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Categoría: Entrevistas

Joe La Reina: Soberanos en busca del trono folk

Los donostiarras estrenarán en su ciudad las canciones de su próximo disco, con los también locales Siete C como socios de fiesta.

‘Si, estamos nerviosos por tocar en casa. Mucho. Demasiado’. afirman los simpáticos integrantes de la formación reinante. “Tenemos muchísimas ganas, pero queremos dar la talla’. No son los primeros que en esas citas a las que pueden acudir empleando un autobús de línea notan un nerviosismo superior al habitual.

Y eso que abandonaron La Bella Easo para asentarse en Pamplona, lugar de nacimiento de esta banda de tintes folk. ‘En realidad sería un disparate dejar una ciudad como Donostia para hacer música. Fue cosa de los estudios. Siempre hemos estado orgullosos de ser donostiarras, aunque a algunos la ciudad nos haya cuidado mejor que a otros’. Galardones de reconocimiento ciudadano, apunten los nombres de estos chavales – apenas rozan la veintena- a la hora de buscan nominados en el futuro.

Tanteamos qué tal anda la cuestión de conciertos por la capital navarra, ya que nos llegan noticias de las dificultades con las que los establecimientos hosteleros se topan (por allí también) a la hora de ofrecer actuaciones en vivo. ‘Eso se comenta, que el asunto está complicado. Hay un par de salas, y si tuviéramos presupuesto no dudaríamos en montar una bien grande en pleno centro. En Pamplona se ve a mucho melómano dispuesto a lo que sea por ver un concierto’.

Seguimos con ciudades que identifican a los muchachos. Aterrizamos en Tudanca, Santander. Población que sirvió también para titular su primer disco breve, editado en 2011. Un nombre que quizás a los lectores les suene a paradas de largos recorridos en autobús. ‘(Risas)Ahora que lo dices… Nos acabas de chafar el buen rollo que nos transmitía la palabra. Nos sonaba a algún indio del Oeste’.

En una de esas apartadas casas cántabras se han recluido para componer las canciones sentidas y emocionantes que hoy presentan. “La idea de retirarse puede sonar un poco a tópico, y tal vez lo sea. Pero siempre es atractivo respirar aire puro a la hora de trabajar. Si nos hubiéramos encerrado en un garaje a hacer los temas habría salido alguien herido por lo menos. Por aquello de la tensión acumulada, ya sabes. En Tudanca nos despertamos, tocamos, comemos, leemos, dormimos, tomamos café, hablamos, escuchamos música y volvemos a tocar”.

Su paseo campestre lo podéis ver gratis en “Who I Am”, el curioso trabajo videográfico colgado en Youtube. ‘Santi G. Barros nos hizo el gran favor de grabarnos este documental. Así pudimos tener algo de presencia en Internet. Probablemente mucha gente nos imagine tranquilos si escucha las pocas cosas que tenemos en la red. En realidad en directo estamos más electrificados, aunque una base acústica y folk siempre quedará ahí’.

Josh Rouse: Por el buen camino

El dos, la cifra más odiada por los medallistas, es el número del norteamericano Josh Rouse. Y si no lo es, debe estar muy cerca de serlo. En ese guarismo acababa su mejor y más conocido disco, ‘1972’, que también es el año de su nacimiento.
Con dicho CD, homenaje a los compositores que reinaban en las ondas por aquellos tiempos y un estilo definido como MOR (iniciales de ‘Middle of the Road’, mezcla de soft rock, jazz suave, aires brasileños o ‘easy listening’ y caracterizado por la dulzura de las abundantes melodías), conquistó los reproductores musicales de un buen número de oyentes.

A dicho álbum le siguió el también notable ‘Nashville’ y algunos experimentos divertidos para el autor y algo menos para sus oyentes habituales, como los duetos con su mujer Paz Suay (madre de los dos niños que tienen en común) sobre los que no les importará a los lectores que corramos un tupido velo.

Completamente asentado ya en el valenciano barrio de Patraix, Rouse vuelve a la palestra por doble motivo, uno por cada CD editado. El lanzamiento oficial se llama ‘Josh Rouse & The Long Vacations’ (Grabaciones en el Mar, 2011).

Segunda visita

Al calor de la estética jazzera de su portada, Rouse y los suyos incluyen acústicas instrumentaciones, sonidos soleados, tonadas cálidas y atractivas composiciones. Más cerca de Paul Simon que de Serrat, el disco es y se hace breve, dejando un estupendo sabor de boca.

