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Año: 2004

Iron and Wine / Neal Casal: Huellas sin fin.

Primera de las citas de esta semana que llega a su fin a cargo de la iniciativa foral Gaztemaniak!. La sala Gazteszena del donostiarra barrio de Egia abrirá sus puertas la tarde noche del jueves para presentar juntos pero no revueltos a dos de las propuestas más atractivas del penúltimo rock americano íntimo y ensoñador: Neal Casal y Iron & Wine.

En la cuenta del primero colocaremos 7 discos de estudio. El último de ellos, “Return In Kind”, es una revisita (en formato versión reconocida) a las canciones que desde pequeño le han puesto las pilas: The Faces, Gene Clark, Royal Trux o Johnny Thunders.

Más reciente aún es el recopilatorio “Leaving Traces”, recién editado extracto de 10 años de creaciones propias. Una perfecta manera para entrar en los melosos campos country poperos de este prolífico compositor.

Sam Beam, el compositor que se esconde tras la denominación musiquera de Iron And Wine, vive en Miami, Florida. Quién nos lo iba a decir. En la mismísima ciudad desde la que el imperio latino de los Estefan ha lanzado sus misiles llenapistas (la propia Gloria o nuestro David Bisbal, por ejemplo), Mr Beam ha facturado el excelso “Our Endless Mumbered Days”, segundo disco de su particular colección de emociones musicadas a golpe de melodías detallistas e instrumentación casi nula. Un trabajo diametralmente opuesto a los sonidos habituales de la península situada al sudeste de Norteamérica.

Porque “Our Endless…” y su plácida portada de trazos pastel ahonda en la brecha abierta por su predecesor y debut en estas grandes ligas “The Creek Drank the Cradle”: Dos guitarras sin electrificar e infinidad de juegos vocales ejecutados preferentemente por Sam Beam, autor que prefiere seguir los caminos de Simon y Garfunkel (la canción “Each Coming Night” es buena prueba de ello) antes que las diabluras vocales de los sempiternos playeros Beach Boys.

Por algo la frase de fábrica de nuestro costero creador es “mi casa es aquel sitio donde esté el cuatro pistas (aparato casero para grabar canciones)”. En la cercanía y susurrante placidez de la creatividad registrada en una habitación, Iron and Wine se ubicaría dentro de en ese triangulo imposible formado por las luminarias Neil Young, Will Oldham y Nick Drake. Con los aspectos campestres del primero, ese toque emocionalmente incontrolable del segundo y la varita mágica irrepetible que el tercero imprimía a todo lo que tocaba (“Naked As We Came” vale como explícito ejemplo).

Algo lejos queda ya “Dead Man’s Will”, la primera de sus canciones que vio la luz en la pequeña tirada del Fanzine Yeti. O las más de 40 composiciones que mandó a Sub Pop intentando convencerles de la calidad innata de su propuesta. De aquella recopilación de rasgados salió su primer CD. Pero no busquen las tomas sobrantes. No eran más que una superficial selección de los 15 creativos años que Sam Beam lleva acariciando las cuerdas. Las de la guitarra y las de su laringe.

Aveo: «Battery»

Día nublado en el club de golf. Amenaza suspensión de esta ronda inicial. Un día gris, de hojarasca húmeda. En estos días melancólicos, hay jugadores que despuntan sobre el resto, y otros no llegan a ver la calle, todo el rato entre el rough y los árboles. La sorpresa está saltando con un jugador de la previa, Aveo, que suma los hoyos por birdies.

Tiene swing y se encuentra muy cerca de la cabeza, Martin Rossiter (del equipo Gene, bajo las ordenes del Guru Morrissey), enlazando acierto tras acierto en los 9 de ida. De golpe simple, con un sonido suave y de guitarras distorsionadas pero esqueléticas, apoyados por el jaleo coral del grupo. No se olvida de hacer unas aproximaciones al green directas, concisas, rápidas y enganchonas.

Salta la sorpresa, empatando con los jugadores que han hecho de la herencia Smiths una influencia no solo innegable, sino imposible de despojar. Los reporteros comienzan a preguntar “¿Quién es?” ”¿De donde ha salido este?”…

Un arranque espectacular…que lógicamente va perdiendo fuerza. Su segunda vuelta es algo más dispersa, intentando cambiar su juego. Los periodistas se empiezan a centrar en los valores seguros, no perdonándole precisamente eso, el hecho de no contar aún con un estilo consistente y efectivo. Como si eso fuera sencillo.

