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Juan Luis Etxeberria Entradas

Carmen Linares: Un ramito de flamenco

Día: 15-XII-2005
Lugar: Sala de Cámara del Kursaal (Donostia)
Asistencia: unas 500 personas.
Interpretes: Carmen Linares (cante), Gerardo Núñez (guitarra), José Manuel León (guitarra), Pablo Martín (contrabajo), Angel Sánchez (percusión), Ana María González (palmas), Javier González (palmas).

“En Euskadi pasáis del Flamenco”, decía una donostiarra minutos antes del concierto que la andaluza Carmen Linares ofreció en el Kursaal. Bueno, chica, que el aforo se ocupe un 75% para entregarse a “quejíos” y tarantas tampoco me parece una mala entrada.

Otra cosa es desbocarse en lugar tan solemne. Las iniciales “Canto a la resignación” y la enérgica “Pocito de Nieve” invitaban al palmeo intuitivo. Y allá se soltaron los sectores menos vergonzosos. Pero el lugar se poblaba de “ptsss” a nada que se desmelenara uno.

Y es difícil controlarse con músicas tan corporales y sentidas. Repletas de arrebatos musicales y vocales: guitarras que al menor pestañeo aceleran y frenan sus inabarcables dibujos, un contrabajo de maneras algo jazz y un cajón de sentido toque.

Con una impresionante banda en la que sobresalía el guitarrista Gerardo Núñez, la Linares fue despezando su voz, algo desaparecida al comienzo del show, para ir entregándose a bulerías como la canción de Vainica Doble “Quiero tu nombre olvidar”. Más tarde llegaron los fandangos (“Mirando pa el firmamento”), las instrumentales de patio andaluz y final apoteósico (“Trafalgar”) y los acelerados tangos (“Canta con la voz del corazón”).

Así hasta casi las 2 horas de un acto que acabó con una larga tanda de solos y una aplaudida improvisación informal y contagiosa. Demostrando que la esencia de este arte se encuentra en lugares menos formales que nuestro Kursaal.

Kokolo: Yema Africana

Dia: 13-XII-2005
Lugar: Sala Gazteszena (Donostia)
Asistencia: unas 100 personas

Luchando contra la superchería de gatos negros, escaleras, saleros y espejos rotos, los responsables de la inquieta y siempre aplaudible programación foral Gaztemaniak! presentaban en Donostia el pasado martes (y 13) la última de sus propuestas musicales.

Pero la capital guipuzcoana parece rehuir cualquier elemento sospechoso de producir mal fario:  La sala Gazteszena del barrio de Egia estuvo más bien desierta (unas 100 personas) ante la actuación de los norteamericanos Kokolo, populoso combo afrobeat que tiene como finalidad principal hacer mover el esqueleto con sus ritmos latinos y africanos.

Pocos conocían de antemano las virtudes musicales de esta banda afincada en el Chinatown neoyorquino. Las preguntas de “¿Sabes de que va?” y “¿Estará bien?” se escuchaban en los corrillos.

Mi ayuda no podía ser muy certera, sobre todo en lo referido al nombre de la banda. Para mí, Kokolo venía a ser la yema del huevo frito en aquel lenguaje infantil de “apapas” y “arreburriquitos”. La versión oficial, mucho más certera, indica que Kokolo significa “seguidor devoto de las músicas africanas” en el lenguaje callejero norteamericano, eso que llaman slang.

Los dos guitarristas, la sección de vientos coja (uno de los sopladores tuvo que volver a casa por cuestiones personales), el electrizado bajista, las percusiones del señor Gonzalez, un batería con pegada indiscutible y la voz del señor Ray Lugo (cabeza principal de esta formación) se encargaron de demostrar que las versiones oficiales suelen ser más acertadas que los runrunes callejeros.

Los 90 minutos del concierto se pasaron volando, mientras unos escuchaban aquellas canciones de yema africana y clara jazzero-latina (prueben a imaginarse una canción que mezcle a Fela Kuti y el son cubano por igual) y otros se entregaban a ellas moviendo brazos, piernas, caderas y resto de fibras musculares.

