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Mes: marzo 2013

Psychic Ills: Un desierto espacial

No creo que nuestras canciones sean lentas. Lo que sí te podemos decir es que son melodías que no tienen prisa”, nos cuentan los miembros de Psychic Ills desde algún punto de Europa. Y le damos la razón en lo melódico, mas no en lo físico.

Porque hay que ir veloz – y llevarse a las mil maravillas en la furgoneta de viaje- para poder realizar 31 fechas seguidas en Europa. Arrancando el pasado 20 marzo en Francia para acabar en Dinamarca justo un mes más tarde. Todo ello tras otro mes de similar intensidad en su Norteamérica natal.

Este quinteto de “insanos” músicos, quienes tomaron su nombre de un libro que recogía la vida de un pintor cuyo nombre no nos detallan en las respuestas, publicaron su debut en 2006 tras una época de singles y EPs que no han dejado atrás ‘aunque ahora prefiramos el formato disco, nos vemos más cómodos pensando en una sucesión larga de canciones’.

Aquel arranque se tituló “Dins” y eclosionó con el posterior “Mirror Eye”. Trabajos que les introdujeron de lleno en esa categoría abierta que une la electrónica oscura, los ritmos pesados y la sicodélia, con gran gusto por los drones melódicos y el giro progresivo de los potenciómetros de la mesa de mezclas.

Para que se hagan cargo de su amplitud de sabores indicarles que algunas de sus primeras remezclas fueron realizadas por gente tan dispar como el inventor del techno, Juan Atkins, y Gibby Haynes, miembro del grupo Butthole Surfers.

Tras esas dos primeras entregas saltaron a la más lustrosa Sacred Bones Records. Un sello afincado, como los autores, en el magma creativo de Brooklyn (Nueva York), ‘una urbe con mil y un estilos musicales. Tantas escenas que es imposible abarcarlas todas. La Gran Manzana tiene esa energía que te empuja a hacer cosas‘.

El disco “Hazed Dreams” fue un fantástico trabajo que trasladaba a Spacemen 3 a la crudeza del desierto, haciéndoles dignos herederos de las enseñanzas oscuras del grupo británico de número impar. No es casualidad que el propio Sonic Boom, autor que el 18 de mayo pisa nuestra activa Donostia, también les echara un cable en algunas remezclas.

Edwyn Collins: Solo grandes canciones

A la hora de hablar de Edwyn Collins se tiene la costumbre de mencionar términos como “superación” o “milagro”. Y son palabras que han de salir en el discurso (sin monopolizarlo). Porque no es sencillo volver a la vida, no ya creativa sino a la simple supervivencia, después de dos hemorragias cerebrales tan agresivas como las sufridas por el escocés de 54 años. Y en contra lo que puedan pensar, su vida no era una suma de excesos rockeros sino un sano caminar.

En su anterior gira sí que andaba físicamente más pachucho, aunque el apoyarse sobre músicos de Morrissey o Sex Pistols (Teenage Fanclub o Franz Ferdinand han sido otros de sus seguidores agradecidos a la hora de completar su banda) le daba un colchón más mullido a su arte. El sábado pasado en Intxaurrondo no le hizo falta arroparse de grandes nombres, y nos dedicamos a disfrutar del autor sin fijarnos en otros aspectos de su vida. En formato trío, con Collins cantando y acompañado de un guitarrista y un teclista. Este último, con un corte de pelo a lo Brian Jones, también se presentó bajo el nombre de Colorama en otro de los momentos de la noche, interpretando bellas composiciones a la guitarra y algo menos al teclado, aunque satisfizo a los asistentes.

Gentes que también gozaron, por completar la mención a todas las bandas del cartel, con el ochentero sonar de los catalanes Extraperlo, deudores de Golpes Bajos y con un ojo puesto en Orange Juice. Los barceloneses también mejoraron respecto a su anterior visita, que les pilló con su último CD aún fresco.

Pero volvamos a Collins. Con una dicción clara tanto entonando como parloteando, a ratos crooner melódico y en la mayoría de ocasiones elegante compositor pop, el isleño sigue demostrando mucha calidad a la hora de hacer e interpretar canciones nuevas, o recuperar viejos éxitos de una carrera que trascendió del underground a públicos más masivos, caso de ese “A Girl Like You” que en Donostia sonó rabiosa para tan poco acompañamiento. El público estuvo entregado y gozó a cada segundo, como bien recuerda el escocés en las redes sociales, donde ha colgado varias instantáneas e impresiones muy positivas de su parada guipuzcoana.

