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Juan Luis Etxeberria Entradas

Cooper: We are the mods

Alejandro Diez, líder de los míticos Flechazos, repasa la escena mod actual y regresa esta noche a Donostia al frente de Cooper.

Aunque ya no sea Un movimiento tan popular, el poso mod sigue aún muy vigente en los variados festivales e innumerables clubs especializados de toda Europa. Espacios que gustan de alabar las virtudes de aquella escena social que explotó en las islas británicas a principios de los años 60 entre parcas y minifaldas, anfetaminas y revueltas callejeras.

Los chicos, elegantes y estilosos, se ponían el traje a rayas o se embutían bajo un Fred Perry. Ellas seguían los dictados de Twiggy, la primera top-model del mundo: pelo corto y liso con flequillo o raya en medio, pestañas postizas, faldas cortas. En los garitos sonaban melodías de la Tamla Motown o enérgicos guitarrazos no exentos de melodía.

Subidos en las estéticamente mimadas Lambrettas se desplazaban hasta los rallys, tomados más como paseos que como competiciones. Más información en modculture.com, en la castellana http://www.popes80.com/especialmods80.htm o en el recién editado especial del New Musical Express llamado NME Originals – Mod Special.

Todo un flechazo

«Gorra plana, hipsters blancos y casaca militar. Va a ser como si vivieras el rodaje de Blow Up» (Portadas en el Vogue de Los Flechazos, En el Club, DRO 1989).

El donostiarra Alejandro Diez capitaneó el grupo Los Flechazos, uno de los abanderados de la escena mod española de los años 80-90. Afincado en León desde la infancia, sus canciones y letras reivindicaban aquella cultura musical que nació con los Small Faces y acabó con los Jam, pasando por los Who, Spencer Davis Group o los Kinks.

Finiquitado aquel proyecto en 1996, Alejandro retorna ahora a la ciudad que le vio nacer con Cooper, su nuevo grupo. Conocida su teoría de sólo grabar singles (tema perfectamente detallado en la web de su sello Elefant Records), Cooper recopila ahora sus mejores canciones en el CD Retrovisor, una retrospectiva de la actividad de la banda durante los años 2003 y 2004.

Los viejos fans caerán en la cuenta de que Alejandro aparcó el Hammond en los Flechazos y ahora prefiere construir temas más guitarreros («más power y menos pop»), mientras disfrutan de los extras que este «retrovisor» deja ver (tres temas nuevos y varios videoclips).

Los recién llegados descubrirán su facilidad para construir canciones pop de intachable belleza: Cierra los ojos, Rabia, el Oxidado de inspiración donostiarra, Yo se lo que te pasa o la enérgica adaptación de Quiero regresar, revisión del tema de Los Flechazos. Cooper se presenta esta noche en la sala Irish Disco de Illumbe de la capital guipuzcoana.

Hacía mucho tiempo que no tocabas en Donostia…

Pero vengo muy a menudo, me encanta la ciudad. Me trae muchos recuerdos de mi infancia. Es una suerte poder actuar con Cooper por primera vez en Donostia.

¿Qué tal va la gira?

Muy bien, mejor que cuando presentábamos Oxidado o el anterior single 747. La diferencia estriba en que la mayoría de los medios de comunicación nos hacen más caso porque Retrovisor es un álbum.

¿Porque titulasteis Retrovisor al nuevo CD?¿Es una especie de vista atrás?

El disco es eso, un visor del pasado reciente de Cooper. La palabra «retro» siempre me ha gustado mucho, precisamente porque el concepto de lo retro no es nada antiguo..

Te olvidaste del viejo Hammond y ahora todo es más guitarrero.

Sí, no me apetecía seguir con el órgano, aunque es un sonido que me apasiona. Lo que ha surgido en Cooper es un sonido potente de guitarras y melodías pop, Seguramente más cercano a bandas de rock alternativo americano que a los sonidos de los 60 que estaban tan presentes en mi anterior grupo

¿Cómo ves ahora tu época Flechazos?

Las canciones me gustan mucho. Lo que pasa es que yo no soy la misma persona. No me veo cantándole a la Chica de Mel, y ya no vivo en la Era Pop.

Os hicieron un disco de versiones, Tu voz en color (Bip Bip, 2000)… ¿Eso te hace sentirte mayor?