Kokolo presentó sus melodías contagiosas, trabajadas alrededor de repetitivos ritmos de batería y bajo y con espacios para los diferentes momentos de expresión personal: ahora un sólo de trompeta, más tarde uno de percusión que se hizo algo largo, ese tradicional punteo de guitarra…

Siempre ayuda que el cantante tenga raíces venezolanas y se exprese en perfecto castellano con la audiencia, a la que animaba constantemente con sus maneras afables y vacilonas a integrarse en la gran fiesta de ritmos imparables que fue el concierto de Kokolo. Una actuación que cuando llegue al Jazzaldia (no sería extraño) bailarán como locos, pero que el martes pasado sólo congregó a unas pocas decenas. Será que era Martes y 13…

Blami: Exposición en Drum

Son las 21.35 del día en el que hemos quedado con Blami (de nombre real Jose Antonio Iglesias) para hacerle una entrevista en su sede “oficial”, el bar Siglo XX de Lasarte. Un espacio que durante los últimos años ha ido cambiando sus paredes y su fisonomía artística gracias al empuje creativo del lasartearra que hoy entrevistamos. ”El siglo XX es mi “estudio de trabajo”. Si no hubiese un espacio como este, no se donde estaría pintando”, dirá el señor Iglesias en nuestra charla posterior.

La cita era a las nueve y cuarto, pero uno ha aprendido a no sulfurarse cuando queda con un artista que se encuentra preparando no una sino dos exposiciones. Hacemos tiempo tomando un refresco y leyendo los titulares de la típica revista gratuita de tendencias, entre hypes británicos recién traducidos y artistas malditos con promoción excelente, cuando nos topamos con un anuncio que capta nuestra atención. “Blami. Exposición. Galería Iguapop. Barcelona. A partir del 15 de Diciembre”. No es la única empresa en la que Blami ha estado invirtiendo su tiempo los últimos 24 meses.

Este antiguo director artístico de la marca textil Loreak Mendian inaugura hoy viernes, en la galería Drum de Donostia, una muestra de reciclaje artístico que se presenta con el nombre de “Sua”: La materia prima son cuadros pillados de la basura o de algún mercadillo de segunda mano a los que el autor ha añadido ardientes llamaradas.

Pasamos a la trastienda del bar de nuestra cita, el estudio de nuestro entrevistado. No se lo imaginen picassiano, amplio y lleno de oleos de mozas desnudas. Estamos hablando del almacén, donde las cajas de cervezas sirven de apoyo a los lienzos.

Perdona el retraso. Estaba en el taller, trabajando a toda velocidad en los cuadros”. Jose abre su ordenador para volcar en él las últimas fotos que ha sacado, referidas a la preparación de “Sua”.

Mientras repasamos las instantáneas que recogen fogonazos pintados sobre cervatillos a la carrera y una careta del cantante de Kiss Gene Simmons que se podrá observar en la muestra de la ciudad condal, abordamos a Blami sobre el concepto de “Sua” (Fuego en euskera). “La idea del fuego, de quemar los ambientes de las láminas, nació mientras estaba terminando la muestra de Barcelona. Al principio no la veía nada clara. Y había decidido olvidarme de ella. Pero una noche calurosa, volviendo para casa, vi el monte Buruntza quemándose, con una línea incendiaria que bordeaba la silueta. Y dije, ‘esto es una señal. Tengo que hacer la exposición siguiendo la idea del fuego’ ”.

Sorprende la temática elegida, más allá de apariciones y señales del destino. No suele ser habitual encontrar elementos tan destructivos en las obras de Blami. “En mi caso es pura estética. Es una forma de darle otro toque a estos cuadros que están tirados en las tiendas de segunda mano y que se pueden comprar por 3 euros. Lienzos que han estado en las casas de la generación de nuestros padres. La idea es retomar estos cuadros, actualizarlos con ese elemento ardiente, y llevarlos a las casas de la gente joven añadiéndoles ese toque extra”.

Observamos algunos ejemplos en la pantalla del ordenador, y vemos que la cosa funciona. Aunque en algunos casos el resultado final sea bastante impactante. Unos niños dibujados en algún cursillo de Casa de Cultura tienen ahora un fondo incandescente. ”Me daba un poco de cosa meter fuego en ese dibujo. Se ve que realmente los niños no se llegan a quemar el fuego está detrás. Pero si que es un poco heavy”.

