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Carmen Linares: Un ramito de flamenco

Día: 15-XII-2005
Lugar: Sala de Cámara del Kursaal (Donostia)
Asistencia: unas 500 personas.
Interpretes: Carmen Linares (cante), Gerardo Núñez (guitarra), José Manuel León (guitarra), Pablo Martín (contrabajo), Angel Sánchez (percusión), Ana María González (palmas), Javier González (palmas).

“En Euskadi pasáis del Flamenco”, decía una donostiarra minutos antes del concierto que la andaluza Carmen Linares ofreció en el Kursaal. Bueno, chica, que el aforo se ocupe un 75% para entregarse a “quejíos” y tarantas tampoco me parece una mala entrada.

Otra cosa es desbocarse en lugar tan solemne. Las iniciales “Canto a la resignación” y la enérgica “Pocito de Nieve” invitaban al palmeo intuitivo. Y allá se soltaron los sectores menos vergonzosos. Pero el lugar se poblaba de “ptsss” a nada que se desmelenara uno.

Y es difícil controlarse con músicas tan corporales y sentidas. Repletas de arrebatos musicales y vocales: guitarras que al menor pestañeo aceleran y frenan sus inabarcables dibujos, un contrabajo de maneras algo jazz y un cajón de sentido toque.

Con una impresionante banda en la que sobresalía el guitarrista Gerardo Núñez, la Linares fue despezando su voz, algo desaparecida al comienzo del show, para ir entregándose a bulerías como la canción de Vainica Doble “Quiero tu nombre olvidar”. Más tarde llegaron los fandangos (“Mirando pa el firmamento”), las instrumentales de patio andaluz y final apoteósico (“Trafalgar”) y los acelerados tangos (“Canta con la voz del corazón”).

Así hasta casi las 2 horas de un acto que acabó con una larga tanda de solos y una aplaudida improvisación informal y contagiosa. Demostrando que la esencia de este arte se encuentra en lugares menos formales que nuestro Kursaal.

Publicado enCríticas de conciertos

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