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Divine Comedy: La canción que cierra la discoteca.

Siempre ocurría lo mismo. Estirabas la noche aguileña y al final te pinchaban una canción para –intentar- bailar con algún socio/a. Te ponías en posición de Felix Rodríguez de la Fuente, pero las aves siempre pasaban de largo, ahuyentadas por tus prismáticos.

En España ese banderazo final solía ser algún nesquik compositivo de rápida caducidad. En Inglaterra, más de una vez, los garitos encendían sus luces –conmigo dentro- al son de The Divine Comedy, la banda que esta noche despedirá el atardecer donostiarra desde el Escenario Heineken del Jazzaldia.

Quizás por eso se me escapara una sonrisa al descubrir que el primer single de ‘Bang Goes The Knighthood’, el último CD de la banda de Neil Hannon, tenía el ingenioso título de ‘At The Indie Disco’. Risita que se convirtió en carcajada al prestar atención a la letra.

Demonios, Hannon lo había vuelto a hacer. Trillones de referencias a la cultura británica musical independiente sobre un enganchón fondo popero y saltarín, con ese arreglo orquestal que sale de la nada y te atrapa sin remedio. Una foto certera sobre amores visuales, poses estáticas y anhelos de juventud. Intentaremos traducirlo para ustedes. ‘Bajo un poster de Morrissey con un manojo de flores.[…] Saltando a la pista con Tainted love.[…] Danos Pixies, (Stone) Roses y (My Bloody) Valentines. Danos Blur, (The) Cure, y algo de los Wannadies’. Los años 90 de la revista New Musical Express, sintetizados en 22 líneas de texto.

Canciones pegadizas para niños

Neil la explica con su habitual sorna.’Realmente, al hacerla estaba pensando en una canción “catchy” (pegadiza) de pop para niños. Hasta que un amigo la escuchó y me dijo que le había trasladado a su adolescencia. Descubrió que soy un historiador social”. Y un genial compositor, pero eso ya lo sabíamos todos.

Tras algunos pasos vaporosos y ruidistas, el bautizo de su ‘divina comedia’ tal y como la conocemos llegó con los discos Libération (1993) y Promenade (1994). Arreglos de cuerdas y vientos, guitarra acústica y piano. La chanson francesa y el pop británico de toda la vida. Se sentaban las bases del nuestro amor por este irlandés menudo.

Un autor que tiene las corcheas de plantarse en la inmensidad del mayor escenario festivalero de Donostia sin banda que lo acompañe, sólo con su piano. Algo al alcance de muy pocos: su colega de pub Badly Drawn Boy, el inmenso Jeff Tweedy. O el dueto Kings of Conveniente, con quienes el Heineken Jazzaldia ha querido sutilmente comparar, no sin cierto tino. Porque el suyo será un concierto de emociones puras, de estructuras desnudas.

Un autor lleno de perlas

‘Bang Goes The Knighthood’ está lleno de perlas- musicales y líricas-. Con un excelso inicio, ‘Down in the street below’. Retrato de la estupidez reinante en las veladas de alto copete y bares de moda. ‘La letra es un retrato de mi pasado más reciente”, afirma Hannon, ‘pero también una invitación a no mirarse tanto el ombligo, a intentar ver el mundo con los ojos de los demás’.

Todo ello sobre un colchón de notas que bien podría formar parte de ‘Swallows & Amazons’, el musical que el compositor de Divine Comedy estrenará en otoño. ‘Y también voy a escribir una pequeña ópera para la Royal Opera House de Londres. Tienen un ciclo de obras de 30 minutos escritas por gente de la que no se espera que elabore este tipo de trabajos. Se supone que yo soy uno de esos tipos. ¿Y quién podría negarse ante una invitación de este tipo?’.

Juguete pop de soles mañaneros

El resto del álbum no desmerece. ‘The Complete Banker’ retrata la avaricia de los dueños de la economía actual. ‘I like’ es un juguete pop de soles mañaneros, feliz como aquel ‘Wake Up’ de los Boo Radleys. Y ‘The Lost Art of Conversation’ le pega un buen meneo a las pamplinas virtuales. ‘Hay una cantidad realmente insultante de conversaciones estúpidas en internet. Mi canción habla de conversar, a la vieja usanza. La real. Ya sabes, dos o más personas coincidiendo físicamente en un mismo lugar. Una ocurrencia”. Idea que se traslada a lo musical. “Odio los mp3 y su mundo. Si te fijas, todas las portadas de los sitios de descarga de discos tienen la cara de artista como protagonista porque en Itunes la foto de la carátula es realmente pequeña y esa es la única manera de reconocer al autor’.

Publicado enEntrevistas

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