Saltar al contenido

Mes: octubre 2009

Benitt Ash y Las Frutas Amargas: Alegrías y penas callejeras

El cuarto disco de este autor guipuzcoano asentado ahora en Cataluña es tan variado como adictivo, siempre con el rock como guía.

¿Me permiten que les invite a un juego? Enciendan su ordenador. Entren en la página web del músico que hoy entrevistamos (myspace.com/benittash) y escuchen su música mientras leen estas líneas como recomiendan los estomatólogos: masticando despacito las letras y prestándole atención a la excelente colección de melodías que ha publicado el antiguo miembro de The Solanos y guitarrista de la banda de Fermín Muguruza (“No he dejado de tocar con él desde hace 10 años. A veces de forma puntual, otras con mayor continuidad”)
Mientras letras y músicas vamos de la mano les pongo en situación: Este nuevo CD se titula “Casi volver a empezar”. Vale 6 euros en la web y 10 en los conciertos. “Si alguien se lo quiere descargar por la jeta puede hacerlo desde la página.”

Oskar Benas, el irundarra que responde a nuestras preguntas, es el individuo que se esconde tras el nombre de Benitt Ash. Y vuelve a Guipúzcoa con Las Frutas Amargas, sus socios catalanes. Músicos que han tocado con gentes de Brighton 64, Los Rebeldes, Matamala o FromHeadToToe.
Con esta presentación ya ven que el ambiente de las canciones no es postizo: rock, rockabilly, sonidos 50´s. Lo primero que nos viene a la mente es una película de Quentin Tarantino. “Me encantan las bandas sonoras, los sonidos surferos y el western. Pero siempre hay texturas nuevas que descubrir. Ahora estoy aprendiendo a cantar sin gritar, sin fingir, y a quitarme prejuicios y fobias a la hora de contar lo que siento.”

Vetusta Morla: La caza del zorro

Intérpretes: Juan Pedro Martín «Pucho» (voz), Álvaro Benito (bajo), Guillermo Galván (guitarra), Jorge González Giralda (percusión, teclados), David García Garrote (batería), Juan Manuel Latorre (guitarra, teclados). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia).Asistencia: Lleno, unas 900 personas. Entradas: Entre 25 y 15 euros.

Empecemos quemando los rastrojos: “Si la banda Radiohead no hubiera existido, Vetusta Morla no hubieran tenido el calado y la aceptación que tienen hoy en día”. Vale. Correcto. Y real.

Muchas de las estructuras que los madrileños emplean en sus canciones beben (hasta el coma etílico, que diría el veterano) de los sincopados temas de la última época de los británicos, cuando la sorpresa rupturista ya se había asimilado un poco.

Pero si analizáramos todas las bandas con ese rasero racional nos iban a quedar cuatro gatos: Elvis Presley, los Beatles, los Beach Boys y tres más. Además, al 80% de los asistentes que anoche reventaron el Victoria Eugenia Thom Yorke (cantante de Radiohead) les suena a producto de charcutería o condado británico donde se juega a cazar al zorro. Y lo más importante del todo: Vetusta Morla conectan con la gente.

Con solo esa última parte todo el doctorado explicado en líneas anteriores cae como un castillo de naipes. Es cierto que cuando metes una banda de estadio (el sexteto llenó la playa de la Zurriola el pasado Jazzaldia) en un recinto cerrado se magnifica la atención, la cercanía y la energía. Pero eso también hay que ganárselo. Y Vetusta Morla lo hacen con canciones. Las ruedas que deben mover el mundo musical.

Los castellanos, seguidores del lirismo elevado del pop actual, tienen más singles en su único disco que Mecano en media discografía. Créanme si les digo que 14 de las 18 canciones ejecutadas el jueves en Donostia saldrían en vinilos pequeños si aún viviéramos en los años 80.

