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Juan Luis Etxeberria Entradas

Triángulo de Amor Bizarro: Ruido blanco místico

Triángulo de Amor Bizarro. Los gallegos, con nuevo CD a punto, vuelven para sacar a guitarrazos al niño saltarín que tenemos dentro 

Hay bandas que nunca fallan en lo compositivo. Formaciones que siempre sueñas con escuchar a más potencia aún. Grupos que aúnan de una manera muy particular varios de tus gustos y los readaptan de una manera tan novedosa y sorprendente que a los mayores nos quita peso en la barriga y a los jóvenes atrae como la miel a los osos.

Los gallegos Triangulo de Amor Bizarro es una de esas agrupaciones. Con su mezcla de “ruido blanco” y melodía, pegada y pop, ironía y humildad (no hay mas que leer su entrevista), han conseguido llamar la atención de seguidores alternativos, y de los otros.

Sus últimas novedades hablan de ponerle música a películas de Alejandro Jodorowski, un disco a punto de salir (“Victoria Mística”) y un single previo espectacular, grabado con Sonic Boom (Spacemen 3, Spectrum), siendo la primera banda peninsular en hacerlo. De ese trabajo breve, y el resto de su vida actuante, charlamos con Rodrigo Caamaño, guitarrista del cuarteto coruñés.

¿Qué tal la experiencia de trabajar con Sonic Boom?
Genial, somos fans desde siempre. Fue una cosa de esas que crees imposible que ocurran, hasta que un día pasa.

En principio se dijo que iba a producir el disco entero.
Era una opción, pero al final decidimos hacerlo nosotros mismos ya que teníamos muchas de las canciones ya acabadas. Necesitábamos un ingeniero, no un productor. La mejor forma de aprovechar el estudio con Mr. Boom es llevándole solo un esqueleto de los temas, y rematarlos luego juntos.

Le habéis pegado una buena sorpresa a vuestros seguidores con el último tema
En cada trabajo procuramos hacer algunas composiciones inspiradas en Yo La Tengo, los EPs de My Bloody Valentine o los sencillos de Stereolab o Los Planetas. Si recuerda a The Pains Of Being Pure At Heart, pues adelante. No me preocupa.

¿Seguirá el resto del CD esta línea?
No va a ser ni todo así, ni tan sucio como el anterior adelanto. Puede que suene más pop, ya que Isa canta muchas canciones. Y sigue habiendo “ruidera”, aunque la mezcla es más abierta que en los anteriores.

Pedido el álbum para esta entrevista, el sello parece guardarlo bajo llave. ¿Miedo a que se filtre en internet?
No, es que aún estamos dándole los retoques finales.

¿Algo que nos puedas adelantar del mismo?
Que será una entrega corta. De hecho, tenemos ya algunos temas que se han quedado fuera. Es algo que nunca nos había pasado, pero ya tenemos pensado qué hacer con ellos.

¿Cual es el significado de “Victoria Mística”?

No lo tenemos nada claro.

Y os sobró tiempo para ponerle música a películas de Jodorowski
Era un montaje que hicimos, en colaboración con Abycine, de las películas “El topo” y “La montaña sagrada”. Pudimos probar cosas que normalmente solo hacemos en los ensayos. El cierre de Victoria Mística, por ejemplo, lo compusimos a partir de algunas de estos momentos improvisados.

La escena gallega sufre un bonito repunte. ¿Qué tal las cosas por allá?
Bien. Hay conciertos todas las semanas, y muchas iniciativas de promotores. Solo falta que se vaya creando un público más numeroso.

¿Algún grupo recomendable?
Si, por ejemplo Disco las palmeras!. O bandas como srasrsra o Jay.

¿Vivir alejado de las grandes capitales comunicacionales – Madrid, BCN- es una ventaja?
Tranquilidad no tenemos mucha, no te creas. Estamos siempre girando, ensayando o saliendo por ahí. Estamos bien aquí en Galicia. Y hay que hacer patria, qué coño.

Triángulo de Amor Bizarro: Ruido místico

Hay bandas que nunca fallan en lo compositivo. Formaciones que siempre sueñas con escuchar a más potencia aún. Grupos que aúnan de una manera muy particular varios de tus gustos y los readaptan de una manera tan novedosa y sorprendente que a los mayores nos quita peso en la barriga y a los jóvenes atrae como la miel a los osos.

