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Juan Luis Etxeberria Entradas

The Suicide Of The Western Culture: La fiesta del cine (musical)

La banda catalana se apunta al cierre del festival de cine Dock Of The Bay con un concierto de sonidos digitales y melancólicos

Donostia es una ciudad de película. A veces romántica, a veces melancólica. Y a veces musical. El Dock Of The Bay, ciclo de cine documental musical, acerca estos días a las pantallas de la capital algunas de las mejores obras que se han realizado últimamente sobre bandas, estilos o escenas musicales. “Estamos muy contentos. Nuestro público es fiel y apoya el certamen año tras año. Y estamos percibiendo un mayor número de asistentes en esta edición”. Quien así habla es Eva Rivera, directora de este evento que acaba sus sesiones este fin de semana.

Le pedimos a la jefa un breve balance previo a los premios que se entregan este sábado. “A día de hoy la favorita para el Premio Del Público es la película sobre la banda Lamb of God. También ha gustado mucho This Lovely Shitty life y sus mujeres mariachis. En términos de asistencia Freddy Mercury, Pulp y Los Doors casi agotaron las entradas. Es normal, son grupos con multitud de fans y esto se nota en el cine”. ¿Y sobre lo que nos queda? “ ‘WF Jett Rebel’ y ‘We Are Twisting Fuckins Sister’ son dos joyas. Mike Oldfield y Alice Cooper son los platos fuertes del fin de semana. Y además está el especial que el programa televisivo ‘Cachitos de Hierro y Cromo’ nos va a ofrecer en exclusiva”. Para detalles sobre proyecciones nada mejor que visitar la web oficial: dockofthebay.es

El DOTB también tiene espacio para la música en vivo, por supuesto, que no todo va a sentarse y ver proyecciones sobre bandas. Los organizadores han previsto para este sábado un jugoso doblete en la sala donostiarra Dabadaba. Por una parte habrá sesión DJ a cargo de la artista madrileña Linda Mirada, autora del sintético mas atractivo disco “China es otra cultura”. A su vera el donostiarra Kigo. Juntos llenarán de neón sonoro la pista del garito capitalino. Pero antes de su sesión podremos disfrutar del concierto de los catalanes The Suicide Of The Western Culture.

Recién fichados por la potente promotora que organiza el Primavera Sound, los de Manresa anuncian disco para el 2015. Pero antes pisan nuestra ciudad. Urbe que han solido bordear hasta ahora. Han actuado en el coqueto festival Usopop de Iparralde y más recientemente en el Jazpana de Beasain. “Sí, es nuestro primer directo en San Sebastián. Y se te olvida que también estuvimos en un festival de Biarritz junto a Ricardo Tobar y otros”. Apuntado queda.

La ciudad no les es extraña. Les preguntamos por el disco de remezclas que editaron hace un tiempo, en cuya portada aparece el “Elogio del Horizonte” de Chillida. ¿Podría nuestro “Peine” protagonizar una segunda parte del mismo? Los autores prefieren otros localismos. “Para el segundo de remixes pillaremos de portada el pintxo de foie del Bar Sport de Donosti”.

En los sonidos se encuentran bastante lejos de los que se escucha en nuestras calles. TSOTWC se han caracterizado por mezclar la tensión de Mogwai, los colchones hipnóticos de Orbital y cierta querencia por los sonidos de la época de Jean Michel Jarre. “Todas esas referencias nos gustan mucho. Creo que el secreto esta en que tenemos pocos complejos. La electrónica es un medio para nosotros, nos facilita el crear y tocar. Pero más que un sonido buscamos sensaciones”.

Resulta curiosa la fuerza que adquieren los títulos de sus canciones siendo estas instrumentales. La mayoría de ellas, eso sí, recurren al inglés “por tradición de la música que escuchamos. En el nuevo disco hay algún nombre en castellano. Y, avisamos, nos gusta mucho el euskera“.

