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Año: 2005

Musicas de nuestro mundo

Musicas de nuestro mundo
Lugar: Sala Gazteszena (donostia)
Día: 19 Mayo 2005
Asistencia : unas 150 personas

Llegaba a la capital de donostia Mundo Café, propuesta de tres artistas afincados en las comunidades de lenguas co-oficiales. A nuestro más cercano Javier Muguruza se nos unió el gallego Narf y el catalán Miquel Gil. Cada uno con sus características, cada cual con sus particularidades, han montado un espectáculo que busca fusionar esas culturas que, aunque alejadas, no son tan diferentes.

Narf tira mucho para su tierra, dejándose caer, idiomática y estilísticamente, hacia el país que sujeta la nariz peninsular. A Jabier Muguruza pocas presentaciones hay que hacerle a estas alturas. Melodías apaisadas, susurradas, entonadas con la proximidad de un buen amigo. El catalán Gil se deja llevar por la potencia mediterránea, los calores y energías de ese mar europeo, arrastrando sus creaciones y recreaciones hacia costas arábigas alejadas de las nuestras.

Todos creando un concierto intimista y explicativo, donde con el espíritu cafetero que proclaman en el cartel se acercan al público narrando historias y detallando poetas que ponen letras a sus obras. Y con esa extraña situación que es ver a Muguruza, como si fuera un traductor de la Selección de fútbol en país asiático, intentando fusionar su manera natural de expresarse (euskera) con un idioma entendible por todos los músicos, que eran un buen puñado, presentes en el escenario

Como en toda buena mezcla, los momentos más sugestivos surgen de la unión de los diferentes estilos. Que curiosa y atractiva queda esa guitarra flamenca en este tema tan norteño. Qué valor y parsimonia muestra el catalán Gil cuando se lanza a cantar un tema en la lengua que dirige Euskaltzaindia. Con ese contacto con el público, ésta proximidad tan poco común en los asentados creadores, uno disfruta con la velada de éste café como si un amigo le estuviera contando sus devaneos amorosos. Es más, creo que me voy a pedir otro Expresso. ¡Camarero!

Bad Sound System: Ragga sounds

Seguro que te suenan. Igual los has visto cerrando los conciertos de Fermin Muguruza por estas tierras. O quizás te dejaste caer la semana pasada por la re-inauguración del SOMA, establecimiento hotelero donostiarra renacido con ansias culturales.

Se llaman Bad Sound System, y vienen de Irún. Su formación actual esta compuesta por MCs (Brujo, Masta, Kenitra), un scratcher (DJ Sucio) y el Selektah Stepi, que es quien responde a nuestras preguntas.

Este fin de semana los BSS tienen una cita grande: Ejercerán de teloneros de los anglo-asiáticos Asian Dub Foundation en su concierto del domingo 8 de Mayo en el Azkena gazteiztarra.

“A mi personalmente es un grupo que siempre me ha gustado. Su música va desde el dub al rock ,desde el hip-hop al drum`n`bass, siempre con mucha fuerza y aportando el toque asian que te ayuda a reconocerlos a kilómetros”.

Los chicos del “sistema de sonido malo” (“Tenemos una actitud de denuncia con lo que no nos gusta de este sistema y el nombre viene de eso: ¡ Este system huele mal, suena mal!”) tienen un disco en la calle, denominado “Bouiaka” y grabado en directo en la sala Zambra de Lekumberri un día que estos irundarras tenían concierto con Fermín Muguruza Kontrabanda. “Con Fermin hemos hecho muchas cosas desde 1999 y siempre ha sido un apoyo para nosotros. Le agradecemos la confianza que ha tenido en nosotros desde Dub Manifest hasta ahora en Kontrakalea, el subsello que él coordina en Metak”.

Kontrakalea también pone el nombre a una serie de conciertos de artistas del sello. Este sábado estarán en Beasain. “Kontrakalea es un proyecto nuevo y estamos todos los grupos con muchas ganas de darle caña, experimentar y aprender. Hemos hecho de momento ‘Kontrakalea erasoa’ en Elizondo, junto a Mak y Afrika. Y acabamos de estar en Barcelona con kontrakantxa Sound Anti-system, fiesta que grabamos y se puso a la venta esa misma noche en la sala. Así que ya ves, muy a gusto en ‘la salsa’”.

