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Año: 2010

The Wailers: Chocolate y churros

Jóvenes defensores de las bebidas low-cost. Niñas y niños en sus primeras salidas nocturnas y decorados con estiradas adaptaciones de los vestidos de sus barbies y geypermanes, madres y abuelas que inspiraron todos los grupos de “Señoras que…” habituales en la red social Facebook, mozalbetes con camisetas llenas de ironía -“Sin petas no hay paraíso”-, gentes que pasearon por toda la ciudad hasta llegar al concierto de Sagüés. Vascos, españoles (a los idiomas me refiero), franceses sin límite, chinos, ingleses.

De todo eso, y más, pudimos ver entre el gentío que abarrotaba la explanada del barrio de Gros con motivo del concierto de The Wailers.

Una ordenada marabunta que se esparcía por todo el espacio disponible: laterales, carreteras, paseos, bares, txosnas, la zona de audición propiamente dicha. Aquello parecía una prueba extrema de tensión, como la que se realiza en los puentes prestos a inaugurarse. O un panal gigante donde cada abejita ocupaba su celda. Y sin mayores problemas sanitario-tumultuosos, por lo que pudimos observar.

La abeja reina de la velada respondía al nombre de The Wailers. La mítica banda que acompañaba al no menos histórico Bob Marley. Bueno, lo que queda de ella, claro. En este caso, un bajista de la formación original. Podría haber sido peor, y que el elemento que lo justificara fuera un pipa de los que afinan las guitarras o el encargado de comprar las púas. Que de todo vimos ya en nuestra larga travesía.

Historietas aparte, lo que importa es que la música ofertada sea digna del nombre que se pasea. Y en el caso de los Wailers podemos afirmar que la ejecución fue correcta, basada en los sonidos más clásicos y optimistas de los ambientes jamaicanos.

Comer, beber y bailar en la isla.

Uno de los planes más novedosos de la Aste Nagusia 2010 se celebra cada noche en la Isla Santa Clara. La cerveza Amstel, el patrocinador más musiquero de todos los que apoyan las fiestas donostiarras, ha montado un pequeño oasis con bebida gratuita, picoteo y música excelente al que se accede por invitación o sorteo. Nosotros nos acercamos el pasado domingo, y esto fue lo que vimos, bebimos y bailamos.

La cita arrancó en el puerto donostiarra. A las 21.30 horas accedimos a uno de los barcos que realizar los desplazamientos entre la capital y su isla, contratado para la ocasión por la empresa organizadora. Tras un breve paseo marítimo, los 50 elegidos llegamos a destino bajo una lluvia de pompas de jabón sobre sones imperiales: Los tonos de La Guerra de las Galaxias, pinchados por el discjockey de la noche, el inconmensurable Guille Milkyway. Dj Amable y él, dos figuras del rejoneo melódico, son los encargados de poner canciones en estas fiestas.

Nos trasladamos al acotado situado al final del bar. Allí hay dispuestas mesas especiales con cervezas incorporadas. Y comienza el pase de modelitos (de nueva cocina vasca). El catering ofrecido fue tan completo como exquisito, cerrado con una porción de chuleta asada al momento y postres que harían saltar cualquier medidor de diabetes. La música, ese pequeño olvidado cuando el deporte central es estirar el brazo para adquirir alimentos, completó la velada con composiciones ambientales de elegancia supina: Easy listening nada convencional, canciones de cubeta de discos llenas de polvo, temas de Indian Vibes…

Los Planetas: Para todos los gustos

Arrancaba el escenario sonoro más relevante de nuestra Semana Grande con la actuación Los Planetas. La formación más importante, por recorrido y tirón, del pop independiente nacional. Aunque eso del tirón no pareció confirmarse en la explanada de Sagüés.

Quien sabe si por la coincidencia con la actuación de Bebe en la Parte Vieja más pirata, o por la adversa climatología, pero la explanada presentó una floja entrada.

Segunda sorpresa: El volumen de la actuación. Un tema infinito, carne de Sirimiri. Para unos suficiente, para otros insignificante, ridículo. Máxime cuando lo que ofreces son bandas de guitarras distorsionadas y mantras infinitos que ya has degustado cerca de un amplificador. Tras confirmar que la potencia contratada es idéntica a la de años anteriores, la pirueta -flagrante en el arranque, mejor al final- pareció obra del técnico de sonido.