Les preguntamos sobre el futuro CD. El breve vídeo o teaser que han colgado en las redes sociales a modo de avance parece indicar que habrá cambios en las creaciones. “Seguimos explorando los mismos territorios cinemáticos y post rockeros. El sonido es más orgánico y muy melancólico. Diriamos que el disco se mueve entre la nostalgia y la oscuridad pero de forma amable, sin malos rollos. Quizás sea el trabajo más durillo de los que hemos sacado. Pero creo que ahora ya podemos permitirnos arriesgar en este sentido”. El sábado podremos escuchar algunas piezas del mismo. “Sí, sonarán en la parte final de la velada. En esta ocasión haremos un show mas progresivo, en formato dúo pero con toneladas de cacharrería. Tendrá un toque menos burro que a altas horas de la noche, pero esperamos que sea igual de intenso y creciente”.

Sergio Dalma: La cosa más bella

Intérpretes: Sergio Dalma (voz) , Jorge Villaescusa (teclados), Jorge d’Amico (guitarra), Oliver Martín (guitarra), Alicia Araque (guitarra, voz), José Vera (bajo), Cristian Constantini (bateria). Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Día: 10 de enero del 2015. Asistencia: lleno, unas 1800 personas.

Lo (casi) nunca visto. Y miren que hemos pateado tugurios y estadios. Pero lo que sucedió el sábado en el Kursaal fue memorable. Espectacular. Muy pocas veces se ve tamaña conexión entre el público y el actuante. Sergio Dalma se doctoró, si no lo estaba ya, en Donostia con un concierto que elevó las almas – y hasta los hombros del asiento- de unos presentes que habían agotado el taquillaje. Hasta las zonas laterales superiores estaba ocupadas. Y si hubieran sacado a la venta localidades para verlo cual Olentzero colgando de la ventana, estas también se habrían ventilado.

Dalma es el yerno/amante/marido/novio perfecto. No porque lo veas un par de horas y luego se pire. Es que es majísimo. Lo digo en serio. Un tío muy afable, zalamero sin malicia, un galán. Ahí queda el detalle de la única chica que pudo subir al escenario a abrazarle, la envidia de las otras mil que se quedaron con las ganas. Los chicos presentes asistían a un “robo emocional temporal de pareja” en toda regla. Así estaban, que no se movían un ápice. Ojo, no todos, que el catalán también gusta entre los cromosomas masculinos.

Josep Sergi Capdevila Quero (su nombre real) habló de su estancia en Donostia estos días, de su visita a la ciudad hace 25 años, de su amistad con Pepe Dioni o del hecho de que su bajista fuera de Hondarribia. Recibió decenas de gritos de “guapo” y alguno más elevado de tono. Las hormonas volaban por la sala cual napalm en los bosques de la película “Apocalipse Now”. ¿Y la música? No es tan relevante.

No me malinterpreten. Fue un buen concierto a todos los niveles. El espectáculo escénico se mostró muy adecuado, con juegos de luces que elevaron la presencia del protagonista sin dejarnos ciegos con los focos. Lo que quería decir es que su rasgado cantar y sus ejercicios musicales son muy conocidos. Como a los autores de canción ligera, a este tipo de creadores no se le piden piruetas sino una línea estilística más constante.

En su caso la base la forman canciones de corte italiano, provenientes del país latino (caso de “Gloria” o “El Mundo”) o firmadas por el de Sabadell. De estas hubo muchas y muy aplaudidas. Y, sorpresa, “Bailar pegados” no fue la más jaleada. “Galilea”, cerrando la velada, le ganó la partida. O ese “Solo para ti” que puso de los nervios a los chicos de seguridad, con Dalma paseando por entre el público. Y tras 90 minutos de espectáculo con mucho enamoramiento, baladismo terso y toques rockeros, los y las asistentes salieron sin tocar el suelo, levitando de emoción. Y eso, queridos, no lo consigue cualquiera.

Musik & txotx: Manzanas festivas

Ida y vuelta en autobús. Picoteo y sidra al gusto. Y los conciertos de Bigott y Kokoshca. Si lo del lunes en Petritegi no es un regalo de los Reyes Magos, poco le falta.

Lo que antes era una parranda discotequera mayúscula la víspera de Reyes ahora es una fiesta de licores locales y sonidos alegres. Hemos pasado del “Young Play” al “Young Cider”. O “The Sound of the Young Cider”, que la temporada aún no ha comenzado y los caldos suelen andar algo faltos de maceración. Sergio Cruzado, promotor musical de esta aventura, ríe con la comparación con la antigua discoteca de Hernani. “Siempre se ha salido ese día. Yo mismo solía volver muy tarde para no cruzarme con los Reyes Magos al llegar a casa. Y me gustaba la idea de recuperar esa noche“.