En lo personal me siento en el comienzo de muchas cosas. Y si vas a un concierto de Cooper verás la energía en el escenario. El homenaje estuvo muy bien. Y no es el único. Y este año Contempopranea, el festival indie de Alburquerque, está dedicado a Los Flechazos.

¿Qué bandas escuchas ahora mismo, ya sean viejas o nuevas, mods o no mods?

Fastball, Fountains of Wayne, Gigoló Aunts, Matthew Sweet… Pero también oigo mucho jazz, soul de la Motown, punk del 77, bandas británicas actuales como Belle and Sebastián. Y hay cosas comerciales que no están mal: Bunbury, Julieta Venegas, El Canto del Loco, Coti…

Es difícil de explicar qué es un mod. Melódicamente…

En lo musical eclecticismo y capacidad de adaptación al momento: se pasó por el modern jazz, el blues, el sonido más pop y el soul n los 60. Después hubo mods que parecían punks, más sofisticados en la época de la New Wave, hubo mods cuando el Acid Jazz, mods metidos en el rollo Brit pop.

En las prendas…

En lo estético la imagen sixties es básica. Pero si a un mod no te lo imaginas de traje, entonces es que no es mod, aunque le guste mucho el rollo.

Y para desplazarse…

Las scooters son importantes. Hoy en día es un reflejo más de lucha contra esa idea de que es lo mismo lo viejo que lo antiguo.

Hablando de scooters, mantienes buenas amistades por la zona de Donostia.

Claro, la mejor tienda de discos, yo diría que de Europa, está en Donostia y se llama Beltza Records. Está Javi Sun (exScooters), una fuerza inspiradora para mí cuyo espíritu y amistad me acompaña desde hace años. Y luego la gente que suelo ver en los rallys. San Sebastián es parte de mi cultura, mis recuerdos y espero que de mi herencia.

Además, es el único sitio que aparece explícitamente referenciado en tu disco nuevo, en el tema Oxidado. ¿De donde viene esa canción, porque la escribiste?

Quiero que la gente viva sin miedo a decir lo que piensa, que se pueda hablar sin temor a que te quemen tu casa o te metan un tiro por expresar tu opinión. Creo en la palabra y en el diálogo, y sentía que a veces los músicos no hacemos todo lo que está en nuestra mano para ayudar a normalizar esta situación tan dramática.

Un buen Mod no se debe perder ningún libro de

Tom Wolfe, Baldwin, Kerouac, Dos Passos, Hanif Kureishi, Nick Cohn, Nick Hornby…

Y en el cine, Mod son…

Películas como Quadrophenia, A Taste of Honey, The Snack y A Bout de Soufflé y directores de la talla de Truffaut, Richard Lester y Mastroianni.

¿Iconos mods?

Jóvenes inconformistas que se saben adaptar al sistema y ponerlo patas arriba desde dentro: Michael Caine, Vasarelly, Picasso, Twiggy, Vidal Sasoon, Peter O’Toole, Keith Moon, Joe Orton.

¿Hay una filosofía mod?

Es mucho decir, cada uno adapta sus ideas, su credo y sus actuaciones a lo mod como puede: tengo amigos mods anarquistas y de derechas, mods pesimistas y otros vitales, católicos y ateos. Es más bien un estilo que ha conseguido pervivir en el tiempo porque mantiene valores que son universales, y además es la combinación perfecta entre individualismo y sentimiento gregario.

¿Crees que en España todavía persiste algo de este espíritu o se ha perdido con los años?

Sólo perviven las ganas de cachondeo y cierto actividad cultural sostenida por gente que pasa de la treintena. Hay rallies divertidos, buenos festivales, muy buenos DJ’s y algún grupo. Pero ha desaparecido el espíritu de revolución y el «proselitismo» que a nosotros nos llevó en los 80 a montar bandas, viajar, escribir en fanzines, hacer fotos, mantener el contacto… Eramos grupos más militantes: se trataba de armar jaleo alrededor de nuestra idea. Eso ya no existe.

¿Cómo estamos en la península, que aspectos o bandas mod calaron o han calado más fuerte por España?

Inglaterra es un caso aparte, allí lo mod es parte de su cultura. Pero España tiene la mejor escena de todas. La escena española es más relajada en el estilo, pero es mucho más divertida: más de camiseta, zapatillas y flirtear con lo indie o con el rock en plan Ruta 66. Y cuando nos ponemos en plan serio, somos más mods que nadie, sobre todo la gente que llevamos nuestro tiempo en esto.