A este compacto hay que sumar el promocional ‘The Mediterranean Sounds of Josh Rouse’, mezcla de canciones «vacacionales» y otras dulces lindezas, regalado en diciembre del año pasado con la revista musical ‘Rock De Lux’. La suma de ambas publicaciones conforma una de las más bellas colecciones melódicas que el autor de Nebraska haya editado nunca. Muy cerca del nivel alcanzado en sus mejores momentos pretéritos. Este fin de semana presenta sus novedades en Donostia (hoy) y Bilbo (mañana).

Será su segunda visita a la capital guipuzcoana con sus (dos) socios mediterráneos de The Long Vacations: Cayo Bellveser y Xema Fuertes, parte muy activa en la composición de esta nueva colección atemporal.

Josh Rouse: Pop natural de aires costeros

Texto de apoyo a la entrevista principal

Bien asentado en España («Me han tratado bien, es un carácter distinto al norteamericano. Y, sobre todo, creo que la zona en la que vivo le va bien a mi forma de ser. Aquí he hecho una familia y no tengo ninguna queja»), el disco ‘The Mediterranean Sound of Josh Rouse’ es, como su propio nombre indica, «una recopilación de mis canciones más costeras. Quise hacer algo conceptual, no una compilación sin más».

Editado junto con el último número del 2011 de la revista ‘Rock De Lux’, contiene muchos aciertos de su lanzamiento con Grabaciones en el Mar y otras gemas como ‘Magdalena’ o ‘Quiet Town’ (que seguro escucharon en uno de los últimos anuncios de Gas Natural). El proyecto surgió de la discográfica, «y a la publicación le gustó esa idea».

Todas las canciones están cantadas en perfecto inglés. El castellano seguirá, por ahora, aparcado. «No me apetece aun, pero nunca se sabe».

Sidonie: Hongos rockeros

Mira que la nueva obra de Sidonie, concebida en castellano, tiene un nombre extraño: ‘El fluido García’. Parece más de Mortadelo y Filemón que para un disco. El título proviene de una novela de finales del siglo XIX, ‘El Anacronópete’, que habla de la máquina del tiempo. Aparato en el que se debieron montar estos chicos para enfocar sus nuevas canciones.

El nuevo CD suena como un tiro, quizás por haber sido grabado en directo, con los tres colegas tocando a la vez. Rebrota, con mucha energía, y de manera agradecida, la sicodelia británica de finales de los 60. Han utilizado el polémico primer corte, ‘El bosque’ (su vídeo narra las andanzas sicotrópicas, reales, de Sidonie tras un concierto ofrecido en Galicia; en Francia se prohibió su difusión) como presentación de lo que nos vamos a encontrar.

Una canción, y un disco, brioso y directo. Agitado pero no revuelto. Con buenas armonías. De sonido sucio, con guitarras potentes y bajos casi quemados. Influencia de Jack White y sus Raconteurs. «Discos como ‘Consolers of the Lonely’ han sido determinantes en esta ocasión», explican.

El disco muestra también un menor apego por el pop de producción más blanda que llegaron a rozar con ‘El incendio’ o ‘Fascinado’. Se dejan de comistrajos parar recuperar la libertad creativa a la hora de construir unas canciones llenas de «capas e intensidad, tanta que a veces abruma. Es necesario masticarlo. Si haces este ejercicio vas a descubrir las composiciones y al grupo».

Canciones entre las que destacan el mencionado corte inicial, la arrebatadora ‘Perros’ o el largo arranque a capela de ‘Bajo un cielo azul’. También sobresale el británico estribillo de ‘A mil años luz de ti’ y sus arreglos siderales, incluido un final muy balanceado. O ‘El aullido’, que remarca su lado más popero. Con unas letras que han definido como «abstractas, más abiertas, universales, repletas de paisajes».

Sidonie estarán hoy en la fiesta colectiva del donostiarra Gazteszena y anuncian que «el disco es muy potente y lo vamos a tocar entero, con la ayuda de David T. Ginzo. Recuperando y adaptando algunos temas antiguos al nuevo enfoque y cuidando el tema visual».

Soul en constante construcción

Triz3ps . La banda capitaneada por Javi Pez aportará la animosa ración negroide de su disco de debut a la fiesta de inauguración de la Casa de Cultura del donostiarra Intxaurrondo.

Se encontraron a finales de 2008, en el concierto homenaje a Poch que se montó en Donostia. Javi Pez (guitarra y voz) y Alberto Bosch (bajo) ya se conocían de la última época de Parafünk, el último grupo analógico conocido del cantante. Oriol Flores es el batería, curtido en Musikene y en la banda de Miqui Puig. Ahora se estrenan como Triz3ps y anden atentos a sus futuros proyectos jazzeros, entre los que se incluye darle swing a las canciones de Radiohead.