Este “Musik & Txotx”, que comenzó como una etapa más en aquel proyecto Homeless que ofertaba “originales conciertos en lugares poco habituales”, ha acabado siendo él único evento de este tipo que mantiene su oferta año tras año. “Si ha quedado Petritegi es porque la empresa ha apostado por ello. Es una de las sidrerías que más actividades está haciendo para innovar el modelo tradicional. Y nosotros estamos encantados de participar en esa renovación”.

No hay que olvidar que formaciones como The Pains Of Being Pure at Heart, El Columpio Asesino o Cápsula han pasado por el lugar en anteriores ediciones. La elección de Bigott para este año parece acertada. De ello pueden dar fe los asistentes que han acabado con el billetaje en sus conciertos donostiarras. “Bigott es sinónimo de gran fiesta y de baile asegurado”, nos cuenta el promotor local. “Me lo imagino haciendo cola para el txotx y charlando con la gente para más tarde ofrecer un concierto cercano, divertido, con una sonrisa de niño malo”.

La desbordante personalidad creativa de Borja Laudo (nombre original de Bigott) le ha llevado a cambiar de hábitos. Para grabar “Pavement Tree”, su último trabajo, ha abandonado la compañía habitual de Paco Loco para contar con la producción de Jeremy Jay. En palabras del cantante maño, “había ganas de probar cosas nuevas, otros sonidos. Y currar con Jay fue un acierto. Vino a Zaragoza a tocar, lo engañé para venir a mi local y ya nunca más salió”. Tampoco es que se pasara mucho tiempo por los reinos de la jota aragonesa. El disco de 14 canciones se grabó en otros tantos días. En eso Bigott no ha cambiado un pelo de su barba.

El nuevo CD, muy atractivo en su calma y ensoñación, nos presenta a un cantante centrado en hacer canciones pop, con temas de la escuela sicodélica folk o cercanas a las enseñanzas de The Go Betweens. “Sí, es muy sencillo acordarse de los australianos”, afirma Bigott. “Yo escucho, cojo de aquí y de allá, tampoco me planteo nada de sonidos ni estilos. La cosa sale así”. Nosotros os damos más pistas. “Echo Valium” podría venir firmada por los Wooden Shjips más poperos. Sin olvidar la maravillosa “Baby Lemonade”. Pura delicia de la Costa Este norteamericana.

Y desde nuestro Este llegan los otros músicos de la noche, Kokoshca. Los navarros son los enfants terribles más encantadores de la escena popera independiente. Juntan estilos con alegría y acierto. Pueden pasar del dardo pop al aire garagero, los boleros o el desvarío velvetiano sin mayores esfuerzos. Quedando todo más ligado que la mayonesa a la ensaladilla rusa.

De esa puntería pueden dar fe los asistentes al pasado Kutxa Kultur de igeldo. Sus actuaciones fueron de las más destacadas en el análisis final, más allá de nacionalidades y número de seguidores. Tocamos la puerta de los de Iruña. “Fueron dos conciertos bonitos, nos alegra que gustasen. A nosotros, y a cualquier artista, le gusta la cercanía con el público. Es fundamental para mantener una relación recíproca”. Pues en Petritegi os vais a enamorar de la mitad de los asistentes. “Nos parece adecuado el plan. Nos encanta el pimple”.

Mientras planes futuros quedan para una mayor concreción en entrevistas futuras, su mejor respuesta llega cuando se les pregunta por Bigott. “Somos fans de la elección de un maño como arquetipo de una persona que tiene buen corazón. George Brassens compuso “Chanson pour l’auvergnat”, que hablaba de una persona benevolente de la región de Auvergne, donde el queso azul. Paco Ibañez la adaptó al castellano titulándola “Canción para un maño”. Bigott nos parece que tiene una bonita voz y que tiene un rollo Peanuts. Se parece un poco a Woodstock, el pajarillo que acompañaba a Snoopy”. ¿Tienen o no tienen arte?