“Buiaka” contiene 15 canciones con su buena ración de humeantes compases de raíces caribeñas entre sus surcos digitales: Reggae, hip-hop, dub, dancehall presente y pasado, freestyle, ragga y todas las variantes cadenciosas que esos ritmos.

Todo bien canturreado por los MCs de esta banda fronteriza que vio la luz en el bar DPor, unos de los lugares con mas ragga de Guipúzcoa, situado en el barrio de Moskú de Irún. ”Mosku es una zona donde se junta mucha de la juventud de la zona, no solo de Irun, también de Hondarribia, Hendaia, Bera ,Lesaka… Es un lugar que siempre ha estado muy unido a la escena musical :antes Kortatu, Baldin Bada,Vomito… ahora nosotros, Zura,Lisabö…A pesar de las trabas… Moskun ere bizi gara!!”

Amodio: Zomorro soinua

Maitasun hitzaren erabilera ez da arraroa musikarien munduan. 60eko hamarkadan Arthur Lee abeslariak “Love” hitza aukeratu zuen bere pop-folk taldea izentzeko, egitura irekiekin sikodelia arloa jorratzen zuen boskotea. Estatu aldean sentimendua pisu altuagora iritsi zen. “713avo Aamor” taldeak rock arloa irekitasunez eta berritzaile gogoekin jorratu zuen.

Euskadin ezaugarri horiekin (egitura irekiak, musika arloa amorioz eta trabarik gabe hartzea, esperimentazio gogoak lantzea) agertu dira ere musikal taldeak. Javier Manterolaren, “Amodio” taldearen partaidea, hitzetan “Amodioa nire bizitzaren motorea da. Allan Ginsberg esan zuen bere poema batean, “Munduaren funtsa amodioa da”. Manterola eta Aurelien Rotureau egileak lehen diskoa plazaratu zuten elkarrekin (“Vol.1”, Metak) ihaz. Egun hauetan Zura taldearekin jotzen ari dira. Bihar, adibidez, Getariako Ketarri aretoan egongo dira.

Dagoeneko askok konturatu zarete Javier Manterola bere jaioterria den Irun herriko beste taldean jo zuela orain dela gutxi arte: Lisabö-n hain zuzen ere. Haien abesti berriak ez dute Manterola izango bere sorketan. “Taldea utzi dut, baina oso zaila izan da. Talde horrekin hazi naiz, beraiekin ikasi nuen kitarra jotzen. Eta nire lagun onenak dira. Baina, izena edo ospe murriztua lortu eta gero, ilusioa galdu nuen”.

Feist: arrebatadora

Lejos quedan para Leslie Feist los tiempos punk con los que en su mocedad recorrió Canada de manera exitosa. Más cercanos son los también afamados días con The Tragically Hip, banda que acaba de entrar en ese Hall Of Fame del país anglo-francófono.

Fue precisamente en una parada obligatoria de los trágicos cuando a la moza le dio por coger la guitarra y encerrarse en su cuarto, a grabar en el 4 pistas sus tonadas de voz cristalina, angelical y sugestiva.

Claro que cuando se tiene de compañero de casa a Gonzales…El artista del sello Kitty-Yo ya se la llevó de gira (Feist era “Bitch Lap Lap”, la rapera que chapurreaba en castellano) y ahora ha dirigido con mano hábil los pasos discográficos de esta interesante creadora.

Porque “Let It Die”, el nuevo CD de la de Toronto ahora afincada en Paris (donde sus melodías han obtenido un razonable éxito), es un disco que hipnotiza por su suavidad. Lejos de llevarle a los terrenos electro popularizados por su guía creativo, entre las 11 canciones registradas hay soul de baja intensidad y tersa ejecución (“One Evening”), como cuando en los franceses Air cantaba Beth Hirsch.

Hay espacio para singles con toques folk (“Mushaboom”), sin olvidar la impronta de Badalamenti (“When I was a Young Girl”), el vals de aires afrancesados que presenta en “Tout Doucement”, los pequeños susurros cercanos y sentidos apoyados sobre tenues instrumentaciones (“Lonely Lonely”) y esos cadenciosos paseos pop tan acertados como sugerentes (“Secret Heart”). El disco se cierra con la emoción musicada de “Now at last”, que se une dulcemente con el arranque del disco, “Gatekeeper”, si te olvidas de darle al stop.

