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Autor: Juan Luis Etxeberria

State of Bengal, Desmond Williams: Arranque electrónico

Vuelven a nuestra programación los conciertos de la propuesta Gaztemaniak!. Ya saben, esas actuaciones de formaciones foráneas poco conocidas pero de gratificantes melodías que se acercan a nuestra provincia gracias al apoyo de la Diputación Guipuzcoana.

El próximo jueves 31 de octubre arranca, con la visita de la formación State of Bengal y el DJ Desmond Williams a la sala Gazteszena de Donostia, la nueva colección de conciertos otoño-verano de la iniciativa foral más musical.

Para los próximos pases previstos en distintos puntos de nuestra geografía provincial ya están confirmadas las actuaciones de los lánguidos y aplaudidos escoceses The Zephyrs, los alegres guitarreos de Nada Surf, el duo garagero Soledad Brothers y la actuación de los Imperial Teen del ex-teclista de Faith No More.

El primero de los grupos de la noche del jueves responde al nombre de State Of Bengal, y es el proyecto del músico anglo-indio Sam Zaman. Este “tigre” musical es otro de los valores emergidos del “Asian Underground”, el estilo capitaneado por hindús emigrados a Gran Bretaña que une rasgos melódicos indios con crítica social y tendencias de baile.

Zaman quizás sea uno de los artistas menos conocidos de este reivindicativo movimiento, pero no por ello su contribución es menos importante. Nacido en la India, su vida ha paseado por Bangladesh, Turquía y Jordania antes de aterrizar en esa provincia hindú denominada East End y situada en la capital de Inglaterra.

Dice su historia que fue el racismo sufrido en su juventud lo que le lanzó a hacer de DJ en eventos anti-racistas, política que aun sigue manteniendo en asiduas colaboraciones con Amn¡stia Internacional. Una evolución natural le llevó de la mesa de mezclas a crear el State Of Bengal que ahora nos visita, un proyecto abierto en el que tienen cabida bailarinas, DJ´s y raperos. Nacido como proyecto educativo, intentando guiar a la juventud por el buen camino musical, formó en sus inicios a rimadores de la calidad de MC Mustaq (actualmente en Fun-Da-Mental) y MC Deedar (hermano de Sam Zaman y fundador del grupo Asian Dub Foundation).

Como viene siendo habitual, hay que aparecer en una selección ajena para que a uno le empiecen a llover los reconocimientos y los trabajos. En este caso las gracias se las daremos a Talvin Singh, por incluir en el recopilatorio Anokha el tema de State of Bengal “Chitagong Chill”.

Con posterioridad vinieron las remezclas para Ali Khan, Massive Attack o Bjork (para la que además hizo labores de telonero en su gira mundial de 1997) y su único disco editado hasta la fecha, Visual Audio. Esas son las contribuciones de State Of Bengal al mundo del etno-techno, donde los ritmos de baile y los elementos asiáticos se combinan en un rico envase tan divertido como ideológicamente peleón.

La otra mitad del concierto del próximo 31 de octubre en Gazteszena responde al nombre de Desmond Williams y es otro ilustre desconocido para los menos iniciados en la extensa cultura de baile. Pero él es el responsable técnico de que “The Mirror Conspiracy”, el segundo trabajo de los aclamados Thievery Corporation, suene tan pulcro y elegante. Los trabajos a la producción le dejan tiempo para destacar en la faceta de DJ. Sus sesiones al otro lado de la cabina le tienen tomando vuelos y atravesando el globo más de 6 meses al año.

Curtido a mediados de los 80 en las labores de ingeniero de sonido por el maestro del dub Scientist, Williams tiene un disco editado bajo el título de “Delights of Garden”. Un trabajo que, según definición del artista, camina “entre los campos abiertos de las películas de Akira Kurosawa, la poesía rítmica de Langston Hughes y el toque reggae y contundente de las canciones de The Clash”.