Cerramos el texto con noticias importantes. Con los 30 euros de entrada la organización incluye el viaje en autobús – si se viaja por cuenta propia el precio se reduce cinco euros-. Sale del Buen Pastor donostiarra a las ocho de la tarde, volviendo al mismo punto a la finalización del concierto. Y antes de las actuaciones habrá un lunch. Diversas viandas que ligan bien con la sidra, amparadas todas ellas por la etiqueta de Eusko Label. Recomendamos no dejar la compra de tickets para última hora. “El ritmo de venta es muy bueno”, nos avisa Sergio Cruzado. “Y si la gente quiere comprar la entrada con bus, que se dé más prisa todavía”.

Me and the bees

El aguijón pop de estos catalanes anuncia dos picaduras donostiarras. Esta noche están en el Dabadaba y mañana ofrecen un concierto para niños

Parece que fue ayer (diciembre del 2011) cuando nos los encontramos de repente en el Bukowski de la capital guipuzcoana tocando las canciones de su debut “Fuerza Bien”. Era un día horrible, lluvioso, y sonaba todo tan cándido y bonito que más de uno volvió a casa calado hasta los huesos pero con un vinilo bajo el brazo. “Qué grandes recuerdos, qué bien lo pasamos en Donosti aquel día. En estos meses entre disco y disco hemos tocado todo lo que hemos podido, y nos hemos puesto deberes. El resultado se llama “Mundo Fatal” y lo presentamos este fin de semana en vuestra ciudad”, nos cuenta Verónica Alonso, la batería del cuarteto reconvertido en “power” trío de labores repartidas. “Viajamos como bajista-cantante, guitarra-cantante y batería-corista”.

El cambio se ha notado en las canciones. En este CD suenan más directos, más juguetones con las estructuras, cándidos pero no angelicales. Melódicamente siguen sonando muy atractivos. Como si hubieran vendido todos sus discos de “indie” estricto y hubieran devorado las melodías de Thowing Muses. El vídeo recién publicado de “Love and Fun” puede servir de pista para conocer las tripas de esta formación. Un clip que comienza ingenuo y acaba como el rosario de la aurora. Eso sería “Me And The Bees”. Un grupo pop con gusto por viajar ligero, sin férreos corsés.

Y hablando de viajes, debemos reseñar que los catalanes tuvieron la oportunidad de tocar en el mastodóntico festival SWSX de Austin (EEUU). “Fue una experiencia irrepetible. Algo muy abrumador. Pero nos sirvió para darnos cuenta del talento que hay por el mundo. Eso te hace querer tocar más y mejor. ¡Descubrimos tantas bandas maravillosas! La verdad es que cada vez que conocíamos a alguien de cualquier país hablábamos con ellos para hacer una gira conjunta”. Una de esas bandas, ya conocida por este terceto, fueron los Half Japanese capitaneados por Jad Fair. “Nos invitó a una fiesta que hacía una amiga suya en su casa. ¡Fue un concierto brutal! Muy divertido”.

Para ese día Fair ya había recibido el encargo de realizar el artwork de “Mundo Fatal”. “Pensamos en él porque tanto Carlos (guitarrista de Me & The Bees e ilustrador profesional) como Esther (bajista) conocían sus trabajos gracias a internet. Fue sencillo contactar con él y que nos hiciera la portada: Le escribimos, le contamos de qué iba el disco, le pedimos un par de ilustraciones. Como respuesta nos mando 20 distintas”, responde divertida Alonso. Unos y otros volverán a toparse este mismo domingo, compartiendo cartel en Barcelona. “Nos apetece muchísimo. Todos somos bastante fans de los norteamericanos, como ya lo debes imaginar”.

No contentos con la mini gira de fin de semana, estas “avispas” de la ciudad condal anuncian una cita muy especial para la mañana del sábado: Un concierto para niños. Será en el Staff de la plaza de Atotxa (Donostia). “Nos encanta actuar para los chavales. Son muy directos y disfrutan de todo sin problemas. Una vez tuvimos a cinco de ellos gritando “¡batería, batería!” cada vez que se acababa una canción. Y hace poco tocamos en Valencia y tuvimos que pedir a un padre de parte de su hijo que a ver si le dejaba ir a los hinchables que estaban fuera”. La banda no anuncia un set especial para los infantes. “Tocamos las mismas tonadas. No olvides que también habrá bastantes progenitores en la sala. A unos y otros les gusta que se les trate normal, con cariño y transmitiendo buen rollo”. Un optimismo que esperan seguir repartiendo a lo largo y ancho de la península. “Hay algunas propuestas pero no contamos con mucho tiempo libre. Por ahora podemos anunciar un concierto el 11 de diciembre en Barcelona a favor de una casa de acogida para mujeres. Iremos anunciando el resto de fechas en nuestras redes sociales. ¡Estad atentos!”