¿Que grupos abrieron el camino?

Brighton 64, Los Elegantes, Negativos, Kamenbert, Los Canguros, Los Scooters. Luego llegaron Flechazos, Doctor Explosion, Allnighters desde Gazteiz…

¿ A nivel de eventos sigue viva la llama mod?

Sí, claro. el «Euroyeyé» de Gijón es una pasada. Y este año se recupera el Purple Weekend. Sin olvidar esas fiestas pequeñas que se organizan en cada ciudad y que permiten montar un entramado muy interesante: Mallorca, Valencia, Barcelona…

Cuales son tus próximos pasos musicales? Nos cuentan que estas colaborando con Javier Sun en sus nuevos temas.

Sí, me hace mucha ilusión. Y estoy deseando que salga adelante ese proyecto. Con Cooper tenemos que hacer algo pronto, ya hay canciones nuevas… ¿otro single? Seguramente.

Blaze: Aperturista

Jazz aperturista el previsto para el próximo jueves en el Be Bop donostiarra (y al dia siguiente en el Auditorio Gezala de Lezo) de la mano de la promotora local Taupa.

El combo norteamericano Blaze aterriza en Guipuzcoa dentro de su gira nacional, colección de fechas que les lleva por 15 puntos de la península para mostrar esos sonidos de inspiración clásica a la que tan bien le sientan las moderneces.

Que si un sampler por aquí, que si scratches de tocadiscos por allá. Sin perder la senda tradicional pero abriendo la mente y actualizando los viejos esquemas con elementos de actualidad. De eso hay y mucho en “Aural Karate”, el último de los discos publicados bajo el nombre de Blaze.

A Euskadi vienen, en ésta su tercera gira nacional, con una formación de cuarteto (Brannen Temple a la batería y disparando las maquinitas, Phillipe Vieux al saxo tenor, Andy Langham al teclado y Edwin Livingston al bajo eléctrico). Con el primero de ellos, ideólogo y principal impulsor del grupo, charlamos sobre la infinidad de colores que se pueden vislumbrar en el calidoscopio musical de esta banda norteamericana.

“Bueno, en dos palabras, podríamos decir que Blaze es una mezcla de funk, jazz, hip hop y electrónica, tomados todos ellos de manera muy libre. Aunque soy fan de mil y un estilos de música y debo ser sincero con mi corazón. Tomo elementos que me gustan sin importarme a qué estilo pertenezcan”, nos cuenta Temple.

Por mucho que mezclemos de diferentes envases sonoros, dejemos las cosas claras desde el principio. “Adoro el jazz. Es un estilo complicado a la hora de tocar, pero no lo abandonaré jamás. Amo y respeto este tipo de música. Es un honor poder practicar y acercarse a esta forma artística”.

Pues más de un purista, de esos que aplauden la ristra de influencias que aparecen en tu web (www.brannentemple.com), te habrá echado en cara los detalles electrónicos que utilizas. “Bueno, mucha gente me lo dice, es verdad. Pero qué le voy a hacer. A mi me gusta probar y salsear”. Pues, sin ser predominantes, no quedan nada mal en el conjunto total de sonidos.

Seguro que el rap y el resto de músicas negras, por ejemplo, también viajan en tu reproductor de CDs. Su poso también se puede intuir sin gran esfuerzo entre las canciones de Blaze. “Adoro el rap y el hip hop, el soul y el jazz”. Pero esas músicas tienen espacio, en mayor o menos medida, para las voces. Opción que tu has desechado de tu proyecto instrumental Blaze. “Pienso que no estoy en ese punto. Quién sabe, quizás en el futuro. Hicimos pruebas con una cantante en Taiwan, y la verdad es que no estuvo nada mal”.

Nuestro pegador también hizo ejercicios de oficio para Janet Jackson, Alejandro Escovedo, Sheena E y Kevin Paige entre otros. ”De todos extraje buenas experiencias. La vida te da lecciones, es un continuo aprendizaje. Toma lo bueno y pasa del resto”. Ese conciliador enfoque predomina en toda la conversación. Brannen Temple es baptista (“doy gracias a Dios por mis dones”, se puede leer en su página de Internet) y colaboró en su mocedad con la iglesia de su ciudad.