Los gallegos Triangulo de Amor Bizarro es una de esas agrupaciones. Con su mezcla de “ruido blanco” y melodía, pegada y pop, ironía y humildad (no hay mas que leer su entrevista), han conseguido llamar la atención de seguidores alternativos, y de los otros.

Sus últimas novedades hablan de ponerle música a películas de Alejandro Jodorowski, un disco a punto de salir (“Victoria Mística”) y un single previo espectacular, grabado con Sonic Boom (Spacemen 3, Spectrum), siendo la primera banda peninsular en hacerlo. De ese trabajo breve, y el resto de su vida actuante, charlamos con Rodrigo Caamaño, guitarrista del cuarteto coruñés.

¿Qué tal la experiencia de trabajar con Sonic Boom?
Genial, somos fans suyos desde siempre. Fue una cosa de esas que crees imposible que ocurran, hasta que un día pasa.

En principio se dijo que iba a producir el disco entero.
Era una opción, pero al final decidimos hacerlo nosotros mismos ya que teníamos muchas de las canciones ya acabadas. Necesitábamos un ingeniero, no un productor. La mejor forma de aprovechar el estudio con Mr. Boom es llevándole solo un esqueleto de los temas, y rematarlos luego juntos.

Le habéis pegado una buena sorpresa a vuestros seguidores con el último tema
En cada trabajo procuramos hacer algunas composiciones inspiradas en Yo La Tengo, los EPs de My Bloody Valentine o los sencillos de Stereolab o Los Planetas. Si recuerda a The Pains Of Being Pure At Heart, pues adelante. No me preocupa.

¿Seguirá el resto del CD esta línea?
No va a ser ni todo así, ni tan sucio como el anterior adelanto. Puede que suene más pop, ya que Isa canta muchas canciones. Y sigue habiendo “ruidera”, aunque la mezcla es más abierta que en los anteriores.

Pedido el álbum para esta entrevista, el sello parece guardarlo bajo llave. ¿Miedo a que se filtre en internet?
No, es que aún estamos dándole los retoques finales.

¿Algo que nos puedas adelantar del mismo?
Que será una entrega corta. De hecho, tenemos ya algunos temas que se han quedado fuera. Es algo que nunca nos había pasado, pero ya tenemos pensado qué hacer con ellos.

¿Cual es el significado de “Victoria Mística”?
No lo tenemos nada claro.

Y os sobró tiempo para ponerle música a películas de Jodorowski
Era un montaje que hicimos, en colaboración con Abycine, de las películas “El topo” y “La montaña sagrada”. Pudimos probar cosas que normalmente solo hacemos en los ensayos. El cierre de Victoria Mística, por ejemplo, lo compusimos a partir de algunas de estos momentos improvisados.

La escena gallega sufre un bonito repunte. ¿Qué tal las cosas por allá?
Bien. Hay conciertos todas las semanas, y muchas iniciativas de promotores. Solo falta que se vaya creando un público más numeroso.

¿Algún grupo recomendable?
Si, por ejemplo Disco las palmeras!. O bandas como srasrsra o Jay.

¿Vivir alejado de las grandes capitales comunicacionales – Madrid, BCN- es una ventaja?
Tranquilidad no tenemos mucha, no te creas. Estamos siempre girando, ensayando o saliendo por ahí. Estamos bien aquí en Galicia. Y hay que hacer patria, qué coño.

Ocean Colour Scene: Pop antiguo

Intérpretes: Javier Sun, Ocean Colour Scene. Día: 19 de abril del 2013. Lugar: Casa de Cultura de Intxaurrondo. Asistencia: unas 500 personas. Precio: 22 euros.

Precioso el reventón que la donostiarra Casa de Cultura de Intxaurrondo presentaba la noche del pasado viernes. Cada día es más complicado convencer a los no habituales para que se acerquen a disfrutar de un concierto. Pero la cita parecía merecerlo. Era la primera visita a Donostia de la banda británica Ocean Colour Scene, y gentes de nuestra provincia y limítrofes respondieron a la llamada del pop británico.

La formación presentaba el regulero “Painting”, un trabajo alejado de sus mejores momentos creativos pero que tuvo una más que correcta representación. No es problema de calidad ejecutante – el guitarra y el batería son muy elegantes, sin olvidar la voz de Simon Crowley – , sino de abundancia de tiempos lentos y canciones bordeando la peor acepción de la palabra “antiguo”. Cuando su pegada siempre fue una de sus más aplaudidas señas. A los potentes y contados ejemplos de la noche me remito.