Brit Floyd: Homenaje espectacular

Como siempre andan leyendo con urgencia estos textos les sintentizo la impresión general: El concierto de Brit Floyd, banda que homenajea el cancionero de Pink Floyd, fue un espectáculo de luz y sonido en el que las canciones del seminal grupo británico salieron bien paradas.

Ya saben cómo es esto de las “banda tributo”. Gentes tirando de éxitos compuestos por formaciones ya apagadas (no es el caso. Tras años en silencio Pink Floyd acaba de anunciar un nuevo CD) y que buscan monetizar – a un precio poco juvenil- los recuerdos de nuestros años mozos. No sabría decir si el precio de la cita era elevado o no, pero puedo afirmar que estos “brit” se ganaron a pulso todos y cada uno de los euros del ticket donostiarra

Primero por extensión. Porque hay que estar más de dos horas y media tocando complicados temas sinfónicos. Y que después de esas veinte canciones dejar tan buen sabor de boca que la gente te acabe pidiendo un bis puesta en pie y a gritos de “beste bat”.

Muchos de los aplausos hay que dedicárselos a un montaje que no desentonaría en el Estadio de Anoeta. Idea que tiene sus pros y sus contras: Las impresionantes combinaciones de luces eran en ocasiones algo cegadoras para tan reducido emplazamiento. En la pantalla de fondo hubo recuerdos al “wall”, a los malogrados Syd Barret y Rick Wright (precioso el “Breathe” y el “Wish You Were here” que les dedicaron) y muchas animaciones visuales que elevaban el mensaje siempre crítico y conceptual de la banda liderada por David Gilmour.

A lo sonoro tampoco se le pueden poner pegas. La numerosa formación ejecutante interpretó con precisión los intrincados temas de la banda inglesa. Y la selección de canciones encantó al personal. Hubo recuerdos a los viajes iniciales (“Astronomy Domine”), paseos folk (“Fat Old Sun”), temas muy populares (“Money”, “Another Brick in the Wall”), recuerdos a la época setentera (“Pigs”), melodías arrebatadoras (Shine On You Crazy Diamond” fue lo mejor de la noche), momentos críticos (“The Fletcher Memorial Home”) y otros que dejaban entrever de dónde sacaron U2 su influencia escénica más palpable (“Take it back”). Los homenajeados pueden descansar tranquilos. El de Brit Floyd es uno de los mejores espectáculos–tributo que hemos visto.

Los Punsetes: Arsenal de aciertos

Su nuevo álbum acaba de salir a la calle esta misma semana y ya está causando el revuelo habitual. Porque “LPIV”, el flamante cuatro trabajo de Los Punsetes, no solo rescata su antigua norma de definir sus discos con números romanos. También recupera la inmediatez de sus dos primeros discos y lo remata con una producción de alta factura a cargo, una vez más, de El Guincho. Aunque en este campo haya diferencias notables respecto a anteriores entregas: Las canciones nunca habían sido tan directas e impactantes. Es como si una banda indie nacional se hubiera maquillado con afamados tonos norteamericanos. Algo que muchos ponen en su nota de prensa y muy pocos consiguen en los archivos de audio. “A nivel de producción es sin duda el disco más ambicioso y planeado”, nos cuenta Jorge, el guitarrista de la banda. “Teníamos la idea de que pasaran muchas cosas distintas en las canciones, que la escucha fuese divertida y sorprendente. Buscando que cada sonido tuviese gancho e interés”.

Y las letras. Demonios. Lo han vuelto a hacer. Imposible no caer rendido ante el primer lanzamiento de este volumen, el titulado “Me gusta que me pegues”, toda una oda mordaz contra la violencia de género. “Por ahora no tuvimos problemas con esta canción, sólo alguna idiotez de algún periodista”. Y qué decir de “Arsenal de excusas”, lo que puede ser su tema más redondo hasta hoy, con esa sinceridad que asusta y un desasosiego vital demasiado común. Sin olvidar “Opinión de mierda”, todo un repaso a los excesos comunicativos del internet de nuestros días que también puede ser utilizado como armazón ante las posibles críticas negativas que reciba este CD. Un tema puede guardar cierto parecido con un pasaje anterior titulado “De arte” y que versaba sobre los egos artísticos que se inflan solos. El grupo no ve tan claro ese parentesco. “Tienen un aire, pero tampoco tienen tanto que ver”.