Ahora acaba de grabar su primer disco en solitario y lo que será el cuarto disco de Blaze, canciones que podremos escuchar en Donostia y Lezo. Para tenerlas en formato casero, deberemos esperar un poco más. Aún no tienen casa madre por estos lares. “Bueno, estoy más que dispuesto a escuchar ofertas. ¡Si hay algún editor discográfico que lea estas líneas, que me escriba!”.

Bukowski CD Volumen 1

Nueva York y Barcelona, ciudades siempre exportadoras, tienen sus locales emblema, esos que aparecen el películas de culto y anuncios de multinacionales con el mismo rubor. Nuestra costera capital, pequeña y snob ella, navega como siempre entre tantas aguas que no acaba por bañarse en ninguna. Salvo honrosas excepciones, claro. Esas que cimentan la ciudades que quieren avanzar y que florecerán, a ojos del gran público, cuando ya sean historia. Dentro de 5, 10 o 40 años…

Quizás el Bukowski sea una de ellas. Acaso lo pensaba el escritor, que vivió también a medio camino entre el reniego colectivo y el salvajismo personal. Lugar de encuentro de inquietudes culturales, el local hostelero situado en la subida al barrio de Egía se fue convirtiendo, sin ruido, con sólo abrir sus puertas, en sala de proyección. Bajo su techo era usual ver a gentes que dirigían películas mudas, cantaban en inglés, hablaban en euskera o escribían sus pequeños textos periodísticos en castellano.

En el “Bukos” también recalaban las bandas noveles, por allá pasaba la ciudad más activa e impulsiva. Reuniéndose en su “sala de estar”, sobre y frente al escenario, se podía observar un barrio y una ciudad en constante regeneración.

Y por allí desfilaron todos y cada uno de los grupos que suenan en este CD. Una muestra plural y abierta, siempre con tendencia a subir el potenciómetro del Marshall, sin olvidar la provocación que los ímpetus juveniles conllevan.

Todos ellos colaboraron en crear magia donde otros únicamente ven paredes rojas. Cuantas noches que nacieron para coger una película en el videoclub de la calle Ametzagaña y acabaron en sábanas ajenas gracias a la magia del Bukowski, el Bukos y su fun-fun…

Sería hortera acabar con un “larga vida al Bukowski”, porque sabemos que ésta pende de un hilo. Además, uno de sus principales valores fue el de vivir en el anonimato y la sencillez, lejos de los carteles a color y fiestas promocionales, llegando a metas altas con actividades humildes y necesarias. Porque la inquietud, amigos, no se puede comprar.

Destroyer + Frog Eyes

Destroyer + Frog eyes (Gazteleku Zarauz)

Fresquita cita en Zarauz (2 grados en la calle) para ver a Daniel Bejar y su proyecto Destroyer, que venía a presentarnos “Your Blues”, su nuevo CD. Por la calle, ni un alma. En el Gazteleku de la ciudad costera, unas pocas más. Parece que los viernes son peleones para las melodías emotivas.

Abrió el evento Frog Eyes, formación de acompañamiento del señor Bejar en el concierto posterior. Duramos poco, mientras nos lamentábamos de que el señor guitarrista-cantante se hubiera dejado la medicación en el avión. Si las canciones deben transmitir sensaciones, nosotros acabamos calados de esquizofrenia pop con un punto Franz Ferdinand. No me hagan recordarlo, que me entran unas ganas terribles de invadir Polonia.

Dicho desequilibrio melódico contagió en demasía al autor de “Your Blues”, un disco repleto de aciertos sonoros, a medio camino entre el pop del primer David Bowie y el folk. Allá donde las canciones sonaban dulces, ahora, gracias al hiperactivo guitarrista antes nombrado, lo hacían nerviosas y tensas. Nos dedicamos a tararear los originales, inhibiéndoles todo el sebo de concierto. Al llegar a casa, recuperamos el CD y nos quitamos la radioactividad de encima. Pudo haber sido, pero no fue.

Adriana Olmedo

Noche de gala la de hoy para la pamplonica Adriana Olmedo. Su disco de debut “La Fanfar del Grito” (Labaltelkuëyo Records) se presenta ante los suyos en la Escuela Navarra de Teatro (C/ San Agustín, 5. Pamplona).