Alondra Bentley: Un dulce arranque

A quien madruga, … el cine le acoge. Mañana sábado al mediodía los promotores de “Primer Intento” cortarán su cinta inaugural de una iniciativa que, tras la actuación del grupo Parade en las donostiarras salas de proyección de la calle Trueba (Gros), pretenden programar conciertos matinales de pequeño formato y corte familiar.

La primera invitada será la intérprete, Alondra Bentley, que hoy ofrece un concierto “normal” en Bilbao para mañana pisar Donostia (y Biarritz en sesión de tarde) con una propuesta que une cine y música en directo. A su vera en ambas fechas, el multiinstrumentista Nacho Ruiz.

La hispano-británica, que entregó hace bien poco varias composiciones para la banda sonora de la película “Esperando a Eimish”, homenajeará a la new wave del cine británico de los 60 con canciones compuestas para la ocasión. ‘Habrá imágenes de Free Cinema, “The Loneliness Of The Long Distance Runner” y “A Taste Of Honey” de Tony Richardson, y también extractos de dos obras de John Schlesinger. Son imágenes que encajan perfectamente con mis melodías. En ellas hay referencias geográficas, descripciones de la vida cotidiana británica y de entornos especiales como Nottingham (Inglaterra), lugar en el que se desarrollan varias de las películas seleccionadas y ciudad en la que he pasado casi todos los veranos de mi infancia‘.

La niñez inspira precisamente uno de sus últimos trabajos, “It´s Holiday”, publicado en el hiperactivo 2012, año en el que también hubo espacio para un CD al uso, “The Garden Room”, y para una importante aportación a la BSO de la película “Buscando a Eimish”. ‘Siempre he querido hacer un disco para niños. Además, el estilo y el tipo de música no son tan distintos en mi caso. Lo único que cambia son los temas. En los últimos años he ofrecido muchos conciertos infantiles. Y los niños son muy sinceros, te ayudan a saber qué cosas funcionan en directo. Aunque como espectadores sean más caóticos que los adultos‘.

La fórmula se antoja exitosa, proyectándose sobre campos poco explorados hasta ahora. ‘Hay una vida paralela a la de las salas y bares que está hambrienta de actuaciones y actividades culturales, y es la de los padres con hijos. Para nosotros fue una grata sorpresa ver cómo este CD se agotaba al poco de sacarlo. Estamos a punto de lanzar la tercera edición, y que esto suceda en un momento en el que no se venden discos es increíble‘.

La Bien Querida: Ceremonia digital

Aires electrónicos sobrevolaron el barrio donostiarra de Intxaurrondo el pasado sábado con las actuaciones de los guipuzcoanos Anai Arrebak y la bilbaína afincada en Barcelona Ana Fernández-Villaverde y el conjunto montado a su alrededor, conocido como La Bien Querida. Grupo que acercó a la capital su espíritu más digital.

Los “hermanos” de Pasai Donibane empezaron potentes. Arropados por un montaje escénico que incluía logos y dos discotequeras bolas de espejos, los dos cantantes se desgañitaron entre saltos y movimientos, lanzando y girando los micrófonos en el aire y transmitiendo energía sin descanso. Gran voz la de ella, por cierto.

Menos tirantes que en su anterior cita de Gasteszena, ofrecieron la oferta habitual dirigida al baile guitarrero. Hubo soul, funk, post punk, rock duro, tecno y hasta una curiosa adaptación de una canción típica del salto a la comba, aquella que empezaba con “aita, ama zenbat urtekin ezkonduko naiz”. Con un batería sensacional y un teclista que no paraba ni para beber agua, dejaron muy buen sabor de boca y un deseo de verlos en un horario más tardío, con el cuerpo más movido.

Había ganas de escuchar el nuevo envoltorio de La Bien Querida. La banda se ha reducido bastante, quedando los fijos (Ana y su pareja David Rodriguez, miembro de Beef y La Estrella de David) y la compañía de Frank Rudow (ex Manta Ray) a las máquinas. Y el resultado es el más flojo de los que les vimos. Bien es cierto que no pudimos disfrutar de sus inicios acústicos, pero la óptica electrónica languidece si la comparamos con la formación popera o rockera habitual. Porque no hace brillar unas canciones que son muy buenas.