Y no les duelen prendas a la hora de quemar sus melodías más conocidas (“Un día en el Mundo, Copenhague”) antes de llegar al cuarto de hora de velada. Se muestran sobrados, excelsos, rabiosos, sencillos pero directos. Convirtiendo el antiguo emplazamiento guipuzcoano en un teatro británico moderno en toda regla. Ya saben, esos espacios que eliminaron los asientos para incrementar la animosidad de los presentes. Salvando las distancias, el Victoria Eugenia fue un Apollo o un Bowery en toda regla. Y cambiar ese chip solo lo consigue la conexión de la banda con los que pagaron por verlos.

Porque tienen al público en el bolsillo. Nunca habrá tal euforia en nuestra ciudad como para reventar los asientos del V.E. a patadas. Pero ver a todos los espectadores continuando los coros del tema “Saharabbey Road” para que la banda hiciera un bis es algo extraordinario. Lastima que en esa continuación no se mostraran tan acertados como en el resto de la noche. Sino, estaríamos hablando de una muesca en la historia cultural de nuestra ciudad.

Jarabedepalo: De según como se mire -todo depende-

Intérpretes: Fito Mansilla, Jarabedepalo. Lugar: Sala Rock Star (Donostia). Día: 24 octubre 2009. Asistencia: unas 800 personas.

Volvía Pau Donés con sus chicos a la Rock Star donostiarra y, sorprendente para algunos, metía más gente en la sala que en su última visita.¿La gente agradece los cambios?¿La venta del nuevo CD en la edición dominical de un diario es la mejor forma de llegar a tu público potencial, gentes que han dejado atrás la treintena de años?Pues, utilizando el contaste habitual de las letras de este autor catalán, podemos decir que “sí y no”. Que es, casualmente, la sensación que nos dejó su actuación.

En la zona celestial queda el intento de Donés de escapar de la férrea estructura de sus canciones. Temas que cuentan con una progresión de acordes tan similar que, a menos que seas super fan, no sabes decir si corresponden a un corte del primer CD o forman parte de otro que aún está por llegar.

La nueva agrupación denominada Orquesta Reciclando hizo honor a su nombre y le pegó un meneo a todos los temas antiguos. La brocha reggae le dio frescura al ya quemado “Depende”. “Hay dos días en la vida” tuvo aires de bolero. “El lado oscuro” fue un homenaje a los Blues Brothers. “Déjame vivir” sonó muy recogida. La dedicada “Mamá” tuvo guitarrazos muy rabiosos. La segunda versión de “Bonito” – la primera fue un entreacto techno que acabó con una reivindicación sobre la compra legal de música- explotó como una pieza funky disco. Sin olvidar la ración de jazz latino (“Agua”, “Pura sangre”).

Según pasaban los minutos la alegría del cambio fue menguando, ganando presencia el viejo estilo musical (“La flaca”, “Grita”) y los teclados de la factoría Stefan. Mientras, el guitarra solista acababa las canciones como si fuera el sustituto de Santana. Nada que objetar a los ejecutantes, todos memorables en lo suyo. Tras un bis y un segundo regalo en forma de “versión original” de La Flaca, el grupo catalán dio por cerrada la gira española. Y nosotros sellamos nuestro bloc de notas con dos títulos que buscaban resumir la velada: “Todo me parece bonito” y “Depende”. De su conjugación salió el resultado de la actuación.

P.L.V. Havoc: Rock casero

El compositor donostiarra presenta esta noche en Hondarribia su tercer CD. Un trabajo lleno de energía vocal y sonidos norteamericanos.

Nuestro entrevistado es donostiarra, responde al críptico nombre de P.L.V. Havoc y es carne de agenda peleando por dejar de ser desconocida.

Esa sorpresa agradable cuando aterrizamos en un bar para tomar algo y acabamos preguntando sobre el nombre del artista que está actuando.

Un músico que defiende en solitario, con guitarra acústica y armónica, el country-folk de Neil Young, Woody Guthrie o Bob Dylan. Una voz sentida que traslada la rabia de Pearl Jam a las cuerdas vocales de Thom Yorke (Radiohead) sin pérdida de emoción.