Puede parecer casual la elección del lugar. Pero esta joven de 27 años ha tocado muchos palos antes de poder editar su primera colección de canciones.

Le dio al heavy en los grupos de su tierra. En ellos curtió el chorro de voz que presenta, mientras su habitación comenzaba a ser testigo de los primeros pasitos de la Adriana cantautora. Luego le inquietó el teatro, engordando currículo a velocidades astronómicas: Estudios en la Escuela Navarra de Teatro y la Escuela de Clown de Eric de Bont en Ibiza, representaciones de Lorca o Ionesco, socia en el dúo Cataclown…Sí, también la ahora encumbrada Bebe siguió caminos similares. “Tenemos cosas en común, pero luego por dentro no creo que nos parezcamos mucho”, nos cuenta Adriana desde la lejanía.

Las artes escénicas le permitieron desarrollar la expresividad que en disco convence y en concierto seguro que contagia. Si cantando en castellano fue capaz de obtener salvas de aplausos en Francia… En el país vecino se permitió el lujo de abrir un concierto de Manu Chao ante miles de personas. También tuvo tiempo, con su guitarra española, de patearse Italia y parte de la cornisa cantábrica.

Concierto de Javi P3z

Retornaba a su ciudad Javi P3z para presentarnos “Sports”, su último disco. Un trabajo que ya estaba ensayado en público, salpicado de pequeñas boutades (Jazzaldia 2003) y presentado en formato DJ en el Bar Bukowski donostiarra. Pero para el cubo pequeño del Kursaal nuestro chico de Amara venía más entrenado, a hacer marca que dirían los atletas.

P3z se supo acompañar de una elegante sección de percusión, con Luis Camino y el pegador repleto de criterio Galder “Kuraia” Izagirre. Los bajos los marcaba el sempiterno socio Makala. Elevados y elevando los ánimos, un trío soplador que brilló en la primera parte del concierto. Teclados, guitarras y un DJ de imágenes completaban la formación titular del conjunto.

En el espacio central estaba el maestro, como en las viejas orquestas de salsa. Más entertainer que cantarín (las canciones eran instrumentales), P3z sustituyó la antigua batuta por breves disparos de sampler, mientras la guindilla interna le hacía moverse, hablar, soltar enérgicos coros o elevar las energías que su música presentaba.

Unas canciones que beben de sabores negros y latinos. Los deportes de P3z homenajean al funk y a Fela Kuti, a la música disco de los 70 y el dancehall jamaicano. Sin purismos pero con un gusto exquisito, el disco que tantas veces hemos escuchado en casa subió muchos enteros en vivo. Hasta hubo tiempo para el recuerdo de su antiguo grupo Parafunk, demostrando que cualquier tiempo pasado fue… más brioso.

No consiguió su propósito de derretir el cubo, porque aquí la gente escucha más que baila. Pero es innegable que la plata o el oro debe colgar, desde la noche de ayer, en los hombros de este (aún) inquieto creador donostiarra.

Grupos del Festival Stoner

Roll over.

La propuesta de estos donostiarras parece la más abierta del cartel. Pero para escucharla en disco deberemos esperar unos días más. Jorge Reboredo anda en su estudio de grabación dándole los últimos toques a las cuatro canciones de este cuarteto. Pero ya escuchamos la versión de la Creedence Clearwater revival (“Fortunate Son”), el arranque machacón de “Cristal eye”, los momentos más inquietos y animosos, con esos riffs de guitarra contagiosos que suenan en “Open till Dawn” y “Im gonna Win”.

Sharon Stoner.

Estos llevar el rollo “stoner” hasta en el nombre, bien mezclado con algo de sensualidad femenina. Finalistas del concurso maquetero de Euskadi Gaztea y ganadores hace breves fechas del concurso Danbaka de Eibar, los oñatiarras rezuman energía por los cuatro costados en su CD homónimo (autoedición, 2004). La semana pasada aplaudíamos su “Rocco never dies”, incluido en el Cd “Gaztemaniak! 8” por fiero y abierto. “Hesi” y “John Allen” no le van a la zaga en rabia y sonidos intensos. Aunque parezca mentira por los títulos, cantan en euskera, y en concierto le alborotan el pelo al más peinado.