Transgresiones visuales que se han añadido siguiendo un criterio estético y de forma.” Mi tío y yo, cuando cogemos una obra para empezar a pintarla, miramos bien la composición y pensamos sobre el lugar en el que añadir el fuego, qué es lo que vamos a quemar. Intentamos buscar un equilibrio, que estéticamente nos guste y nos llame la atención”.

Aparece en la conversación el tío del entrevistado, Severiano Iglesias, pintor y activo colaborador de Blami en esta muestra donostiarra. Es hora de repartir los galones. “Su participación en la expo ha sido muy activa. No es un creador excesivamente realista, tiene su estilo propio a la hora de hacer retratos y paisajes. A mi me interesa mucho el punto “clásico” que tiene él y su forma de pintar”.

Mano a mano, tío y sobrino han montado esta exposición que tendrá una escenificación muy particular, mientras el autor afirma no saber el valor de venta de estas pinturas. “El precio siempre es lo último en lo que pienso. Pero es verdad que siempre hay una inversión que esperas, al menos, recuperar. Voy a centrar “Sua” en el lugar donde suelen estar colgados estos cuadros originalmente: los salones de las casas”.

Ampliamos detalles sobre la escenografía del lugar. “Voy a ambientar el espacio de la galería con unas alfombras y lámparas altas de flequillos, dándole calor al lugar. Que entres como si estuvieras entrando a un salón, que pises una alfombra, que veas los dibujos con esos típicos marcos dorados. La luz tenue vendrá de estas lámparas, no será la típica luz blanca de la galería. Y quiero ambientar todo con un loop de sonido de fuego”.

Si aún no sabes que pedirle a los reyes Magos o el Olentzero para esos amigos que se acaban de adquirir a una nueva y exprimida solución habitacional, indicarte que esta muestra estará visible y adquirible desde hoy hasta el próximo 10 de enero en la Galería Drum, situada en la donostiarra calle General Etxague.

Pero Blami, como un político en época de elecciones, tiene la próxima semana otra inauguración. Será en la barcelonesa Galeria Iguapop. “Es importante exponer en Iguapop porque es una oportunidad de enseñar mi trabajo en un espacio que suele mostrar cosas “diferentes”. Con artistas del mundo de la calle, tipo Bansky y derivados. Ya sabes, ese rollo al que se han apuntado ahora todas las marcas de ropa, con publicidad hecha a mano”.

Una muestra de más de 40 composiciones que se han construido bajo el juego entre dos colores simples. “Durante los últimos 18 meses he estado montando esta muestra, haciendo trabajos basándome en la idea del blanco y negro. Es una recopilación elaborada bajo técnicas diferentes: Unas son pintura, otras son un PVC negro rallado con un cuter”.

Tras la apertura de su exposición barcelonesa, Blami va a fijar su residencia en la ciudad condal. Un viaje que le permitirá trabajar como hasta ahora pero con un mayor almacén de suministro de materiales, sin mayores pretensiones de fama y reconocimiento.” No pienses que voy para ser más reconocido. Llevo muchos años en Lasarte trabajando, metido en el almacén del bar. Y lo que he hecho es producto de lo que estoy viviendo aquí y a los materiales habituales con los que trabajo. Si veo una puerta en la basura, imagínate la de cosas que me podré encontrar en las calles de una ciudad grande. Pienso que voy a estar mas abierto a la variedad de soportes. Y si aquí puedes acceder a dos tipos de lápices, en Barcelona puedes conseguir doscientos clases”.

Mientras hablamos de lo estancado de la escena musical y de ocio donostiarra, de las siempre comedidas revoluciones artísticas callejeras en Donostia, de las persecuciones que acechan a los grafitteros, de las ayudas públicas al arte nuevo y demás, nos despedimos de Blami.

