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Juan Luis Etxeberria Entradas

Evan Dando: Magnetismo pop

Intérpretes: Chris Brokaw, Evan Dando. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Día: 19 Noviembre 2009. Asistencia: unas 400 personas.

La Real Academia de La Lengua, en un intento de ponerle puertas al campo, define el magnetismo como “atractivo que alguien o algo ejerce sobre otra u otras personas o cosas.” Una definición abierta que nos vale para explicar tantos los amoríos con los feos/feas como las siempre esotéricas intenciones de voto en las elecciones.

Aplicando el axioma a lo que hoy nos atañe, podemos afirmar que pulula sobre nuestros campos magnéticos un imán cultural verdaderamente inexplicable (a ojos de los gestores públicos, cuyas afeitadoras presupuestarias dejan en merchadising de los Lunnis los dedos de Eduardo Manostijeras).

Un miércoles cualquiera, los zombies pasean sus colmillos por la noche informativa, esos cuartos oscuros alejados de estadios y aglomeraciones, para dirigir sus pasos hacia salas ligeramente retiradas del centro de la ciudad y ver conciertos que, en su modesta e individual opinión, merecen apartarse de la televisión y otras alienaciones modernas. Y se entregan a la actuación de un telonero de oro, Chris Brokaw, amablemente folk y en ocasiones árido cual bocata de cactus.

Aunque para zombies, el gigantón Evan Dando. Paseante por el barrio de Egía los minutos previos a su acto, andarín y algo apocado en sus contoneos, demostró que los artistas son de una pasta que ni se crea ni se destruye.

Buika: Dolorosa espuela

Intérpretes: Concha Buika (voz), Iván “Melón” Lewis (piano), Fernando Favier (percusión), Dany Noel (contrabajo) Lugar: Sala de Cámara del Kursaal (Donostia). Día: 12 Noviembre 2009. Asistencia: lleno, unas 600 personas. Precio: 18 euros

Tuvimos que esperar sentados en nuestros asientos 20 minutos sobre la hora inicialmente prevista, escuchando algunas toses de fondo y confiando en las defensas de nuestro sistema inmunitario frente a la “Gripe A”, para poder gozar de la visita de Concha Buika al Kursaal. Una deferencia ante la cola que había en la ventanilla para cambiar los tickets invalidados ante los cambios que había sufrido la cita.

La espera perdió importancia en cuanto la artista pisó descalza la alfombra colocada a sus pies y se lanzó a interpretar el clásico Volver (con la frente marchita). Vestida con una negra falda larga y una blusa amarilla que dejaba al descubierto el tatuaje de su brazo izquierdo (mejor no hablamos del cinturón), la cantante guineana afincada en Mallorca se mostró expresiva y risueña hasta niveles olímpicos. Y cuando tocaba cantar para presentar sus canciones propias o “El Ultimo Trago”, el reciente homenaje a Chavela Vargas, la sala enmudecía.

Tiene Buika una voz curiosa. Su tono denota cierta aspereza, como si algunas cuerdas vocales estuvieran raspadas. Pero a la hora de entonar frente al micrófono, lo que se supone va a ser una tara se convierte en una gozosa característica única.

Su canto viaja al son de los temas interpretados. Melodías repletas de energía, potencia, rabia, desazón, desamor y nostalgia. Las bases que siempre han marcado las grandes voces. Así, su quejío coplero acaba tomando aires flamencos cuando se eleva, mientras contrapuntea una música que fue más cubana que latina, más jazzera que estándar, con un trío traído directamente del malecón más famoso de Centroamérica.

“El último trago es la antesala del siguiente”, afirmó la isleña en un pasaje de la noche. Nosotros nos tomaremos el concierto de ayer como el penúltimo que ha dado por nuestra tierra. Escuchando los aplausos que recibió en Donostia, la espera se va a hacer larga.