Havoc presenta ahora «The shape of your heart», su nuevo CD, con una creciente gira que empieza este fin de semana en Hondarribia y pronto recalará en Donostia y Barcelona.

The Duckworth Lewis Method: Idem

Un cálculo matemático empleado en el críquet da nombre al proyecto conceptual de Neil Hannon (Divine Comedy) y su socio irlandés Thomas Walsh. Los elementos de este divertido partido son el glam, el rock setentero y el pop eterno.

Es precisamente en este último campo donde la cosa se vuelve gloriosa, con la aportación del divino Hannon y sus coqueterías beatle.

Donostikluba: Un paseo por las nubes

Intérpretes: Estereotypo, The Requesters, Delorean, Stereo Mc´s DJs. Día: 10 octubre 2009. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Asistencia: lleno, unas 600 personas.

Caminar por una velada en la que la música suena elevada de potencia y ritmo, sin apenas descanso, siempre en la cima de lo bailable, puede resultar fatigoso. E

s lo que nos pasó el sábado en el festival Donostikluba. Bordeamos el “mal de altura”, porque daba la sensación de que cada una de las bandas o pinchadiscos presentes eran ideales para cerrar el cartel.

Los cántabros Estereotypo no dieron pie al relajo durante su actuación. Como en el caso de la banda Placebo, es algo asombroso que seas un trío y repartas semejante estopa danzarina, mezclando los aciertos de Franz Ferdinand con guitarrazos más fieros.

El dúo barcelonés The Requesters no sólo hizo cima, sino que intentó subirse al banderín que suele ondear sobre el punto más alto con el único apoyo de dos ordenadores. Canciones ajenas y propias, algunas estrenadas en su cita donostiarra, que convirtieron la sala donostiarra en un moderno discotecón.

Y Delorean, los culpables de colgar el cartel de “no hay billetes”, los causantes de que en la puerta de entrada se vieran las más diversas triquiñuelas para poder acceder al recinto, buscaron sobreponerse al sonido apagado que les tocó en suerte para confirmar ante su público (ayer no debió quedar nadie en su Zarauz natal) las buenas palabras que les han dedicado los medios internacionales.

La parte más alucinante del concierto fueron sus primeras seis canciones, repertorio elaborado bajo el nuevo enfoque de la formación. Ese que fusiona su ritmo imparable con las vaporosidades de los norteamericanos Animal Collective. Siendo más sincero que chovinista, las nuevas composiciones suenan más atractivas que el ejemplo guiri. Tras la media docena inicial, el cuarteto guipuzcoano retomó de manera más clara su vieja fórmula y elevó a los asistentes al cielo con melodías cortadas y baterías muy marcadas.

El cantante de los británicos Stereo Mc´s (rebautizado en Donostia como “el novio cadáver”, por su facciones delgadas) fue el encargado de bajar la persiana del Donostikluba 2009 con una selección de canciones que debió olvidar el romanticismo en el hotel. La pegada fue constante, exaltada y casi carente de oxígeno. Como los paseos cerca de las nubes.

Donostikluba: Zumos modernos

Intérpretes: Bobby Bare Jr, Hidrogenesse, Extraperlo y DJ´s. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Día:9 octubre 2009. Asistencia: unas 200 personas

Pertrechado con una sola guitarra acústica y un vozarrón con el que sería capaz de comunicarse entre montes, el norteamericano Bobby Bare hijo arrancó el Donostikluba del pasado viernes con una estampa curiosa: Había más fotógrafos que asistentes de pago en la sala.

Bare se unió a nuestra lista de grandes autores USA que han pasado por la capital, en un horario madrugador que no le hizo justicia. Parece que en aquel país la gente nace con dones especiales, en una suerte de “toque carioca”. Ya saben, así como a un brasileño le das un balón y te deja boquiabierto, a los compatriotas de Obama les das seis cuerdas y te sacan el cromosoma Bob Dylan que tienen dentro.

