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Etiqueta: Ken Zazpi

Durangoko Azoka: Los pasillos de la cultura musical

La cita anual sigue contando con un espacio dedicado a la música vasca cada vez más importante. Discos y conciertos de bandas asentadas y primerizas conforman la oferta principal.

950 novedades, 689 libros, 179 álbumes… La gran Feria de Durango siempre asusta en sus cómputos generales. Y si bajamos al detalle, si nos metemos en harina sonora, se confirman decenas de puestos de venta de chucherías culturales (260 este año), infinidad de conciertos, un chaparrón de primicias discográficas y muchísimos espacios en los que descubrir los estrenos de las bandas noveles… Nos hemos adentrado en la selva de acordeones, autotunes, vinilos, albokas y guitarras para elaborar esta guía que busca reunir algunas de las paradas más interesantes de la cita cultural vasca.

Comenzamos con trompetas y violines. A lomos filarmónicos llega la primera gran referencia del sello Elkar. Ken Zazpi y la Orquesta Sinfónica de Bilbao unen fuerzas para editar en doble vinilo aquella colaboración realizada hace una década. A la lista original de canciones se añaden ahora cuatro piezas de estreno (‘Noizbait’, ‘Oinutsik’, ‘Ilargia’, ‘Zapalduen Olerkia’) que funcionarán como gancho completista.

La Feria servirá para confirmar que no todos los refranes son certeros. Porque en ocasiones segundas partes sí son buenas. El archiconocido y muy paseado disco-libro “Kantu Bat Gara” de Jon Maia Soria ya tiene continuación y se llama ‘Kantu berri bat gara’. Entre sus variadas contribuciones destacan la posibilidad de escuchar a Silvio Rodríguez entonar en euskera (‘Nostalgia’) y la remodelación del tema de Negu Gorriak ‘Ez dezagun sal’ con el compadreo del bajista Mikel “Anestesia” Kazalis.

Jon Maia: Elegante repaso

Intérpretes: Jon Maia (voz), Gorka Hermosa (acordeón), Pello Ramirez (violonchelo), Nacho Soto (teclados), Nerea Quincoces (percusión). Día: 02/02/2022. Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Asistencia: lleno, unas 550 personas.

Empezaremos fuerte: Sin Jon Maia no podríamos entender la música en euskera de los últimos años. Es, con permiso de Harkaitz Cano y pocos más, nuestro Hal David, el Manuel Alejandro guipuzcoano. Sus estrofas pueblan abundantes éxitos de la cultura euskaldun, como bien se pudo escuchar ayer en el primero de los dos pases que va a dar en Donostia -el segundo se celebra hoy-, con la gente cantándolo todo.

El autor ha recopilado algunos de sus pelotazos en “Kantu Bat Gara”, libro-CD que recoge líricas realizadas para bandas como Negu Gorriak, Mikel Urdangarin, Ken Zazpi, Gozategi y Anari. Dando a la obra, y al concierto, un envoltorio bello e ideal que defiende el “Estado-Canción” sobre cualquier otra delimitación territorial. Sosteniendo que las canciones en euskera nos preceden y nos sobrevivirán.

Bajo ese punto de vista Maia decide diluir un ego que bien podía hincharse hasta flotar para elaborar un espectáculo abierto, integrador, participativo y casi teatral. Luego al cantante le pilla el toro, porque de las tropecientas canciones previstas debe dejar varias fuera por esas elegantes introducciones que sirven para guionizar la historia. Invitando a las tablas al pasado (Xabier Amuriza), presente (Itziar Ituño) y futuro (su hija Eire Maia, un descubrimiento cantor) en este paseo divertido, romántico y más narrativo que pedagógico. Bien trufado de ironía, que para algo los bertsolaris son los ceramistas de la palabra.

El fondo sonoro (de aires latinos, melancólicos y parisinos) viajó siempre por detrás de una voz que narra mejor que entona – lo de los bailes lo dejamos para otro día-. Una cita que tuvo muchos actos preciosos, otros emocionantes (el texto dedicado a su abuela rompería el corazón del humano más gélido) y la mayoría de ellos plenos de seducción y nostalgia.