-Sois carne de local en constante maceración.

-Alberto: Nos hemos tomado nuestro tiempo para conocernos como músicos. Nos apetecía volver a sentir esas sensaciones creativas. Además, ya no tienes todo el tiempo del mundo para hacerlo. Solemos quedar un día a la semana. Y no hemos tenido ninguna urgencia o prisa por salir a escena.
-Pez: Hemos ido construyendo un repertorio, del cual desechamos buena parte. Ha sido un proceso tranquilo, tocando y construyendo poco a poco. Triz3ps es un músculo, un sentimiento musculoso. Hay que darle forma, machacarlo, entrenarlo.

-Buscando el punto de forma óptimo.
-Alberto: Siempre quieres que un disco tenga una dinámica adecuada, una progresión de canciones. Cuando haces pocas cosas, las quieres hacer con sentimiento, que es como mejor se hacen. La música es eso, transmitir lo que sientes.

-Javi, tras ejercer durante años de DJ y remezclador, vuelves a sentir el gusanillo analógico.
-Pez: Siempre he sido analógico. Ya había recorrido ese camino antes de lanzarme a lo digital. Por mi parte había muchas ganas de volver a tocar con banda. No una big band, sino en formato pequeño, como trío.

-Así os presentasteis ayer en el club Victoria Eugenia de la capital guipuzcoana, sin mayores aditivos.
-Pez: Somos un trío en constante construcción. Y puedes añadir miembros, pero en acústico le hemos quitando intensidad. Nos hemos dado cuenta de que nos encanta ese modelo desenchufado. Es muy atractivo. Me parece el siguiente paso de Triz3ps.

-Y para la fiesta de mañana, a banda completa.
-Pez: Sí, iremos con Paul San Martín a los teclados y Luis Camino en la percusión. Y en esta cita podremos contar con la sección de vientos en los tres temas que han tocado.

PLV Havoc: Viviendo en la era rock

El cantautor donostiarra presenta su primer disco “Penny Lancaster”. Un decálogo guitarrero de regusto norteamericano y cantares afectados.

Como si cada canción fuera la última. Como si cada estrofa se soportara en la última exhalación. Como si cada acorde fuera el de despedida. Así vive, y canta, PLV Havoc. ‘Un amigo que escribe sobre música dijo que yo era un «emocionador». Me gusta la definición’.

Sabíamos de su expresivo modo de vida. Porque durante muchos años hemos escuchado sus demos, y visto los paseos de Pedro Luis Viñaspre (así se llama el autor) por las tabernas, garitos, bares y teatros. Esa tranquilidad compositiva, cercana al folk cuando suena con solo una guitarra, excesiva en el lirismo y de minutaje dejado.

El armazón se mantiene, y embellece, en el debut que ahora presenta: “Penny Lancaster” (Warner, 2011), las diez canciones anglófilas en dicción e inspiración que acaban de ver la luz. Melodías que se han abrigado de manera guitarrera, sin pasarse, con la ayuda de Ruben Caballero, el guitarrista de Mikel Erentxun. Y una señora banda sonando de fondo.

El primer single, llamado también ‘Penny Lancaster’, salió a la venta esta semana. En el CD completo, también a la venta ya, hay más gemas. Emocionalmente entregadas, claro.

Y todo esto en Warner. No es normal que, con la que está cayendo, uno tenga más de una novia discográfica.

Me siento muy afortunado, y no todo el mérito es mío. Tengo gente a mi lado (mi manager Iñaki Estevez e Iban Mato) que ha creído en mí desde el minuto cero. Tuve otra oferta de Subterfuge, pero al final la gente de Warner y el sello Insamuel insistieron y firmé con ellos. Creo que me muevo a golpes de corazón y en este caso fue un poco así.

Latidos que antes de ser musicales, fueron escritos

Antes de componer ya anotaba textos compulsivamente, intentando explicarme y explicar mi mundo. La música llegó después, devorando discos que arrastro como estigmas. Ahora no se vivir de otra forma que no sea escribiendo canciones.

Un hombre de mundo, viajado por buena parte de Europa…

Más bien soy bastante “hacia adentro”. De hecho, creo que he desarrollado cierto miedo a salir. Como casi siempre en mi vida, me fui por amor y volví por desamor. El mundo actualmente me resulta bastante hostil, supongo que antes era un poco inconsciente.

¿Eres hombre de oficio, o la inspiración ataca por rachas?

Una mezcla de las dos cosas. Cada vez soy más crítico con lo que escribo. Casi siempre canto y escribo en primera persona y a veces cuesta desangrarse.

