciones de estudio e improvisaciones.

Hablamos con Eric Copeland (cantante, percusión, electrónica) tras su reciente actuación en el festival All Tomorrow´s Parties, ese encantador evento que deja su programación en las manos más expertas posibles: las de los propios músicos. Black Dice fueron de la mano de otros ilustres investigadores sonoros y compañeros de ciudad, Sonic Youth, quienes se encargaban del cartel la tarde-noche del sábado.

Lee Ranaldo y el resto de la juventud sónica pisaban fuerte en el primer disco de Black Dice (“Black Dice”, 2000). Un caleidoscópico trabajo de canciones sin título, cuya brevedad e intensidad lo emparentaban con el “háztelo tu mismo” patentado por el punk-rock, el hardcore, la electrónica abstracta. Sin olvidar otras referencias ilustres como Wire y Can. “Si tuviéramos que dar una definición para algún diccionario hipotético de la música, diríamos que Black Dice es una especie de mezcla de electrónica orgánica con importantes aportaciones de los sonidos acústicos”.

El cuarteto compuesto por nuestro entrevistado Eric, su hermano Bjorn Copeland (guitarra), el teclista Aaron Warren y el batería Hisham Bharoocha empezó en 1997. “Por lo menos, nuestra aproximación a la música sigue tan virginal como en los comienzos. Ahora mismo todos tenemos un gran interés por la música reggae. Aunque ese hecho no se refleje aún en nuestra música, creo que pronto lo hará. Cada vez que escribimos nuevas canciones probamos nuevos sonidos, nuevas ideas y estructuras desconocidas para nosotros”

De esa búsqueda innata nació Cold Hands (2001), un minialbum que se alejaba del nerviosismo creativo de su debut y comenzaba a mostrar un mayor amor por las sonoridades ambientales intensas y las texturas melódicas.

La escena noise de la gran manzana que les acogió a finales de los 90 parece estar viviendo una ebullición constante. “Hay muchísimas bandas interesantes en nuestra ciudad (Animal Collective, White Magic, Gang Gang Dance). Nueva York parece respirar una pequeña competición creativa en estos momentos.“

El 2002 es, hasta la fecha, su gran año. Black Dice decide abandonar en estudio sus actitudes punk para lanzarse de lleno a la experimentación. El disco “Beaches and Canyons”, el primero para el prestigioso sello DFA (LCD Soundsystem, The Rapture), recibe críticas excepcionales, aunque su parto fue doloroso. “Este disco llegó en un momento muy desagradable en nuestras vidas personales, sin olvidar los cambios imprevistos que sufrió el mundo en la época en la que lo grabamos, otoño del 2001. No volvamos ahora a rememorar esos días malos”.

El periódico The New York Times elige su canción “Cone Toaster” como “Single del año”. La gira compartida aquel año con Godspeed You Black Emperor les acerca a públicos más amplios. “Nos llevamos genial con ellos desde el primer día de la gira, aunque provengamos de dos mundos distintos. Nos gusta su postura ante la música”.

Y a mediados de 2004 llegará la revalida con “Creature Comforts”, un CD “decididamente menos primario que el anterior. Las baterías están ralentizadas y el enfoque general es menos incómodo. Quizás sea más bello, más minimal, fluyendo en la dirección en la que se está moviendo el grupo en estos momentos”.

Vale Eric, pero la rabia y la tensión que subyacen en “Night Flight”, la canción que cierra el disco, o “Island” son dignas de sonar en la casa de “El Resplandor”. “Cloud Pleaser” y “Live Skeleton” si que abordan de manera mas dulce vuestras ansias experimentadoras, esas que en directo siguen sonando tan fieras como antaño. ”Si, nuestras actuaciones son tan rabiosas como antes, pero ahora todo es menos irritante sobre el escenario”.

Edison Woods: Más allá de la música

Día: Lunes 5 Abril 2004.Lugar: Sala Gazteszena. Egia. Donostia.Asistencia: unas 200 personas.

Ni forenses grabados con finura, ni niñeras recauchutadas con 7 imberbes a su cargo. Las doscientas personas que coparon casi al completo la noche del lunes los asientos retráctiles de la sala Gazteszena donostiarra huyeron de la programación televisiva para acercarse a ver el concierto de Edison Woods, populoso combo de la inquieta ciudad de Nueva York.

