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Black Dice: Criaturas experimentales

La banda neoyorquina Black Dice posará sus nuevos experimentos sonoros mañana 10 de Abril en la sala Ketarri de Getaria. La única fecha peninsular de esta gira europea permitirá conocer más de cerca las nuevas direcciones de su inminente próximo disco “Creature Comforts” (DFA/Fat Cat).

Collages sonoros de infinidad de raíces construyendo un mensaje provocativo, en ocasiones con estilo de Thriller sonoro, y mucha energía interna dispuesta a ser liberada, la continuación de miras abiertas del exitoso “Beaches and Canyons” verá la luz a mediados de Junio de este año.

Sus seguidores se pueden contentar con la reciente publicación de “Miles of Smiles”, EP compuesto por música creada especialmente para la exposición japonesa “The Poetry of Sex”, en el que la banda investiga con resultados sorprendentes los mundos de la Concrete Music con muestras de sonidos, grabaciones de estudio e improvisaciones.

Hablamos con Eric Copeland (cantante, percusión, electrónica) tras su reciente actuación en el festival All Tomorrow´s Parties, ese encantador evento que deja su programación en las manos más expertas posibles: las de los propios músicos. Black Dice fueron de la mano de otros ilustres investigadores sonoros y compañeros de ciudad, Sonic Youth, quienes se encargaban del cartel la tarde-noche del sábado.

Lee Ranaldo y el resto de la juventud sónica pisaban fuerte en el primer disco de Black Dice (“Black Dice”, 2000). Un caleidoscópico trabajo de canciones sin título, cuya brevedad e intensidad lo emparentaban con el “háztelo tu mismo” patentado por el punk-rock, el hardcore, la electrónica abstracta. Sin olvidar otras referencias ilustres como Wire y Can. “Si tuviéramos que dar una definición para algún diccionario hipotético de la música, diríamos que Black Dice es una especie de mezcla de electrónica orgánica con importantes aportaciones de los sonidos acústicos”.

El cuarteto compuesto por nuestro entrevistado Eric, su hermano Bjorn Copeland (guitarra), el teclista Aaron Warren y el batería Hisham Bharoocha empezó en 1997. “Por lo menos, nuestra aproximación a la música sigue tan virginal como en los comienzos. Ahora mismo todos tenemos un gran interés por la música reggae. Aunque ese hecho no se refleje aún en nuestra música, creo que pronto lo hará. Cada vez que escribimos nuevas canciones probamos nuevos sonidos, nuevas ideas y estructuras desconocidas para nosotros”

De esa búsqueda innata nació Cold Hands (2001), un minialbum que se alejaba del nerviosismo creativo de su debut y comenzaba a mostrar un mayor amor por las sonoridades ambientales intensas y las texturas melódicas.

La escena noise de la gran manzana que les acogió a finales de los 90 parece estar viviendo una ebullición constante. “Hay muchísimas bandas interesantes en nuestra ciudad (Animal Collective, White Magic, Gang Gang Dance). Nueva York parece respirar una pequeña competición creativa en estos momentos.“

El 2002 es, hasta la fecha, su gran año. Black Dice decide abandonar en estudio sus actitudes punk para lanzarse de lleno a la experimentación. El disco “Beaches and Canyons”, el primero para el prestigioso sello DFA (LCD Soundsystem, The Rapture), recibe críticas excepcionales, aunque su parto fue doloroso. “Este disco llegó en un momento muy desagradable en nuestras vidas personales, sin olvidar los cambios imprevistos que sufrió el mundo en la época en la que lo grabamos, otoño del 2001. No volvamos ahora a rememorar esos días malos”.

El periódico The New York Times elige su canción “Cone Toaster” como “Single del año”. La gira compartida aquel año con Godspeed You Black Emperor les acerca a públicos más amplios. “Nos llevamos genial con ellos desde el primer día de la gira, aunque provengamos de dos mundos distintos. Nos gusta su postura ante la música”.

Y a mediados de 2004 llegará la revalida con “Creature Comforts”, un CD “decididamente menos primario que el anterior. Las baterías están ralentizadas y el enfoque general es menos incómodo. Quizás sea más bello, más minimal, fluyendo en la dirección en la que se está moviendo el grupo en estos momentos”.

Vale Eric, pero la rabia y la tensión que subyacen en “Night Flight”, la canción que cierra el disco, o “Island” son dignas de sonar en la casa de “El Resplandor”. “Cloud Pleaser” y “Live Skeleton” si que abordan de manera mas dulce vuestras ansias experimentadoras, esas que en directo siguen sonando tan fieras como antaño. ”Si, nuestras actuaciones son tan rabiosas como antes, pero ahora todo es menos irritante sobre el escenario”.

Publicado enEntrevistas

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