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Mes: octubre 2014

Subterfuge: Cumpleaños indie

25 aniversario Subterfuge. La discográfica sopla las velas en Donostia con conciertos y una exposición que recorre la historia del sello

Empezaron con fotocopias y carteles dignos de un secuestro. Tocaron el cielo con el grupo Dover. Y ahora siguen en la pomada publicando los discos de bandas como McEnroe o Arizona Baby. En medio, un cuarto de siglo de pelea musical, encontrando hueco para producir cortometrajes o lanzar documentales. El sello Subterfuge anda celebrando estos días su cuarto de siglo y lo expresa con múltiples actividades en nuestra urbe.

Hablamos con el madrileño Carlos Galán, la mitad masculina de esta empresa, sobre los conciertos de esta noche en el Dabadaba (con Purr, Meneo y McEnroe), la exposición que se inaugura mañana dentro de la programación del Festival de Terror (“Viaje al centro de Subterfuge”), el libro que editan y la travesía disquera de Subterfuge, uno de los sellos indies de referencia en el estado.

Lo vuestro con el Terror donostiarra es amor de ciencia ficción.

Así es. Es un honor repetir y celebrar de manera conjunta nuestros respectivos 25 años. Con ellos hemos hecho discos recopilatorios, fanzines, exposiciones como la dedicada a Miguel Ángel Martín y fiestas inolvidables con Fangoria o Mastretta.

Siempre atentos a lo que pasa en Donostia.

Nos fascina la ciudad y de ella han salido muchas de las cosas que nos han gustado musicalmente. De Purr a La Buena Vida, de Parafunk a Family, de Joe La Reina a Havoc. Un autor, este último, que acaba de publicar un discazo.

“La expo pretende reivindicar una particular forma de entender la independencia y la libertad”, dice la promo.

Apostamos por lo que nos gusta, sin mas presión que la de nuestros propios sentimientos. Hacemos las cosas a nuestra manera, pero dentro de unos cánones claros de compañía independiente que forma parte de una escena a la que apoyamos.

Un movimiento capitalino que anda de aniversarios discográficos en este 2014.

Madrid era un páramo después de la sobredosis de «La Movida». El flúor se había apagado y había ganas de hacer cosas de manera muy pasional y underground en reductos como Malasaña. Estoy seguro de que ninguno de esos sellos pensábamos estar aquí tanto tiempo después. En el caso de Subterfuge no dejaba de ser un hobby.

Enfoque que revive estos días en el mundo indie, con discográficas muy hogareñas
Me encantan muchas de ellas. Publican en bonitos formatos y pequeñas tiradas, artesanía pura en el diseño, marketing y distribución.

Muy similar a vuestros inicios
Como podremos ver en la casa de cultura de Okendo, la muestra es un recorrido por la vida de Subterfuge. Desde los primeros carteles que diseñaba con tijeras y pegamento en mi habitación de la casa de mis padres para vender el fanzine en los bares, hasta los hitos de la compañía: memorabilia, el disco de oro de Dover, originales, las portadas de Javier Aramburu, los fanzines, la época del cómic. Prácticamente todo lo que hemos hecho desde el año 1989.

¿Cómo montaremos una expo similar dentro de varios años si ahora los carteles y fotos se pegan directamente en las redes sociales?
¡Ya te digo! Va a ser complicado. Por eso pensamos que esta recopilación era un punto y seguido perfecto. De todos modos, lo bonito de «Viaje al centro de Subterfuge» es que el 70% de lo expuesto no esta digitalizado. Era la época pre-internet, imprenta pura y dura. Y mucha, mucha fotocopia.

¿Cuál ha sido el cambio más reseñable en el mundo discográfico?

La música era una de las principal vía de escape y ocio. Ahora la gente tiene un montón de propuestas, pero sobre todo tienen internet y todo lo que eso significa: conseguir lo que quieran cuando quieran sin tener que esperar un lanzamiento o una estrategia de marketing. A nosotros también nos afecta ese cambio. Antes conocíamos nuevas bandas por una maqueta o un concierto. Ahora el primer contacto se realiza navegando por las plataformas digitales.