Le deseamos que Barcelona sepa apreciar, como lo ha hecho Guipúzcoa, su arte urbano, contestón, irónico y lleno de referencias musicales. A ver si el salto le permite ir despegando poco a poco en estos complicados mundos artísticos. “No te preocupes. Todo llegará. Y si no llega, pues nos quedaremos encantados en el Siglo XX”. Ahora que lo releo, tiene su coña la frase…

Rinôçérôse: El rock también se baila

Interpretes: Dead Combo + Rinôçérôse
Lugar: Sala Play (Hernani)
Día: 02/12/2005
Asistentes: unas 800 personas

Elegante llenazo el registrado en la hernaniarra sala Young Play (perdón, es la costumbre, ahora se llama sólo Play) con motivo de su Opening Session, nombre anglófilo heredado de los templos de baile ibicencos cuando dichos espacios reabren sus puertas tras el parón habitual.

Y arrancaba con un concierto de Rinôçérôse, banda francesa (no hay más que ver los acentos de su nombre) de gran acogida en el país vecino que lleva un tiempo demostrando que las guitarras y las bases electrónicas pueden ir juntitas de la mano con elegantes resultados.

La noche debía empezar con la actuación del dúo finlandés Dead Combo, pero algún problema de última hora hizo inviable la escucha de unas canciones que beben y mucho de las fuentes del grupo principal de la noche. Al menos los chicos no se lo pasaron del todo mal: uno de sus integrantes hablaba asiduamente al final de la velada con el morro de una botellita de vino.

Esta banda formada por Jean- Philippe Freu y Patrice Carrie, dos sicólogos que tienen como terapia particular ir azotando el mundo con sus mezclas de rock y baile, ofreció la noche del pasado viernes un concierto espectacular.

La formación francesa acercaba a Guipúzcoa “Schizophonia”, el último de sus trabajos, con un montaje visual enganchón. Las pantallas disparaban imágenes a toda velocidad, el humo invadía el escenario y los juegos de luces demostraban usos discotequeros. La fiesta estaba servida, como bien lo demostraban con sus saltos y bailes las cerca de mil personas presentes.

En lo musical Schizophonia es un trabajo más potente y salvaje que los anteriores. Las guitarras se han desbocado (no hay más que escuchar los riffs a lo AC/DC de su último single “Bitch”), mientras los fondos siguen teniendo ese puntito afrancesado, con estilos de house filtrado y agradable y detalles funkys.

Pequeñas fórmulas de éxito contrastado (subidones sonoros, contagiosos juegos de percusión, uso de sirenas) hacían que el desentumecimiento muscular fuese total.

Hasta tres veces tuvieron que salir Rinôçérôse a tocar unos bises antes de que los asistentes rompieran en aplausos y la Play ofreciera su otro uso habitual, con DJs poniendo música hasta bien entrada la madrugada. Pero eso, como decían en aquella gran película de Jack Lemmon, “es otra historia”.

Hans Vreijling : “Decir que eres DJ es una cosa. Tener talento es otra cosa”

Cuando los chicos de <> estén pegando sus salvajes guitarrazos sobre bases electrónicas esta noche en la guipuzcoana sala Play, una persona estará en el lateral del escenario, respirando más tranquila que en las últimas dos semanas, mientras va puliendo pequeños detalles de última hora.

Ese hombre responde al nombre de Hans Vreijling, y es el nuevo coordinador musical (“pon director artístico, que suena mejor y es más realista”) de la discoteca Play de Hernani.

Hans también es el culpable de la enorme difusión de la música electrónica en Gipuzkoa en los últimos años. Desde aquella primera fiesta en 1994 realizada en Donostia, sus inquietudes programadoras han conocido diversos emplazamientos y estilos.

Tan pronto se montaba un festival a mayor gloria de la música electrónica (Electrogaia) como abría las habitualmente bailarinas pistas de baile a las actuaciones musicales de bandas punk, rock, pop y resto de orfebrería guitarrera.

Socio y coordinador de actividades en la discoteca Pagoa, la nueva y ambiciosa labor de este holandés que vino de visita y acabó quedándose nace con ambiciosos deseos: Presentar otro espacio de medio/gran aforo que acoja conciertos musicales y sesiones de música pinchada. Un proyecto, el de esta discoteca hernaniarra, que renació bajo su mando en Julio de este año y cuya nueva temporada arranca esta misma noche.

