Música de hielos.

Me contaba un amigo que los mayores contratos empresariales, los que unen los ejes tractores de los países, se firman en los puticlubs mientras el champán cae por la pirámide de vasos cual chaparrón monzónico.

Y visto que la política es una casa de putas, no me extrañaría que el decreto barero que el Gobierno Vasco anda perfilando sobre la ampliación de los horarios de la hostelería se haya rubricado en un garito de esos. Líbreme Dios de pensar en esos términos sobre Ajuria Enea. Aunque ustedes son libres de hacerlo, tampoco me escandalizaré.

Por ahora no hemos conocido el borrador en detalle. Pero seguro que de cubrir los pinchos no dice nada, ni se mete con los contratos que firman – de lujuriosa temporalidad-, ni del tope salarial que debería tener cada jugada de barra. Ni ese alambique que prohibe beber en la calle pero autoriza la proliferación de terrazas.

Lo hasta ahora lanzado al público habla de más horas de apertura diaria, y de la ampliación del derecho municipal alargar otras dos horas extra el cierre de los locales y permitir bajar la persiana más tarde los días que haya los acontecimientos «sobrevenidos» ¿? No sé, se referirá a inundaciones o cortes generales de luz…

¿Y el tema de los conciertos?

Vale, no es prioritario. El porcentaje de establecimientos que desea adherirse a ese grupo es ínfimo. Pero también son bares. Tanto o más que los del meretricio (ahora con media hora más de permiso). Y tienen más problemas que ninguno, debido a una regulación de inspiración discotequera – que pocos conciertos montan, o ninguno- y poco adaptada a los tiempos “europeos” de nuestra capitalidad local, vasca y transfronteriza. Chúpate esa.

Mucho me temo que en el Decreto escasearán las líneas dedicadas a este tema, que ahora se rige con demasiado desnivel. Hasta donde yo sé, hay que tener licencia de café teatro para organizar actuaciones. Ahora cuenten cuantos cafés teatro de Euskadi montan conciertos, y cuantos establecimientos hay en total.

Nadie les exige que lo hagan, aunque lo ponga como condición para recibir el galardón horario. Pero si que suena razonable que la dichosa relaje sus exigencias y permita a todo establecimiento, bar, cafetería o máquina de café organizar los bolos que desee manteniendo algunas exigencias horarias y de decibelios. “La cultura de verdad”, que decía Sergio Cruzado

No importa que el sector público necesite como el comer (de sus empleados) los conciertos para rentabilizar unos auditorios vacíos. Y que para ellos la Cultura sea eso que les retrata con un famoso y una pieza incomprensible y pesada de un escultor vasco como premio. Nosotros hablamos de otra liga, la que se juega en campos de futbol de piedrilla y con las porterías hechas con jerseys. De ahí salen, aunque no se lo crean, la mayoría de actuantes que luego aplaudiremos.

3 comentarios en «Música de hielos.»

  1. gracias por el enlace a ese «añadido» que no había leido.

    los café teatros organizan lo mínimo que seguro q les viene dado por normativa para mantener la licencia, y a cambio a sacar tajada de esas horas de más de permiso para seguir sacando copas.

    hay más música en directo en el subeterraneo de Egia que en cualquier café teatro donostiarra

  2. 🙂
    aparte, comentar que tiene una de las mejores acústicas de todo donosti, solamente superado por el kursaal y jareño en sus mejores momentos.

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