Tras el comienzo sencillo el ambiente se electrificó y diversificó sonoramente. Hubo guiños heavys, versiones del grupo América, canciones robadas a los Barenaked Ladies, trompetas sexys, rock enérgico, arpegios arábigos y muchas composiciones atractivas.

Hidrogenesse llenó la pista de aires petardos. Uno no sabe donde empieza la broma y donde acaba la creatividad en este dueto electrónico, los McNamara&Almodóvar de 2009. Recuerdan mucho a la banda Astrud (comparten un integrante), pero su oferta es más chistosa. Tanto que hubo gente que salió encantada de una velada que tuvo minifaldas, tacones y chaquetas de plumas de águila. Super moderno todo, de tomar el té levantando el meñique.

El cuarteto Extraperlo nos hizo sentirnos viejos y jóvenes a la vez. Yogurines porque su mezcla ochentena es vitalista y bien empastada. Abueletes porque empezamos a verle las hebras al jersey. Y si la voz era muy Golpes Bajos, la música iba de los primeros Orange Juice a Aztec Camera pasando por Talking Heads. Para unos fue una fusilada flagrante, para otros un ejemplo de cómo adaptar influencias elegantes. Poco importa el análisis. Su oferta fue engullida con alborozo por los presentes, que al final es lo que importa.

Los DJ´s que cerraban la noche combatieron con canciones enormes una sala idem, casi vacía de bailarines. Una pena, porque el donostiarra Kigo, El Chavo y DJ2D2 (así se llamaban los mezcladores) tienen una maleta llena de gemas bailongas. Casi todas negras y modernas, hip hoperas y con los golpes sincopados.

Delorean: Pura energía

Medio mundo se deshace en elogios ante las últimas canciones de esta banda zarauztarra afincada en Barcelona, grandes estrellas del Festival Donostikluba que finaliza este fin de semana.

El pueblo de Zarautz les vio nacer musicalmente. Entregar un par de discos que comenzaron poperos (origen al que afirman haber vuelto ahora) e ir ganando peso techno con el paso de los conciertos. Actuaciones que tiraban por tierra la frase de que “nadie es profeta en su tierra”.

El pasado 2008, mucho antes de la explosión popular que ahora les lanza, dejaron gente fuera de la amplia sala Gazteszena de la capital guipuzcoana. Conocedores como somos que los conciertos de agrupaciones locales suelen llenarse solo de FNACs (a saber, Familiares, Novias, Amigos y Compañeros de curro), aquel reventón nos indicó que algo grande estaba sucediendo.

Ahora regresan al mismo emplazamiento para ponerlo patas arriba de nuevo, gracias a la oferta que les hizo el Donostikluba. En palabras de la banda, el donostiarra es “un festival con grandes propuestas. K**O (se pronuncia kigo) es nuestro gurú. Pincha el viernes y es nuestro DJ preferido. El resto del cartel también se sale. Este fin de semana tocan tres de nuestras bandas favoritas: Extraperlo, los queridos Hidrogenesse y los Requesters”.

Retomamos su viaje vital: Pronto Guipúzcoa se les quedó pequeña. Poco a poco fueron trasladando sus bártulos a su próxima parada: Barcelona. Urbe que les permitió asalariarse como músicos: “Desde el 2006 (sobre)vivimos de la música. Hay meses mejores y peores, pero nos hinchamos a tocar porque es la única manera de llegar a fin de mes.“

Una capital que les ha permitido trabajar con más continuidad. “La banda ya era algo serio incluso cuando vivíamos a caballo entre Euskadi y Cataluña. Ahora le podemos dedicar todo el tiempo del mundo a nuestra música. Aunque para dar a conocer tu trabajo a través de Internet poco importa que estés en el centro de Moscú, un baserri en Getaria o una cueva en Alaska.”