Mientras la industria le felicita (acaba de recibir dos JUNO, nombre de los premios de la industria canadiense), a esta creadora le llueven ofertas para colaborar con otras formaciones: Kings of Conveniente, Jane Birkin y Broken Social Scene. Puede que tenga la agenda llena porque tiene su voz es arrebatadora y sus depuradas canciones rebosan emotividad, valores hoy en día difíciles de aunar.

Cooper: We are the mods

Alejandro Diez, líder de los míticos Flechazos, repasa la escena mod actual y regresa esta noche a Donostia al frente de Cooper.

Aunque ya no sea Un movimiento tan popular, el poso mod sigue aún muy vigente en los variados festivales e innumerables clubs especializados de toda Europa. Espacios que gustan de alabar las virtudes de aquella escena social que explotó en las islas británicas a principios de los años 60 entre parcas y minifaldas, anfetaminas y revueltas callejeras.

Los chicos, elegantes y estilosos, se ponían el traje a rayas o se embutían bajo un Fred Perry. Ellas seguían los dictados de Twiggy, la primera top-model del mundo: pelo corto y liso con flequillo o raya en medio, pestañas postizas, faldas cortas. En los garitos sonaban melodías de la Tamla Motown o enérgicos guitarrazos no exentos de melodía.

Subidos en las estéticamente mimadas Lambrettas se desplazaban hasta los rallys, tomados más como paseos que como competiciones. Más información en modculture.com, en la castellana http://www.popes80.com/especialmods80.htm o en el recién editado especial del New Musical Express llamado NME Originals – Mod Special.

Todo un flechazo

«Gorra plana, hipsters blancos y casaca militar. Va a ser como si vivieras el rodaje de Blow Up» (Portadas en el Vogue de Los Flechazos, En el Club, DRO 1989).

El donostiarra Alejandro Diez capitaneó el grupo Los Flechazos, uno de los abanderados de la escena mod española de los años 80-90. Afincado en León desde la infancia, sus canciones y letras reivindicaban aquella cultura musical que nació con los Small Faces y acabó con los Jam, pasando por los Who, Spencer Davis Group o los Kinks.

Finiquitado aquel proyecto en 1996, Alejandro retorna ahora a la ciudad que le vio nacer con Cooper, su nuevo grupo. Conocida su teoría de sólo grabar singles (tema perfectamente detallado en la web de su sello Elefant Records), Cooper recopila ahora sus mejores canciones en el CD Retrovisor, una retrospectiva de la actividad de la banda durante los años 2003 y 2004.

Los viejos fans caerán en la cuenta de que Alejandro aparcó el Hammond en los Flechazos y ahora prefiere construir temas más guitarreros («más power y menos pop»), mientras disfrutan de los extras que este «retrovisor» deja ver (tres temas nuevos y varios videoclips).

Los recién llegados descubrirán su facilidad para construir canciones pop de intachable belleza: Cierra los ojos, Rabia, el Oxidado de inspiración donostiarra, Yo se lo que te pasa o la enérgica adaptación de Quiero regresar, revisión del tema de Los Flechazos. Cooper se presenta esta noche en la sala Irish Disco de Illumbe de la capital guipuzcoana.

Hacía mucho tiempo que no tocabas en Donostia…

Pero vengo muy a menudo, me encanta la ciudad. Me trae muchos recuerdos de mi infancia. Es una suerte poder actuar con Cooper por primera vez en Donostia.

¿Qué tal va la gira?

Muy bien, mejor que cuando presentábamos Oxidado o el anterior single 747. La diferencia estriba en que la mayoría de los medios de comunicación nos hacen más caso porque Retrovisor es un álbum.

¿Porque titulasteis Retrovisor al nuevo CD?¿Es una especie de vista atrás?

El disco es eso, un visor del pasado reciente de Cooper. La palabra «retro» siempre me ha gustado mucho, precisamente porque el concepto de lo retro no es nada antiguo..

Te olvidaste del viejo Hammond y ahora todo es más guitarrero.

Sí, no me apetecía seguir con el órgano, aunque es un sonido que me apasiona. Lo que ha surgido en Cooper es un sonido potente de guitarras y melodías pop, Seguramente más cercano a bandas de rock alternativo americano que a los sonidos de los 60 que estaban tan presentes en mi anterior grupo

¿Cómo ves ahora tu época Flechazos?