Marc Parrot: El contador de estrellas

El polifacético y siempre inquieto Marc Parrot llega esta noche a Donostia con su nuevo espectáculo bajo el brazo: “50 anys de la Nova Cançó”. Un concierto-espectáculo que recupera las canciones del movimiento artístico y musical que, según la wikipedia, “impulsó la reivindicación del uso normal del catalán en el mundo de la canción en pleno franquismo, a la vez que denunciaba las injusticias de la dictadura”.

El espectáculo está musicado por Parrot y cuenta con la escenografía de Ramón Simó y el apoyo de una banda de cinco músicos. Se repasan de manera moderna y actual obras de los autores más emblemáticos de la época (Serrat, Lluís Llach, Pau Riba, Sisa, Ovidi Monitor, Raimon). El acto se encuadra dentro de las jornadas “Imanol Oroituz 09”.

Parrot, que tiene callo en esto de las adaptaciones (no olviden que durante los primeros años 90 respondía al nombre de El Chaval de La Peca, el excéntrico personaje que recuperó los clásicos de los años 70) responde amablemente a las preguntas.

¿Qué podremos ver en estos “50 anys…”?

El espectáculo se llama «Música y Lletra» porque era una época en que las letras de las canciones tenían mucho peso. La inspiración venía directamente de la poesía, llegando en muchos casos a musicar poemas de escritores afines. El vínculo de unión entre las canciones del concierto son poemas que voy recitando y que ayudan a situar cada canción.  La puesta en escena se refuerza con pequeños elementos teatrales que evocan la evolución de la Cançó y sus protagonistas.

¿Qué herencia nos debe quedar de aquellos años?

Que las canciones son un vehículo imprescindible para transmitir los sentimientos, la cultura y las ideas de un pueblo.

¿Corremos el peligro de olvidar el pasado, de quedarnos con sólo la cara amable de las cosas?

Probablemente. Por eso me parecen bien iniciativas como ésta, que ayudan a recuperar una época histórica concreta. Porque la Nova Cançó fue un instrumento básico para la reivindicación de nuestras libertades y derechos.

¿Tuviste alguna respuesta de los autores de las canciones originales?

Muchas de las canciones de este espectáculo ya las conocía desde pequeño y con la mayoría había una implicación personal. Me enfrenté a ellas siempre desde la admiración y el respeto a sus intérpretes originales. Por suerte casi todos han escuchado las versiones y les han parecido bien.

Salvo esta cita donostiarra, el espectáculo se movió sólo por tierras catalanoparlantes.

La mayor parte de la gira se centra en Cataluña y Baleares pero, además de esta visita a donosita,  también estamos intentando cerrar unas fechas en Galicia.

¿Qué estilo podría considerarse como heredero legítimo de La Nova Cançó?

Fue una etiqueta muy diversa en cuanto a formas. Prácticamente toda la escena musical actual catalana somos herederos de este movimiento.

El lado popero-catalán comienza a saltar fronteras territoriales: Antonia Font, Manel, Sedaiós…

Y es evidente que gente como Jaume Sisa o Pau Riba ha influido en ellos.

¿Planes futuros a medio plazo?

Tenemos conciertos de “50 anys…” previstos hasta marzo de 2010 y habrá un nuevo disco personal para principios del 2011.

Benitt Ash y Las Frutas Amargas: Alegrías y penas callejeras

El cuarto disco de este autor guipuzcoano asentado ahora en Cataluña es tan variado como adictivo, siempre con el rock como guía.

¿Me permiten que les invite a un juego? Enciendan su ordenador. Entren en la página web del músico que hoy entrevistamos (myspace.com/benittash) y escuchen su música mientras leen estas líneas como recomiendan los estomatólogos: masticando despacito las letras y prestándole atención a la excelente colección de melodías que ha publicado el antiguo miembro de The Solanos y guitarrista de la banda de Fermín Muguruza (“No he dejado de tocar con él desde hace 10 años. A veces de forma puntual, otras con mayor continuidad”)
Mientras letras y músicas vamos de la mano les pongo en situación: Este nuevo CD se titula “Casi volver a empezar”. Vale 6 euros en la web y 10 en los conciertos. “Si alguien se lo quiere descargar por la jeta puede hacerlo desde la página.”