Porque eso no ha cambiado en “Labienque”. Sus letras, conversaciones de almohada a las que se les ha puesto voz, son muy bonitas. Pero el nuevo sonido no las mejora ni las hace grandes. Aunque, y esto les puede sonar a pirueta, uno las imagine triunfando en escenarios gigantes del Primavera Sound.

Con unos audiovisuales que navegaban entre la genialidad y la vergüenza ajena y una duración británica de poco más de una hora, la banda recuperó algunos viejos éxitos y abandonó el lugar con una canción acústica que no hizo sino reafirmarnos en nuestros pensamientos.

Julieta Venegas: Más tequila, por favor

El Museo Balenciaga volvió a abrir sus puertas para otro multitudinario acto musical (imaginen si había gente que había hasta políticos entre el público) enclavado en la programación del circuito Kutxa Kultur Musika. Más de mil personas se dieron cita en Getaria en esa fecha que celebran como el Día de la Mujer para escuchar las melodías de la guapa mexicana Julieta Venegas.

Y féminas hubo, a cascoporro, sobre y frente al escenario. A la Venegas le acompañaban dos señoritas en el frontal escénico. Atrás quedaban los dos mozos, el animoso batería – sin llegar a ser como el de Maná, ofreció gran movimiento melenudo visual – y otro joven a los teclados. Ella, el foco principal, vestida con un bello vestido blanco, confirmó nuestras sospechas: Lo que en foto es atractivo en carne y hueso es aún más seductor. Pero vayamos atacando lo sonoro ya, que esto no es un texto “de negritas”.

La cosa arrancó dubitativa y bastante floja, con un par de temas de su último trabajo que seguro que en casa suenan muy confortables, pero en el museo bien podían haberse mostrado en formato CD + Karaoke, con una voz murmurada que luego tuvo a bien limpiarse un poco. Y no fue por el enfoque tecno pop, porque a lo largo del concierto ofreció temas de ese estilo con mayor acierto, caso de “No hace falta”.

Afortunadamente, la dama tiene canciones que enganchan con el público, y sabe construir una lista de canciones de menos a más. Ya para la tercera tonada, “Bien o mal”, echó mano de su elemento más característico, el acordeón, y la velada fue en claro ascenso. Tras una ración de flores a Euskadi en “Tiempo suficiente”, la autora de Tijuana reposó sus cantares en un piano antes de atacar un “Eres para mí” algo funky y rapeado. Ya que hablamos de teclados, la adaptación calmada de “Lento” fue tan sorprendente como elegante.

La cosa tornó en concierto de Semana Grande donostiarra con la llegada del archiconocido “Limón y Sal”, momento de gran algarabía asistencial que se repetiría con la interpretación del resto de singles radiados, caso de “Me voy”. La banda tuvo tiempo de ofrecer un par de composiciones de modernos aires rancheros – a juego con la bandera mexicana que alguien agitaba en el museo – que seguro encantaban a Martinez de Irujo y señora en la celebración de su próxima txapela pelotari. Del par, la que más gustó fue la titulada “El Presente” y su bien traído aire popero.

A las once y cuarto, y tras un agradecido bis de cierre, los presentes abandonaron el emplazamiento encantados. No queremos cerrar el texto sin dedicar un sincero aplauso a Napoka Iria, dúo guipuzcoano que tuvo a Iban Urizar como invitado especial a la hora de inaugurar la noche. Su sentido rock con fuerte voz femenina al frente, de creciente predicamento en el magma sonoro vasco, fue un precioso pañuelo melódico que completó con elegancia el refinado conjunto del pasado viernes.

Triz3ps: Soul tiqui-taca y juguetón

Si la idea no estuviera tan manida, diríamos que el trío Triz3ps (Javi P3z, Alberto Bosch y Oriol Flores) es un grupo de alta cocina. De esos que se plantan con pocos alimentos sobre cualquier hornillo de camping y, sin esfuerzo aparente, elaboran platos tan elaborados como gozosos.

También podríamos afirmar que son un equipo que deslumbró en su particular pretemporada, aquella homónima puesta de largo. Y que ahora, más conjuntado y completo – Paul San Martín al teclado y Luis Camino ya tienen ficha del primer equipo, o casi- , se dedican a un “tiqui-taca” melódico más juguetón en sus nuevos partidos sonoros, recogidos en un precioso EP + CD.

