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Categoría: Entrevistas

Amodio: Zomorro soinua

Maitasun hitzaren erabilera ez da arraroa musikarien munduan. 60eko hamarkadan Arthur Lee abeslariak “Love” hitza aukeratu zuen bere pop-folk taldea izentzeko, egitura irekiekin sikodelia arloa jorratzen zuen boskotea. Estatu aldean sentimendua pisu altuagora iritsi zen. “713avo Aamor” taldeak rock arloa irekitasunez eta berritzaile gogoekin jorratu zuen.

Euskadin ezaugarri horiekin (egitura irekiak, musika arloa amorioz eta trabarik gabe hartzea, esperimentazio gogoak lantzea) agertu dira ere musikal taldeak. Javier Manterolaren, “Amodio” taldearen partaidea, hitzetan “Amodioa nire bizitzaren motorea da. Allan Ginsberg esan zuen bere poema batean, “Munduaren funtsa amodioa da”. Manterola eta Aurelien Rotureau egileak lehen diskoa plazaratu zuten elkarrekin (“Vol.1”, Metak) ihaz. Egun hauetan Zura taldearekin jotzen ari dira. Bihar, adibidez, Getariako Ketarri aretoan egongo dira.

Dagoeneko askok konturatu zarete Javier Manterola bere jaioterria den Irun herriko beste taldean jo zuela orain dela gutxi arte: Lisabö-n hain zuzen ere. Haien abesti berriak ez dute Manterola izango bere sorketan. “Taldea utzi dut, baina oso zaila izan da. Talde horrekin hazi naiz, beraiekin ikasi nuen kitarra jotzen. Eta nire lagun onenak dira. Baina, izena edo ospe murriztua lortu eta gero, ilusioa galdu nuen”.

Cooper: We are the mods

Alejandro Diez, líder de los míticos Flechazos, repasa la escena mod actual y regresa esta noche a Donostia al frente de Cooper.

Aunque ya no sea Un movimiento tan popular, el poso mod sigue aún muy vigente en los variados festivales e innumerables clubs especializados de toda Europa. Espacios que gustan de alabar las virtudes de aquella escena social que explotó en las islas británicas a principios de los años 60 entre parcas y minifaldas, anfetaminas y revueltas callejeras.

Los chicos, elegantes y estilosos, se ponían el traje a rayas o se embutían bajo un Fred Perry. Ellas seguían los dictados de Twiggy, la primera top-model del mundo: pelo corto y liso con flequillo o raya en medio, pestañas postizas, faldas cortas. En los garitos sonaban melodías de la Tamla Motown o enérgicos guitarrazos no exentos de melodía.

Subidos en las estéticamente mimadas Lambrettas se desplazaban hasta los rallys, tomados más como paseos que como competiciones. Más información en modculture.com, en la castellana http://www.popes80.com/especialmods80.htm o en el recién editado especial del New Musical Express llamado NME Originals – Mod Special.

Todo un flechazo

«Gorra plana, hipsters blancos y casaca militar. Va a ser como si vivieras el rodaje de Blow Up» (Portadas en el Vogue de Los Flechazos, En el Club, DRO 1989).

El donostiarra Alejandro Diez capitaneó el grupo Los Flechazos, uno de los abanderados de la escena mod española de los años 80-90. Afincado en León desde la infancia, sus canciones y letras reivindicaban aquella cultura musical que nació con los Small Faces y acabó con los Jam, pasando por los Who, Spencer Davis Group o los Kinks.

Finiquitado aquel proyecto en 1996, Alejandro retorna ahora a la ciudad que le vio nacer con Cooper, su nuevo grupo. Conocida su teoría de sólo grabar singles (tema perfectamente detallado en la web de su sello Elefant Records), Cooper recopila ahora sus mejores canciones en el CD Retrovisor, una retrospectiva de la actividad de la banda durante los años 2003 y 2004.

Los viejos fans caerán en la cuenta de que Alejandro aparcó el Hammond en los Flechazos y ahora prefiere construir temas más guitarreros («más power y menos pop»), mientras disfrutan de los extras que este «retrovisor» deja ver (tres temas nuevos y varios videoclips).