A la vez que sospechamos que este hombre de mundo no tiene abuela, podemos certificar que dicho álbum sí es un buen compendio de Dub, Trip-hop, Bossa Nova digital y Afro Beat de lo más cálido y reconfortante. Algunos, los etiquetadores, lo colocaron en el cajón del “electro-lounge”, esa música relajada elaborada con elementos electrónicos que lo mismo vale para disfrutarse tomando un café como para apaciguar los tambores internos de una tarde de domingo. Suponemos que para la cita donostiarra salpicará sus sesiones habituales con ritmos más vivos, encaminados a mover al personal que se acerque a la sala donostiarra situada en el barrio de Egia.

Funny Bone: Pop sostenido

Ya lo decía la escritora y DJ Silvia Grijalba hace un par de semanas en este suplemento: “hay pocos artistas que sin tener éxito sigan con cuarenta y pico años; esa es una actitud valiente y admirable”. Los donostiarras Funny Bone son, salvando las edades, un acercamiento muy real a la animosa postura reseñada por la escritora.

Ivan Aramayo, el delegado del grupo en esta entrevista, nos lo confirma. ”La verdad que llevamos muchos años en esto, y lo que queda desde luego son esas ganas de seguir haciendo lo que nos gusta y disfrutar de cada una de las canciones que componemos. Seguimos buscando caminos y nuevas maneras de desarrollar nuestra música”.

Los tiempos de aquellos grupos como Baila Nelly o Frisco Jenny en los que algunos de los actuales Funny Bone invertían su juventud quedan algo lejos. Ahora los chicos se toman la música como un hobby mientras por el rabillo del ojo esperan una oportunidad discográfica sin estilistas ni coreografías. ”Que llevemos años en esto y sepamos cómo funciona la industria no impide que siempre quede esa ilusión de poder vivir de la música. Tampoco nos lo pensaríamos mucho si se nos planta en la mesa un contrato sin ningún tipo de presiones ni condicionamientos”.

Desde las presentaciones de su primer disco “Movie Star” allá por el año 2000 no hemos sabido nada de ellos.”Sí, paramos para recargar pilas y trabajar sobre nuevas canciones e ideas. Nos hemos hecho más exigentes a la hora de componer, pulir arreglos y buscar sonidos mas depurados”. La búsqueda de perfeccionamiento tiene como resultado el autoproducido “Against The Grain” que presentan mañana en la sala Zulo de Lasarte. Un mini CD del que se sacarán inicialmente 500 copias destinadas a promoción y venta exclusiva en conciertos.

Grabado en los estudios Bodhram de Hernani, estos cinco nuevos temas significan otra vuelta de tuerca al universo popero de Funny Bone, un trabajo positivo y alegre con melodías y armonías cuidadas entre algodones. El arranque con “Footsteps” nos recuerda el punto donde El Inquilino Comunista decidió abandonar el pop y hacerse mayores y aburridos, aunque el tiempo de estos donostiarras sea algo más relajado.

Más melódica se presenta “Friday Night”, el siguiente peldaño en este CD de brillantes sonidos. “XS” se abre a un toque egipcio suave mientras las estrofas nos hablan de los sones de los 90. Las dos restantes canciones tienen un poso más ochentero y relajado, con toques de los Cure más románticos. Todo bien regado con esos tonos guitarrísticos repletos de sostenidos marca de la casa.

Para la presentación de mañana anuncian una actuación con espacio para las sorpresas y algunos huecos para las versiones. Como perros curtidos que son, no me resisto a preguntarles por esa escena local que tantas alegrías nos dio en el pasado y que ahora tiene en su vertiente más underground un autentico agujero negro. “En cuanto a locales de ensayo y bares de conciertos, esto parece un invierno perenne en Siberia. Cada vez se hace más difícil encontrar bares donde haya un interés en pinchar música que se salga de los circuitos puramente comerciales”.

