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Mes: marzo 2019

Kalaportu: y Beñat Achiary lo bordó

Intérpretes: El grupo Audience, Mikel Urdangarin, Ines Osinaga, Miren Narbaiza, Rafa Rueda, Dana Moya, Joseba Irazoki, Beñat Achiary, Miren Gaztañaga y Ander Lipus. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 24 de marzo. Asistencia: unas 500 personas.

Al abrigo de la Korrika Kulturala y el potente festival bilbaíno Loraldia llegaba a Donostia “Kalaportu, Joseba Sarrionandiaren lurralde poetikoa kantuz”, un espectáculo-homenaje que discurre por el territorio creativo del escritor Joseba Sarrionandia. Un caladero sin restricciones: los autores vascos han echado mano en 146 ocasiones de los poemas del autor de Iurreta para redondear sus tonadas.

El formato de esta gira por las capitales vascas tuvo las hechuras de “estrellas invitadas”. Con la banda vizcaína Audience como elemento perenne sobre el escenario y buena parte de lo más granado del pop vasco rulando por el micro y las guitarras, los distintos autores fueron pasando por el sencillo y vistoso montaje: un escenario repleto de maletas y globos terráqueos que colocó a la formación de Gernika sobre una elevada tarima, comandando la función. Su labor fue resuelta, heterogénea y acertada.

Apareciendo y dejando paso después, los actores Miren Gaztañaga y Ander Lipus jugaron con las palabras en distintos momentos del show. Suyo fue el arranque recitando textos sobre recuerdos y trances vitales, quedando el pistoletazo musiquero para un “Errua” en el que Ines Osinaga llevó el tema hacia terrenos de La Oreja De Van Gogh.

Osinaga y Dana Moya acercaron al mundo latino el corte “Katuaren katua”, giro que se tornó cubano en “Denon Mundua”. Tremenda la voz de Moya en este pasaje, llenando el teatro y medio barrio con su fuerza. Rafa Rueda y la banda lo bordaron en la popera y algo épica “Hokusairen olatu”. Una composición que tuvo a bien acabar el minutaje en un precioso juego sonoro de guitarras.

Tras la fronteriza “Lili bat” a cargo de Audience volvieron los actores para una escena sobre libertades y pasiones. Un entrante perfecto para el que fue uno de los mejores momentos de la noche, el de Beñat Achiary y Joseba Irazoki. Dos artistas que no sabes si son extraterrestres (por su calidad y libertad) o es que en realidad están intentando comunicarse con otras civilizaciones a través de sus creaciones. Achiary se puso el buzo de cantor heavy en “Nao es tu faculdade de sentir”, llegando a tonos elevados como los que imaginamos capaces de romper cristales de bohemia.

Miren Narbaiza, que destacaría en el cierre, debutó en la calmada “Ez diren gauzak” para dar paso a Mikel Urdangarin y un brioso “Oroimeneko portua”. Gaztañaga y Lipus finalizaron su aportación entre juegos lingüísticos sobre pasaportes, maletas, viajes y migrantes. Y tras correr un tupido velo sobre la interpretación de “Martin Larralde” la fiesta finalizó rockera con un stoniano “Ene Begiek” y esa “Guantanamera” -reescrita para la ocasión por el propio Sarrionaindia- que los cantantes fueron entonando a razón de estrofa por barba/moño.

Ketama: bendita locura

Intérpretes: Ketama. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 16 marzo 2019. Asistencia: Lleno, unas 1000 personas.

Catorce años después de su separación Ketama ha vuelto a los escenarios en una gira que anoche pisaba suelo donostiarra con todo el taquillaje disponible vendido. Antonio Carmona asomó en al escenario por uno de los laterales del auditorio mientras sus compadres Juan José Carmona Amaya, José Miguel Carmona y una tremenda banda que incluía un saxofonista, un trompetista, coristas, un pianista y distintos percursionistas le esperaban sobre las tablas. Porque esta gira llamada “No estamos locos” también es “No somos low cost”, y puestos a recuperar las canciones mejor que sea con todo lujo de detalles.

Con una escenografía sencilla pero efectiva la parranda arrancó con la ligeramente brasileña “Karta canción” y una bien trompeteada “Ne Bi Fe”. La corta sección de viento sonó fantástica durante toda la noche. La callejera “Borrachera” y la vital “Cara Bonita”, con un Antonio Carmona lleno de dinamismo y alegría, siguieron con la fiesta. “Flor de Lis” y su cadencioso vaivén nos llevó a la primera de las sorpresas de la noche. Yoni Camacho, cantante de los vascos Sonakay, subió al escenario a cantar en un perfecto euskera el “Se dejaba llevar” de Antonio Vega. Olé y olé.

No fue el único guiño cariñoso a nuestra tierra. La gastro-dedicatoria habitual fue una de las más originales escuchadas por estos lares, e incluyó la frase “Andoni Aduriz y Juan Mari Arzak son los Paco de Lucía y Camarón de aquí”. Reseñable fue también la ofrenda al bajista vitoriano José Agustín Gereñu, presente en la sala.

Todo estaba dispuesto para la felicidad, la alegría y la diversión de ese flamenco que viaja a Cuba con la chaqueta de Miami Sound Machine (“Loko de amor”) y baila como si estuviera en una boda a las dos de la mañana. Hasta los medios tiempos como “Mencanta” fueron chutes de energía. Hubo palmas y voces por doquier, solos aquí y allá. Y espacio para obras de los autores en solitario (“Dame luz” de Antonio, la setentera “Tangroove” de José Miguel), cubanismos de tomo y lomo (“Vente pa Madrid”) y elegantes pasajes instrumentales de toques arabescos (“La Cuesta La Cava”)

En total fueron noventa minutos que se pasaron en un vuelo y acabaron con “No estamos locos” y un “La lalala (que vuelve Ketama)” en el que salieron a bailotear hasta los miembros de Sonakay. Es probable que a Ketama la vida moderna les haya pasado por la derecha y por la izquierda, con bandas que han actualizado sus aciertos. Pero su show sigue siendo fantástico para el disfrute.