Ni tan Bad, ni tan Plus

The Bad Plus¿Quién programa actuaciones los domingos a las 23:59, actos que acaban a las 2 de la mañana de un lunes laborable? Afortunadamente, señores organizadores, el ERE se queda en la mayoría de los casos en algo exclusivamente neuronal por el paseo entre actos jazzeros, y no ataca su vertiente laboral.

Extraño, y cansino para quienes no están de vacaciones, que las citas más trasnochadas del Jazzaldia (en su vertiente más gautxori, no me entiendan mal) hayan sido el miércoles, el jueves y el domingo.¿Por qué no se hizo el viernes y el sábado, cuando casi todo el mundo puede ronronear entre sábanas más tiempo?

La cita con The Bad Plus se presentaba interesante: Jazz sin apreturas atacando músicas encorsetadas, versiones mundialmente conocidas. La cosa se quedó en interesante a ratos. Casi todos concentrados en el arranque inicial, cuando la vocalista se estaba acicalando (o eso) fuera de escena.

David King hace honor a su apellido. Menudo espectáculo a la batería, es como un niño feliz con juguetes nuevos. No repite dos golpes seguidos, busca sonidos hasta en instrumentos de juguete y le busca las cosquillas a los herrajes de su instrumento. Es facil quedarse hipnotizado ante su exhibición. El resto de compañeros no son mancos.

El bajista habla castellano mejor que el Robinson de Canal Plus, y tiene la amabilidad de ir presentando las canciones. Que si un extracto del «Variation d’Apollon» de Stravinsky, que si un tema mío, que si éste otro es del pianista…

«Bill hickman at home» suena a Nueva Orleans y cine negro. Con sus pinzas, claro, nada especialmente comprimido, que estos vivarachos practican el sexo musical al aire libre.

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Primer día del Concurso Pop Rock, según Mr Jo.

Llega el poprock donostiarra, y con él las colaboraciones librepensadoras de Mr Jo.

[Antes de darle paso, un breve inciso: Muy atentos a los jovencísimos The Lost Waves. O como quiera que se llamen dentro de unos meses, que seguro que pillan un nombre castellano. La madre de todas las empresas de management les ha guiñado un ojo. Y seguro que les ha recomendado cambiar, por unos meses, el botellón y la play por horas de ensayo en el local]

LA LUNA DE HACE 40 AÑOS (o cuando Hannah Montana llegó a Donostia)

Todos los que estuvieron en Cabo Cañaveral aquel dia de julio de 1969 dicen que fueron tres los astronautas que alcanzaron la Luna. Mi televisión todavía no estab instalada, el blanco y negro de la pantalla era el blanco y negro de mi familia.

Mi primer pie en la luna lo pusé cuando decidí alistarme a los boy-scouts y pasarme el verano en el bosque. Una liberación para mis padres y un solsticio de descubrimientos para mi. Intercambio de favores. Por las sudorosas noches de aquellas tiendas de campaña canadienses circulaban revistan pornograficas y casettes de pop. Yo me encariñé con Peter Frampton, un cantante teenager con tantos rizos como yo, que enamoraba a todas las adolescentes como yo no.

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