El escenario se engalanó con una decoración mínima, poblado por decenas de velas minúsculas, para recibir a los seis músicos (chelo, batería, guitarra eléctrica, violín, bajo y corista) que acompañan a Julia Frodahl, pianista, cantante y foco principal de esta banda norteamericana.

Nos lo avisaba la propia Julia en la entrevista que publicaba el pasado viernes nuestro Dvorame. ”Ahora mismo la música se lleva gran parte de mi tiempo, aunque en Edison Woods nunca olvidamos las obras de arte”. Y esa dicotomía creativa se mostró en su cita del pasado lunes.

Porque así era como, a nuestro modesto entender, debía saborearse esta actuación. Como quien observa una obra de arte, traspasando la frontera de lo estrictamente musical y dejándose llevar por el componente artístico-expresivo de Edison Woods, entendiendo el evento en su totalidad.

Vestida como una bailarina de una caja de música, Julia Frodahl gesticulaba con lentitud corporal las emociones que su garganta y su teclado saben emanar con suavidad y ternura. Su fragilidad vocal se dejaba caer unos tonos de más con demasiada facilidad, aunque la mayor parte del tiempo supo embriagar con emotividad natural, una cercanía emocionante y una dulzura digna del mejor confite pastelero.

Nos entró algo de miedo cuando la cantante apareció en escena con una jaula iluminada repleta de plumas. Ya saben que las performances buscan provocar, pero todos respiramos más tranquilos cuando, hilando algunas de dichas plumas a su muñeca, Frodahl volvió a imbuirse en sus ensoñadoras melodías.

Sus socios no le iban a la zaga. El batería sintonizaba diversas emisoras radiofónicas locales como quién busca señales de otro planeta, el violinista se decidía por puntear con suavidad las cuerdas de su instrumento. La corista, extraída de una película de Dreyer, se descolgaba con frases de opera, desnudando sus estudios clásicos.

En lo estrictamente musical, Julia Frodahl se trajo buenos ejecutantes a esta gira, aunque se echaba en falta algo más de complicidad entre ellos. Una frialdad quizás obligada por el guión predeterminado. También lamentamos la ausencia de los acertados detalles electrónicos de su último disco “Seven Principles Of Leave No Trace”. Pero las relajadas canciones, mínimas y meticulosas, supieron aguantar con dignidad la carencia de elementos digitales.

Y abandonamos la sala con la idea de haber sido testigos de una cita cultureta e intelectual del magma artístico de Nueva York. Ampuloso, snob, emotivo, exquisito, vacuo, reconfortante, exagerado… Poner los adjetivos dependió del grado de integración personal en la actuación. Para el arriba firmante ganaron los positivos.

Lou Anne: Days Were Holes

Nos alegramos de la amplitud de miras de Jabalina (además de su caracter emotivo e ilusionante) cuando abren sus puertas a las guitarras. No me entiendan mal, que otros grupos también las tienen. Pero sin Fuzz, sin distorsión, sin solapamientos de capas… “Mezclamos las melodías de voces con las guitarras y teclados para que el resultado fuesen ritmos y armonías bonitas”, canta su bio.

Y yo hago le hago los coros a esa afirmación. Porque en su lista de influencias ponen muchas y muy elegantes, pero (ya lo sabéis, chicos, no pongaís esa cara…) sobresale, en lo alto del cajón, entre el Indie americano y el europeo más meloso con las guitarras a más del 3 en el potenciómetro, un trío de Hoboken que lleva la tira de años haciendo la tira de buenas canciones.

Tanto a nivel compositivo como de producción, Yo La Tengo sobresale como elemento inspirador. Lástima que en nuestro país (cada vez menos) el único Yo La que se conozca se relacione más con recauchutados que con buenas melodías. Digamos que, con todo el respeto, Kaplan y compañía han tenido hijos con muy buenas maneras y toda una vida por delante para ir personalizándolas.

Intenso, breve, suave, dulce, instrumentalmente fiero…Todo eso y más en el disco en el que los días son hoyos. Si así fuera, apúntenles un 2 bajo par.