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Año: 2005

Adriana Olmedo

Noche de gala la de hoy para la pamplonica Adriana Olmedo. Su disco de debut “La Fanfar del Grito” (Labaltelkuëyo Records) se presenta ante los suyos en la Escuela Navarra de Teatro (C/ San Agustín, 5. Pamplona).

Puede parecer casual la elección del lugar. Pero esta joven de 27 años ha tocado muchos palos antes de poder editar su primera colección de canciones.

Le dio al heavy en los grupos de su tierra. En ellos curtió el chorro de voz que presenta, mientras su habitación comenzaba a ser testigo de los primeros pasitos de la Adriana cantautora. Luego le inquietó el teatro, engordando currículo a velocidades astronómicas: Estudios en la Escuela Navarra de Teatro y la Escuela de Clown de Eric de Bont en Ibiza, representaciones de Lorca o Ionesco, socia en el dúo Cataclown…Sí, también la ahora encumbrada Bebe siguió caminos similares. “Tenemos cosas en común, pero luego por dentro no creo que nos parezcamos mucho”, nos cuenta Adriana desde la lejanía.

Las artes escénicas le permitieron desarrollar la expresividad que en disco convence y en concierto seguro que contagia. Si cantando en castellano fue capaz de obtener salvas de aplausos en Francia… En el país vecino se permitió el lujo de abrir un concierto de Manu Chao ante miles de personas. También tuvo tiempo, con su guitarra española, de patearse Italia y parte de la cornisa cantábrica.

Concierto de Javi P3z

Retornaba a su ciudad Javi P3z para presentarnos “Sports”, su último disco. Un trabajo que ya estaba ensayado en público, salpicado de pequeñas boutades (Jazzaldia 2003) y presentado en formato DJ en el Bar Bukowski donostiarra. Pero para el cubo pequeño del Kursaal nuestro chico de Amara venía más entrenado, a hacer marca que dirían los atletas.

P3z se supo acompañar de una elegante sección de percusión, con Luis Camino y el pegador repleto de criterio Galder “Kuraia” Izagirre. Los bajos los marcaba el sempiterno socio Makala. Elevados y elevando los ánimos, un trío soplador que brilló en la primera parte del concierto. Teclados, guitarras y un DJ de imágenes completaban la formación titular del conjunto.

En el espacio central estaba el maestro, como en las viejas orquestas de salsa. Más entertainer que cantarín (las canciones eran instrumentales), P3z sustituyó la antigua batuta por breves disparos de sampler, mientras la guindilla interna le hacía moverse, hablar, soltar enérgicos coros o elevar las energías que su música presentaba.

Unas canciones que beben de sabores negros y latinos. Los deportes de P3z homenajean al funk y a Fela Kuti, a la música disco de los 70 y el dancehall jamaicano. Sin purismos pero con un gusto exquisito, el disco que tantas veces hemos escuchado en casa subió muchos enteros en vivo. Hasta hubo tiempo para el recuerdo de su antiguo grupo Parafunk, demostrando que cualquier tiempo pasado fue… más brioso.

No consiguió su propósito de derretir el cubo, porque aquí la gente escucha más que baila. Pero es innegable que la plata o el oro debe colgar, desde la noche de ayer, en los hombros de este (aún) inquieto creador donostiarra.

Grupos del Festival Stoner

Roll over.

La propuesta de estos donostiarras parece la más abierta del cartel. Pero para escucharla en disco deberemos esperar unos días más. Jorge Reboredo anda en su estudio de grabación dándole los últimos toques a las cuatro canciones de este cuarteto. Pero ya escuchamos la versión de la Creedence Clearwater revival (“Fortunate Son”), el arranque machacón de “Cristal eye”, los momentos más inquietos y animosos, con esos riffs de guitarra contagiosos que suenan en “Open till Dawn” y “Im gonna Win”.

Sharon Stoner.

Estos llevar el rollo “stoner” hasta en el nombre, bien mezclado con algo de sensualidad femenina. Finalistas del concurso maquetero de Euskadi Gaztea y ganadores hace breves fechas del concurso Danbaka de Eibar, los oñatiarras rezuman energía por los cuatro costados en su CD homónimo (autoedición, 2004). La semana pasada aplaudíamos su “Rocco never dies”, incluido en el Cd “Gaztemaniak! 8” por fiero y abierto. “Hesi” y “John Allen” no le van a la zaga en rabia y sonidos intensos. Aunque parezca mentira por los títulos, cantan en euskera, y en concierto le alborotan el pelo al más peinado.