También podemos intuir cierta inspiración madrileña, algo habitual en las escrituras punsetianas, en “Los últimos días de Sodoma”. En opinión del guitarrista lo más bonito de esta lírica es “que muchas personas distintas pueden apropiársela y hacerla suya. La gente puede sentir que su entorno sale reflejado en ella. Lo que tampoco habla muy bien de lo que nos rodea, la verdad”. Solo nos queda confirmar mañana todos estos parabienes compositivos sobre el escenario del Dabadaba donostiarra, con los prometedores No Fucks como socios de esta celebración del segundo aniversario de la promotora Ayo Silver. Parranda que acabará con el insigne Alejo Alberdi (Derribos Arias) a los platos.

Jim Noir: Finnish Line

Pop
3 estrellas

Este hiperactivo creador británico entrega un disco gozoso de principio a fin. Empieza como si los músicos hubieran viajado en el tiempo a los estudios de los mejores Led Zeppelín para quedarse más tarde con el balanceado típico de aquellos años e ir tomando un maravilloso cariz Beatle, dejando un regusto final popero solo al alcance de Neil Hannon y similares. El sonido general es de pasar el algodón y no pillar mota, por supuesto.

Peaking lights: Estrellas místicas

La pareja californiana acerca su brillante synth pop a la capital guipuzcoana el próximo miércoles

Pegaron el pelotazo con “936”, su anterior disco. Y ahora están recogiendo los frutos con su siguiente colección, el reciente “Cosmic Logic”: Escenarios cada vez más amplios, sellos discográficos más potentes (Domino Records), espacios promocionales relevantes…Claro que toda eclosión tiene su lado oscuro, el de “yo los vi primero”. Pitchfork, la publicación norteamericana que marca las tendencias en moda hipster-normal, le ha pegado un buen meneo a su último CD. La crítica es razonable, aunque el juicio pueda tomarse como una evolución natural por la mejora a la hora de grabar (antes se lo hacían todo en casa, ahora ya pisan los estudios): Voces en primer plano cuando antes no dejaban de ser una melodía oscura y oculta, cambios en los tonos que han pasado del dub underground y algo distorsionado a brillos más ochentenos y sintéticos. Más popero y accesible para públicos que apenas se rasuran la cara.

Aaron Coyes, el chico de esta pareja artística que estira sus hilos hasta la convivencia diaria – ya tienen dos hijos en común y se van de gira todos juntos en común armonía-, se lo toma con calma. “Bueno, si la crítica es constructiva es bueno echarle un vistazo. Somos de piel dura, así que los comentarios no van a tambalearnos. Pero por favor, no añadáis cuestiones subjetivas personales. Eso es de perezosos y malos redactores”.

Pues empezaremos tirando por el lado climático, que tras la matraca diaria de los telediarios todos somos unos expertos. Este nuevo álbum es mucho más brillante en sonidos, más optimista, más visible. “Es que el clima afecta”, nos cuenta Aaron. “Hemos vivido varios años en Wisconsin, y ahora llevamos más de dos en California. Y ya te digo yo que componer en aquellos fríos inviernos del centro de país no es lo mismo que hacerlo en esta templada costa. Personalmente prefiero el buen clima, me permite trabajar mejor”.

El sol no es el único elemento que afecta a este músico. Tanto él como su esposa son seguidores de las teorías místicas. Pero preguntarles por ellas es perderse en términos poco habituales. “La astrología védica –similar a la conocida, pero originaria del pueblo hindú- nos ayuda mucho en nuestra vida diaria. Y seguimos defendiendo la numerología. Los títulos “936” y “Cosmic logic” tienen un nexo que se explica empleando las teorías de esa escuela, pero creo que tu artículo no va a ser tan extenso como para poder detallar esa unión”. Tranquilos, chicos. Si toda esa espiritualidad suma a la hora de crear bellas canciones, bienvenidos a la tierra, Peaking Lights.