Quien se pierda este “viaje” lo podrá conseguir en libro.

Sí, el 20 de octubre la editorial Alfabia publica un catálogo de la exposición. 200 páginas en las que a través de la gráfica se explica nuestra historia. Con ilustraciones de Miguel Ángel Martín y más de 50 artistas gráficos. Y textos de la gente del sello, Borja Crespo, Tomás Fernando Flores, Jesús Ordovás, José Luis Rebordinos, Joaquín Reyes o Alaska.

Pasemos a otros nombres, los de la fiesta de hoy. Has convencido a los donostiarras Purr para que vuelvan a tocar.

El donostiarra Mikel Sagües, cantante y alma mater del grupo, trabajó muchos años conmigo y es uno de mis grandes amigos, así que tenia que estar si o si. Bastó una cena con buen vino y una tanda de recuerdos. Además Mikel tenía ganas de reactivarse. Nosotros solo le hemos dado un empujoncito.

A su vera, los getxotarras McEnroe en formato semi acústico

Han grabado disco nuevo que editaremos en enero y se me antoja que va a ser un bombazo. Paralelamente Viento Smith, su formación paralela, continuaran haciendo maravillosas canciones y en breve editaremos un 7″ con dos temas nuevos.

Y como cierre de la fiesta de esta noche, el DJ Meneo

Un erudito del «Electro tropical». Cada sesión es un mundo y él un espectáculo constante. No descarten que se quite la camisa y algo más. ¡Y que incite a la gente a hacerlo, claro!

¿Cómo se presentan los próximos 25 años?
Inciertos. Es imposible saber por dónde van a ir las formas de consumo u ocio. Las cosas envejecen mas rápido que nunca y cuando has conseguido asentarte en una red social ya hay otra que la deja obsoleta. Desde Subterfuge queremos seguir disfrutando de la música, apostando por nuevos soportes como el streaming, investigando sobre los nuevos caminos para darle viabilidad a todo esto. Tenemos una marca reconocida que trasmite muchos valores y deberíamos optimizarla desarrollando otras vías.

20.000 leguas de viaje independiente

Empezaron con fotocopias y carteles dignos de un secuestro. Tocaron el cielo con el grupo Dover. Y ahora siguen en la pomada publicando los discos de bandas como McEnroe o Arizona Baby. En medio, un cuarto de siglo de pelea musical, encontrando hueco para producir cortometrajes o lanzar documentales. El sello Subterfuge anda celebrando estos días su cuarto de siglo y lo expresa con múltiples actividades en nuestra urbe.

Hablamos con el madrileño Carlos Galán, la mitad masculina de esta empresa, sobre los conciertos de esta noche en el Dabadaba (con Purr, Meneo y McEnroe), la exposición que se inaugura mañana dentro de la programación del Festival de Terror (“Viaje al centro de Subterfuge”), el libro que editan y la travesía disquera de Subterfuge, uno de los sellos indies de referencia en el estado.

Lo vuestro con el Terror donostiarra es amor de ciencia ficción.

Así es. Es un honor repetir y celebrar de manera conjunta nuestros respectivos 25 años. Con ellos hemos hecho discos recopilatorios, fanzines, exposiciones como la dedicada a Miguel Ángel Martín y fiestas inolvidables con Fangoria o Mastretta.

Siempre atentos a lo que pasa en Donostia.

Nos fascina la ciudad y de ella han salido muchas de las cosas que nos han gustado musicalmente. De Purr a La Buena Vida, de Parafunk a Family, de Joe La Reina a Havoc. Un autor, este último, que acaba de publicar un discazo.

“La expo pretende reivindicar una particular forma de entender la independencia y la libertad”, dice la promo.