Siguen siendo herencia pura de Paul Weller, con ese componer negroide, pero más de la mitad de las canciones que sonaron en Donostia fueron calmas chichas. Sin mucha conexión, nervio o pulso. Y eso que los asistentes, alejados ya de la adolescencia, estaban enchufados. Ni se movieron al final del bis, acústico en el inicio y con guiño a Oasis. El encendido de luces fue una ducha fría para estos abundantes seguidores, quienes disfrutaron hasta de los toques reggae de algunas melodías.

La noche la inauguró otro ilustre, el donostiarra Javier Sun. Guitarra y armónica en ristre, el cantante está en una forma excelente, siguiendo el camino abierto por los cantautores clásicos ingleses o norteamericanos. Divertido presentando a su inexistente banda con algunos nombres de músicos famosos, el autor del eterno “Los chicos de la calle” (qué maravilla) ofreció un espectáculo enérgico, comiendose la tostada vital de los autores extranjeros.

Rafael Berrio, Clem Snide: Borrachos distinguidos

Dicen que el primer paso para ser un buen artista, ya sea músico o ceramista, es poder disfrutar con lo que hacen tus compañeros. Demuestra sana envidia y humildad, y suele empujar a crear de manera más instintiva y libre. Si esa teoría es cierta (sapos más grandes hemos tragado), del concierto del pasado viernes en Intxaurrondo deberían salir al menos un par de singles bien bonitos. Porque Rafael Berrio y Clem Snide ofrecieron, como parte de esa gira conjunta que están llevando a cabo, dos grandes conciertos.

El donostiarra jugaba en casa. Guitarra eléctrica de quemado sonido en ristre, Berrio sacó su lado más despreocupado y canalla. Pocas veces le hemos visto tan suelto y a la vez tan propio. Si sus letras no jugaran a ser losas de mármol sobre nuestras almas, casi les diría que fue hasta divertido. Con ese aire Gainsbourg al que solo le faltaba el prohibido Gitanes en la mano, provocando y declamando, jugando con las intensidades dentro de las canciones.

Fue solo media hora, relajada por el teórico rol de teloneo, que arrancó con un “Simulacro” que retorcería el espíritu del oyente hasta interpretado por una jauría de niños tocando el txistu. Le siguieron dos temas pretéritos, “Mis amigos” (y esa letra que canta “borrachos distinguidos…”) y “Oh, verdad desnuda” para llegar a la genial oda al vino titulada “Saturno” y, tras varios pasajes y un intento tan fallido como guionizado, acabar con “La alegría de vivir”.

Y para alegrías, las que demostró Eef Barzelay, el alma mater de Clem Snide. Parecía llegar de un curso amateur de catadores de vino. Ya saben, uno de esos en los que el profesor te dice que escupas y fruto de la inexperiencia acabas medio piripi. Claro que cuando tienes esa voz todo irá sobre ruedas siempre. ¿Quién dijo que el autor estaba acatarrado? No puede ser cierto, envidiosos.

Con una formación navarro-norteamericana completada con dos grandes músicos, Ben Martin a la batería y Edu Martínez a los teclados, el zurdo Barzelay brilló sobremanera cuando de sus cuerdas vocales y de nailon salieron temas folk. Imposible no quedarse embelesado escuchándole ejecutar esos medios tiempos preciosos y bien entonados.

Pero la noche no se cerró en cuestiones estilísticas. Porque hasta la versión de la Velvet Underground, grupo venerado en su furgoneta de viaje según hemos podido leer en las redes sociales, hubo tiempo para tonos más sabrosos y vivarachos, con la diversión como bandera y sin olvidar nunca el aire pop. Una noche lírica y anglófila, solitaria y saltarina, íntimista y jovial, en la que destacaron los tonos elegantes de dos grandes creadores.

Jane Joyd: chocolate y sal

Jane Joyd nació como el proyecto acústico de Elba Fernandez, joven coruñesa que guitarra en ristre y con voz preciosa ofrecía composiciones inspiradas en el folk norteamericano actual. Así ganó nuestra entrevistada el afamado concurso Proyecto Demo de Radio3 y el FIB.

Más tarde la etiqueta Joyd dejó un hueco a las ideas del batería Xulio Vázquez, con el que Fernandez trabaja las canciones. Y los días afortunados, caso de Donostia, J.J. es una banda de ocho personas que incluye pianos, trompetas, chelos y violines.