Juan Egia, el guitarrista del cuarteto donostiarra, se une a la conversación para poner un punto final bastante acertado y realista. ”Cada vez más, el pop que se sale de los estándares es una música de minorías. Hace diez años había de todo en esta ciudad, pero los popis somos ahora una tribu en extinción. Es la colonización de los latinos, bacalas, tecnos y progresivos”.

EDIT 02

En el pasado Festival Elektronikaldia nos encontramos con el DJ Dennis Tito, un hombre que bajo el amparo de su colectivo/asociación/white label 9CDR continúa removiendo los estamentos musicales más underground. Lanzado por la política tan en boga del “háztelo tu mismo”, 9CDR presenta este “Edit-02” que aquí comentamos.

Un recopilatorio de 15 momentos musicales (hablar de canciones tal y como las conocemos sería algo aventurado) en el que destacan las aportaciones del siempre acertado Cepuntobandish y su perfección ambiental, la seria cadencia del gazteiztarra Cubo, el hip-hop trabajado y tendente a la sonrisa de Thrashin y el perfecto cierre del CD con el tema de X.Erk (Xabier Erkizia, para entendernos).

El resto del Cd es un autentico desparrame con tendencia a la experimentación directa y sin filtros de ningún tipo. También se pueden encontrar aspectos positivos en esta zona desbarrada: El acierto irónico de Chaval 777, el acelere casi jungle de El Camarada Txikatilo (a medio camino entre un bombardeo de Nintendo y un hijo maldito de Squarepusher), la ciencia ficción musicada por Gris y su “The Hotel Towels are not for the Beach”, la improvisación grabada en directo con CB, zx9k y Miko el Saxofonista como ejecutantes… Como dice este sampler en su libreto interno “Esto no es más que un intento de crear situaciones y colaboraciones”.

Si sienten que sus gustos electrónicos se han estancado, que todo ya les suena igual, ármense de valor y láncense a estos nuevos mundos. 9CDR tiene una medicina para ustedes. Manden un correo a conecta9@hotmail.com y pidan cita.

Elektronikaldia: Una Fiesta Digital

Señoras y señores, hay vida más allá de prefabricados comerciales de enfoque juvenil y discotecas repletas de ritmos repetitivos y monocordes. Acostumbrados a estos dos formatos en nuestro recreo nocturno, los organizadores del Elektronikaldia, el festival de música electrónica celebrado este fin de semana en Donostia, intentan llegar más lejos.

Para ellos la música implica otros sabores, otros envoltorios menos conocidos pero igual de sabrosos y disfrutables. Y por cuarto año consecutivo han quieren mostrar esas tendencias en los dos espacios habilitados : El Auditorio Kursaal y la sala Gazteszena de Egia.

Durante el día, las actividades se centraron en los bajos del céntrico mastodonte arquitectónico donostiarra. Allá pasamos calor mientras paseábamos por los Stands de revistas gratuitas de tendencias (¿o eran de tendencias gratuitas?), nuevos sellos discográficos y tiendas de venta de prendas y vinilos. Gente de muy distinto y distintivo pelaje se paseaba por el lugar, entrando en las salas habilitadas para las actuaciones. O shows. O conciertos. O como quieran llamarlo ustedes.

Porque bien es verdad que algunos de los eventos musicales programados, los menos, mantuvieron el standard tradicional con mayor o menor dependencia de los elementos electrónicos. Como el de los bilbaínos Chico y Chica, que pasearon su petardeo pop ochentero que despuntaba ironía en los comentarios entre canción y canción. O los germanos, The Bad Examples, que venían con aureola de elaborar musica lounge pero que se quedaron en pequeña sosaina de inspiración Kraftwerkiana.