Apostamos por lo que nos gusta, sin mas presión que la de nuestros propios sentimientos. Hacemos las cosas a nuestra manera, pero dentro de unos cánones claros de compañía independiente que forma parte de una escena a la que apoyamos.

Kevin Morby: “Still Life”


Folk
4 estrellas

Maravilloso esqueje de un grupo relevante (Woods) que presenta un segundo disco maravilloso. Morby se sumerge en el folk USA para entregar canciones de amor tan sencillas como espléndidas (“All of my life”), muestras a la herencia Dylan bien digerida (“Motors Runnin”), himnos pop (“The Ballad of Arlo Jones”). Nada nuevo, pero todo fantástico, como bien pudimos comprobar en su reciente visita a Donostia con este disco aún sin publicar

Pop turbante

Es fácil despistarse con los catalanes Hidrogenesse. Quedarse en la broma. Pensar que estamos asistiendo a un vodevil chusco de los años 80. Una especie de boite trasnochada que une guantes largos y pelos en los brazos, que se apoya en músicas de cabra y corneta. Y plantarse en las pintas de los artistas sin querer mirar más allá. El teclista con un vestido ajustado tan perfecto que sería la envidia de la mitad del universo femenino. El cantante con esas apariencias que le colocan entre Oliver North y Jerzei Balowski (el casero de aquella loca serie televisiva llamada “The Young Ones / Gazteak”).

Sonreír y despreocuparse es algo realmente sencillo con temas como “Disfraz de Tigre” o esa versión popularizada por Acuario titulada “Eso es el amor”. Sin olvidar ese hit enorme titulado “No hay nada más triste que lo tuyo” que gana en profundidad a nada que atiendas a la lírica. Porque Hidrogenesse es una de las bandas más lúcidas del mundo castellano. Entre cantos y piruetas dejan caer letras cargadas de acidez e ironía. No hay más que escuchar “El Artista”, esa canción que habla de callarse a cambio de dinero. O recordar a Alan Turing y su tortuosa vida. Con un futuro, el de la banda, lleno de esperanza. Ahí están nuevas melodías como “A los viejos” y sus frases geniales: “los viejos son el futuro” o “los viejos son la juventud”. Algo tendrá su música cuando la bendicen, y te eligen para producir el último disco de Single, amigos y compañeros de cita en Donostia.

La pareja más sofisticada del pop volvía a su ciudad natal con nuevo disco bajo el brazo, “Rea”. Aunque lo más sorprendente del tenderete de discos fue encontrar sus primeros tres singles en un lote de cinco euros. Solo por las portadas de Javier Aramburu ya merecía su compra.

Ibon Errazkin y Teresa Iturrioz, curtidos en grupos rupturistas – a su manera- como Le Mans o Aventuras de Kirlian, han decidido en esta nueva aventura “soltera” divertirse a la hora de hacer canciones. Algo maravilloso cuando unes tu espléndido componer con entonaciones que no quieren abanderar más movimiento que el tuyo propio. Hoy le pegas al ritmo jamaicano, mañana se contoneas con la música disco, el fin de semana homenajeas a Camilo Sesto y el mes que viene te elevas con el folk andino. Son como Les Rita Mitsuoko pero en versión castiza y global.

Ibon y Teresa llegaron vestidos de hindús futuristas y acompañados por un teclista, desplegando todo su arte a la hora de jugar, también en este caso, con vocales y consonantes. Es escuchar “Posponías” y ver cómo se te eriza el pelo. O disfrutar de ese vello en composiciones como “Me enamoré”. Rapean en las estrofas, lo bordan en los comentarios entre canciones. Aciertan con temas como “Tu perrito librepensador” o la oriental “Mr Shoji”. Sintonía, por cierto, de “Cachitos de Hierro y Cromo”, el único programa musical de la tele actual.