Mientras intentamos aclararnos sobre las diferencias entre los estilos minimal (fusión del sonido Detroit y el downtempo), gabba (hardcore techno tan alto como rápido y agresivo) y el floreciente trance (vuelven los bajos mutados y los subidones sonoros, aunque con variaciones) que sin duda podremos encontrar en la oferta futura de esta discoteca de Hernani, pasamos el micro a Hans para que nos explique su vida, obra y futuros milagros. Neófitos, prepárense para asimilar etiquetas musicales.

Sitúanos

Soy Hans Vreijling. 36 Años. Nacido en Woensdrecht, Holanda

Tu historia con el mundo de los DJs comienza en….

En 1987, en Holanda, esperando la apertura de la tienda de discos para comprar los últimos vinilos de importación de new beat, el comienzo de la música electrónica en Bélgica. Algo así como el acid house en Inglaterra.

¿Tu has sido DJ?

Nunca he pinchado discos. Durante mas de diez años he organizado fiestas y mucha gente me ha preguntado porqué no pincho. La respuesta es que he visto muchos DJ’s organizando fiestas y ellos siempre querían pinchar en el mejor momento. Para montar buenas fiestas lo mejor es dejarle la mejor hora al DJ importante.

¿Qué hace un holandés como tú en un sitio como este?

En 1992 me fui con unos amigos a San Juan de Luz a pasar un verano. Encontré trabajo allí, y bueno, también encontré una novia. Y hasta hoy.

Comenzamos a saber de ti en Pagoa …

Empecé a programar en esa sala en septiembre 2001, pero mi primera fiesta fue en el KU de Donostia, en 1994. Empecé a montar fiestas porque en Euskadi no se escuchaba la misma música que en Holanda, y lo echaba de menos.

Por eso entré en Pagoa. Faltaba una sala en Gipuzkoa dedicada al techno. En la actualidad, ésta discoteca guipuzcoana tiene fama de tener una programación de DJ’s muy potente, al nivel de discotecas ubicadas en Madrid, Berlín o París.

Pero tu currículo es más amplio.

He organizado fiestas en Erne/Itzela, Jazz Berri, Keops, Matraka y también en Francia (Challenger, Pau y algunas fiestas al aire libre). En el año 1997 empezamos con los espectáculos del 14/15 de agosto, que a partir del año 2000 se transformaron en el festival Electrogaia.

Ya en Pagoa comenzaste a dividir los lugares en dos espacios: baile y conciertos. Pero pronto las actuuaciones fueron desapareciendo….

Pienso que cada música tiene su momento. Los conciertos tendrán mas éxito en el futuro, porque los jóvenes escucharán mas rock o hip hop. y el techno no estará tan en boga. No olvides que hoy en día hay mucha mas oferta que antes para el ocio y que la gente no tiene dinero para todo.

¿la gente comienza tarde a buscar músicas de baile más contundentes?

La cultura de aquí es muy diferente a la mía. En Holanda la discoteca abre a las 22h00. Aquí no va nadie antes de las 02h00. Pagoa abre a la una de la mañana porque no estamos en una zona urbana y la gente que viene a la sala necesita coger el coche y viajar por mínimo 20 minutos.

¿Que estilos de baile han predominado entre la juventud vasca estos años?

En el inicio estaba la maquina de Valencia. Luego el trance y el progressive. A partir de 1995 empezó el techno. Hoy los mayores escuchan minimal techno o minimal house y electro (mezcla de techno y house). Los jóvenes le dan al bumping, techno con latigazos de bajo que suena atronador en videojuegos como Wipeout Pure.

¿Guipúzcoa ha estado al tanto de las diferentes modas que han surgido en el mundo de la música de baile?

Aquí hay un retraso importante. Pero este retraso se reduce gracias a Internet y las revistas especializadas.

¿Como ves a Gipuzkoa en este tema del baile en la actualidad?

No me quejo. La verdad es que en la discoteca de Oiartzun tenemos mucho éxito. No te puedo decir cómo van las cosas en las otras salas.

¿Qué estilos predominan ahora en las discotecas de baile?