Con esa primera serie de golpes para la esperanza, le llevamos sin problema el carrito entre el aguacero. Triunfar no siempre significa llenar, a veces con llegar (si, ahí, donde palpita) es suficiente si hay tiempo para la mejora.

Experience, Inoren Ero Ni: Rabia rock

Llegan a Donostia los hijos más peleones de la escena rock independiente francesa actual. Experience desplegarán el próximo jueves 21 sobre el escenario de Gasteszena esa huida hacia delante que supone “Hémisphère Gauche”, su segundo trabajo.

Abriendo fuego, unos acertados compañeros de viaje, los insignes Inoren Ero Ni. De las cenizas de aquellos BAP surge un fuego avivado con la adhesión de Borja (Hotel) y muchas ganas de seguir diciendo cosas novedosas.

Tampoco pararon quietas mucho tiempo las cenizas de Diabologum, aquel grupo noise rock francés de la pasada década que se acercó a nuestras tierras en colaboraciones con Manta Ray, por ejemplo.

Tras un par de discos y aquel soberbio canto de cisne denominado “#3”, de su disolución surgieron los sorprendentes Programme (recién finiquitados), mientras el otro esqueje brotó en torno a este experimentado nombre. Desde la separación de Spacemen 3 en Spiritualized y Spectrum, pocos divorcios habían sido tan gozosos en el panorama musical europeo.

Parece que la desaparición de su sello, Lithium, ha cargado de rabia las canciones a Michel Cloup, Widy Marché, Francisco Esteves y Patrice Cartier. Ya no queda espacio para respirar en el hemisferio izquierdo al que hace referencia el título de su nuevo trabajo.

Desde dicha zona cerebral, destinada al razonamiento, Experience vuelve a despachar saña sonora y política. Lo que antes eran nubarrones ahora es una tormenta sonora de magnas proporciones, opresiva e intensa. Lo que en su primer trabajo pecaba de cierta indefinición, ahora arrecia cargado de neutrones melódicos.

La expresividad florece en forma de aullidos en “Traquer La Fievre Massacrer L`ennui” y acompañada de melodías de corte industrial en temas como “Drivin´”. Parece llegar el relajo cuando suena “Bienvenue”, con ese cantar llevadero, pero no es más que un espejismo con la llegada del agrio estribillo cargado de fiereza. “Le diable sur la porte” asimila esa importante corriente francesa de Hip Hop recitado con cadencia melódica, suavidad en el tono y aspereza en las letras.

En el lado del “debe” de la cuenta de estos muchachos de Toulouse colocaremos “somebody else but me”, un pequeño patinazo deudor de su querencia por el grunge. Menos mal que las ganas de probar cosas nuevas, el mayor acierto de este segundo peldaño discográfico, regresa con la siguiente ración hipnótica denominada “Pauvres Petits Occidentaux”.

Y andaremos con pies de plomo a la hora de afirmar que Inoren Ero Ni es la evolución de aquellos históricos BAP. Repiten la columna vertebral de aquella formación, con tres de los integrantes originales. Pero olvídense del Hardcore apabullante de aquella banda andoaindarra.

Ahora las composiciones flotan en ambientes de mayor emoción (¿emocore? Post-Bap, y punto). Poniendo el ojo en terrenos interesantes para sus oidos, empapándose sin temores de estilos como el punk y el hip hop en pro de un mensaje nuevo.

Festival Expresa: Iruña moderna

Música, literatura, moda, fotografía y resto de artes inquietas se dan cita en Pamplona en la segunda edición de Festival Expresa desde hoy viernes 15 hasta el Sábado 23 de Octubre.

Las exposiciones propuestas siguen buscando las cosquillas a los modos habituales. No se pierdan ese “Adosados” que fusiona escritores y diseñadores. De la relación de parejas extraemos fusiones inauditas como las de Paul Naschy – Locking Shocking, Lolo Rico – Nino Bauti y Espido Freire – Ailanto. O el “SOLDES. Mercado de moda fresca”, que a lo largo de este fin de semana presentará las obras de 22 diseñadores amenizadas por las músicas del colectivo de DJ´s Emis.