Oskar Benas, el irundarra que responde a nuestras preguntas, es el individuo que se esconde tras el nombre de Benitt Ash. Y vuelve a Guipúzcoa con Las Frutas Amargas, sus socios catalanes. Músicos que han tocado con gentes de Brighton 64, Los Rebeldes, Matamala o FromHeadToToe.
Con esta presentación ya ven que el ambiente de las canciones no es postizo: rock, rockabilly, sonidos 50´s. Lo primero que nos viene a la mente es una película de Quentin Tarantino. “Me encantan las bandas sonoras, los sonidos surferos y el western. Pero siempre hay texturas nuevas que descubrir. Ahora estoy aprendiendo a cantar sin gritar, sin fingir, y a quitarme prejuicios y fobias a la hora de contar lo que siento.”

Vetusta Morla: La caza del zorro

Intérpretes: Juan Pedro Martín «Pucho» (voz), Álvaro Benito (bajo), Guillermo Galván (guitarra), Jorge González Giralda (percusión, teclados), David García Garrote (batería), Juan Manuel Latorre (guitarra, teclados). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia).Asistencia: Lleno, unas 900 personas. Entradas: Entre 25 y 15 euros.

Empecemos quemando los rastrojos: “Si la banda Radiohead no hubiera existido, Vetusta Morla no hubieran tenido el calado y la aceptación que tienen hoy en día”. Vale. Correcto. Y real.

Muchas de las estructuras que los madrileños emplean en sus canciones beben (hasta el coma etílico, que diría el veterano) de los sincopados temas de la última época de los británicos, cuando la sorpresa rupturista ya se había asimilado un poco.

Pero si analizáramos todas las bandas con ese rasero racional nos iban a quedar cuatro gatos: Elvis Presley, los Beatles, los Beach Boys y tres más. Además, al 80% de los asistentes que anoche reventaron el Victoria Eugenia Thom Yorke (cantante de Radiohead) les suena a producto de charcutería o condado británico donde se juega a cazar al zorro. Y lo más importante del todo: Vetusta Morla conectan con la gente.

Con solo esa última parte todo el doctorado explicado en líneas anteriores cae como un castillo de naipes. Es cierto que cuando metes una banda de estadio (el sexteto llenó la playa de la Zurriola el pasado Jazzaldia) en un recinto cerrado se magnifica la atención, la cercanía y la energía. Pero eso también hay que ganárselo. Y Vetusta Morla lo hacen con canciones. Las ruedas que deben mover el mundo musical.

Los castellanos, seguidores del lirismo elevado del pop actual, tienen más singles en su único disco que Mecano en media discografía. Créanme si les digo que 14 de las 18 canciones ejecutadas el jueves en Donostia saldrían en vinilos pequeños si aún viviéramos en los años 80.

Y no les duelen prendas a la hora de quemar sus melodías más conocidas (“Un día en el Mundo, Copenhague”) antes de llegar al cuarto de hora de velada. Se muestran sobrados, excelsos, rabiosos, sencillos pero directos. Convirtiendo el antiguo emplazamiento guipuzcoano en un teatro británico moderno en toda regla. Ya saben, esos espacios que eliminaron los asientos para incrementar la animosidad de los presentes. Salvando las distancias, el Victoria Eugenia fue un Apollo o un Bowery en toda regla. Y cambiar ese chip solo lo consigue la conexión de la banda con los que pagaron por verlos.

