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Etiqueta: Mikel Urdangarin

Jon Maia: Elegante repaso

Intérpretes: Jon Maia (voz), Gorka Hermosa (acordeón), Pello Ramirez (violonchelo), Nacho Soto (teclados), Nerea Quincoces (percusión). Día: 02/02/2022. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Asistencia: lleno, unas 550 personas.

Empezaremos fuerte: Sin Jon Maia no podríamos entender la música en euskera de los últimos años. Es, con permiso de Harkaitz Cano y pocos más, nuestro Hal David, el Manuel Alejandro guipuzcoano. Sus estrofas pueblan abundantes éxitos de la cultura euskaldun, como bien se pudo escuchar ayer en el primero de los dos pases que va a dar en Donostia -el segundo se celebra hoy-, con la gente cantándolo todo.

El autor ha recopilado algunos de sus pelotazos en “Kantu Bat Gara”, libro-CD que recoge líricas realizadas para bandas como Negu Gorriak, Mikel Urdangarin, Ken Zazpi, Gozategi y Anari. Dando a la obra, y al concierto, un envoltorio bello e ideal que defiende el “Estado-Canción” sobre cualquier otra delimitación territorial. Sosteniendo que las canciones en euskera nos preceden y nos sobrevivirán.

Bajo ese punto de vista Maia decide diluir un ego que bien podía hincharse hasta flotar para elaborar un espectáculo abierto, integrador, participativo y casi teatral. Luego al cantante le pilla el toro, porque de las tropecientas canciones previstas debe dejar varias fuera por esas elegantes introducciones que sirven para guionizar la historia. Invitando a las tablas al pasado (Xabier Amuriza), presente (Itziar Ituño) y futuro (su hija Eire Maia, un descubrimiento cantor) en este paseo divertido, romántico y más narrativo que pedagógico. Bien trufado de ironía, que para algo los bertsolaris son los ceramistas de la palabra.

El fondo sonoro (de aires latinos, melancólicos y parisinos) viajó siempre por detrás de una voz que narra mejor que entona – lo de los bailes lo dejamos para otro día-. Una cita que tuvo muchos actos preciosos, otros emocionantes (el texto dedicado a su abuela rompería el corazón del humano más gélido) y la mayoría de ellos plenos de seducción y nostalgia.

Durangoko Azoka: nostalgia, presente y futuro de la música en euskera

Contra viento, marea y las pandemias que obligan a reorganizar los grandes eventos llega a nuestro calendario la 56 edición de la Durangoko Azoka. Un espacio físico de 220 expositores que acerca a los presentes los productos culturales que el euskera ha dado cada año. Una muestra que, al menos en lo sonoro, ofrece una experiencia total en los más de setenta stands y ciento cuarenta novedades.

El abanico de sonidos abarca desde la combatividad festiva de Bomberenea Ekintzak hasta los últimos lanzamientos de los franciscanos de Arantzazu. Entre unos y otros se colocarán las grandes empresas de la industria, los colectivos, los estamentos oficiales, las asociaciones especializadas y hasta grupos relevantes con mesa propia en Landako Gunea, lugar en el que se celebra la feria.

A nivel de ventas habrá una reunión de grandes nombres y exitosos discos. Liher o Kalakan & Euskadiko Orkestra llevan semanas en la lista de los más vendidos. Índice en el que pronto entrarán las últimas novedades de Joseba Tapia, Ruper Ordorika o Mikel Urdangarin. El primero presenta un ‘Egoz Ez Egon’ repleto de sonidos cromáticos. El autor de Oñati estrena ‘Amor eta Tojours’, su paseo por la Cuba sonora. El tercero de esta enumeración publica ‘Haitzetan. 1997-2022’ (Zart), una reedición de su primer álbum a la que ha añadido una pieza nueva denominada ‘Su ñimiño bat’. Jon Maia será uno de los más demandados gracias a ‘Kantu bat gara’ (Elkar), un libro-disco en el que recopila buena parte de las letras elaboradas para otros autores y se lanza a interpretar algunas de ellas en formato banda.

Entre el pop y el rock se mueven buena parte de los presentes. Del sello Bidehuts llegan Anari, Joseba Irazoki y Audience con las muescas estrenadas este año. Maite Larburu mostrará el atractivo universo que compilado en ‘Krak’ (Zart). Sin olvidar a Willis Drummond y el ‘Garai bereziendako kontzertu berezia’ grabado en vivo, la refrescante Idoia Asurmendi con ‘Ilun eta abar’, la fusión musicalmente sexy de Libe García y Jon Basaguren bajo el nombre de Pasadena (Erraia), la festividad de Huntza y ‘Ezin ezer espero’, los tremendos Ezpalak de ‘Kolpatu topatu’ y todo el pop de deseo exitoso que despacha Oso Polita, la rama disquera de la promotora Last Tour.