Los recién llegados descubrirán su facilidad para construir canciones pop de intachable belleza: Cierra los ojos, Rabia, el Oxidado de inspiración donostiarra, Yo se lo que te pasa o la enérgica adaptación de Quiero regresar, revisión del tema de Los Flechazos. Cooper se presenta esta noche en la sala Irish Disco de Illumbe de la capital guipuzcoana.

Hacía mucho tiempo que no tocabas en Donostia…

Pero vengo muy a menudo, me encanta la ciudad. Me trae muchos recuerdos de mi infancia. Es una suerte poder actuar con Cooper por primera vez en Donostia.

¿Qué tal va la gira?

Muy bien, mejor que cuando presentábamos Oxidado o el anterior single 747. La diferencia estriba en que la mayoría de los medios de comunicación nos hacen más caso porque Retrovisor es un álbum.

¿Porque titulasteis Retrovisor al nuevo CD?¿Es una especie de vista atrás?

El disco es eso, un visor del pasado reciente de Cooper. La palabra «retro» siempre me ha gustado mucho, precisamente porque el concepto de lo retro no es nada antiguo..

Te olvidaste del viejo Hammond y ahora todo es más guitarrero.

Sí, no me apetecía seguir con el órgano, aunque es un sonido que me apasiona. Lo que ha surgido en Cooper es un sonido potente de guitarras y melodías pop, Seguramente más cercano a bandas de rock alternativo americano que a los sonidos de los 60 que estaban tan presentes en mi anterior grupo

¿Cómo ves ahora tu época Flechazos?

Las canciones me gustan mucho. Lo que pasa es que yo no soy la misma persona. No me veo cantándole a la Chica de Mel, y ya no vivo en la Era Pop.

Os hicieron un disco de versiones, Tu voz en color (Bip Bip, 2000)… ¿Eso te hace sentirte mayor?

En lo personal me siento en el comienzo de muchas cosas. Y si vas a un concierto de Cooper verás la energía en el escenario. El homenaje estuvo muy bien. Y no es el único. Y este año Contempopranea, el festival indie de Alburquerque, está dedicado a Los Flechazos.

¿Qué bandas escuchas ahora mismo, ya sean viejas o nuevas, mods o no mods?

Fastball, Fountains of Wayne, Gigoló Aunts, Matthew Sweet… Pero también oigo mucho jazz, soul de la Motown, punk del 77, bandas británicas actuales como Belle and Sebastián. Y hay cosas comerciales que no están mal: Bunbury, Julieta Venegas, El Canto del Loco, Coti…

Es difícil de explicar qué es un mod. Melódicamente…

En lo musical eclecticismo y capacidad de adaptación al momento: se pasó por el modern jazz, el blues, el sonido más pop y el soul n los 60. Después hubo mods que parecían punks, más sofisticados en la época de la New Wave, hubo mods cuando el Acid Jazz, mods metidos en el rollo Brit pop.

En las prendas…

En lo estético la imagen sixties es básica. Pero si a un mod no te lo imaginas de traje, entonces es que no es mod, aunque le guste mucho el rollo.

Y para desplazarse…

Las scooters son importantes. Hoy en día es un reflejo más de lucha contra esa idea de que es lo mismo lo viejo que lo antiguo.

Hablando de scooters, mantienes buenas amistades por la zona de Donostia.

Claro, la mejor tienda de discos, yo diría que de Europa, está en Donostia y se llama Beltza Records. Está Javi Sun (exScooters), una fuerza inspiradora para mí cuyo espíritu y amistad me acompaña desde hace años. Y luego la gente que suelo ver en los rallys. San Sebastián es parte de mi cultura, mis recuerdos y espero que de mi herencia.

Además, es el único sitio que aparece explícitamente referenciado en tu disco nuevo, en el tema Oxidado. ¿De donde viene esa canción, porque la escribiste?

Quiero que la gente viva sin miedo a decir lo que piensa, que se pueda hablar sin temor a que te quemen tu casa o te metan un tiro por expresar tu opinión. Creo en la palabra y en el diálogo, y sentía que a veces los músicos no hacemos todo lo que está en nuestra mano para ayudar a normalizar esta situación tan dramática.

Un buen Mod no se debe perder ningún libro de

Tom Wolfe, Baldwin, Kerouac, Dos Passos, Hanif Kureishi, Nick Cohn, Nick Hornby…

Y en el cine, Mod son…

Películas como Quadrophenia, A Taste of Honey, The Snack y A Bout de Soufflé y directores de la talla de Truffaut, Richard Lester y Mastroianni.

