Jo, tía! fue una revistilla de fotocopias tamaño cuartilla que no ocultaba su deuda y su cariño por Mondo Brutto, y que además era en cierto modo un fanzine temático.
Repetía la fórmula de los artículos sin fronteras formales ni cuantitativas, salpicados de fotos curiosas; la crítica destructiva y la mala baba; el humor socarrón y la sobre-información; las contraportadas de impacto; los autores ocultos bajo seudónimo…
Pero en este caso, desde un comienzo quisieron dejar muy claras las diferencias entre Jo, tía! y cualquier otro medio impreso del mercado: se trataba de un fanzine amateur e independiente dedicado a los adolescentes.
Más allá de limitarse a la bruttoexploitationy la «charlotada de explotación»(©), se definieron con «el primer fanzine de teenage exploitation», y sus contenidos giraban en torno a esa premisa, los temas que interesaban a los/as adolescentes de los noventa: la droga, el porno, los flujos, los tebeos, los Simpsons, el punk, el cine de institutos yanquis, los juguetes, los compañeros de pupitre…
Algo así como un panfleto para chicas pijas de entre doce y quince años, que venía a plantar cara a la SuperPop, pero desde las alcantarillas.
Vía | FrunoFlickr, donde tienen escaneados varios números y hasta un soberbio CD de los que regalaban con la revista