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Mes: febrero 2022

Mikel Erentxun: un nuevo clásico

Intérpretes: Mikel Erentxun (guitarra, voz), Karlos Arancegui (bateria), Fernando Neira (bajo), Rubén Caballero (guitarra), Marina Iñesta (guitarra), Mikel Azpiroz (teclado). Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 27/02/2022. Asistencia: lunas 1500 personas.

Acaba de cumplir 57 años y sigue hecho un chaval. Lejos queda ya el susto a la patata que le dio hace unos años. Erentxun lleva tiempo celebrando la vida. Escuchar en la sala ‘Tomorrow Never knows’ de The Beatles antes de su actuación fue una buena pista de ello. Y de sus gustos musicales.

Amores que ahora andan asentados en el folk-rock estadounidense. Ese océano que abarca desde Bob Dylan hasta Wilco. ‘Amigos de guardia’, el disco de duetos en el que repasa algunos grandes títulos de su discografía, era la excusa de una visita casera que presentó once guitarras sobre el tablado, una escenografía sencilla y una iluminación que a ratos despistaba.

La noche empezó impetuosa (‘Si te vas’) y llena de un clasicismo guitarrero que no abandonaría en todo el set (‘A tu lado’ fue tan solo uno de los numerosos ejemplos certeros). Una etiqueta agradecida que supo ondularse con acierto gracias a una banda soberbia. Con piezas sobrias (‘Llamas de hielo’) y sutiles (‘Rozando la eternidad’). ‘Se libre, sé mía’ se arrimó al eurobeat costero, ‘El hombre que hay en mí’ fue puro T-Rex. La versión acústica del ‘Veneno’ del fallecido Rafael Berrio nos mojó la cara de lágrimas. ‘Una calle de Paris’ aterrizó campestre, ‘Esos ojos negros’ abrazó el country y ‘Entre salitre y sudor’ sonó ácida. A veces no hay que cambiar lo que funciona, como lo confirmaron la chulesca ‘Cartas de amor’, la acelerada ‘A un minuto de ti’ y ‘Cien Gaviotas’. Por cierto, creo que es la vez que mejor hemos visto cantar a Mikel Erentxun.

De los invitados en su último CD aparecieron por la capital guipuzcoana Anni B Sweet (que entonó bajito en ‘Angel en llamas’), una Maika Makovski que acercó ‘Cicatrices’ al pop festivalero y ese Diego Vasallo que se apropió de ‘¿Quién se acuerda de tí?’. Aunque la mejor colaboración la tiene el autor en su propia furgoneta, con la guitarrista Marina Iñesta que canta de rechupete. El concierto llegó a las dos horas y la gente se puso en pie en los últimos temas confirmando que Mikel Erentxun está en un excelente momento de forma.

Texto publicado en El Diario Vasco

Los Secretos: secretos populares

Intérpretes: Alvaro Urquijo (voz, guitarra), Ramón Arroyo (guitarra), Jesús Redondo (teclado, coros), Santi Fernández (batería), Juanjo Ramo (bajo, coros), Txetxu Altube (guitarra, coros). Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 26/02/2022. Asistencia: lleno, unas 1800 personas.

“¿Sabéis cuál es el secreto de “Los Secretos”? La respuesta la tengo aquí, delante de mis ojos”, dijo Álvaro Urquijo en un momento de su actuación donostiarra. Y no le faltó razón. Sus seguidores siguen llenando nuestro auditorio gira tras gira. Normal que no tengan grupo tributo. Los Secretos han sabido enganchar a sus fans, avivando la brasa que dan sus propias melodías y ofreciendo lo que sus acérrimos más desean. Y todos encantados, oiga.

Así como hay “slow food” y “slow travel” podríamos hablar de “slow pop” en su caso. Porque el grupo madrileño defiende los viajes tranquilos al trantrán – sobre todo en la primera mitad de su set- , apoyando la melancolía de mirar por la ventana sobre un fondo sonoro pulcro y reluciente. Bien ayudado por unos coros que destacaron en las calmas (‘No digas que no’) y se quedaron en colchón detallista cuando subía el volumen.

Hubo muchos títulos apuntados en el folio, más de 25. Estaban las famosas, las clásicas y las que bailaron ustedes en aquella discoteca. Escuchamos cortes del pop español clásico que han abanderado (‘Y no amanece’) y piezas dignas del folk-rock norteamericano (‘Ponte en la fila’). Adjuntado ejemplos de la new-wave británica (‘No me falles’), las rancheras (‘Échame a mi la culpa’), el country (‘No me imagino’) el soft-rock (‘Buscando’) y las baladas (‘Hoy no’). Con algún recuerdo ocasional al fallecido Enrique Urquijo (‘Hoy la vi’) y todos esos pelotazos que no han leído aún y que la falta de espacio impide detallar: ’Ojos de gata’, ’Pero a tu lado’, ‘Agárrate a mí María’…

Del minutaje previsto (dos horas y media) tuvimos que comernos varios minutos para poder entregar este texto que están leyendo ahora. Pero no creo que el reprís final hiciera bajar la nota de un concierto que, como suele suceder en las citas del sexteto castellano, supo mantenerse en la inagotable y aplaudida nostalgia de sonidos impolutos.