El resto de acontecimientos musicales diurnos estuvieron protagonizados por los Djs, esos personajes que con una sucesión de discos intentan crear un ambiente determinado. A veces lo consiguen, como en el caso de los suecos Gros. Otras chocan contra los elementos, como le pasó al donostiarra Iñaki Iñarra. A su sesión de corte techno no le sentó nada bien la abundancia de sillas del lugar.

Por la noche se mantuvo el esquema. Mucho artista del giradiscos dando a la gente ración de baile a lo suelto. Porque eso es lo que quieren los asistentes. Bailar y desfogar su cuerpo. Que para eso pagan. Mientras en la sala grande de Gazteszena Tim “Love” Lee ofrecía el sábado un soberbio ejercicio de estilo (con extractos de Jimi Hendrix y Van Halen), la gente emigraba hacia el house pletórico de los barceloneses The Nairobi Trio, que reventaron de asistentes la sala pequeña.

En lo referente a las actuaciones, el viernes disfrutamos y mucho de los norteamericanos Turntables On The Hudson, que supieron trasladar al público la fiesta de ritmo que se montaron sobre el escenario. Mención aparte merecen los navarro-madrileños Wagon Cookin´, los auténticos triunfadores de la noche del sábado. A su conciertico de briosos sones jazzeros cubiertos de bases electrónicas le sentaron de perlas una efectiva sección de viento y esa cantante “Popstar” que navegaba por los tonos graves como usted y yo por la ciudad.

Lavadora: Música de película

Llega nuestro Festi de cine a su recta final este fin de semana, y entre el listado de actividades nos encontramos con la actuación esta noche, en el Bataplán de la capital guipuzcoana, del grupo Lavadora. Ellos han firmado la Banda Sonora Original de la película “El traje”, la nueva obra de Alberto Rodríguez que se presenta hoy en la sección Zabaltegi.

Quizás les suene más si les digo que fue Alberto uno de los 2 realizadores que tuvo aquel refrescante relato titulado “El factor pilgrim”. La otra mitad de aquel dueto es Santiago Amodeo, presente en este nuevo film como coguionista y portavoz de la formación de centrifugador nombre que esta noche se presentará sobre el escenario de la playera sala donostiarra. Desde la lejanía física sevillana, Santiago se sienta delante de su teclado para enviarnos las respuestas por vía electrónica.

La breve sinopsis de “El traje” nos habla del modo de buscarse la vida de un inmigrante y un pícaro andaluz en la jungla sevillana, como ejemplo de una sociedad en la que las apariencias siguen teniendo mucho peso en nuestra forma de ver las cosas.

Sí, “El traje” tiene algo de cine social y algo de cuento urbano. Pero por encima de todo creo que Alberto (Rodríguez) ha conseguido huir del tópico del inmigrante desgraciado. Al personaje le pasan cosas, pero él no decae, es como el Cándido de Voltaire. Además me gusta mucho la idea: un hombre y su traje- no cabe otra metáfora mejor hoy día-. Como ves no te cuento mucho, pero a mí no me gusta que me cuenten las películas.

En esta ocasión te quedas fuera de la realización, aunque firmes la mitad del guión. Supongo que por voluntad propia…

Ya habíamos decidido separarnos antes de que “El factor pilgrim” saliera- dirigir es cosa de uno, creemos-. Alberto y yo seguimos colaborando, pero a otros niveles. En cualquier caso tiene que rodar uno y después otro, porque trabajamos con el mismo grupo de gente, la misma productora, etc… En cuanto tenga algo que rodar, lo haré.

¿Y tienes algún proyecto para rodar en próximas fechas ? Dicen que andas metido en un par de proyectos, uno de ellos sobre ese underground cultural sevillano que tan bien conoces…

Me estoy volviendo terriblemente supersticioso, así que prefiero no hablar demasiado sobre el tema.

El grupo Lavadora, del que tú formas parte, tuvo un nacimiento curioso.