La música sigue siendo parte importante del menú Expressa. Revelaciones como los Sunday Drivers de Toledo, hypes de actualidad como Delorean o los pamplonicas Virüs, Chucho y su vuelta a las raices, la suavidad de Portonovo, la exquisita voz y cadencia melódica del norteamericano Bart Daveport, el power-pop de los noruegos Lukestar, la tarde noche electro del triunvirato Chico y Chica, L-Kan y Superputa. Sin olvidar al catalán Miqui Puig o la batidora de bpms que despacharán los Dust Brothers. O el cierre a cargo de los Pin&Pon Djs en una de sus celebres Dear Catastrophe sessions.

Para una información más completa, precios y horarios, siempre les queda arrancar el modem y pasar por www.expresapamplona.com.

Bebe: Menuda bicha

Interpretes: Bebe (voz), Markos (guitarra), Guille (percusión), Yuni (batería), Javi (bajo), Omar (DJ). Lugar: Sala de Cámara del Kursaal (Donostia). Fecha: 14-Octubre-2004. Asistencia: lleno, unas 600 personas.

Asistimos al primero de los llenazos de la cantante Bebe en la capilla del Kursaal rodeados de adolescentes que se debatían entre el look clásico y el borroka antiglobalización. Ganaban los primeros, de calle, porque a nuestra extremeña le han dado cera en los medios de difusión masivos. Pero ella se decanta, sobre el escenario, por seguir a los neo-hippies en los patrones del vestir.

Y en el hablar. Gusta de usar un lenguaje directo, sin cortapisas, llamando a cada cosa por su nombre. Haría buena pareja de dobles mixtos con Melendi, su hipotético acompañante en estas huestes de nuevos cantautores de estilo llano y músicas variadas. Pero claro, intentaremos destripar lo menos posible las sorpresas que les esperan a los seiscientos asistentes largos de la sesión de hoy en las apretadas butacas del cubo pequeño.

Decían los versados que a la niña le sentaban igual de bien las formas que emplea cuando se acercaba con su guitarrita a las ciudades españolas a celebrar el día de Extremadura. Que ya entonces emergía risueña y pizpireta, con ese deje andaluz al que a veces la mesa de sonido no destacaba como debiera, inundando cualquier escenario de contagiosa alegría.

Porque este bicho menudo sabe dejarse llevar por la banda cuando todos esperamos que, cual Woody Allen, abra la boca y suelte alguna boutade o alguna frase “de pensar”, expresada casi sin vocales, como en esos mensajes de texto que inundan los programas televisivos. Muchos momentos divertidos, pero hay que destacar uno: la reencarnación de nuestra cantante en la canción “silla eléctrica”.

En lo melódico, le pega a muchos palos y eso es bueno. Lejos de encasillarse en los singles más radiados, nos dio para escuchar mucha rumbita, algo de rock enérgico, detalles funkys, samba, flamenco, reggae-ska y hasta detalles antillanos. Como ven, sonidos antiglobalización que ella acompañaba con un chorro de voz al que no le hacía falta visita alguna del cercano congreso de Otorrinos.

De la panda de amiguetes profesionales que le acompaña, destacar al curtido guitarrista y esas percusiones que se hacían oír sin hacerse notar. Aún nos preguntamos por la labor del pinchadiscos, que seguro que era otro coleguita que se quedaba colgado en casa mientras la prota se iba de larga gira. Ojo, que no lo hace mal. Se suelta al funk de Isaac Hayes y a los purismos del flamenco cuando le dejan, manoseando los crujidos con estilo. Pero su labor en esta amalgama queda algo vacía.

En los 75 minutos de reloj que duró el espectáculo (pocas veces una palabra está tan bien puesta) la cantora nos trajo al frente, en ocasiones, ese impulso inocente y carroñero de Albert Pla. Otras se dejaba llevar por las cadencias de Amparanoia. Las menos, sonrisa clavada, nos recordaba a la Jeannette de los sesenta. O cantaba sus tonadas como si de un rap se tratase. Pero no se dejen cegar por las comparativas. Sólo se ponen como guía. Parafraseando el estribillo de la canción “Silla eléctrica”, Bebe “es auténtica, única en su gama”.