Neubat:
Ahora que Sorkun ha bajado el pistón (estos gazteiztarras ponen música a la voz de la dama de Orereta), Neubat toca a diestro y siniestro cada fin de semana, paseando lo que hasta hoy es su ultimo CD “Dantzaldiko Erreginak” (Metak, 2004). Una grabación en la que dan tanta importancia a las contundencias heredadas por los Black Sabbath y compañía como a unas mayores ganas de innovar sin salirse de estilo musical más golpeador y pedregoso. “Basamortu motela”, “Blancoman”, “Topper Harley” y “Dantzaldiko erreginak” son buenas píldoras para conocer el régimen alimentario de esta banda alavesa.

Basque Country Pharaons: Come on, kamon!

Tras la actuación del trío más famoso de Oriente y sus roadies con turbantes, regresa la actividad sonorofestiva al Bukowski donostiarra, donde mañana tenemos espectáculo de imagen y sonido a cuenta de Basque Country Pharaons, divertida banda navarrica. La parranda acaba con los DJs invitados.

Entre ambos eventos llegará la hora de la sección foto, con la exposición retrospectiva del pasado Azkena Rock Festival a cargo del artista La Maquina de Huesos, fotero de Rentería y retratador oficial del último certamen gasteiztarra. «Es un festi de la ostia. El primer año me lo pasé muy bien, y en esta edición he visto a uno de mis héroes, Roger McGuinn (The Byrds). En ese momento supe que mi novia iba a ser para toda la vida». Tamaña demostración de amor corre a cargo de Toot & C’mon!, Sobrenombre bajo el que se esconde el encargado de los sonidos vocales, la armónica y los chistes de los faraones de Pamplona.

En esta banda de ascendencia egipcia («primero queríamos hacer country. Somos vascos y el nombre de Basque Country Pharaons nos parecía cojonudo. Pero no tenemos ni idea de tocarlo, aunque lo adoremos»), todo es medio en broma medio en serio. Miren si no los apodos bajo los que se esconden el resto de rufianes melódicos: The Mighty Ramses (guitarra lanza rayos), Ramnai Apestophis (bajo y contorsionista), Ander my Wheels (batería y portero de discoteca jevi). Esperan que la maldición de algún antiguo dios egipcio devuelva a la tierra los sonidos más contundentes y sudorosos del panorama musical. «El rock está en época de embalsamamiento, por mucho que se diga que tiene un resurgir. ¿Resurgir? Haced el conjuro para que despertemos y veréis».

Claro que sobre esa divertida forma de ver la vida hay una base bien cimentada. Los faraones cuentan o han contado entre sus filas con gente de Rosslis, Athom Rumba o Mermaid («Ya está hecho el nuevo disco de Mermaid, buscan discográfica de nuevo. Va a ser la sorpresa del 2005. Ya no estoy en el grupo y desde fuera lo veo como el gran disco del año que comienza»).

Pero el plan de esta banda faraónica es diferente. Pasan de grabar discos por ahora y no tienen ni maqueta. «Hasta que alguien ponga sobre la mesa una propuesta (no tiene por qué ser seria, si ni siquiera nosotros lo somos), no pensaremos en ello. Mientras tanto la pasta que ganamos se va en placeres físicos. En realidad tocamos porque no queremos quedarnos en casa y pudrirnos viendo en lo que se está convirtiendo Iruña..».

Lo suyo es pura diversión, como demuestran en todos y cada uno de los conciertos que perpetran. La promoción habla de drink-heavypunksoul para definir su estilo. «Un concierto nuestro es lo más divertido que verás en todo el desierto. Es sexo, surrealismo, un rollo cafre musical».

Figuran en su historial muchos conciertos por la geografía vasca y española que confirman esa idea y el buqué que les da haber abierto para bandas como Jon Spencer Blues Explosion, Diamond Dogs, Kuraia o Barricada. Pogues, Creedence, Dictators o Grand F. Railroad aparecen en el lado de las versiones.

Las letras, adaptadas al idioma de don Quijote, no desentonan con el resto de aspectos. «Hablamos de señoritas y sus mamás, boxeadores gagás, coches-casa, lluvias de chimpancés, super-héroes de andar por casa..». Sin olvidar la energía que transmite su voceras, autentico lobezno de escenario. «Me como con patatas a Salma Hayek en cualquier barra de striptease». C’com, c’com, tutankamon!