No se asusten, hemos dicho “más juguetón” en su acepción más positiva. La base sigue siendo el soul blanco y nervioso. Pero ahora mucho más abierto. ‘Ya no estamos para canciones de tres minutos y otros tantos acordes’, nos cuentan los chicos en la entrevista que mantenemos con ellos con motivo de sus presentaciones donostiarras: el miércoles 13 de marzo en la FNAC y el 15 en el Bukowski del barrio de Egia.

Le pegáis al rock y todo, caso de “Asi Fue (otra vez)”

Es una especie de homenaje a los Who, desde el sonido a la producción. Es una banda que nos apasiona. En los tiempos muertos de los ensayos solemos hablar de música, y un día nos pusimos hablar de Roger Daltrey y compañía y empezamos a jugar sobre ese concepto. Ahí tenéis el resultado.

Con ese órgano tan estiloso…

Hemos trabajado el nuevo disco con Paul San Martín, ha estado muy presente a la hora de la elaboración, ya no es una solo una compañía sobre el escenario.

Unos temas más relajados que los del debut

Son canciones que han ido surgiendo en los ensayos. Preparando los conciertos del anterior disco fueron saliendo los borradores de estas que ahora presentamos. Luego, obviamente, se van madurando, sin fijarnos mucho en los corsés de estilo. También nos ha influido poder grabarlo en cinta magnetofónica y no directamente sobre algo digital, que suele ser lo habitual. Eso nos da más seguridad a la hora de ejecutarlo. Prueba a escuchar el vinilo en casa, a gran volumen. Es una gozada.

Quien quiera también obtiene el CD por el mismo precio. Viene incluido en el cuidado pack.

La cercana discográfica Bidehuts también suele ofrecer sus lanzamientos en este doble formato. Nuestra propuesta inicial era hacer un diez pulgadas, pero la oficina de management también nos invitó a apostar por el CD. Y el incremento en el coste era asumible. Lo ideal sería hacer un lanzamiento de este tipo cada seis meses, pero quizás sea un poco lujo. Y sería ideal si en el futuro se puede contar con cuerdas o vientos. Todo humano, a poder ser. Que sea muscular, como indica el nombre de nuestro grupo.

Además del mencionado arreón fibroso y rockero, en el nuevo disco hay temas como “Bizitza maite”, con trazos de euskera, castellano y francés.

Fue algo espontáneo, es un vals que lo podemos tocar de distintas versiones y formas. En el fondo es un homenaje a la zona en la que vivimos.

El euskera también está presente en “Herrikoiak”, otro de los proyectos de Javi Pez.

Así es, es una idea que se reflota en cuanto existe la más mínima oportunidad. Es una formación compartida con Carles Belda y Jon Lonbera. Cada aparición escénica suele versar sobre un tema, trabajando siempre sobre la tradición de la música popular vasca. Cada una de sus presentaciones suele ser distinta.

¿Y como serán las vuestras en Donostia?

La de FNAC será una reunión de corte acústico. Y lo del Bukowski una fiesta en toda regla, con sesión DJ de P3z al acabar. Una pena que, por distintos compromisos, en ninguna de las dos citas podamos estar el quinteto al completo. Luis Camino fallará el viernes, mientras Paul no puede estar el miércoles dado que anda presentando su propio disco para Hotsak, titulado “Tracks” y lleno de readaptaciones blueseras.

Una suerte que sí han tenido quienes han asistido a otras citas de esta gira a la que solo le quedan Guipúzcoa y Galicia.

Sí, la opción de “Girando Por Salas”, el proyecto del Ministerio de Cultura, nos ha permitido actuar en Madrid, Zaragoza o Huesca. Nos facilita poder viajar a banda completa y llevarnos a Kaki Arkarazo como técnico, que es quien nos ha grabado los dos discos. Te da la oportunidad de tocar fuera de tu circuito habitual, pagándote los gastos y una pequeña retribución por cada una de las actuaciones.

El logo ministerial se cuela, junto con otros, en la contraportada del álbum.