Rafa Rueda presenta su nuevo disco el domingo en el Victoria Eugenia

El cantante y compositor Rafa Rueda llega el domingo a nuestra capital para presentar su exquisito “Rueda”. Un disco de media hora que ahonda en lo onírico y ensoñador basando sus creaciones en las partituras más calmadas y elaborando unas contagiosas armonías en lo vocal.

Aunque para fiesta oral la del próximo domingo en el Victoria Eugenia. A Rueda y sus músicos habituales les acompañarán Mikel Urdangarin y las 25 voces del Coro Euskeria. “Quienes hayan escuchado el CD descubrirán por dónde puede tirar la escolanía”, nos cuenta el autor vizcaíno. “Ojo, no será un concierto sinfónico. En el espectáculo tendrá especial relevancia nuestra última obra pero también hemos adaptado a este formato algunas piezas de los últimos trabajos. Trabajando mucho para que todo quede bien empastado”.

Al antiguo miembro de PiLT le ha dado por inspirarse en las baldas más pausadas de sus gustos. “El ambiente que propone “Rueda” no es rockero. Lo que realmente marca a la hora de empezar un disco es el estado de ánimo. Antes de la pandemia estuve escuchando bastante música clásica sin dejar de lado a Bon Iver, Sufjan Stevens, Animal Collective o St Vincent. Yo creo que de todas ellas y algunas más me vino el impulso de crear esta nueva colección de melodías”. Si quieren un ejemplo fresco de este nuevo camino pueden ver el vídeo de “Hokusairen olatua”, el tercero de los singles de esta última publicación. Un poema escrito por Joseba Sarrionandia con el que, tomando el famoso cuadro de la ola del pintor japonés Kanagawa como motivo, el guitarrista vasco hace una reflexión sobre nuestra sociedad.

“Sarri” no es el único autor elegido para vocalizar los deseos de Rafa en las composiciones. En el nuevo CD se puede topar piezas de escritores como Inge Muller, Iñigo Astiz, Josu Goikoetxea o Elena Olave. “Cada vez estoy más cómodo haciendo canciones que partan de la letra. Un buen texto te da la mitad de la canción. Es una responsabilidad enorme y un reto precioso musicar un poema ajeno sin diluir o perder la fuerza que te da la obra original”.

Jon Agirrezabalaga (WAS) ha sido el encargado de la producción artística, de la grabación y de la suave y envolvente electrónica que ahora se hace hueco en el último álbum. “Lo digital es muy relevante para lo que ahora propongo y viajará con nosotros en las actuaciones que tenemos hasta acabar el año”. Pamplona, Larrabetzu y Llodio aparecen en esa agenda cercana futura. Hasta allí llegarán, deberían, los ecos del concierto especial de este fin de semana.

Mikel Urdangarin: nuevo abrigo

Intérpretes: Mikel Urdangarin (piano, guitarra, voz). Día: 06/03/2020. Lugar: Sala Imanol Larzabal (Donostia). Asistencia: lleno, unas 250 personas.

“Hotza da NY is cold”, rezaba una tela del puesto de merchandising de Mikel Urdangarin en su concierto donostiarra mientras distintas alertas no solo climáticas azoraban al personal local. El estreno al piano del autor de Amorebieta se antojó un gran refugio para sus seguidores, quienes abarrotaron la coqueta sala.

Acompañado de dos dibujantes (David Tabares, Angel Luzuriaga) que realizaban vaporosos dibujos en directo, Urdangarin encontró un nuevo socio en las teclas negras y blancas de su Yamaha C3. Con ellas honró a viejos profesores (la bella “Sasoi hareetan”) y recordó los perfumes que se nos quedan en la mente (“Usaiak”) y la obra de Lauaxeta (“Loretan”) mientras defendía los deseos de libertad (“Kopla bihotzekoak”).

Los y las asistentes le doblaban la voz por lo bajini en cuanto tenían ocasión (“Bihotz hilezkorra”) mientras el vizcaíno navegaba entre el folk y el pop. Con temas nuevos (“Hutsik daude kaleak”), piezas emocionantes (“Haitzetan”) y obras que ya son un éxito en su lista (“Bazkalosteko kafea”, la siempre aplaudida “Badira hiru aste”). Tras una propina para la que recuperó la guitarra acústica -la cabra tira al monte-, el concierto acabó siendo un fenomenal abrigo para quien huía de las tormentas. Quedando demostrado que el nuevo traje de Mikel Urdangarin es tan sugerente como los anteriores.