El progressive ha bajado mucho y el tribal/percussion siempre ha funcionado. En este momento en España abunda el hard techno (ritmos repetitivos entre 160 y 300 bpms) en las discotecas y el minimal house y el electro en los clubs.

¿Y en la capital?

En Donostia hay mucho house comercial y pachanga.

¿Ha pasado el boom del baile?

No estamos en el mejor momento. El éxito del baile ha pasado porque antes podías escuchar a los DJ’s en muy pocas discotecas. Ahora hay festivales de música de baile con 40000 asistentes, y los DJ’s pinchan en todas partes.

Decía un amigo que todo el mundo es DJ ahora

Decir que eres DJ es una cosa. Tener talento es otra cosa.

¿Planes en tu nueva aventura?

Quiero hacer de la Play una sala multiusos: preparada para conciertos, discoteca con sesiones de tarde para los jóvenes y sesiones de noche para los mayores.

Detallemos las opciones musicales…

Hemos montado el Play.Club, una sala de música house que abre los viernes, sábados y domingos. En la sesión de tarde esta la Play.Ground, club con pachanga/reggaeton y la sala grande con bumping. En la session de noche tendremos la Play.Disco, con sonidos entre el techno-house y el techno-trance

Hablando de conciertos, ¿habrá sitio para las bandas locales o nacionales en el nuevo PLAY?

Seguro que hay sitio para ellos. Pienso que es importante de tener una programación equilibrada, con formaciones locales, nacionales e internacionales.

¿A la hora de programar, es importante tener en cuenta a nuestros vecinos franceses?

En lo musical, Euskadi llega hasta Bayona y Mauleon. Un grupo conocido en Iparralde y Hegoalde tiene lógicamente mas éxito que un grupo sólo conocido en Hegoalde.

Cuéntanos con detalle las fiestas de apertura.

Abrimos hoy con el concierto de <> y Dead Combo y seguimos la noche con Imanol (Intermusic) e Iñaki Iñarra a los platos. El 3 de diciembre inauguramos el espacio Play.Disco con Jesus Play, Tina Saez y Julius MC. El 9 de este mes rompemos la cinta de nuestro Play.Club. El 10 de diciembre estrenamos el espacio Play.Ground.

¿Próximas grandes fiestas programadas?

El 10 de diciembre recibimos el Knee Deep Tour 2005, con el rey del techno DJ Rush y el australiano DJ Bold. En Nochebuena tenemos la visita de Marco Bailey, el pincha n° 1 de Bélgica. Y el 17 de diciembre estará la televisiva Chiqui Marti con su último espectáculo.

Parker

Cada vez que abría la doble puerta de cristal del Parker Lewis Bar comenzaba un nuevo juego. La cafetería de aires añejos, con las camareras sacadas de American Graffiti, solía ser uno de mis puntos de llegada aquellos años. Años en los que aún mantenía mi especial obsesión por fotografiar lugares sin cámara.

Ya fuera sólo o acompañado, sentado o apoyado en la barra, gustaba de retratar a los presentes de manera mental: la pareja de recién enamorados que reían hasta los nombres de los platos del menú, las reuniones heterogéneas de amigos en las que trajes y corbatas se acercaban a buzos y chandals, las reuniones de chicas en la que compañeros míos de cromosomas salían escaldados.

Así, entre trago y trago, sin perder el hilo de la conversación que mantenía con mis acompañantes, elaboraba un cuasiperfecto retrato de la taberna, jugando a imaginar las situaciones que se estaban sucediendo en ese momento.

Mis preferidos eran los hombres solos. Los había de paso, que no levantaban la cabeza del plato especial del día. Los había de paso y con tiempo, que sumaban al enunciado anterior un periódico que hojear entre patatas y cervezas.

No podemos olvidar a los “stand-by”, esperando a su pareja X o Y, mientras el aburrimiento le llevaba a jugar al mismo juego que yo sin ningún interés real. Alguno que otro veía el bar como lugar de lectura. Un café acompañaba el paso de las hojas del best seller de turno (no es la cafetería lugar de Iliadas y Odiseas).