¿Iconos mods?

Jóvenes inconformistas que se saben adaptar al sistema y ponerlo patas arriba desde dentro: Michael Caine, Vasarelly, Picasso, Twiggy, Vidal Sasoon, Peter O’Toole, Keith Moon, Joe Orton.

¿Hay una filosofía mod?

Es mucho decir, cada uno adapta sus ideas, su credo y sus actuaciones a lo mod como puede: tengo amigos mods anarquistas y de derechas, mods pesimistas y otros vitales, católicos y ateos. Es más bien un estilo que ha conseguido pervivir en el tiempo porque mantiene valores que son universales, y además es la combinación perfecta entre individualismo y sentimiento gregario.

¿Crees que en España todavía persiste algo de este espíritu o se ha perdido con los años?

Sólo perviven las ganas de cachondeo y cierto actividad cultural sostenida por gente que pasa de la treintena. Hay rallies divertidos, buenos festivales, muy buenos DJ’s y algún grupo. Pero ha desaparecido el espíritu de revolución y el «proselitismo» que a nosotros nos llevó en los 80 a montar bandas, viajar, escribir en fanzines, hacer fotos, mantener el contacto… Eramos grupos más militantes: se trataba de armar jaleo alrededor de nuestra idea. Eso ya no existe.

¿Cómo estamos en la península, que aspectos o bandas mod calaron o han calado más fuerte por España?

Inglaterra es un caso aparte, allí lo mod es parte de su cultura. Pero España tiene la mejor escena de todas. La escena española es más relajada en el estilo, pero es mucho más divertida: más de camiseta, zapatillas y flirtear con lo indie o con el rock en plan Ruta 66. Y cuando nos ponemos en plan serio, somos más mods que nadie, sobre todo la gente que llevamos nuestro tiempo en esto.

¿Que grupos abrieron el camino?

Brighton 64, Los Elegantes, Negativos, Kamenbert, Los Canguros, Los Scooters. Luego llegaron Flechazos, Doctor Explosion, Allnighters desde Gazteiz…

¿ A nivel de eventos sigue viva la llama mod?

Sí, claro. el «Euroyeyé» de Gijón es una pasada. Y este año se recupera el Purple Weekend. Sin olvidar esas fiestas pequeñas que se organizan en cada ciudad y que permiten montar un entramado muy interesante: Mallorca, Valencia, Barcelona…

Cuales son tus próximos pasos musicales? Nos cuentan que estas colaborando con Javier Sun en sus nuevos temas.

Sí, me hace mucha ilusión. Y estoy deseando que salga adelante ese proyecto. Con Cooper tenemos que hacer algo pronto, ya hay canciones nuevas… ¿otro single? Seguramente.

Blaze: Aperturista

Jazz aperturista el previsto para el próximo jueves en el Be Bop donostiarra (y al dia siguiente en el Auditorio Gezala de Lezo) de la mano de la promotora local Taupa.

El combo norteamericano Blaze aterriza en Guipuzcoa dentro de su gira nacional, colección de fechas que les lleva por 15 puntos de la península para mostrar esos sonidos de inspiración clásica a la que tan bien le sientan las moderneces.

Que si un sampler por aquí, que si scratches de tocadiscos por allá. Sin perder la senda tradicional pero abriendo la mente y actualizando los viejos esquemas con elementos de actualidad. De eso hay y mucho en “Aural Karate”, el último de los discos publicados bajo el nombre de Blaze.

A Euskadi vienen, en ésta su tercera gira nacional, con una formación de cuarteto (Brannen Temple a la batería y disparando las maquinitas, Phillipe Vieux al saxo tenor, Andy Langham al teclado y Edwin Livingston al bajo eléctrico). Con el primero de ellos, ideólogo y principal impulsor del grupo, charlamos sobre la infinidad de colores que se pueden vislumbrar en el calidoscopio musical de esta banda norteamericana.

“Bueno, en dos palabras, podríamos decir que Blaze es una mezcla de funk, jazz, hip hop y electrónica, tomados todos ellos de manera muy libre. Aunque soy fan de mil y un estilos de música y debo ser sincero con mi corazón. Tomo elementos que me gustan sin importarme a qué estilo pertenezcan”, nos cuenta Temple.