Nueva épica

Intérpretes: Eñaut Elorrieta (voz), Beñat Serna (guitarra eléctrica), Ruber Caballero (guitarra eléctrica) Igor Artzanegi (bajo), Jon Fresko (batería), Iñaki Zabaleta (piano). Lugar: Teatro Victora Eugenia (Donostia). Día: 14 de enero del 2016. Asistencia: Lleno, unas 900 personas

Después de llenar dos días el bilbaíno Teatro Arriaga los vizcaínos Ken Zazpi llegaban con una apuesta aún más alta: dejar sin billetes tres pases en nuestro Victoria Eugenia. Prueba conseguida. Nosotros asistimos a la primera pasada, la del jueves. Y trataremos de informarles de lo sucedido sin soltar muchos “spoilers”.

No revelamos ninguna confidencia si afirmamos que entre los presentes había gente de todas las edades: Unas niñas que parecían estrenarse en esto de los teatros poperos, unas chiquillas que se sacaban fotos aprovechando los lujosos pasillos, parejas canosas,… La mejor de todas, la señora que asistió con gafas de sol para evitar los ocasionales fogonazos de luz desde el escenario. Fue la envidia de varios presentes.

Los de Gernika venían a presentar su último CD “Phoenicoperus” (traducible como “Ave Fénix”). Unas canciones que protagonizaron la primera parte del set. Tonos que les alejaban un poco de sus formas más conocidas y que les emparentaban con otros totems populares como Izal (“Big Bang”). Salvando las distancias líricas, por supuesto. A estos vascos les arropan las letras de Harkaiz Cano, Maialen Lujambio -precioso el tema “Eta azkenak hasera”- o Amets Arzallus entre otros.

Como también supondrán, sonaron muchas de las tonadas más conocidas del grupo: “Haizea” e “Ilargia” (a dos guitarras) lo hicieron en un momento inesperado. Y, por supuesto, hubo épica para dar y tomar. El estilo que más fama ha dado a Ken Zazpi sigue muy presente en la lista. La selección de temas pareció contentar a todos. Así lo demostró el abundante coro popular presente.

La banda dedicó canciones a los asistentes a la manifestación del pasado sábado en Bilbo (“Hemen gaude”), a la gente distinta (“Zuhaitz adarlotuak”) y a los desplazados por las guerras (“Oihu loreak”, una de las mejores composiciones de la noche). Y tras un par de horas de show los músicos se perdieron por el fondo del escenario austero y efectivo. Hoy, la segunda cita.

Ken Zazpi: Euskoldplay

Intérpretes: Eñaut Elorrieta (guitarra y voz), Jon Mikel Arronategi (guitarra), Igor Artzanegi (bajo),Beñat Serna (guitarra), Iñaki Zabaleta (teclados), Jon Fresko (batería). Día: 13 Agosto 2008. Lugar: Explanada de Sagües (Donostia). Asistencia: unas 7000 personas

En la habitual única comparecencia euskaldun en el escenario principal de nuestra Aste Nagusia, el quinteto Ken Zazpi demostró el tirón popular que tienen en Euskadi, sea lo que sea lo que ustedes entiendan por dicha definición territorial.

Ante una plaza y una luna a las que poco les faltó para estar llenas, familias enteras, mil y un parejitas donde la dama ejercía de fuerza motor, quinceañeros más o menos erguidos y camisetas de tiras sobre cuerpos serranos gozaron con la propuesta escénica de los de Gernika, lo más parecido a un grupo masivo que hemos tenido por nuestras tierras en muchos años.

Son los Coldplay vascos. Y no vean un tono peyorativo en dicha frase. Eñaut Elorriaga, el cantante por el que suspiran las jóvenes y que fue recibido entre chillidos de fan beatle, podría pasar por el Chris Martin de Gernika o el Bono (U2) de Urdaibai.

Su conexión con el cromosoma X es total. Uno está convencido de que si el cantor suelta por el micro el nombre de una marca comercial al día siguiente se acaban las existencias en la provincia.