Mis preferidos, por decirlo de alguna manera, eran aquellos cuya soledad superaba la estancia en el bar. Chicos u hombres que ya no buscaban mozas bellas en el lugar para soñar con paseos por el parque y raciones de sábanas sudadas. Su mirada ya no era ávida, sino quieta, como el Mediterráneo.

Sus ojos ya no eran un fuego de inquietud, sino pequeñas chispas que iban tomando un aspecto cansino y monótono. Les gustaba sentarse en las mesas con ventana, para mirar sin ver a través de ella, y no les hacía falta lectura alguna para ensimismarse en la agitación de la única neurona que parecía moverse en su cabeza.

Yo jugaba a ponerles historias, a veces truculentas, a veces castigadas de cotidianeidad. La mayoría eran caracterizados en mi guión como “separados sin hijos”, con profesiones liberales como repartidores de gaseosa o apretadores de manetas de bicicleta. Siempre sonreían cuando la camarera se les acercaba a tomar nota, pero era un gesto automático, sin pasión alguna.

Ya decía al comienzo del texto que eso era antes, cuando yo aún no pintaba calvicies. Ahora, sentado en esta mesa con ventana, mirando los coches pasar por la carretera, no tengo ganas de imaginar. Pero preparo mi mejor perfil para el chico que toma un refresco mientras, de manera disimulada, comienza a poner profesiones y tristezas sobre mis hombros en el retrato mental de este Parker Lewis Bar.

Lauaxeta: Lauaxeta All Stars

Día: 24-11-2005
Lugar: Teatro Principal (Donostia)
Asistencia: unas 250 personas.

Se acercaba a nuestra lluviosa capital la gira de presentación del disco “Ehungarrenean hamaika”. Un trabajo que recupera las poesías de Esteban Urkiaga “Lauaxeta”, grabadas ahora bajo la batuta del músico Rafa Rueda.

Bueno, lo de batuta es un decir. Porque Rueda y el resto de músicos que le pusieron el fondo sonoro a la actuación del pasado jueves le pegan al pop rock de tintes norteamericanos con un gusto exquisito.

Un esquema, el rockero, no muy empleado a la hora de recuperar textos pasados, habitualmente presentados bajo abrigos mas relajados y tradiciones folk. Pero si se hace con encanto y devoción, con ganas de ponerle nuevos abrigos a letras pretéritas, y con una calidad ejecutante fuera de toda crítica, el resultado no puede ser más reconfortante.

Los dos centenares largos de asientos ocupados del donostiarra Teatro Principal disfrutaron del suave arranque del evento. La actriz Argia Gardeazabal, desde la platea del teatro, arrancó con una de esas emocionantes narraciones que se sucedieron a lo largo del concierto. Y al igual que en el CD, Gari fue el encargado de inaugurar el micrófono con su sentido “Bertso zarrak”.

Por el atril pasaron el resto de voces participantes en el homenaje al periodista y defensor de la cultura vasca fusilado en la Guerra Civil. Tras el ex Hertzainak le tocó el turno a Eñaut Elorrieta, cantante de Ken Zazpi. Es “Mendigoxaliarena” una canción preciosa a la que la habitual fuerza del vizcaíno imprime una pasión contagiosa.

Mikel Urdangarin inauguró los momentos pausados del concierto con la sentida “Loretan”. Rafa Rueda se guardó para sí mismo la preciosa “Kanta Ariña”. Composición de raíces melódicas más norteamericanas que, y con perdón de la comparación, los aros de cebolla.

Jabier Muguruza, el dandy del Bidasoa, susurró de manera bucólica “Zelayetakua”, mientras Francis Diez (Doctor Deseo) mostró la casta habitual sobre el escenario, aunque ahora tocase cantar en euskera.

El eibartarra Markos Untzeta suplió la anunciada baja de Anje Duhalde. Su “Otsokorena” sonó cercana a las tensiones mantenidas de Bob Dylan. Xabi Strubell (Zura) narró en “Neskatxu Gorrixka Bati” uno de los momentos más enérgicos de la noche.