Las canciones me gustan mucho. Lo que pasa es que yo no soy la misma persona. No me veo cantándole a la Chica de Mel, y ya no vivo en la Era Pop.

Os hicieron un disco de versiones, Tu voz en color (Bip Bip, 2000)… ¿Eso te hace sentirte mayor?

En lo personal me siento en el comienzo de muchas cosas. Y si vas a un concierto de Cooper verás la energía en el escenario. El homenaje estuvo muy bien. Y no es el único. Y este año Contempopranea, el festival indie de Alburquerque, está dedicado a Los Flechazos.

¿Qué bandas escuchas ahora mismo, ya sean viejas o nuevas, mods o no mods?

Fastball, Fountains of Wayne, Gigoló Aunts, Matthew Sweet… Pero también oigo mucho jazz, soul de la Motown, punk del 77, bandas británicas actuales como Belle and Sebastián. Y hay cosas comerciales que no están mal: Bunbury, Julieta Venegas, El Canto del Loco, Coti…

Es difícil de explicar qué es un mod. Melódicamente…

En lo musical eclecticismo y capacidad de adaptación al momento: se pasó por el modern jazz, el blues, el sonido más pop y el soul n los 60. Después hubo mods que parecían punks, más sofisticados en la época de la New Wave, hubo mods cuando el Acid Jazz, mods metidos en el rollo Brit pop.

En las prendas…

En lo estético la imagen sixties es básica. Pero si a un mod no te lo imaginas de traje, entonces es que no es mod, aunque le guste mucho el rollo.

Y para desplazarse…

Las scooters son importantes. Hoy en día es un reflejo más de lucha contra esa idea de que es lo mismo lo viejo que lo antiguo.

Hablando de scooters, mantienes buenas amistades por la zona de Donostia.

Claro, la mejor tienda de discos, yo diría que de Europa, está en Donostia y se llama Beltza Records. Está Javi Sun (exScooters), una fuerza inspiradora para mí cuyo espíritu y amistad me acompaña desde hace años. Y luego la gente que suelo ver en los rallys. San Sebastián es parte de mi cultura, mis recuerdos y espero que de mi herencia.

Además, es el único sitio que aparece explícitamente referenciado en tu disco nuevo, en el tema Oxidado. ¿De donde viene esa canción, porque la escribiste?

Quiero que la gente viva sin miedo a decir lo que piensa, que se pueda hablar sin temor a que te quemen tu casa o te metan un tiro por expresar tu opinión. Creo en la palabra y en el diálogo, y sentía que a veces los músicos no hacemos todo lo que está en nuestra mano para ayudar a normalizar esta situación tan dramática.

Un buen Mod no se debe perder ningún libro de

Tom Wolfe, Baldwin, Kerouac, Dos Passos, Hanif Kureishi, Nick Cohn, Nick Hornby…

Y en el cine, Mod son…

Películas como Quadrophenia, A Taste of Honey, The Snack y A Bout de Soufflé y directores de la talla de Truffaut, Richard Lester y Mastroianni.

¿Iconos mods?

Jóvenes inconformistas que se saben adaptar al sistema y ponerlo patas arriba desde dentro: Michael Caine, Vasarelly, Picasso, Twiggy, Vidal Sasoon, Peter O’Toole, Keith Moon, Joe Orton.

¿Hay una filosofía mod?

Es mucho decir, cada uno adapta sus ideas, su credo y sus actuaciones a lo mod como puede: tengo amigos mods anarquistas y de derechas, mods pesimistas y otros vitales, católicos y ateos. Es más bien un estilo que ha conseguido pervivir en el tiempo porque mantiene valores que son universales, y además es la combinación perfecta entre individualismo y sentimiento gregario.

¿Crees que en España todavía persiste algo de este espíritu o se ha perdido con los años?

Sólo perviven las ganas de cachondeo y cierto actividad cultural sostenida por gente que pasa de la treintena. Hay rallies divertidos, buenos festivales, muy buenos DJ’s y algún grupo. Pero ha desaparecido el espíritu de revolución y el «proselitismo» que a nosotros nos llevó en los 80 a montar bandas, viajar, escribir en fanzines, hacer fotos, mantener el contacto… Eramos grupos más militantes: se trataba de armar jaleo alrededor de nuestra idea. Eso ya no existe.

