Diseñadores textiles y discjockeys que aunaban imagen y sonido protagonizaron el acto que complementaba la octava edición del festival MID _E celebrado en el Teatro Principal de Donostia. Un certamen que busca llevar un poco más lejos, entre transgresiones y riesgos, la idea de modernidad, vanguardia, futuro, coolness, creatividad o como quieran ustedes llamarlo.
El Videojockey XU, disfrazado para la ocasión, tuvo dos sesiones. En la primera, vestido de ¿murciélago?, le pegó a la música electro europea. Hubo momentos caleidoscópicos, pero abundaron los dibujos animados en blanco y negro, con especial cariño por el reino animal. Algo que el benevolente compañero de silla, en un alarde woodyallenesco, definió como «no sé si es una alegoría de Rebelión en la Granja o un anuncio de Clan TV». Ya saben, los videojockeys, esos grandes incomprendidos.
El diseñador eibartarra Roberto Etxeberria presentó diez trajes en dos tacadas. El primer pase, oscuro, homenajeó al clasicismo de manera libertina, con cortes imposibles, gabardinas de espalda abierta, una chaqueta de mangas cortas probablemente inspirada en el videojuego Assasin’s Creed y largos chalecos por debajo de las cazadoras. Muy pret-a-porter, pero poco pret (telas bastante holgadas) y mucho porte(-r) en los germánicos modelos masculinos que paseaban por los pasillos del teatro.
En la segunda pasada nos fuimos de safari moderno. Tonos más ocres y claros, con el contraste de los pantalones cortos sobre troncos trajeados. También hubo gabardinas de lino cortadas alegremente a distintas alturas. Un puntazo la cámara que mostraba las bambalinas del desfile, con los modelos cambiándose de ropa y preparándose para salir.