Xabier Montoia trajo la paz sonora al escenario, con su delicada versión de “Liparra”. Txuma Murugarren decidió salirse del esquema nocturno con su visión blues del tema “Arotzak”. A él le cayó una de las mayores raciones de aplausos de una noche que acabó con el vozarrón de Petti. Nuestro Mark Lanegan musicalizó el sitio del castillo de Amaiur (recogida en el poema “Amayur Gaztelu Baltza”) de manera espectacular, sobrándole en ocasiones la amplificación del micro.

El final llegó repleto de emoción, con la lectura “en off” del dictamen del juicio en el que Esteban Urkiaga era condenado a morir fusilado. Tranquilo, Lauaxeta. Estés donde estés. Rueda y los suyos te han hecho un buen homenaje.

ZOO: Rock descontento

El trío madrileño se acerca a Donostia a presentar su primer CD “Música del descontento”. Una colección de canciones rockeras con miras muy abiertas.

En los tiempos de homogeneización melódica que nos está tocando vivir, uno coge entre las manos con especial ilusión discos como el primer trabajo del grupo Zoo. El grupo madrileño editó el septiembre pasado su debut “Música del descontento” y ahora toca presentarlo en la capital guipuzcoana.

La cita será el próximo 26 de Noviembre en…La FNAC del mercado de San Martín. Si, chico, sin desmerecer la oportunidad, parece no haber más sitios de conciertos en nuestra orgullosamente cultureta ciudad si uno acaba de empezar a patear carretera.

La potencia que se intuye en los conciertos del trío castellano se verá algo comprimida, pero eso no les asusta. En palabras de Daniel Arias (voz, bajo y teclados), Israel Pachón (guitarra y sintetizadores) y Borja Burón (batería), “no podremos tocar demasiado tiempo así que condensaremos nuestro repertorio y trataremos de dar lo mejor. Seguro que lo pasamos bien”.

El proyecto musical que les unió se llamaba nuevenoventaicinco y era un grupo hardcore relevante a nivel de críticas y algo menos si hablamos de ventas. Pero pronto aquel número se quedó pequeño. “Llegó un punto en la anterior banda en el que los patrones se convirtieron en restricciones a la hora de componer. No tenia sentido seguir manteniendo unas formas en las que no creíamos”.

Ahora han decidido abrir sus oidos y dejar que todas las cosas que les gustan tengan cabida. “Creemos que la música no debe tener restricciones y no nos importa mezclar cualquier cosa que nos guste. Escuchamos todo tipo de música y cogemos lo que mas nos gusta de cada una para Zoo”.

Sobre un concepto rockero (“Hemos investigado en el rock mas “clasico” durante el ultimo año y se nota. Aunque también nos hemos empapado de muchos otros estilos como la electrónica, el pop, el jazz y el blues”), los chicos de esta formación capitalina no tienen miedo a la hora de hacer efectivas pruebas de laboratorio musical.

Si quieren pruebas que lo demuestren, aquí las tienen: el arranque el disco con la infinidad de colores que muestra la composición titulada “Música del descontento”, el colar un vocoder y cuerdas de orquesta en “Hombres de papel”, jugar con la paz sonora y la tensión emocional en “Mi habitación se ríe de mí”, la clarividencia rockera y las ganas de probar elementos de canciones como “¿Dónde estáis?”, el sabor épico de los primeros Smashing Pumpkins presente en “Sueños de androide”…

Y en esta metáfora del mundo que nos ha tocado vivir (“Zoo es el sitio en el vivimos. La gran ciudad es como el enorme Zoo en el que la gente vive enjaulada”), las letras se construyen desde la mala baba. Aunque a la hora de cantarlas el tono se suavice. “ Vivimos un momento bastante critico. Cuando ves ciertas cosas en el mundo no te queda mas remedio que ponerte de mala ostia. Nosotros la utilizamos para crear y utilizar lo que hacemos para que se nos escuche. Apostamos por la música como vehículo de expresión, denuncia y comunicación. El arte es un arma, estamos convencidos”. La portada del CD, crítica con la actualidad vacua de algunos medios de comunicación, no hace sino reafirmar la idea contestataria.

Un trabajo que va superando las perspectivas iniciales. “Estamos contentos, vamos despacio, poco a poco. Es nuestro primer disco y estamos empezando, pero aun así ya hemos rebasado nuestras primeras expectativas de ventas