Enrique de Justo (miembro de Lavadora) y yo tocamos juntos desde hace tiempo en bandas como Los Relicarios, un grupo con dos discos desconocidísimos por ahí arriba y aceptablemente conocidos por aquí abajo. Teníamos una película- El factor pilgrim- y no teníamos dinero para comprar los derechos de las canciones para hacer la BSO, de modo que nos dedicamos a recopilar gente entre los músicos de Sevilla que nos gustaban y así nació Lavadora.

Hasta ahora Lavadora ha sido una especie de “Guadiana” musical, sin prodigaros mucho a la hora de actuar.

Es cierto que no nos gusta mucho tocar, pero es más un problema de las condiciones en las que te tienes que mover que una elección propia. Para tocar para un público que ni te entiende ni te quiere entender, en salas en las que te cuesta dinero tocar y en condiciones no precisamente ideales, preferimos guardar nuestras energías para otras cosas- grabar, por ejemplo-.

A veces, cuando se dan un mínimo de condiciones, tocamos en directo. San Sebastián va a ser de los pocos sitios donde vamos a hacerlo (Sevilla y Madrid son sus posibles próximas citas). Ahora además ya tenemos lo que se puede denominar una “formación estable”, aunque ha sido una selección casi natural. Los que creían que tenían algo que dar y se sentían cerca de la “Idea” se han ido quedando en el grupo.

Al ser un grupo hecho y derecho, lo que habeis compuesto para esta banda sonora supongo que serán canciones al uso, aunque luego suenen diezmadas en la película.

Eso es una cosa que nos pidió Alberto (el director) desde el principio: canciones. No hay música incidental al uso- violines y esas cosas, ya me entendéis-. Alberto nos dio una guía por la que debíamos movernos. Siempre íbamos pegados al protagonista, de modo que la música tenía que ser una buena compañía.

Pero sobre todo temíamos, realizador y músicos, caer en el folklore barato. Se puede decir que hemos hecho música que de otra forma no haríamos. Pero ha sido apasionante. Estamos muy enganchados, la verdad. Aunque imagino que trabajar con algunos directores debe ser un infierno.

¿Buscas que la música sea un complemento a lo visual, o lo visual limita de alguna manera la música que creas?

A veces la música es la sal y la pimienta y a veces es un estorbo. Por eso hay que ser muy precavido. La música es lo más instantáneo que conozco para crear emociones. Utilizada con sensatez es incomparable. Y en eso estamos. El público dirá.

¿Qué nos vamos a encontrar en la cita donostiarra de Lavadora?

Tocaremos cosas de “El traje”, algo de “El factor pilgrim” y algunos temas de un EP de Lavadora que está al caer. Musicalmente habrá sonidos Velvet Underground con voces africanas, poemas de John Cooper Clarke musicados o Miguel Rivera, cantante de Maga, atreviéndose con la canción francesa. Nos llevamos a todos nuestros efectivos, así que nada puede salir mal.

¿Que compañía editará esta banda sonora y vuestra referencias más cercanas? Parece que vuestros contactos con algunas grandes del ramo no son del todo satisfactorios.

Estamos en el eterno debate, cabeza de ratón o cola de león. Yo me decidiría por cabeza de ratón, pero ya se sabe. En cualquier caso, una cosa es la BSO y otra Lavadora. Posiblemente nosotros como grupo nos decantemos por algo pequeño y acogedor.

24 Hour Party People – Michael Winterbottom

Hallelujah. Al fin nuestra más querida juventud, aquella de primeros amores no compartidos, primeros descontroles con las bebidas espiritosas y abundancia de acne superficial ya tiene su correspondiente muestra fílmica.. No, Marcelino Pan y Vino no. Y tampoco nos identificamos con aquellos parlanchines de Reality Bites o cualquier deformante subproducto televisivo barbilampiño.

Hablamos de pantalones anchos y el pelo a lo casco. Hablamos de aquella ciudad industrial en claro declive que contraatacó con una manufactura propia. Hablamos de Manchester y aquello locos 90 de raves y (perdón, esto no se puede decir) E´s.