¿Cómo estamos en la península, que aspectos o bandas mod calaron o han calado más fuerte por España?

Inglaterra es un caso aparte, allí lo mod es parte de su cultura. Pero España tiene la mejor escena de todas. La escena española es más relajada en el estilo, pero es mucho más divertida: más de camiseta, zapatillas y flirtear con lo indie o con el rock en plan Ruta 66. Y cuando nos ponemos en plan serio, somos más mods que nadie, sobre todo la gente que llevamos nuestro tiempo en esto.

¿Que grupos abrieron el camino?

Brighton 64, Los Elegantes, Negativos, Kamenbert, Los Canguros, Los Scooters. Luego llegaron Flechazos, Doctor Explosion, Allnighters desde Gazteiz…

¿ A nivel de eventos sigue viva la llama mod?

Sí, claro. el «Euroyeyé» de Gijón es una pasada. Y este año se recupera el Purple Weekend. Sin olvidar esas fiestas pequeñas que se organizan en cada ciudad y que permiten montar un entramado muy interesante: Mallorca, Valencia, Barcelona…

Cuales son tus próximos pasos musicales? Nos cuentan que estas colaborando con Javier Sun en sus nuevos temas.

Sí, me hace mucha ilusión. Y estoy deseando que salga adelante ese proyecto. Con Cooper tenemos que hacer algo pronto, ya hay canciones nuevas… ¿otro single? Seguramente.

Blaze: Aperturista

Jazz aperturista el previsto para el próximo jueves en el Be Bop donostiarra (y al dia siguiente en el Auditorio Gezala de Lezo) de la mano de la promotora local Taupa.

El combo norteamericano Blaze aterriza en Guipuzcoa dentro de su gira nacional, colección de fechas que les lleva por 15 puntos de la península para mostrar esos sonidos de inspiración clásica a la que tan bien le sientan las moderneces.

Que si un sampler por aquí, que si scratches de tocadiscos por allá. Sin perder la senda tradicional pero abriendo la mente y actualizando los viejos esquemas con elementos de actualidad. De eso hay y mucho en “Aural Karate”, el último de los discos publicados bajo el nombre de Blaze.

A Euskadi vienen, en ésta su tercera gira nacional, con una formación de cuarteto (Brannen Temple a la batería y disparando las maquinitas, Phillipe Vieux al saxo tenor, Andy Langham al teclado y Edwin Livingston al bajo eléctrico). Con el primero de ellos, ideólogo y principal impulsor del grupo, charlamos sobre la infinidad de colores que se pueden vislumbrar en el calidoscopio musical de esta banda norteamericana.

“Bueno, en dos palabras, podríamos decir que Blaze es una mezcla de funk, jazz, hip hop y electrónica, tomados todos ellos de manera muy libre. Aunque soy fan de mil y un estilos de música y debo ser sincero con mi corazón. Tomo elementos que me gustan sin importarme a qué estilo pertenezcan”, nos cuenta Temple.

Por mucho que mezclemos de diferentes envases sonoros, dejemos las cosas claras desde el principio. “Adoro el jazz. Es un estilo complicado a la hora de tocar, pero no lo abandonaré jamás. Amo y respeto este tipo de música. Es un honor poder practicar y acercarse a esta forma artística”.

Pues más de un purista, de esos que aplauden la ristra de influencias que aparecen en tu web (www.brannentemple.com), te habrá echado en cara los detalles electrónicos que utilizas. “Bueno, mucha gente me lo dice, es verdad. Pero qué le voy a hacer. A mi me gusta probar y salsear”. Pues, sin ser predominantes, no quedan nada mal en el conjunto total de sonidos.

Seguro que el rap y el resto de músicas negras, por ejemplo, también viajan en tu reproductor de CDs. Su poso también se puede intuir sin gran esfuerzo entre las canciones de Blaze. “Adoro el rap y el hip hop, el soul y el jazz”. Pero esas músicas tienen espacio, en mayor o menos medida, para las voces. Opción que tu has desechado de tu proyecto instrumental Blaze. “Pienso que no estoy en ese punto. Quién sabe, quizás en el futuro. Hicimos pruebas con una cantante en Taiwan, y la verdad es que no estuvo nada mal”.