Texto publicado en El Diario Vasco

José González: menos es más

Intérpretes: José González (voz, guitarra). Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 05/02/2022. Asistencia: lleno, unas 550 personas.

Qué poco hace falta cuando eres bueno y sabes transmitir emoción más allá del virtuosismo. Te basta y te sobra con una pequeña plataforma, una guitarra española y tu voz. José González encandiló a los presentes en su cita de Donostia con su desarmante sencillez llena de calidad. Adscrito a ese folk indie que no llena estadios pero que apacigua corazones, su estilo repleto de pulsaciones de cuerdas fue una cuna en la que mecerse.

Es alucinante lo que este autor consigue con sus dedos de guitarrista clásico. Así es como más impacta, emociona y derrumba, acompañado de su voz suave y acolchada. Escuchar ‘Line Of fire’ o ‘Cycling Trivialities’ apacigua y reconforta. Guiñando a los ritmos africanos (‘Killing For Love’), traqueteando de forma reposada (‘Leaf Off / The Cave’), girando hacia Nick Drake (‘Visions’) y recuperando el castellano de sus padres argentinos (‘El invento’). Familiares con los que se bañó hace muchos años en las playas de “esta ciudad tan linda” cuando en un viaje familiar pararon en San Sebastián.

González también empleó elementos creados este siglo. Exceptuando una ensaladilla sonora con más guisantes que langostinos (‘tjomme’) las voces de fondo, las bases digitales (‘Lasso In’) y las eventuales repeticiones fueron un complemento suave y mínimo que sumó al conjunto. En una lista de canciones ordenada de forma inteligente que también tuvo espacio, cómo no, para las versiones que tantos parabienes le han traído: ‘Teardrop’ de Massive Attack, ‘Heartbeats’ de The Knife. En total fueron 90 minutos en los que el sueco gustó en conjunto y maravilló cuando menos modernidades empleó.

Jon Maia: Elegante repaso

Intérpretes: Jon Maia (voz), Gorka Hermosa (acordeón), Pello Ramirez (violonchelo), Nacho Soto (teclados), Nerea Quincoces (percusión). Día: 02/02/2022. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Asistencia: lleno, unas 550 personas.

Empezaremos fuerte: Sin Jon Maia no podríamos entender la música en euskera de los últimos años. Es, con permiso de Harkaitz Cano y pocos más, nuestro Hal David, el Manuel Alejandro guipuzcoano. Sus estrofas pueblan abundantes éxitos de la cultura euskaldun, como bien se pudo escuchar ayer en el primero de los dos pases que va a dar en Donostia -el segundo se celebra hoy-, con la gente cantándolo todo.

El autor ha recopilado algunos de sus pelotazos en “Kantu Bat Gara”, libro-CD que recoge líricas realizadas para bandas como Negu Gorriak, Mikel Urdangarin, Ken Zazpi, Gozategi y Anari. Dando a la obra, y al concierto, un envoltorio bello e ideal que defiende el “Estado-Canción” sobre cualquier otra delimitación territorial. Sosteniendo que las canciones en euskera nos preceden y nos sobrevivirán.

Bajo ese punto de vista Maia decide diluir un ego que bien podía hincharse hasta flotar para elaborar un espectáculo abierto, integrador, participativo y casi teatral. Luego al cantante le pilla el toro, porque de las tropecientas canciones previstas debe dejar varias fuera por esas elegantes introducciones que sirven para guionizar la historia. Invitando a las tablas al pasado (Xabier Amuriza), presente (Itziar Ituño) y futuro (su hija Eire Maia, un descubrimiento cantor) en este paseo divertido, romántico y más narrativo que pedagógico. Bien trufado de ironía, que para algo los bertsolaris son los ceramistas de la palabra.

El fondo sonoro (de aires latinos, melancólicos y parisinos) viajó siempre por detrás de una voz que narra mejor que entona – lo de los bailes lo dejamos para otro día-. Una cita que tuvo muchos actos preciosos, otros emocionantes (el texto dedicado a su abuela rompería el corazón del humano más gélido) y la mayoría de ellos plenos de seducción y nostalgia.