Porque tienen al público en el bolsillo. Nunca habrá tal euforia en nuestra ciudad como para reventar los asientos del V.E. a patadas. Pero ver a todos los espectadores continuando los coros del tema “Saharabbey Road” para que la banda hiciera un bis es algo extraordinario. Lastima que en esa continuación no se mostraran tan acertados como en el resto de la noche. Sino, estaríamos hablando de una muesca en la historia cultural de nuestra ciudad.

Jarabedepalo: De según como se mire -todo depende-

Intérpretes: Fito Mansilla, Jarabedepalo. Lugar: Sala Rock Star (Donostia). Día: 24 octubre 2009. Asistencia: unas 800 personas.

Volvía Pau Donés con sus chicos a la Rock Star donostiarra y, sorprendente para algunos, metía más gente en la sala que en su última visita.¿La gente agradece los cambios?¿La venta del nuevo CD en la edición dominical de un diario es la mejor forma de llegar a tu público potencial, gentes que han dejado atrás la treintena de años?Pues, utilizando el contaste habitual de las letras de este autor catalán, podemos decir que “sí y no”. Que es, casualmente, la sensación que nos dejó su actuación.

En la zona celestial queda el intento de Donés de escapar de la férrea estructura de sus canciones. Temas que cuentan con una progresión de acordes tan similar que, a menos que seas super fan, no sabes decir si corresponden a un corte del primer CD o forman parte de otro que aún está por llegar.

La nueva agrupación denominada Orquesta Reciclando hizo honor a su nombre y le pegó un meneo a todos los temas antiguos. La brocha reggae le dio frescura al ya quemado “Depende”. “Hay dos días en la vida” tuvo aires de bolero. “El lado oscuro” fue un homenaje a los Blues Brothers. “Déjame vivir” sonó muy recogida. La dedicada “Mamá” tuvo guitarrazos muy rabiosos. La segunda versión de “Bonito” – la primera fue un entreacto techno que acabó con una reivindicación sobre la compra legal de música- explotó como una pieza funky disco. Sin olvidar la ración de jazz latino (“Agua”, “Pura sangre”).

Según pasaban los minutos la alegría del cambio fue menguando, ganando presencia el viejo estilo musical (“La flaca”, “Grita”) y los teclados de la factoría Stefan. Mientras, el guitarra solista acababa las canciones como si fuera el sustituto de Santana. Nada que objetar a los ejecutantes, todos memorables en lo suyo. Tras un bis y un segundo regalo en forma de “versión original” de La Flaca, el grupo catalán dio por cerrada la gira española. Y nosotros sellamos nuestro bloc de notas con dos títulos que buscaban resumir la velada: “Todo me parece bonito” y “Depende”. De su conjugación salió el resultado de la actuación.

P.L.V. Havoc: Rock casero

El compositor donostiarra presenta esta noche en Hondarribia su tercer CD. Un trabajo lleno de energía vocal y sonidos norteamericanos.

Nuestro entrevistado es donostiarra, responde al críptico nombre de P.L.V. Havoc y es carne de agenda peleando por dejar de ser desconocida.

Esa sorpresa agradable cuando aterrizamos en un bar para tomar algo y acabamos preguntando sobre el nombre del artista que está actuando.

Un músico que defiende en solitario, con guitarra acústica y armónica, el country-folk de Neil Young, Woody Guthrie o Bob Dylan. Una voz sentida que traslada la rabia de Pearl Jam a las cuerdas vocales de Thom Yorke (Radiohead) sin pérdida de emoción.

Havoc presenta ahora «The shape of your heart», su nuevo CD, con una creciente gira que empieza este fin de semana en Hondarribia y pronto recalará en Donostia y Barcelona.

The Duckworth Lewis Method: Idem

Un cálculo matemático empleado en el críquet da nombre al proyecto conceptual de Neil Hannon (Divine Comedy) y su socio irlandés Thomas Walsh. Los elementos de este divertido partido son el glam, el rock setentero y el pop eterno.

Es precisamente en este último campo donde la cosa se vuelve gloriosa, con la aportación del divino Hannon y sus coqueterías beatle.