I Am Kloot: “Sky At Night”

Preciosidad clásica del folk inglés. El enfoque pop de Richard Hawley. Expresado a un volumen amigable, con un tono vocal terso.

Dejando que la luz natural entre en las canciones antes oscuras. Así es el nuevo CD de este trío de Manchester, un trabajo bastante asequible que intuimos sonará sin parar en las radios (inglesas, claro).

Noche de vino y colas en el playa.

Terminó el Escenario Verde con éxito total de público con Divine Comedy y los ‘Pains’. Estos últimos, ‘The Pains of Being Pure at Heart’, abarrotaron la Zurriola con sus pop guitarrero y repitieron cien veces su adoración por San Sebastián y el kalimotxo.

De quitarse el sombrero. El bombín, en este caso. Neil Hannon, el gurú del grupo Divine Comedy, uno de los mejores compositores de pop de los últimos 20 años, ofreció el concierto más sobresaliente de toda la zona gratuita del Heineken Jazzaldia 2010.

¿Cómo demostrar tamaña afirmación? Pues alucinando con la oferta: un solo, un piano y una voz en un escenario abierto e inmenso, el del Escenario Verde en la playa de la Zurriola, atacando canciones cuya ejecución erizaba los vellos.

Melodías eternas que el sencillo acompañamiento elevaba a los altares del pop, un sitio que ya ocupan Burt Bacharach y el resto de gentlemen’. Neil Hannon, un menudo ‘entertainer’ (o viceversa) que nunca pierde la elegancia británica. Si Jarvis Cocker (el cantante y lider de Pulp) escribe sus canciones con boli y papel, este irlandés lo hace con una pluma de ave y tinta china.

Arrancó con su mejor canción de los últimos años (‘At The Indie Disco’), un gesto de confianza. Le siguieron versiones de MGMT, bailes jocosamente autocriticados, sorbos de una copa de vino (en la que se volvía a servir de la botella) entre temas y chistes en mitad de las partituras. Interpretando algunos de sus clásicos como ‘Everybody Knows That I Love You’ y ‘Tonight We Fly’ y derrando su noche con ese ‘Can You Stand Upon One Leg?’ y su falsete de 30 segundos ejecutado entre gestos desenfadados para asombro del público.

Aunque para comedias divinas, las de las colas de los baños portátiles. Por mucho que abunden los evacuatorios, las aglomeraciones traen consigo filas más o menos eternas. Era muy divertido fijarse en los bailes involuntarios de la gente, buscando retrasar lo máximo su inscripción en la cola adelgazante.

Pop imberbe de Nueva York con ‘ The Pains of Being Pure at Heart’

La noche se cerraba -exceptuando las versiones ‘topolino’ de la The New Swing Orchestra y un excelente Antoni Tosmos Trío- con la actuación de The Pains Of Being Pure At Heart. Una imberbe banda de Nueva York que ha resucitado los años 90 más ‘indies’. Bebiendo directamente de formaciones candorosas y/o ruidosas como Jesus And Mary Chain, Ride, My Bloody Valentine o New Order (por nombrar algunas que ustedes pueden conocer), su pop guitarrero y melódico caló entre el numeroso público presente.

BiFunk: Hermanos sopladores.

¿Recuerdan aquello de las ciudades hermanadas? Esa moda que algunos conocimos a finales del siglo pasado gracias a la cual nuestros gestores firmaban acuerdos de colaboración con ciudades del resto del mundo.

Donostia cayó en esas redes asociativas, alcanzando acuerdos con urbes alemanas, africanas. Y poblaciones italianas como Trento.

De esa ciudad del Alto-Aligio llegan Bifunk, ‘brass band’ andante de sonidos funk, jazz clásico, blues y aires latinos. Combo que anima las calles por las que desfila poniendo al público a bailar. Sociedad formada por varios componentes de la New Project Swing Orchestra (grupo que también actúa esta noche, en el Escenario Frigo de las terrazas traseras del Kursaal). Hablamos con uno de sus miembros, Fiorenzo Zeni, saxofonista de ambas agrupaciones. Un enamorado de la ciudad, el funk y las melodías italianas eternas.

¿Funcionan los hermanamientos a nivel musical?

Bifunk nos estrenamos más allá de las fronteras italianas. Pero con New Project Swing Orchestra ya estuvimos en San Sebastián, con aquel delicioso proyecto llamado ‘Beatles in Jazz’. Estamos encantados de poder volver. Es una ciudad maravillosa. Y no solo hablo del jazz…

Hagamos un poco de historia.