Por mucho que mezclemos de diferentes envases sonoros, dejemos las cosas claras desde el principio. “Adoro el jazz. Es un estilo complicado a la hora de tocar, pero no lo abandonaré jamás. Amo y respeto este tipo de música. Es un honor poder practicar y acercarse a esta forma artística”.

Pues más de un purista, de esos que aplauden la ristra de influencias que aparecen en tu web (www.brannentemple.com), te habrá echado en cara los detalles electrónicos que utilizas. “Bueno, mucha gente me lo dice, es verdad. Pero qué le voy a hacer. A mi me gusta probar y salsear”. Pues, sin ser predominantes, no quedan nada mal en el conjunto total de sonidos.

Seguro que el rap y el resto de músicas negras, por ejemplo, también viajan en tu reproductor de CDs. Su poso también se puede intuir sin gran esfuerzo entre las canciones de Blaze. “Adoro el rap y el hip hop, el soul y el jazz”. Pero esas músicas tienen espacio, en mayor o menos medida, para las voces. Opción que tu has desechado de tu proyecto instrumental Blaze. “Pienso que no estoy en ese punto. Quién sabe, quizás en el futuro. Hicimos pruebas con una cantante en Taiwan, y la verdad es que no estuvo nada mal”.

Nuestro pegador también hizo ejercicios de oficio para Janet Jackson, Alejandro Escovedo, Sheena E y Kevin Paige entre otros. ”De todos extraje buenas experiencias. La vida te da lecciones, es un continuo aprendizaje. Toma lo bueno y pasa del resto”. Ese conciliador enfoque predomina en toda la conversación. Brannen Temple es baptista (“doy gracias a Dios por mis dones”, se puede leer en su página de Internet) y colaboró en su mocedad con la iglesia de su ciudad.

Ahora acaba de grabar su primer disco en solitario y lo que será el cuarto disco de Blaze, canciones que podremos escuchar en Donostia y Lezo. Para tenerlas en formato casero, deberemos esperar un poco más. Aún no tienen casa madre por estos lares. “Bueno, estoy más que dispuesto a escuchar ofertas. ¡Si hay algún editor discográfico que lea estas líneas, que me escriba!”.

Adriana Olmedo

Noche de gala la de hoy para la pamplonica Adriana Olmedo. Su disco de debut “La Fanfar del Grito” (Labaltelkuëyo Records) se presenta ante los suyos en la Escuela Navarra de Teatro (C/ San Agustín, 5. Pamplona).

Puede parecer casual la elección del lugar. Pero esta joven de 27 años ha tocado muchos palos antes de poder editar su primera colección de canciones.

Le dio al heavy en los grupos de su tierra. En ellos curtió el chorro de voz que presenta, mientras su habitación comenzaba a ser testigo de los primeros pasitos de la Adriana cantautora. Luego le inquietó el teatro, engordando currículo a velocidades astronómicas: Estudios en la Escuela Navarra de Teatro y la Escuela de Clown de Eric de Bont en Ibiza, representaciones de Lorca o Ionesco, socia en el dúo Cataclown…Sí, también la ahora encumbrada Bebe siguió caminos similares. “Tenemos cosas en común, pero luego por dentro no creo que nos parezcamos mucho”, nos cuenta Adriana desde la lejanía.

Las artes escénicas le permitieron desarrollar la expresividad que en disco convence y en concierto seguro que contagia. Si cantando en castellano fue capaz de obtener salvas de aplausos en Francia… En el país vecino se permitió el lujo de abrir un concierto de Manu Chao ante miles de personas. También tuvo tiempo, con su guitarra española, de patearse Italia y parte de la cornisa cantábrica.

Basque Country Pharaons: Come on, kamon!

Tras la actuación del trío más famoso de Oriente y sus roadies con turbantes, regresa la actividad sonorofestiva al Bukowski donostiarra, donde mañana tenemos espectáculo de imagen y sonido a cuenta de Basque Country Pharaons, divertida banda navarrica. La parranda acaba con los DJs invitados.