Kalaportu: y Beñat Achiary lo bordó

Intérpretes: El grupo Audience, Mikel Urdangarin, Ines Osinaga, Miren Narbaiza, Rafa Rueda, Dana Moya, Joseba Irazoki, Beñat Achiary, Miren Gaztañaga y Ander Lipus. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 24 de marzo. Asistencia: unas 500 personas.

Al abrigo de la Korrika Kulturala y el potente festival bilbaíno Loraldia llegaba a Donostia “Kalaportu, Joseba Sarrionandiaren lurralde poetikoa kantuz”, un espectáculo-homenaje que discurre por el territorio creativo del escritor Joseba Sarrionandia. Un caladero sin restricciones: los autores vascos han echado mano en 146 ocasiones de los poemas del autor de Iurreta para redondear sus tonadas.

El formato de esta gira por las capitales vascas tuvo las hechuras de “estrellas invitadas”. Con la banda vizcaína Audience como elemento perenne sobre el escenario y buena parte de lo más granado del pop vasco rulando por el micro y las guitarras, los distintos autores fueron pasando por el sencillo y vistoso montaje: un escenario repleto de maletas y globos terráqueos que colocó a la formación de Gernika sobre una elevada tarima, comandando la función. Su labor fue resuelta, heterogénea y acertada.

Apareciendo y dejando paso después, los actores Miren Gaztañaga y Ander Lipus jugaron con las palabras en distintos momentos del show. Suyo fue el arranque recitando textos sobre recuerdos y trances vitales, quedando el pistoletazo musiquero para un “Errua” en el que Ines Osinaga llevó el tema hacia terrenos de La Oreja De Van Gogh.

Osinaga y Dana Moya acercaron al mundo latino el corte “Katuaren katua”, giro que se tornó cubano en “Denon Mundua”. Tremenda la voz de Moya en este pasaje, llenando el teatro y medio barrio con su fuerza. Rafa Rueda y la banda lo bordaron en la popera y algo épica “Hokusairen olatu”. Una composición que tuvo a bien acabar el minutaje en un precioso juego sonoro de guitarras.

Tras la fronteriza “Lili bat” a cargo de Audience volvieron los actores para una escena sobre libertades y pasiones. Un entrante perfecto para el que fue uno de los mejores momentos de la noche, el de Beñat Achiary y Joseba Irazoki. Dos artistas que no sabes si son extraterrestres (por su calidad y libertad) o es que en realidad están intentando comunicarse con otras civilizaciones a través de sus creaciones. Achiary se puso el buzo de cantor heavy en “Nao es tu faculdade de sentir”, llegando a tonos elevados como los que imaginamos capaces de romper cristales de bohemia.

Miren Narbaiza, que destacaría en el cierre, debutó en la calmada “Ez diren gauzak” para dar paso a Mikel Urdangarin y un brioso “Oroimeneko portua”. Gaztañaga y Lipus finalizaron su aportación entre juegos lingüísticos sobre pasaportes, maletas, viajes y migrantes. Y tras correr un tupido velo sobre la interpretación de “Martin Larralde” la fiesta finalizó rockera con un stoniano “Ene Begiek” y esa “Guantanamera” -reescrita para la ocasión por el propio Sarrionaindia- que los cantantes fueron entonando a razón de estrofa por barba/moño.

Mikel Urdangarin: Abarrotado divertimento

Intérpretes: Mikel Urdangarin (guitarra, voz) y su banda. Lugar: Sala Kutxa Kultur Kluba (Donostia). Día: 22 octubre. Asistentes: lleno, unas 300 personas.

Nueva visita a Donostia de “Izar & Star”, propuesta bilbaína que ofrece a grupos cercanos re-interpretar un destacado disco o la obra de un artista a modo de recreo personal. En este caso Mikel Urdangarin se disfrazó de Leonard Cohen en lo que puede haber sido el primer llenazo de este sitio “cuqui” de sonido fantástico que es la sala Kutxa Kultur Kluba.

Claro que los regalos a veces vienen envenenados, y los habituales de Urdangarin echaron de menos los asientos o un espacio más amplio. Pero el apretón se entiende en el concepto de “kutixi” o “concierto especial” de este tipo de citas. Es comprensible que lo uno (la particularidad) cubra lo otro (la comodidad). Más pena dio que el de Amorebieta no hubiera traducido al euskera los cantos del canadiense. Pero eso más que un divertimento “Izar & Star” sería un proyecto en toda regla.

En lo estrictamente escénico, Urdangarin vino flanqueado por un sombrero borsalino y un trío acústico que comenzó con melodías propias (“Katu baltzak”, “Hauskor”, “Etor zaitez hona”) para después atacar el cancionero de Cohen.