Muy bien arropado en lo musical por el resto de sus compañeros, Elorriaga se lleva los focos de atención (ochenteras y deslumbrantes, las luces parecían demasiado cercanas a la banda) dejándose querer con esa sonrisa de eterno adolescente.

Tras un arranque enérgico que suena británico como los Editors del segundo disco, rabioso como Muse ( y el Rock Radiofónico Vasco, vale) y trascendente a tope, donde la banda vasca verdaderamente arrasa es cuando los tonos se vuelven románticos. JC Perez y sus Itoiz hicieron una buena siembra.

Es en ese punto donde nuestros quarterbacks toman del hombro a sus animadoras y se arrejuntan en la plaza, recordando que bajo esa canción se conocieron en las fiestas de aquel pueblo. Decenas de parejas, no todas jóvenes, repitieron esa imagen en las ocasiones que Ken Zazpi tiró de un repertorio sentimental que no resultó excesivamente diabético.

Tras dos horas de concierto y un par de bises que si hacemos caso a la aclamación popular hubieran sido docena y media, la cara de satisfacción de todos era inmensa. ¿Para cuando Ken Zazpi como concierto de verano en el Estadio de Anoeta, haciendo patria?

Ken Zazpi: Nuevos retos

Tras una gira que acabó el pasado mes de Agosto y preparar con mimo sus nuevas composiciones, el grupo Ken Zazpi se encerró el pasado mes de abril en la espaciosa sala central de los estudios Gárate de Andoain para registrar, en un solo día, las 13 canciones que contiene su tercer disco, “Gelditu denbora”. Un trabajo acústico que muestra las ganas de cambio de un grupo tan asentado como este.

La mitad de los temas son revisiones de sus creaciones más emblemáticas, en formato acústico y con algunos añadidos valiosos: arreglos de cuerda a cargo del Alos Quartet dirigido por Xavier Zeberio, mandolinas ejecutadas por Arkaitz Miner y la percusión de Iñigo Egía. El resto, seis, son nuevas composiciones elaboradas con las nuevas sonoridades cristalinas.

De regalo, los integrantes de Ken Zazpi (Beñat Serra a la guitarra, Iñakli Zabaleta en el teclado, Jon Fresko tocando la batería, Igor Artzanegi con las cuatro cuerdas del bajo y Eñaut Elorrieta poniendo la voz cantante, mas la aportación de JonMikel Arronategi) incluyen el videoclip realizado para la presentación en pantalla de “Zapalduen Olerkia”, el primero de los singles de este nuevo trabajo.

Todo ello viene bien empaquetado en un elegante digipack que no hace sino remarcar las virtudes presenciales y ejecutantes de estos creadores que emplean el euskera como idioma de sus canciones.

No entiendan este “Gelditu Denbora” como una grabación habitual en directo, haciendo sonar las canciones ya publicadas y defendidas eléctricamente sobre el escenario. Ni piensen que es un acústico en toda regla, sólo con voces y guitarras desenchufadas.

Podríamos decir, a modo informativo y sin cargas de profundidad, que el nuevo trabajo del sexteto de Gernika presenta formas de “Unplugged” de MTV, donde las habituales y fieras guitarras eléctricas se han transformado en tiernos rasgados de guitarra acústica, mientras bajo y batería (y algún que otro punteo de eléctrica) mantienen la carga de amperios aunque los tiempos suenen más relajados.

La banda vizcaína ha adaptado sus canciones a estos nuevos modos, rodeándose de un público compuesto por amigos y gente cercana para tallar digitalmente estas canciones que contarán con una edición especial en catalán, con dos tonadas (el single y el tema “Ilargia”, mas el video promocional montado en el idioma de Lluis Llach) registradas en dicho idioma.

¿Qué habéis hecho desde el anterior disco?

En septiembre del 2004 comenzamos con el proyecto del acústico. Lo más fácil y seguro hubiera sido hacer otro disco igual. Pero nosotros estábamos dispuestos a correr el riesgo de cambiar. Queríamos marcarnos un nuevo reto. Y el desafío iba a ser este disco: Buscar nuevos timbres, nuevas sonoridades, jugar con otros instrumentos.