Su reciente EP, “So Lost In His Bleak Winter Landscape”, es una evolución de sus gustos clásicos (Bon Iver, Sufjan Stevens) hacia parajes más electrónicos, con ambientes más íntimos y desamparados. No huyan, que el resultado no es nada snob.

Lo digital te ayuda a hacer las canciones más aisladas.

Me gustan las bandas que la utilizan para crear atmósferas y colores. Nuestra formación es clásica. Las bases electrónicas y los sintetizadores añaden un contraste interesante. Es como comer chocolate con unos granos de sal.

Todas las canciones se llaman “landscape”, remarcando la idea de unidad
Buscamos crear cohesión, narrar a través de los distintos capítulos. Cada elemento está directamente unido al siguiente y cada grupo de elementos se encuentra vinculado al todo.

Algunos momentos son dignos de Max Richter.

Es uno de nuestros favoritos. Creo que se nota que somos amantes de las bandas sonoras, el minimalismo, lo contemporáneo.

En las creaciones siempre juegas con el silencio y los crescendos.

Es una marca de la casa. Buscamos en todo momento un sonido que nos represente. Y los silencios forman parte de nuestra música, como los puntos y las comas en un texto.

Prefieres publicar EPs.

Estos formatos te obligan a estar más vivo. Es un desafío creativo. La inmediatez del mismo te permite contar una historia por fascículos.

Menudo concierto de debut el tuyo. En un museo, con James Yuill y Matt Elliott.

Soy muy fan de ambos. Pero Matt Elliott tiene una sensibilidad abrumadora. Su manera de transmitir las sensaciones es más cruda.

¿Qué tal la experiencia de actuar en Londres?

Muy bonita. Que la primera visita al extranjero sea en un teatro y con toda la banda, en un ciclo de películas, musicales y conciertos, es un estímulo enorme. Por ahora no hay previsión de volver a salir. Pero todo lo que llegue será bienvenido.

Psychic Ills: Un desierto espacial

No creo que nuestras canciones sean lentas. Lo que sí te podemos decir es que son melodías que no tienen prisa”, nos cuentan los miembros de Psychic Ills desde algún punto de Europa. Y le damos la razón en lo melódico, mas no en lo físico.

Porque hay que ir veloz – y llevarse a las mil maravillas en la furgoneta de viaje- para poder realizar 31 fechas seguidas en Europa. Arrancando el pasado 20 marzo en Francia para acabar en Dinamarca justo un mes más tarde. Todo ello tras otro mes de similar intensidad en su Norteamérica natal.

Este quinteto de “insanos” músicos, quienes tomaron su nombre de un libro que recogía la vida de un pintor cuyo nombre no nos detallan en las respuestas, publicaron su debut en 2006 tras una época de singles y EPs que no han dejado atrás ‘aunque ahora prefiramos el formato disco, nos vemos más cómodos pensando en una sucesión larga de canciones’.

Aquel arranque se tituló “Dins” y eclosionó con el posterior “Mirror Eye”. Trabajos que les introdujeron de lleno en esa categoría abierta que une la electrónica oscura, los ritmos pesados y la sicodélia, con gran gusto por los drones melódicos y el giro progresivo de los potenciómetros de la mesa de mezclas.

Para que se hagan cargo de su amplitud de sabores indicarles que algunas de sus primeras remezclas fueron realizadas por gente tan dispar como el inventor del techno, Juan Atkins, y Gibby Haynes, miembro del grupo Butthole Surfers.

Tras esas dos primeras entregas saltaron a la más lustrosa Sacred Bones Records. Un sello afincado, como los autores, en el magma creativo de Brooklyn (Nueva York), ‘una urbe con mil y un estilos musicales. Tantas escenas que es imposible abarcarlas todas. La Gran Manzana tiene esa energía que te empuja a hacer cosas‘.

El disco “Hazed Dreams” fue un fantástico trabajo que trasladaba a Spacemen 3 a la crudeza del desierto, haciéndoles dignos herederos de las enseñanzas oscuras del grupo británico de número impar. No es casualidad que el propio Sonic Boom, autor que el 18 de mayo pisa nuestra activa Donostia, también les echara un cable en algunas remezclas.

Edwyn Collins: Solo grandes canciones

A la hora de hablar de Edwyn Collins se tiene la costumbre de mencionar términos como “superación” o “milagro”. Y son palabras que han de salir en el discurso (sin monopolizarlo). Porque no es sencillo volver a la vida, no ya creativa sino a la simple supervivencia, después de dos hemorragias cerebrales tan agresivas como las sufridas por el escocés de 54 años. Y en contra lo que puedan pensar, su vida no era una suma de excesos rockeros sino un sano caminar.