BF nacimos el año pasado, por encargo del festival Suedtirol-Jazzfestival. No hay muchas formaciones de este tipo en nuestro país. Algunas pequeñas bandas que tocan algo relacionado con el funk. Y las tradicionales, que interpretan marchas militares y esas cosas tradicionales. No tienen un hueco para la improvisación. Nosotros sí.

Divine Comedy: La canción que cierra la discoteca.

Siempre ocurría lo mismo. Estirabas la noche aguileña y al final te pinchaban una canción para –intentar- bailar con algún socio/a. Te ponías en posición de Felix Rodríguez de la Fuente, pero las aves siempre pasaban de largo, ahuyentadas por tus prismáticos.

En España ese banderazo final solía ser algún nesquik compositivo de rápida caducidad. En Inglaterra, más de una vez, los garitos encendían sus luces –conmigo dentro- al son de The Divine Comedy, la banda que esta noche despedirá el atardecer donostiarra desde el Escenario Heineken del Jazzaldia.

Quizás por eso se me escapara una sonrisa al descubrir que el primer single de ‘Bang Goes The Knighthood’, el último CD de la banda de Neil Hannon, tenía el ingenioso título de ‘At The Indie Disco’. Risita que se convirtió en carcajada al prestar atención a la letra.

Demonios, Hannon lo había vuelto a hacer. Trillones de referencias a la cultura británica musical independiente sobre un enganchón fondo popero y saltarín, con ese arreglo orquestal que sale de la nada y te atrapa sin remedio. Una foto certera sobre amores visuales, poses estáticas y anhelos de juventud. Intentaremos traducirlo para ustedes. ‘Bajo un poster de Morrissey con un manojo de flores.[…] Saltando a la pista con Tainted love.[…] Danos Pixies, (Stone) Roses y (My Bloody) Valentines. Danos Blur, (The) Cure, y algo de los Wannadies’. Los años 90 de la revista New Musical Express, sintetizados en 22 líneas de texto.

Canciones pegadizas para niños

Neil la explica con su habitual sorna.’Realmente, al hacerla estaba pensando en una canción “catchy” (pegadiza) de pop para niños. Hasta que un amigo la escuchó y me dijo que le había trasladado a su adolescencia. Descubrió que soy un historiador social”. Y un genial compositor, pero eso ya lo sabíamos todos.

The Very Best: El corazón caliente de la pista de baile.

autor: http://www.flickr.com/photos/evabravo/“Un malauí, un francés y un sueco se encuentran en una tienda de Londres y…”. Lo que empieza como un chiste urbano acaba como The Very Best, una de las formaciones más interesantes del panorama electrónico-bailongo africanista.

La historia es bien curiosa: Esau Mwamwaya (cantante) trabajaba en una tienda de bicis, a la que entró el franchute Etienne Tron (productor y DJ). Se pusieron a hablar de música y el europeo acabó invitando al africano a su estudio de grabación para meter voces en la formación que compartía con Johan Karlberg (productor y DJ). “Sí, esas cosas que solo pueden pasar en la ciudad del Tamesis”, nos confirma entre risas el propio Karlberg, que actuará esta noche con sus colegas en el Heineken Jazzaldia.

La capital inglesa sigue imparable.

Hiperactiva. La escena funky es muy potente, los raperos más duros están metiéndole mano a las canciones de baile, el ‘dubstep’ no ha decrecido en energía ni impacto. ¿Quieres una lista de mis favoritos? Doctor P, Mumdance, L-vis 1990, Crazy Cousinz. O The Hackney Empire, una banda muy festiva que mezcla músicas del Este con los sonidos tórridos del corazón de Africa.

Vuestra repercusión empezó con las mixtapes de remezclas, que os consiguieron trabajos con Lily Allen, Justin Timberlake, Santigold, Britney Spears, TV On The Radio,…

Si, las mixtapes son cintas en las que recogemos nuestras adaptaciones de las canciones que más nos gustan. De ahí salieron las versiones de Yeasayer, Michael Jackson o M.I.A. que ahora interpretamos en directo.

La anglo-británica es un referente en vuestra carrera.

A M.I.A. la conocemos desde el 2002. Es una tía con un talento increíble. Ha sido un placer trabajar con ella en nuestro disco (La anglo-hindú canta en “Rain Dance”, una de las perlas del CD).