Como acústico no es muy estricto. No son sólo guitarras y baterías con escobillas.

No es un acústico clásico. El grupo lleva 5 años funcionando, y no es un disco que cierre una etapa, como suele pasar con los discos en directo. Para nosotros es otro peldaño que definimos como “acústico” por ponerle un nombre. Queríamos seguir siendo los mismos sin perder la esencia. Mantener la línea de antes, pero reforzando este otro estilo que siempre ha estado ahí. No queríamos perder la energía y la fuerza de los temas, ni desnudarlo demasiado.

¿A quien se le ocurre meter a gente en el estudio?

No buscamos hacer algo grande ni ostentoso. Queríamos algo íntimo, entre amigos, y que la gente viera el proceso. Como si asistiera a un ensayo.

Viendo las fechas, no se puede negar que el disco está calentito.

Sí, lo grabamos el nueve de abril casi del tirón, con unos pequeños retoques. Pero hay un trabajo muy serio detrás. No sólo había que tener los temas preparados y claros. Tal y como habíamos decidido grabar teníamos que interpretar las canciones con confianza.

¿En qué os basasteis para elegir las canciones viejas que ibais a reinterpretar en este disco?

Para nosotros son unos temas que se antojan imprescindibles, que suelen estar en las listas de todos nuestros conciertos. Son los más significativos y los que mejor se han adecuado al toque acústico. Porque nos hemos dejado en el tintero temas viejos y nuevos a los que no hemos sabido sacar todo su jugo con este nuevo enfoque.

Vamos con preguntas originales: ¿ A qué viene el título de “Gelditu denbora”?

Es un regalo que nos hemos hecho, una libertad que nos hemos tomado. Algo así como decir: “Apaga los móviles, para los relojes, vamos a parar el tiempo y vamos a disfrutar con lo que estamos haciendo”.

Zapalduen olerkia, el primer single.

Estaba claro que tenía que ser esa canción. Resume este disco, la nueva etapa y los cinco años de Ken Zazpi. Es uno de los temas más redondos del disco y de nuestra trayectoria como grupo.

Traducís esta canción al catalán. En total hay dos temas y un video en ese idioma.

Siempre ha habido interés, nos suelen pedir que traduzcamos las letras a ese idioma, y ahora lo hemos hecho en el libreto. Decidimos tener para con ellos un detalle, una edición especial. Es por ello por lo que “Zapalduen Olerkia” e “Ilargia” las hemos grabado también en catalán.

Habéis adaptado un poema de Sarrionandia, “Talaieroaren gogoetak”.

Escribiendo letras no nos gustan las colaboraciones. Somos bastante maniáticos, le damos muchas vueltas. Pero en este caso leímos el poema y nos sentimos muy identificados. Es un autor que siempre nos ha gustado mucho.

¿Vivís de esto?

No. Tocamos mucho, y no nos podemos quejar de las ventas de nuestros discos. Pero nos gusta mantener las distancias con este mundo. Eso nos da libertad a la hora de tomar decisiones como ésta. Vamos marcando nuestros propios tiempos, sin dejarnos llevar por el mercado ni por lo que diga la gente.

¿Qué formación lleváis ahora sobre el escenario?

No hay cambios en el grupo, y llevamos las cuerdas pregrabadas. Vamos a estar todo el año defendiendo este disco y este sonido sobre los escenarios.

¿Que tal la agenda de conciertos?

Acabamos de pasar, el pasado domingo, por el Araba Euskaraz, donde hemos soltado la rabia que en la grabación estaba un poco contenida. Nos gustaría, durante los 12 meses que vamos a estar presentando este “Gelditu denbora”, hacer menos actuaciones pero más mimadas. Buscando tocar en teatros y auditorios, sin cerrar las puertas a la hora de actuar en plazas, cuidando unos aspectos de sonido que hasta ahora quizás no habíamos tenido tan en cuenta.