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Mes: agosto 2010

The Wailers: Chocolate y churros

Jóvenes defensores de las bebidas low-cost. Niñas y niños en sus primeras salidas nocturnas y decorados con estiradas adaptaciones de los vestidos de sus barbies y geypermanes, madres y abuelas que inspiraron todos los grupos de “Señoras que…” habituales en la red social Facebook, mozalbetes con camisetas llenas de ironía -“Sin petas no hay paraíso”-, gentes que pasearon por toda la ciudad hasta llegar al concierto de Sagüés. Vascos, españoles (a los idiomas me refiero), franceses sin límite, chinos, ingleses.

De todo eso, y más, pudimos ver entre el gentío que abarrotaba la explanada del barrio de Gros con motivo del concierto de The Wailers.

Una ordenada marabunta que se esparcía por todo el espacio disponible: laterales, carreteras, paseos, bares, txosnas, la zona de audición propiamente dicha. Aquello parecía una prueba extrema de tensión, como la que se realiza en los puentes prestos a inaugurarse. O un panal gigante donde cada abejita ocupaba su celda. Y sin mayores problemas sanitario-tumultuosos, por lo que pudimos observar.

La abeja reina de la velada respondía al nombre de The Wailers. La mítica banda que acompañaba al no menos histórico Bob Marley. Bueno, lo que queda de ella, claro. En este caso, un bajista de la formación original. Podría haber sido peor, y que el elemento que lo justificara fuera un pipa de los que afinan las guitarras o el encargado de comprar las púas. Que de todo vimos ya en nuestra larga travesía.

Historietas aparte, lo que importa es que la música ofertada sea digna del nombre que se pasea. Y en el caso de los Wailers podemos afirmar que la ejecución fue correcta, basada en los sonidos más clásicos y optimistas de los ambientes jamaicanos.

Comer, beber y bailar en la isla.

Uno de los planes más novedosos de la Aste Nagusia 2010 se celebra cada noche en la Isla Santa Clara. La cerveza Amstel, el patrocinador más musiquero de todos los que apoyan las fiestas donostiarras, ha montado un pequeño oasis con bebida gratuita, picoteo y música excelente al que se accede por invitación o sorteo. Nosotros nos acercamos el pasado domingo, y esto fue lo que vimos, bebimos y bailamos.

La cita arrancó en el puerto donostiarra. A las 21.30 horas accedimos a uno de los barcos que realizar los desplazamientos entre la capital y su isla, contratado para la ocasión por la empresa organizadora. Tras un breve paseo marítimo, los 50 elegidos llegamos a destino bajo una lluvia de pompas de jabón sobre sones imperiales: Los tonos de La Guerra de las Galaxias, pinchados por el discjockey de la noche, el inconmensurable Guille Milkyway. Dj Amable y él, dos figuras del rejoneo melódico, son los encargados de poner canciones en estas fiestas.

Nos trasladamos al acotado situado al final del bar. Allí hay dispuestas mesas especiales con cervezas incorporadas. Y comienza el pase de modelitos (de nueva cocina vasca). El catering ofrecido fue tan completo como exquisito, cerrado con una porción de chuleta asada al momento y postres que harían saltar cualquier medidor de diabetes. La música, ese pequeño olvidado cuando el deporte central es estirar el brazo para adquirir alimentos, completó la velada con composiciones ambientales de elegancia supina: Easy listening nada convencional, canciones de cubeta de discos llenas de polvo, temas de Indian Vibes…

Los Planetas: Para todos los gustos

Arrancaba el escenario sonoro más relevante de nuestra Semana Grande con la actuación Los Planetas. La formación más importante, por recorrido y tirón, del pop independiente nacional. Aunque eso del tirón no pareció confirmarse en la explanada de Sagüés.

Quien sabe si por la coincidencia con la actuación de Bebe en la Parte Vieja más pirata, o por la adversa climatología, pero la explanada presentó una floja entrada.

Segunda sorpresa: El volumen de la actuación. Un tema infinito, carne de Sirimiri. Para unos suficiente, para otros insignificante, ridículo. Máxime cuando lo que ofreces son bandas de guitarras distorsionadas y mantras infinitos que ya has degustado cerca de un amplificador. Tras confirmar que la potencia contratada es idéntica a la de años anteriores, la pirueta -flagrante en el arranque, mejor al final- pareció obra del técnico de sonido.