En su anterior gira sí que andaba físicamente más pachucho, aunque el apoyarse sobre músicos de Morrissey o Sex Pistols (Teenage Fanclub o Franz Ferdinand han sido otros de sus seguidores agradecidos a la hora de completar su banda) le daba un colchón más mullido a su arte. El sábado pasado en Intxaurrondo no le hizo falta arroparse de grandes nombres, y nos dedicamos a disfrutar del autor sin fijarnos en otros aspectos de su vida. En formato trío, con Collins cantando y acompañado de un guitarrista y un teclista. Este último, con un corte de pelo a lo Brian Jones, también se presentó bajo el nombre de Colorama en otro de los momentos de la noche, interpretando bellas composiciones a la guitarra y algo menos al teclado, aunque satisfizo a los asistentes.

Gentes que también gozaron, por completar la mención a todas las bandas del cartel, con el ochentero sonar de los catalanes Extraperlo, deudores de Golpes Bajos y con un ojo puesto en Orange Juice. Los barceloneses también mejoraron respecto a su anterior visita, que les pilló con su último CD aún fresco.

Pero volvamos a Collins. Con una dicción clara tanto entonando como parloteando, a ratos crooner melódico y en la mayoría de ocasiones elegante compositor pop, el isleño sigue demostrando mucha calidad a la hora de hacer e interpretar canciones nuevas, o recuperar viejos éxitos de una carrera que trascendió del underground a públicos más masivos, caso de ese “A Girl Like You” que en Donostia sonó rabiosa para tan poco acompañamiento. El público estuvo entregado y gozó a cada segundo, como bien recuerda el escocés en las redes sociales, donde ha colgado varias instantáneas e impresiones muy positivas de su parada guipuzcoana.

Alondra Bentley: Un dulce arranque

A quien madruga, … el cine le acoge. Mañana sábado al mediodía los promotores de “Primer Intento” cortarán su cinta inaugural de una iniciativa que, tras la actuación del grupo Parade en las donostiarras salas de proyección de la calle Trueba (Gros), pretenden programar conciertos matinales de pequeño formato y corte familiar.

La primera invitada será la intérprete, Alondra Bentley, que hoy ofrece un concierto “normal” en Bilbao para mañana pisar Donostia (y Biarritz en sesión de tarde) con una propuesta que une cine y música en directo. A su vera en ambas fechas, el multiinstrumentista Nacho Ruiz.

La hispano-británica, que entregó hace bien poco varias composiciones para la banda sonora de la película “Esperando a Eimish”, homenajeará a la new wave del cine británico de los 60 con canciones compuestas para la ocasión. ‘Habrá imágenes de Free Cinema, “The Loneliness Of The Long Distance Runner” y “A Taste Of Honey” de Tony Richardson, y también extractos de dos obras de John Schlesinger. Son imágenes que encajan perfectamente con mis melodías. En ellas hay referencias geográficas, descripciones de la vida cotidiana británica y de entornos especiales como Nottingham (Inglaterra), lugar en el que se desarrollan varias de las películas seleccionadas y ciudad en la que he pasado casi todos los veranos de mi infancia‘.

La niñez inspira precisamente uno de sus últimos trabajos, “It´s Holiday”, publicado en el hiperactivo 2012, año en el que también hubo espacio para un CD al uso, “The Garden Room”, y para una importante aportación a la BSO de la película “Buscando a Eimish”. ‘Siempre he querido hacer un disco para niños. Además, el estilo y el tipo de música no son tan distintos en mi caso. Lo único que cambia son los temas. En los últimos años he ofrecido muchos conciertos infantiles. Y los niños son muy sinceros, te ayudan a saber qué cosas funcionan en directo. Aunque como espectadores sean más caóticos que los adultos‘.

La fórmula se antoja exitosa, proyectándose sobre campos poco explorados hasta ahora. ‘Hay una vida paralela a la de las salas y bares que está hambrienta de actuaciones y actividades culturales, y es la de los padres con hijos. Para nosotros fue una grata sorpresa ver cómo este CD se agotaba al poco de sacarlo. Estamos a punto de lanzar la tercera edición, y que esto suceda en un momento en el que no se venden discos es increíble‘.