Cuidado a la hora de ponerle títulos a vuestras canciones

Actualización: Si algo puede ir a peor…Más tras el salto, al final del post

Qué bello es el proceso creativo. Guitarra en mano, tarareos mil, una melodía que a los días te das cuenta que ¡oh! puede ser igual a aquella otra canción de juventud editada por los famosos Nosecuales….

Acabada la creación, llega la hora de ponerle nombre. ¿Qué frase puede concretar de manera sublime, cercana y elegante esta impresionante composición que he elaborado? Ummmm…”el amor que dices darme no son más que patrañas”…Puede valer para el punk.. “Ahora toma más” o “Que viene el alguacil que te pone a mil”. Es buena para BSO del cine rojo.

Pero lo más normal es que tomemos un título breve, una frase, dos palabras. “Estamos de acuerdo”, el nombre de una chica, y toda esa suerte de título AOR (Asshole oriented Rock: radiofórmulas, televisiones) que comparten inspiración con el que nombra las pelis del Domingo a la tarde en A3: Adj + Sustantivo, a cada cual más impactante y morboso. “Asesinato Fatal”, “Secuestro letal”, “Amante brutal”.

Claro que los amigos del cine tienen una ventaja. Y es que si tu título “fatal” ya se ha registrado, no te dejan hacerlo. Debes buscar otro, similar, parecido, o no, ponerle un II al final. Vamos, como cuando abres una cuenta de correo gratuita.

Pero…Ay amigo si lo tuyo tiene que ver con la música. Llegas tú todo contento con “Amor fatal” a la puerta, y te atiende una bella señorita. Pasas a la sala, firma aquí, aquí y aquí. ¡Ya esta! Todo solucionado. Tu gran nombre y mejor composición esta guardada para jamás de los jamases a buen recaudo.

Recordando que la SGAE no es una organización de caracter preventivo, te puedes encontrar con la complicada papeleta con la que se ha encontrado un amiguete mio. Autor de mil y un temas de éxito, se puso en contacto con la organización para indicarles que le faltaban los duros de una serie de temas.

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