Elektronikaldia: Hormonas digitales

Sala Gasteszena (Egía). Donostia. Viernes 8 de octubre. Asistencia: menos de 100 personas

Arrancaba el pasado viernes el Festival de Música Electrónica de Donostia-San Sebastián, también conocido bajo el apelativo de Elektronikaldia. Como suele ser norma en este evento, la sala Gazteszena servía de pistoletazo inicial para una programación de tres días en los que los digitalismos de aquí y de allá se arriman al público inquieto.

Bueno, eso si es que hay público que se acerca, claro. Porque raquítica fue la entrada la noche que nos ocupa. Parece que la falta de un nombre conocido en el cartel ahuyentó a los potenciales danzarines. Quizás en Donostia sólo se salga los sábados. Acaso vivamos en una ciudad clásica, sin intereses investigadores. ¿Que donde estaban los modernetes? Quién sabe donde, que diría Lobatón.

La cosa es que aquello estaba desangelado el día en el que cuatro formaciones femeninas (al final se coló un chico entre las chicas) iban a llenar de estrógenos musicales las diferentes estancias del local situado en la zona alta de la ciudad.

LA primera sesión corrió a cargo de la DJ donostiarra Plácida Ye-Ye, habitual de esos establecimientos hosteleros que piensan que la música es algo más que la continuación del hilo musical radioformulero.

Su set, extenso en minutaje, dio cuenta de los ochenta más patrios (no, no hablamos de “la chica de ayer”, nos referimos a bandas como Aviador Dro) y de los noventa más sintéticos, con cosas como New Order, grupo básico en esto del pinchaje tecno pop. Y puso algo de rock, algo rebuscado, algo camp, algo incitador…La chica peleó lo indecible, con sus mejores armas, contra una asistencia que rara vez superaba las 20 personas.

Mientras la moza andaba la mar de plácida en la salita pequeña de Gazteszena, Rythm King AHF ocupaba el escenario grande. Dos chicas alemanas con un equipo humilde demostraban buenas maneras (Pose punk, sonidos pop) en un concierto demasiado breve que reafirmaba nuestros temores: el electro-pop actual, más allá de los 20 minutos, es un poco reiterativo.

En la sala pequeña se daba el relevo. La bilbaína Begoña presentó su disco con la boina calada y un concierto karaoke en el que las melodías de fondo sonaban más que atractivas. También el pop, tanto cantado como girado, es la etiqueta que mejor puede definir la actuación de esta artista vizcaína, que dedicó una buena parte del show a poner discos de otros autores.

Algunas de esas tonadas cantadas por Begoña eran obra de Madelman, relevo de última hora de Heidi Mortenson. La performer danesa andaba con la pata chula, y finalmente tuvo que declinar la invitación de los organizadores.

El pinchadiscos bilbaíno, que repite cita easotarra esta noche y la semana que viene, tiene muchas tablas en esto de animar el cotarro musicalmente. Por eso fue sencillo disfrutar, como si de un concierto privado se tratarse, de la selección ecléctica y atractiva de melodías animosas, con guiños a décadas pasadas (esos Sugarcubes…) y muchas otras cosas que no conocíamos pero que nos sonaban geniales.

Sunae Dae: S/T

Sunae Dae: S/T

Sunae Dae son los últimos aventureros donostiarras en esto del post rock, o como quiera que se llamen esas largas composiciones instrumentales que suben y bajan de intensidad, dando una vuelta de tuerca a los esquemas más habituales, acompañando las intrincadas estructuras de instrumentos detallistas. ¿cómo nuestros aplaudidos Miztura? Sí, pero no.

El quinteto guipuzcoano esta recién aterrizado, y se nota. Éste primer CD-maqueta tiene la frescura de las composiciones primerizas, centrando sus desarrollos en las zonas pausadas. Pero los padrinos históricos de su sonido están aún muy presentes: El Chicago mas experimental, Mogwai, Sonic Youth… Clásicos que por ahora encorsetan pero que pronto no serán más que referencias orientativas.