Boogie Van: Coleccionando guitarrazos

Empezaron en inglés y abrazaron después el castellano. De todo eso hay en este ‘Sin olvidar cosas pasadas’, el nuevo CD de Boogie Van. La formación de Orereta sigue defendiendo las virtudes del rock cañero, ahora menos stoner, ahora un poco más clásico y de tonos agudos.

Hablamos con ellos con motivo de la presentación acústica de hoy en la Fnac donostiarra. Alex Martín (guitarra y voz), Jorge García (bajo y coros) y Carlos Collado (batería) esperan que la oferta «tenga buena aceptación y nos permita tocar en mas sitios. Eso sí, como el eléctrico no hay nada».


-Y para eléctricos, vuestros resultados en los concursos: 4 victorias en los últimos tres años.

-Sí, eso sube siempre la moral. En algunos fueron premios en metálico y en otros ganamos horas de grabación en un estudio.
-Hablemos del certamen TAF, padre de este nuevo churumbel sonoro.
-Consistía en varias eliminatorias en la sala Joaquín Sabina de Arroyomolinos (Madrid). El premio era la grabación de un disco en los estudios TAF de Madrid, más 300 copias del mismo y un sistema de In Ears (pinganillos para los oídos que hacen las veces de monitores internos en los conciertos).
-¿Qué no olvidáis en ‘Sin olvidar cosas pasadas’?
-Lo llamamos así porque volvimos a grabar como trío canciones que ya habían sido editadas en anteriores discos.
-Siempre en una onda setentera.
-Nos gusta el hard rock. Y el cambio a cantar en castellano supuso darle más importancia a la melodía de la voz.
-¿Cómo ha cambiado la escena durante este decenio?
-Hay más grupos, ha mejorado mucho la foto. En cuanto a los garitos, la cosa esta bastante jodida. Hay sitos, pero cada vez acude menos gente a los conciertos
-¿Qué conciertos tenéis en estas fechas?
-Además de lo de hoy, el 26 estaremos electrificados en Le Bukowski donostiarra. Y en breve pararemos en Pamplona, Cataluña, Madrid y Galicia.
-¿Dónde se puede conseguir el disco?
-En los conciertos y en nuestro myspace: www.myspace.com/laboogievan.

Nacho Vegas: Micro y megáfono

El compositor asturiano, con disco nuevo a la vista, es uno de los platos fuertes del cierre del festival Donostikluba.

El certamen donostiarra va apagando las luces este fin de semana con algunos de sus actos más populosos, siendo la sala Gasteszena del barrio de Egia el centro de sus operaciones ociosas.

Uno de los nombres más brillantes es el de Nacho Vegas, que regresa a Donostia con David Cobas Pereiro (conocido como “Abraham Boba” y que también cuenta con deliciosos discos en solitario) al teclado, Anxelu Pereda Fernandez (guitarra) y el propio Vegas con la acústica y sus enrabietadas angustias vocales.

Ignacio González Vegas (Gijón, 1974) también vuelve, de alguna manera, a sus orígenes. Aunque en los inicios todo era más estilístico que ideológico, con una Fender urgente, sucia e ingenua (Eliminator Jr).

Sin olvidar la épica de su otra banda posterior, Manta Ray, Vegas deja ahora el micro y coge el megáfono de la lucha. “Es cosa de parte de mi generación, que en algunos momentos prefirió mirar para otro lado, que solía ubicarse en su ombligo. O preferimos, vaya, que yo no me excluyo. Ahora incluso los que decían esa tontería de que eran ‘apolíticos’ están tomando partido, porque como decía alguien en una pancarta en la manifestación del 19 de junio, es muy difícil apretarte el cinturón y bajarte los pantalones al mismo tiempo”.

Vegas, revoltoso, dejó el sello que se había ocupado de todas sus publicaciones en solitario, Limbo Starr, para lanzarse al mundo de la autogestión. La nueva aventura cuenta con la colaboración de otros autores de postín: Remate y Fernando Alfaro. Y la complicidad de la promotora de conciertos I´m The Artist.

La empresa se llama Marxophone, que los gestores atribuyen a “una mezcla entre (Karl) Marx y Parlophone” y que una búsqueda sencilla en google recuerda que idéntica denominación también se aplica a un tipo concreto de cítara.

“Claro, de ahí sale el nombre. Paco Loco se lo vio a Stereolab en una actuación; es como un autoharpa con unos martillitos que percuten las cuerdas. Me pareció un buen nombre para la plataforma; si Marx viviera hoy y editara discos lo haría con una cooperativa que se podría llamar así, ¿no te parece?”