Nuestro pegador también hizo ejercicios de oficio para Janet Jackson, Alejandro Escovedo, Sheena E y Kevin Paige entre otros. ”De todos extraje buenas experiencias. La vida te da lecciones, es un continuo aprendizaje. Toma lo bueno y pasa del resto”. Ese conciliador enfoque predomina en toda la conversación. Brannen Temple es baptista (“doy gracias a Dios por mis dones”, se puede leer en su página de Internet) y colaboró en su mocedad con la iglesia de su ciudad.

Ahora acaba de grabar su primer disco en solitario y lo que será el cuarto disco de Blaze, canciones que podremos escuchar en Donostia y Lezo. Para tenerlas en formato casero, deberemos esperar un poco más. Aún no tienen casa madre por estos lares. “Bueno, estoy más que dispuesto a escuchar ofertas. ¡Si hay algún editor discográfico que lea estas líneas, que me escriba!”.

Bukowski CD Volumen 1

Nueva York y Barcelona, ciudades siempre exportadoras, tienen sus locales emblema, esos que aparecen el películas de culto y anuncios de multinacionales con el mismo rubor. Nuestra costera capital, pequeña y snob ella, navega como siempre entre tantas aguas que no acaba por bañarse en ninguna. Salvo honrosas excepciones, claro. Esas que cimentan la ciudades que quieren avanzar y que florecerán, a ojos del gran público, cuando ya sean historia. Dentro de 5, 10 o 40 años…

Quizás el Bukowski sea una de ellas. Acaso lo pensaba el escritor, que vivió también a medio camino entre el reniego colectivo y el salvajismo personal. Lugar de encuentro de inquietudes culturales, el local hostelero situado en la subida al barrio de Egía se fue convirtiendo, sin ruido, con sólo abrir sus puertas, en sala de proyección. Bajo su techo era usual ver a gentes que dirigían películas mudas, cantaban en inglés, hablaban en euskera o escribían sus pequeños textos periodísticos en castellano.

En el “Bukos” también recalaban las bandas noveles, por allá pasaba la ciudad más activa e impulsiva. Reuniéndose en su “sala de estar”, sobre y frente al escenario, se podía observar un barrio y una ciudad en constante regeneración.

Y por allí desfilaron todos y cada uno de los grupos que suenan en este CD. Una muestra plural y abierta, siempre con tendencia a subir el potenciómetro del Marshall, sin olvidar la provocación que los ímpetus juveniles conllevan.

Todos ellos colaboraron en crear magia donde otros únicamente ven paredes rojas. Cuantas noches que nacieron para coger una película en el videoclub de la calle Ametzagaña y acabaron en sábanas ajenas gracias a la magia del Bukowski, el Bukos y su fun-fun…

Sería hortera acabar con un “larga vida al Bukowski”, porque sabemos que ésta pende de un hilo. Además, uno de sus principales valores fue el de vivir en el anonimato y la sencillez, lejos de los carteles a color y fiestas promocionales, llegando a metas altas con actividades humildes y necesarias. Porque la inquietud, amigos, no se puede comprar.

Destroyer + Frog Eyes

Destroyer + Frog eyes (Gazteleku Zarauz)

Fresquita cita en Zarauz (2 grados en la calle) para ver a Daniel Bejar y su proyecto Destroyer, que venía a presentarnos “Your Blues”, su nuevo CD. Por la calle, ni un alma. En el Gazteleku de la ciudad costera, unas pocas más. Parece que los viernes son peleones para las melodías emotivas.

Abrió el evento Frog Eyes, formación de acompañamiento del señor Bejar en el concierto posterior. Duramos poco, mientras nos lamentábamos de que el señor guitarrista-cantante se hubiera dejado la medicación en el avión. Si las canciones deben transmitir sensaciones, nosotros acabamos calados de esquizofrenia pop con un punto Franz Ferdinand. No me hagan recordarlo, que me entran unas ganas terribles de invadir Polonia.

Dicho desequilibrio melódico contagió en demasía al autor de “Your Blues”, un disco repleto de aciertos sonoros, a medio camino entre el pop del primer David Bowie y el folk. Allá donde las canciones sonaban dulces, ahora, gracias al hiperactivo guitarrista antes nombrado, lo hacían nerviosas y tensas. Nos dedicamos a tararear los originales, inhibiéndoles todo el sebo de concierto. Al llegar a casa, recuperamos el CD y nos quitamos la radioactividad de encima. Pudo haber sido, pero no fue.