Sorprenden la influencia de Erik Satie (el último titulo del CD recibe el nombre del impresionista francés) en estas seis composiciones, con sus querencias por el detallismo algo oscuro y esos pianos escuetos. Han colado uno de sus temas en el próximo CD Gaztemaniak, “Sms en alemán”. Este tema y “El astronauta” son los mayores aciertos de esta banda que actúa hoy en el Bukowski donostiarra.

Bad Machine: Locomotoras

Llegan de la lejana Finlandia rompiendo hielos y tienen dos bolos seguidos, hoy y mañana, en Donostia e Idiazabal

Doble cita punkrockera la prevista para hoy viernes en el cada día más respondón (a determinadas horas) Irish Disco donostiarra. Los bilbaínos Motorsex, que reúne a varios de los antiguos MCD, y los finlandeses Bad Machina cargarán de electricidad poco estática las brillantes paredes de la sala ubicada en el centro de ocio Ilunbe. Mañana, los norteeuropeos reparten potencia en la sala El Frontón de Idiazabal.

Cazamos al vuelo (responden a nuestro correo en el viaje de avión) a los maquineros punkarras, que vienen del país exportador de contundentes formaciones como Rasmus, H.I.M y Nighwish. «Finlandia es el país de las maravillas para la gente y los grupos del metal. La escena rock no es tan grande, pero por supuesto hay montones de bandas populares, como los Flaming Sideburns. Está creciendo poquito a poquito, pero queda mucho camino si quieres rockanrolear».

¿Y si quieres hacer punk bajo los cielos de la aurora boreal, cómo está el tema? «Toda clase de sonidos punk, desde emo hasta hardcore o punk rock clásico son muy populares en nuestro país. Además, montones de grupos de todo el planeta visitan hoy en día Finlandia, como Discharge el pasado fin de semana o Most Precious Blood el pasado jueves».

Cualquiera de ellos podría llevarles tranquilamente como grupo invitado. Porque Rip Your Heart, el ya asentado debut de este cuarteto finlandés (el CD data del 2002) puede recordar sin mucho esfuerzo a bandas como Electric Frankenstein, Zeke y Motörhead. Una sarta de canciones imparables, con ración doble de guitarras y parando solo para tomar aire, que les ha permitido girar fuera de sus fronteras. La cercana Alemania y la algo más alejada zona norte de América han sido sus focos principales.

Y pronto habrá nueva ración en los estantes. «El nuevo álbum saldrá a primeros de 2005, probablemente con el mismo sello, Dead Beat Records. Y el próximo 7 pulgadas, en vinilo y compartido con los brutos V8Wankers, de Alemania, sale el mes que viene con la casa sueca Bootlegbooze Records, hogar de bandas como Supersuckers, Adam West y Mensen, entre otras».

Bad Machine ya conocen nuestras buenas maneras. Controlan algo la escena («Pleasure Fuckers, por supuesto, Safety Pins, Zein, los valencianos Tail…»). Y hace poco más de un año estaban soltando leña sonora en el Bilborock de la capital vizcaína. Seguro que aquel día más de un componente de Motorsex estaba en la sala, disfrutando de la potencia de esta contrastada banda que jamás ha suspendido un concierto (y la lista de actuaciones supera los 300 garitos…).

Motorsex es una formación, según sus propias palabras, «compuesta por tres veteranos músicos (Joaquín, Niko y Bernar, antiguos miembros de MCD) y un niñato asqueroso (Koldo, de Distrito Suicida) que pretenden demostrar que hay viagra después de los cuarenta tacos».

Acaban de publicar su primer larga duración En crudo, una contundente demostración registrada en vivo que les orienta a espectros hard y garage, llegando en ocasiones a rasgar estilos como el glam o high energy. Sonido Dead Boys y garagero por los cuatro costados.

Esto es lo que cuentan ellos: «’En Crudo’ son 12 cañonazos a pelo sin trampa ni cartón, grabados el pasado mes de Junio en una noche de tormenta en los nuevos The Rock Studios de Carlos Creator, durante un fiestón al que incluso acudieron los munipas». Siguiendo y apoyando la filosofia Copyleft, este álbum inicial, así como los dos primeros y acelerados singles de la banda bilbotarra están disponibles gratuitamente en www.imbecil.com.