Aunque esa pena sonora no fue la única que tuvimos el pasado jueves. Fue una lástima que en algunas zonas del recinto hubiera dificultades para entender las soberbias letras de dos de las formaciones más sencillas de sonorizar (apenas dos instrumentos por conjunto, y varios de ellos digitales). Algo especialmente remarcable cuando manejas unas líricas de este calibre y una voz tan recia como la de Teresa. Esos altibajos sonoros contribuyeron a que la parte “acústica” del concierto de Single, la guitarra de él y la voz de ella solas sobre las tablas, fuera de las más aplaudidas. Un formato cercano y desnudo, de piano bar, que esperamos articule alguna gira futura. Se bastan y se sobran así.

El indie ha muerto

Estos días el underground cultural, ese espacio habitable situado entre los likes del Facebook y las menciones de Twitter, anda algo revuelto. La razón: la publicación de un libro de Victor Lenore titulado “Indies, hipsters y gafapastas”, una especie de retrato de nuestra modernidad más consumista. Filias y fobias vuelan a golpe de click hablando de un autor que ha demostrado mucho tino con la capacidad de enganche de los titulares. Suyo es otro texto que tenía como encabezado el impactante “Españoles: El indie ha muerto” que hemos homenajeado en este artículo.

No soy capaz de aventurar si la dichosa etiqueta, el indie de marras, aún tiene algo de poso creativo o si realmente se ha quedado en eso, en el pespunte de una camiseta. Pero si lo que hay en el Más Allá (del indie, se entiende) es el grupo León Benavente, denme una pala que ya me encargo yo de echar la tierra que le falta al finado.

Capaces de gustar a estrictos y laxos, no es de extrañar que este cuarteto haya ofrecido más de 120 conciertos en un año. Una aventura que comenzó “entre León y Benavente, que es como decir en medio de ninguna parte”. En dicho punto colocaba Nacho Vegas, redactor de la nota de prensa de este grupo, el nacimiento de la banda. Tendrá más difícil situar en el mapa el local de ensayos de estos mozos. Con tanta actuación no hace falta mucho repaso.

Ese trabajo se nota en el escenario. Más allá de ser músicos curtidos en mil aventuras, su lista de canciones es una fiesta de sonidos impactantes y bien oscuros. Sin espacio para las baladas ni el ensoñamiento. Desencantados en las líricas y férreos en la ejecución – toda la casa se sostiene en el marcial trabajo de Cesar Verdú a la batería. Qué maravilla de simplicidad y pegada- . Con melodías que redescubres en vivo. Ahí tenemos “La Palabra”, una letra ácida que en Intxaurrondo ganó en cabreo emocional. Frase que podemos extender a la fantástica “Ser Brigada”. Un tema que no echó en falta la voz original de Cristina Martínez, componente del grupo El Columpio Asesino. Lástima que la otra colaboración del CD, la de la donostiarra Irantzu Valencia (La Buena Vida) no pudiera disfrutarse en la cita. Hubiera sido un broche perfecto para una de las actuaciones que recordaremos al hacer balance del año.

Allo Darlin’: We Come From The Same Place

Pop
2 estrellas

Algo tiene el amor cuando lo maldicen (a la hora de componer). Es que no falla: si estás enamorado te salen unas canciones muy flojas. Y aunque en este CD el resultado no sea tan pobre como en otros casos similares, las nuevas canciones de Elizabeth Morris han cambiado la viveza inicial de sus melodías por rápidos pestañeos de amor. Solo la celestial “ángela” mantiene algo el tipo. El resto es digno de la BSO de “cuelga tú, no cuelga tú”

The New Mendicants: Into the lime


Pop
2 estrellas

Encantador el entretenimiento (no puede tomarse de otra manera) que ha juntado a estos dos astros del indie. Su primer disco refleja lo visto en sus conciertos: la batuta la lleva Joe Permice y el TFC Norman Blake se queda en segundo plano, aportando alguna armonía angelical y ritmos marca de la casa. Quizás esperábamos más de la mezcla. Porque cualquier concierto más allá de un pub o una librería será por tirar del nombre de sus autores