Sus aciertos fueron mayores en el fondo sonoro que en el tono, dado que nadie canta como susurra Leonard Cohen. Mikel intentó con su inglés más que comprensible hacer suyas “Famous Blue Raincoat”, “Suzanne”, “Come healing”, “Nightingale”, “If it be your will”, “Who by fire“ y “Show me the place”. Tropezando donde caeríamos todos, en la revisión de “Hallelujah” y “So Long, Marianne”. Canciones tan eternas que es realmente complicado aportar nada nuevo a ellas más allá de la recreación. Huelga decir que fueron de las más aplaudidas.

La tarde acabó con dos bises en los que el vizcaíno recuperó la confianza al atacar creaciones propias tan emocionantes como “Badira hiru aste”. Temas que bien podrían recuperarse en otro “Izar & Star” vasco dado su calado y calidad.

Unos tipos grandes y juguetones

Intérpretes: Kirmen Uribe (voz), Mikel Urdangarin (guitarra, voz), Rafa Rueda (guitarra, voz), Bingen Mendizabal (violín). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 25 de enero del 2014. Asistencia: unas 600 personas.

Podrían formar parte del “Hall of Fame” de la cultura vasca actual. O ser nuestro Equipo A en versión cercana y reconfortante. Uribe, Urdangarin, Rueda y Mendizabal acercaron anoche a nuestra capital su nuevo proyecto conjunto: “Jainko txiki eta jostalari hura” (“Aquel dios pequeño y juguetón”). El segundo capítulo del viaje que comenzó con “Zaharregia, Txikiegia agian”.

“Pequeño” es el término que sobresale en ambos viajes. Y así es el espectáculo. Con una decoración mínima de paraguas, a juego con el clima perenne de nuestra zona, y unas redes que los unen. Haciendo honor a ese mar que sale mencionado en todas las composiciones de la noche.

Kirmen, el hombre con cara de yerno perfecto, narra poesías afables y costumbristas. Está muy acertado cuando habla de gatos, nuestro idioma o las vergüenzas infantiles. Urdangarin es el otro pilar de la velada, y a sus tonos habituales les añade un poco de rabia rockera. Seguro que de todo eso tendrá algo de culpa Rafa Rueda, un hombre que merece más reconocimiento del que ya tiene. Mendizabal aporta gravedad y bellos detalles con su violín.

La música tiene sus pies puestos en el folk, a veces celta, otras norteamericano, las menos cortesano. Siempre tranquilo y agradable. Con momentos muy emotivos como los dedicados a Aitzol Aramaio. O la nada coja historia de Juan de Oñate.

Los noventa minutos se pasan volando cual paraguas en el puente del Kursaal. Nos dio rabia tener que buscar corriendo un teclado para poder enviar estas líneas y declinar por ello la invitación extendida a los asistentes, vino incluido, de charlar con los autores al finalizar su actuación. Quede este texto como felicitación impresa.

Mikel Urdangarin: Formas de viajar

Intérpretes: Mikel Urdangarin (voz y guitarra), Rafa Rueda (guitarra eléctrica), Bingen Mendizabal (violín), Nika Bitchiashivili (violín), Saihela (batería). Lugar: Sala de Cámara del Kursaal (Donostia). Día: 26 febrero 2010. Asistencia: ¾ partes del aforo, unas 350 personas. Entradas: 12 euros

La urgencia de esta crónica nos hizo abandonar el Kursaal antes de tiempo, tras la canción “Munduari begiratzeko modu bat”. Una forma de ver el mundo que, influidos por el excelente narrador vizcaíno que hoy nos ocupa, nos hizo montarnos nuestra propia aventura.

Y vimos que los conciertos de Urdangarin son como esos antiguos trenes que paran cada poco tiempo, comunicando pueblos de vivencias similares. Permitiéndonos disfrutar de la belleza del paisaje (sonoro) y sus narraciones.

El viaje se realiza en unos vagones que los detractores acusan de idénticos y algo caducos. No ven que la personalidad de cada trayecto se construye con sus viajeros y sus vivencias. Ahí están la preciosa y triste despedida de “Katu Baltzak”, las aplaudidas “Infinitua” o “Egun argian” o esa polka de título imposible (“Txatxamatxalinatu”) que en boca de Txuma Murugarren nos haría soñar con Tom Waits.

La empresa mima a sus clientes, con el silencio y el respeto que dan los auditorios. Las cuerdas abrigan cual manta casera. La guitarra de Urdangarin salta arpegiada entre el folk irlandés, el norteamericano y el propio, sin olvidar las ambiciones del pop épico. Y Rafa Rueda, inmenso como siempre, dibuja en el aire los detalles que los más inquietos desean apreciar.