Entre ambos eventos llegará la hora de la sección foto, con la exposición retrospectiva del pasado Azkena Rock Festival a cargo del artista La Maquina de Huesos, fotero de Rentería y retratador oficial del último certamen gasteiztarra. «Es un festi de la ostia. El primer año me lo pasé muy bien, y en esta edición he visto a uno de mis héroes, Roger McGuinn (The Byrds). En ese momento supe que mi novia iba a ser para toda la vida». Tamaña demostración de amor corre a cargo de Toot & C’mon!, Sobrenombre bajo el que se esconde el encargado de los sonidos vocales, la armónica y los chistes de los faraones de Pamplona.

En esta banda de ascendencia egipcia («primero queríamos hacer country. Somos vascos y el nombre de Basque Country Pharaons nos parecía cojonudo. Pero no tenemos ni idea de tocarlo, aunque lo adoremos»), todo es medio en broma medio en serio. Miren si no los apodos bajo los que se esconden el resto de rufianes melódicos: The Mighty Ramses (guitarra lanza rayos), Ramnai Apestophis (bajo y contorsionista), Ander my Wheels (batería y portero de discoteca jevi). Esperan que la maldición de algún antiguo dios egipcio devuelva a la tierra los sonidos más contundentes y sudorosos del panorama musical. «El rock está en época de embalsamamiento, por mucho que se diga que tiene un resurgir. ¿Resurgir? Haced el conjuro para que despertemos y veréis».

Claro que sobre esa divertida forma de ver la vida hay una base bien cimentada. Los faraones cuentan o han contado entre sus filas con gente de Rosslis, Athom Rumba o Mermaid («Ya está hecho el nuevo disco de Mermaid, buscan discográfica de nuevo. Va a ser la sorpresa del 2005. Ya no estoy en el grupo y desde fuera lo veo como el gran disco del año que comienza»).

Pero el plan de esta banda faraónica es diferente. Pasan de grabar discos por ahora y no tienen ni maqueta. «Hasta que alguien ponga sobre la mesa una propuesta (no tiene por qué ser seria, si ni siquiera nosotros lo somos), no pensaremos en ello. Mientras tanto la pasta que ganamos se va en placeres físicos. En realidad tocamos porque no queremos quedarnos en casa y pudrirnos viendo en lo que se está convirtiendo Iruña..».

Lo suyo es pura diversión, como demuestran en todos y cada uno de los conciertos que perpetran. La promoción habla de drink-heavypunksoul para definir su estilo. «Un concierto nuestro es lo más divertido que verás en todo el desierto. Es sexo, surrealismo, un rollo cafre musical».

Figuran en su historial muchos conciertos por la geografía vasca y española que confirman esa idea y el buqué que les da haber abierto para bandas como Jon Spencer Blues Explosion, Diamond Dogs, Kuraia o Barricada. Pogues, Creedence, Dictators o Grand F. Railroad aparecen en el lado de las versiones.

Las letras, adaptadas al idioma de don Quijote, no desentonan con el resto de aspectos. «Hablamos de señoritas y sus mamás, boxeadores gagás, coches-casa, lluvias de chimpancés, super-héroes de andar por casa..». Sin olvidar la energía que transmite su voceras, autentico lobezno de escenario. «Me como con patatas a Salma Hayek en cualquier barra de striptease». C’com, c’com, tutankamon!

Bat Gehio: Eusko-duende

Todo comenzó a finales de los 90 en la ciudad condal. Algunos vascos emigrantes y un balear cruza-charcos unían sus fuerzas para hacer un grupo musical. ¿Un grupo cualquiera? No, por mucho que decidieran llamarse Bat Gehio (“uno más” en euskera callejero), convendrán conmigo en que no es algo muy habitual hacer pop aflamencado con algo de rumba y de jazz, entonado casi en su totalidad en euskera.

A alguno le sonarán del Kilometroak de este año.”Tocamos al mediodía y la gente estaba con ganas. La verdad es que se vendieron muchos discos, aunque no creo que Bat Gehio sea un grupo festivo. En nuestros conciertos la gente tiende a escuchar las letras sentada, somos mas relajados en ese sentido”.

Quien así responde es David Carreras, el experimentado menorquín que toca la batería y el cajón flamenco en esta banda de tabernero origen.” ¿A qué se dedica el 80% de los jóvenes y no tan jóvenes vascos en Barcelona?¡A la restauración vasca! Nos conocimos en el Euskal Etxea del barrio del Borne de manera casual. Empezamos tocando para pasar el rato y acabamos por tomárnoslo en serio. ¡A veces demasiado!».