León Benavente: El desencanto ya tiene quien le escriba  

Este año no ha habido festival de música, fiesta relevante, tablado esponsorizado o parranda radiante que no haya contado con la presencia de este cuarteto. Bueno, mentimos. Nuestra capital se había quedado inexplicablemente fuera de ese paseo triunfal que comenzó en primavera del año pasado. “Es de las pocas ciudades que aún no pisamos como León Benavente, cierto. Todos hemos estado tocando alguna que otra vez en Donostia con otras formaciones. Quizá es César Verdú -batería de León Benavente. – el que más ligado está a la ciudad, ya que durante años fue el encargado de la mesa de sonido en las actuaciones de La Buena Vida”.

Quien así habla es Abraham Boba. El teclista, cantante (cuenta con dos interesantes discos en solitario) y principal compositor de esta banda creada alrededor de Nacho Vegas. Abraham y Luis Rodríguez -bajista- son miembros de la banda del asturiano. El mencionado Verdú y el bajista Eduardo Baos (también en Tachenko) forman parte de su equipo técnico durante las giras. “Está claro que no empezábamos de cero. Y supongo que unos cuantos años dedicándose a esto tienen su recompensa. Aún así el proyecto ha funcionado por sí mismo. Mucha gente ni siquiera sabe de dónde venimos”, aclara Boba. Y con razón, porque aunque Vegas tenga cierto poso en el enfoque lírico los músicos no comparten directrices sonoras.

En León Benavente predominan los ritmos sencillos y contundentes. “Damos la misma importancia a la música que a los textos, pero el hecho de desnudar las composiciones tiene más que ver con la forma de interpretarlas en directo. Queríamos un disco sin adornos, melodías que pudiesen ganar en directo y no al revés”. Las líricas brotan con justicia a la superficie. Unas letras que para unos son políticas y para otros simplemente reflejan el desencanto actual, sin caer en lo plañidero. “Hay que tener cuidado con el posicionamiento político. Nos gusta reflejar lo que estamos viendo, ofreciendo un conjunto bonito. Si encima sirve para protestar y mostrar lo que está pasando, mejor que mejor. Pero nunca escribiría sobre un hecho reciente. Es bueno distanciarse de las cosas para escribir sobre ellas, si no corres el riesgo de hacer una canción que no perdure en el tiempo”.

Su disco de debut, homónimo CD de diez cortes publicado por Marxophone, tiene en el tema “Ánimo, Valiente” su bandera más ondeada. Pero esconde muchas más joyas, como el piñón fijo del impacto lírico de “La Palabra”, la nerviosa “El Rey Ricardo” o la emocionante y casi hablada “Ser Brigada” que cierra el disco, tan cercana a Pulp como a El Columpio Asesino (no es casualidad que Cristina Martínez, cantante de la banda navarra, meta su voz en este pasaje).

No es la invitación más sorprendente. Irantzu Valencia, la que fuera voz principal de los donostiarras La Buena Vida, canta en una “La Gran Desilusión” que parece haber sido escrita para ella. “Sabíamos que llevaba tiempo retirada de la música, pero la colaboración que le propusimos nos parecía muy cercana y acertada. En realidad no accedió hasta escuchar la canción y ver que le gustaba. Para nosotros ha sido un honor”.

Como honorable es que alguien como Sr. Chinarro coja un tema tuyo, “Todos contra todos”, y la haga suya. Porque ese es uno de los mayores logros de esta banda: Gustar a estrictos y a laxos, grandes y chicos, indies y gentes de gustos más populares, farreros y amantes del pop hogareño. “Solo podemos darle las gracias a Antonio Luque. Chinarro es uno de los mejores escritores de canciones que han salido de este país y nos alegró mucho que nos eligiese para estas lides. Esperamos poder hacer lo mismo con alguna suya en el futuro”. Un porvenir, el de León Benavente, que pasa por encerrarse en el estudio tras abrir por última vez la maleta de viaje a finales de este año. Ánimo, valientes.