Neubat:
Ahora que Sorkun ha bajado el pistón (estos gazteiztarras ponen música a la voz de la dama de Orereta), Neubat toca a diestro y siniestro cada fin de semana, paseando lo que hasta hoy es su ultimo CD “Dantzaldiko Erreginak” (Metak, 2004). Una grabación en la que dan tanta importancia a las contundencias heredadas por los Black Sabbath y compañía como a unas mayores ganas de innovar sin salirse de estilo musical más golpeador y pedregoso. “Basamortu motela”, “Blancoman”, “Topper Harley” y “Dantzaldiko erreginak” son buenas píldoras para conocer el régimen alimentario de esta banda alavesa.

Basque Country Pharaons: Come on, kamon!

Tras la actuación del trío más famoso de Oriente y sus roadies con turbantes, regresa la actividad sonorofestiva al Bukowski donostiarra, donde mañana tenemos espectáculo de imagen y sonido a cuenta de Basque Country Pharaons, divertida banda navarrica. La parranda acaba con los DJs invitados.

Entre ambos eventos llegará la hora de la sección foto, con la exposición retrospectiva del pasado Azkena Rock Festival a cargo del artista La Maquina de Huesos, fotero de Rentería y retratador oficial del último certamen gasteiztarra. «Es un festi de la ostia. El primer año me lo pasé muy bien, y en esta edición he visto a uno de mis héroes, Roger McGuinn (The Byrds). En ese momento supe que mi novia iba a ser para toda la vida». Tamaña demostración de amor corre a cargo de Toot & C’mon!, Sobrenombre bajo el que se esconde el encargado de los sonidos vocales, la armónica y los chistes de los faraones de Pamplona.

En esta banda de ascendencia egipcia («primero queríamos hacer country. Somos vascos y el nombre de Basque Country Pharaons nos parecía cojonudo. Pero no tenemos ni idea de tocarlo, aunque lo adoremos»), todo es medio en broma medio en serio. Miren si no los apodos bajo los que se esconden el resto de rufianes melódicos: The Mighty Ramses (guitarra lanza rayos), Ramnai Apestophis (bajo y contorsionista), Ander my Wheels (batería y portero de discoteca jevi). Esperan que la maldición de algún antiguo dios egipcio devuelva a la tierra los sonidos más contundentes y sudorosos del panorama musical. «El rock está en época de embalsamamiento, por mucho que se diga que tiene un resurgir. ¿Resurgir? Haced el conjuro para que despertemos y veréis».

Claro que sobre esa divertida forma de ver la vida hay una base bien cimentada. Los faraones cuentan o han contado entre sus filas con gente de Rosslis, Athom Rumba o Mermaid («Ya está hecho el nuevo disco de Mermaid, buscan discográfica de nuevo. Va a ser la sorpresa del 2005. Ya no estoy en el grupo y desde fuera lo veo como el gran disco del año que comienza»).

Pero el plan de esta banda faraónica es diferente. Pasan de grabar discos por ahora y no tienen ni maqueta. «Hasta que alguien ponga sobre la mesa una propuesta (no tiene por qué ser seria, si ni siquiera nosotros lo somos), no pensaremos en ello. Mientras tanto la pasta que ganamos se va en placeres físicos. En realidad tocamos porque no queremos quedarnos en casa y pudrirnos viendo en lo que se está convirtiendo Iruña..».

Lo suyo es pura diversión, como demuestran en todos y cada uno de los conciertos que perpetran. La promoción habla de drink-heavypunksoul para definir su estilo. «Un concierto nuestro es lo más divertido que verás en todo el desierto. Es sexo, surrealismo, un rollo cafre musical».

Figuran en su historial muchos conciertos por la geografía vasca y española que confirman esa idea y el buqué que les da haber abierto para bandas como Jon Spencer Blues Explosion, Diamond Dogs, Kuraia o Barricada. Pogues, Creedence, Dictators o Grand F. Railroad aparecen en el lado de las versiones.

Las letras, adaptadas al idioma de don Quijote, no desentonan con el resto de aspectos. «Hablamos de señoritas y sus mamás, boxeadores gagás, coches-casa, lluvias de chimpancés, super-héroes de andar por casa..». Sin olvidar la energía que transmite su voceras, autentico lobezno de escenario. «Me como con patatas a Salma Hayek en cualquier barra de striptease». C’com, c’com, tutankamon!