Café Teatro: Sonidos arrastrados

Son ya casi cuatro los años transcurridos desde el debut de la formación musical Café Teatro. “Sí, el anterior disco se grabó en abril del 2001. Ha pasado mucho tiempo. Y muchas cosas…”, afirman los chicos de la banda en nuestra entrevista.

En estos 48 meses hubo altibajos presenciales que no creativos (trabajos para una banda sonora que al final no vio la luz, aquella aportación exclusiva para el Festival Plaza). Pero pronto los zarauztarras tendrán su segundo disco en la calle: “Burga” (Foehn Records, 2005). Lo presentan este domingo en el Matadero de Azkoitia.

Abrirá el concierto Xabier Erkizia, último de los músicos unidos a la causa cafetera. “Desde el primer ensayo con él para el Festival Plaza fue uno más y lo seguirá siendo. Café Teatro empezamos siendo 3 y ahora somos 6”. El de Bera aprovecha la cita para presentar en actuación paralela“Entresol” (Antifrost, 2004), su primer CD en solitario.

El nuevo disco de los guipuzcoanos está compuesto por cinco canciones de títulos abiertos y sugerentes: “Motel”, “Lana”, “Balsa”, “La última vez que tocamos esta canción” y “Garden“. Siempre jugando al despiste, empleando palabras con más de un sentido. “A la hora de ponerle nombre a las canciones, buscamos varios significados de forma que la idea que cada uno tenía del tema encajara con alguno de ellos”.

Temas de largos desarrollos instrumentales, con más de 7 minutos por canción, en el que se nota cierta evolución respecto a su debut para Amanita Records. Antes las composiciones tenían un mayor aspecto de “canción normal”, salvando las distancias que puede intuirse en una banda absolutamente instrumental.

Sí, yo también les pregunté por Tortoise, Cinematic Orchestra o Trans Am para intentar situarles melódicamente, a modo de presentación para el público que no les conozca. “Por favor, no metas referencias a otras bandas, que en realidad no nos sentimos directamente identificados con ninguna”.

Ahora, en “Burga” (el más viajero ya se habrá dado cuenta que es el nombre de la plaza de Bera, población en la que estaba situado el estudio de grabación de este CD) se ve un mayor toque jazzero en la forma de registrar las canciones. ”Queríamos hacer un disco natural, por eso está grabado en directo. Los temas, según como los mires, son muy minimales, con poca estructura. Partiendo de la idea de que quizás las entregas finales no son las más perfectas pero sí las que todos sabíamos que representaban lo que queríamos”.

Porque…¿sabían que una canción en una toma podía durar 7 minutos y en la siguiente ocasión cinco y medio? “No hay una estructura, así que las composiciones se alargan según lo cómodo que nos estemos sintiendo. Vamos arrastrándonos unos a otros…Eso es lo mejor de tocar en Café Teatro, que no empezamos la canción pensando que en el minuto 5 deba acabarse.”

Así, la melancolía y los sonidos lánguidos y parsimoniosos (“nos gusta la música relajada y pausada”) vuelan por el CD registrado por Todd Carter, creador de Chicago muy afamado en esto de las modulaciones diferentes. “Grabar con él ha sido genial, un diez. Nosotros nos limitamos a tocar y el supo sacarnos una foto de nuestra música, resultando una grabación natural y cómoda”.

Quizás por eso “Motel”, el arranque del CD, discurre como su significado vasco, tranquila, flotando entre teclados acolchados y baterías apagadas. Algo más briosa despierta al rato “Lana”, una continuación repleta de atractivo riesgo creativo. “Balsa” desmenuza una cadencia post-rock rota por sonidos de acordeón, con ese clásico sonido CafeTeatro donde la trompeta viaja capitaneando gozosa los microsurcos digitales.

Los 18 minutos de “Garden” (atentos a la sorpresa final) empiezan vaporosos y algo jazzeros para ir ganando brío y proximidad con el devenir de los minutos. Siempre sin perder ese halo de libertad y experimentación que se desprende de todo el disco, confirmación de que aquella maravilla que escuchamos en el extinto Festival Plaza no era flor de un día.