El formato del edición, vinilo+CD, está subvencionado en este caso. Gracias a esas ayudas hemos podido editarlo, y ponerlo a la venta al asequible precio de diez euros. También está en Itunes, para quien lo quiera directamente en digital

Ferreiro & Leiva: Compadreo pop

Tras un breve saludo, sin mediar palabra – luego habría rato entre canciones para jugar a ser colegas picajosos-, el dúo Leiva & Ferreiro atacó el tema “Me toca tirar”del autor gallego. Le seguiría “Nunca hay nadie” del antiguo miembro de Pereza, para continuar, ya a dos voces intercaladas, con el “Ciudadano A” de Ferreiro. Todo muy simple, apenas cuatro luces tenues, un par de guitarras, un teclado. Y una puesta en escena que se apoyó sobre el carisma de los dos autores que más colaboraciones suman (con permiso de Bunbury) en discos ajenos en los últimos años.

A Ferreiro ya lo conocíamos de esta guisa. Hace un año se plantó en solitario en el otro teatro urbano, el Principal. Ahora volvía con su compadre y socio parrandero Leiva, que también sabe lo que es andar sin compañía. Juntos ofrecieron un espectáculo de 90 minutos cercano y amable, donde el personal cantar de Ferreiro hacía todos los temas propios y la dejadez vocal – y la chulesca redacción capitalina- hacía que todas las melodías parecieran de José Miguel Conejo Torres, alias Leiva.

En los musical todo se movió en una franja muy pequeña y tranquila, como si aquello fuera el salón de casa un día de resaca. No por entrega, que la hubo, sino por similitud en las canciones. Los dos poperos, como bien detalló el vigués en un momento de la noche, tuvieron tiempo de homenajear a Deluxe y a Los Ilegales, reírse sobre composiciones propias que se llaman de idéntica manera, presentar temas que saldrán en discos futuros (caso de Ferreiro) y reunir en el bis algunos de sus temas más conocidos: “Lady Madrid”, “Magia” o “Turnedo”, con pequeños recuerdos para El Último de la Fila o los Rolling Stones. Los donostiarras, de corte palmero y poco insurrectos, se vinieron arriba en la zona final del acto y abandonaron el teatro encantados ante la sencilla revisita de sus canciones preferidas.

Wilhelm & The Dancing Animals: Canciones en el zoo alegre

Iruña arde. Peleando contra su bagaje popero, una nueva ola de bandas está despuntando en la capital navarra. A los ya asentados El Columpio Asesino se les está uniendo, de un tiempo a esta parte, bandas como Kokoschka, Reina Republicana o los medio donostiarras Los Nerviosos. Y esquejes futuros como Almanaque Zaragozano.

En la lista, aún creciente, no podemos olvidar a los divertidos y saltarines Wilhelm & The Dancing Animals, quienes pisan hoy Donostia para confirmar que lo que vimos en Igeldo el pasado mes de septiembre será mucho más intenso bajo el techo de un garito como el Bukowksi. Telonea el donostiarra Civil Love, autor de preciosas melodías de corte clásico.

Emparentados con Arcade Fire y Los Campesinos (“si cada vez que nos han comparado con ellos me hubieran dado un euro, ya me había comprado ambos grupos, con sus casas y sus coches”, nos cuenta Helen, la cantante del combo bailarín), el ahora sexteto sigue paseando el aplaudido y refrescante debut titulado “The War of The Species”, mientras preparan un single a editarse Japón.

Sus señales empiezan a encontrar respuesta en el extranjero. El diario británico The Guardian les ha dedicado un espacio, y se han colado en la afamada radio pública norteamericana NPR. Pero no todo vale. Su defensa de los animales les hizo rechazar la creación de una sintonía para una campaña de la multinacional Mcdonald´s.

¿Cómo fue la historia?

Al principio pensábamos que era una broma, porque cuando firmamos el contrato con nuestro sello Origami Records, que fueron quienes nos informaron del tema, dijimos literalmente que no queríamos que nuestra música saliese nunca en un anuncio de Mcdonald’s ni en una campaña del PP. Militamos en asociaciones, pero no podemos decir que lo hacemos de manera activa. Nosotros sólo escribimos letras y damos la brasa con el tema.

¿Dejaríais de tocar en un certamen patrocinado por una marca así?

Eso es lo que acaba de pedir Morrissey en el Staples Center de Los Ángeles, ¿no? Entiendo que lo haga. Si nosotros exigiésemos eso en un festival, supongo que nos caeríamos del cartel ipso facto. Pero bueno, ya veremos si esa situación se da algún día y qué hacemos.