Skunk: Sin parar

Si algo caracteriza la vida de nuestros Skunk es su reticencia a echar el freno. “La verdad es que si no sales en los medios de comunicación parece que no haces nada, pero los dos años que han transcurrido entre éste disco y el anterior hemos estado muy ocupados. Grabando nuevos temas para recopilatorios o para este nuevo álbum, tocando sin parar. Nosotros vivimos de esto, y damos muchísimos conciertos“. Pillamos a Rafa Skunk, cantante y guitarra de la banda afincada en Hendaia, camino de su concierto en una barcaza del Sena parisino, para que nos cuente las virtudes de “Giltzak”, el sexto y último de los artefactos sonoros publicados por la banda afincada en Hendaia.

Disco que han vuelto a registrar en su casa Skunk Diskak y que al sur del Pirineo lo sacó a la calle hace ya un par de meses la discográfica pamplonica Gor. “Seguimos prefiriendo grabarlo nosotros, porque controlamos todo el proceso, sin prisas. Luego licenciamos en cada país los discos a los diferentes sellos, porque ellos conocen el mercado y la mejor manera de promocionarlo y distribuirlo”.

Al norte de dicha cadena montañosa te los puedes encontrar este fin de semana, más concretamente el sábado en Donapaleu, como final de este bloque de gira que les ha llevado el último mes a pisar Bélgica y tocar en ciudades relevantes como Paris o Estrasburgo. “No sabría decirte el porqué, pero es verdad que funcionamos mucho mejor en Francia y en Bélgica que al lado de casa”, se sincera Rafa. No olvidemos que Skunk han paseado sus temas por países como Líbano, Canadá, Austria, Republica Checa y Dinamarca, algo que pocas bandas vascas pueden afirmar.

Su nuevo CD “Giltzak” lo componen 11 nuevos temas de estudio (mas un videoclip del tema “Dirua”), grabados en tres tandas: Lapurdi, su local de ensayo en Hendaia y el tolosarra Gaztetxe de Bonberenea. “La canción Giltzak hace mención al hecho de que, cuando estas de gira, hay una pregunta que se escucha muchas veces: ¿Quién tiene las llaves de la furgo?. El disco recoge esa idea, pero también transmite otro pensamiento que habla sobre ir hacia delante, continuar avanzando, abriendo puertas…”. En todos los pasos contaron con la sabia mano del técnico Karlos Osinaga a la hora de pulir los sonidos en el estudio.

Los actuales siete miembros de la formación siguen eligiendo el euskera como idioma cantarín, como bien lo demuestra que sólo una canción en castellano (“P´adelante”) y otra en francés (“L´ete”) escapen de la opción idiomática local. No se preocupen, el disco presenta las letras traducidas a tres idiomas: castellano, francés e inglés.

Desde el arranque se intuyen las maneras festivas que han caracterizado habitualmente las canciones de Skunk. “Dena ongi doa”, el arranque de este nuevo disco, o el posterior “Egunero” recuperan el ska agitado marca de la casa, aunque gustan de presentarlo con aspectos más elaborados, menos directos. “Siempre hemos sido un grupo que hemos tocado muchos estilos, y ahora seguimos probando cosas, acercándonos a nuevas sonoridades”.

La perfección de las maneras se filtra por todo el disco, demostrando que ganaron en contundencia, con esos imparables pasajes hardcore (“Nolakoak gara”, “Giltzak” o la ya mencionada canción en francés) repletos de guitarras distorsionadas. Sorprenden gratamente el toque flamenco de “Zer bitxia” o el desentumecimiento muscular que se le siguen presuponiendo a los asistentes a sus bolos.

Porque la energía no ha dejado de brotar de las canciones de esta banda de verde nombre. Empuje que se transmite a los futuros proyectos. ”Como se puede observar en la pista de video de nuestro último CD, el próximo año queremos sacar un DVD que recoge algunos momentos de nuestros conciertos. Luego hay otra historia en la que Skunk colabora con un músico ajeno, creando juntos una canción desde el comienzo. No invitamos a los músicos a que hagan coros, buscamos hacer un tema con ellos. Sin olvidar ese plan de actuar con una orquesta sinfónica, en la ellos que tocarían canciones nuestras. Esta última es una idea muy compleja, pero se encuentra bastante avanzada en estos momentos”.