Y qué mejor ejemplo industrial que una factoría. La Factory de Tony Wilson, aquel sello en el que Joy División, New Order y los Happy Mondays, entre otros, camparon a sus anchas.

Mr Wilson es el hilo conductor de “24 Hour Party People”, una peli-documental que se ha estrenado en nuestro país en el Festival de Cine de San Sebastián. El Madchester que llegó de las islas tuvo gran parte de culpa con las inquietudes egolatra-fantásticas del nombrado periodista de tele local que, en busca de lo innovador, decide primero programar conciertos para más tarde sacar discos de sus grupos de amigos.

En la nocturna sesión dominical, mientras el lunes (azul) iba entrando en nuestros relojes, disfrutábamos con la narración de “24 Hour Party People” y sus excesos (Los Mondays en Barbados), sus puntazos (como cuando Shaun Rider conoce a Bez), sus detalles históricos y los cameos realmente destacables. Todo ello bien regado de ironía, mucha literatura y algunas caracterizaciones impresionantes (¡Shaun Ryder y Bernard Summer están clonados!).

Lástima que otros renombrados mancunianos como Stone Roses o Inspiral Carpets no tengan cabida al no haber formado parte de la escudería Factory, pero se perdona. ¡Cómo no se va a perdonar!. Nuestro pasado ya tiene 112 minutos de imágenes realmente disfrutables (si exceptuamos los títulos de crédito TalkingHeads-ianos). Porque seguimos pensando que el amor que mantenemos por aquellas épocas seguirá apartando de nuevo nuestras lágrimas (por la música actual).

Jah Wobble: “Las multinacionales roban más dinero a los artistas que los vendedores de Cds copiados”

Jah Wobble tiene prisa, pero nos atiende educado con su cerrado acento cockney londinense. Esta es la única entrevista que va a dar a un medio peninsular con motivo de su concierto mañana lunes en el Teatro Principal donostiarra. El plato fuerte de la XI edición del Festival de Nuevas Músicas esta encerrado en el estudio de grabación, prácticamente su segunda casa desde que huyera voluntariamente de los acelerados años juveniles. Aquellos tiempos en los que su cuadrilla de amigos estaba formada por miembros de los Sex Pistols.

Desde entonces solo se ha preocupado en mostrar sus amores renovadores por las músicas del mundo, parando especialmente en los sonidos de África y Asia. Y en el Dub, esa vertiente moderna del clásico reggae a la que John Wardle (nombre real de Jah Wobble) ha sabido dotar de nuevos bríos y enfoques. Pero no piensen los asistentes a su cita donostiarra que van a disfrutar de un concierto purista y tradicionalista. Para Mr Wobble, esas palabras no existen.

Crítico con el sistema de grandes empresas culturales que dominan la sociedad actual, nuestro entrevistado es un recurrido productor, remezclador (grupos como Madredeus o Primal Scream han pasado por sus manos) y, sobre todo, creador de músicas repletas de personalidad y frescura. Siempre tiene un hueco en la agenda para grabar con los antiguos miembros del grupo germano CAN o con el norteamericano Bill Laswell, su socio en mil aventuras. Ahora, sin embargo, le pillamos ocupado en cuestiones más fílmicas.

¿Que te atrapa en estos momentos en el estudio?

Estoy haciendo la Banda Sonora Original de dos películas. Una de ellas es para una compañía francesa y otra me la han pedido desde Hollywood.

Vaya, en ese campo no te teníamos muy fichado aún. ¿Que tal la experiencia?

Estoy grabando con Harry Beckett (uno de los músicos que tocará en el concierto de Donostia) y me está gustando mucho. Ya sabes, muchos arreglos de cuerda y esas cosas. Adoro todo lo que tenga que ver con la creación musical, me lo estoy pasando muy bien. Aunque algunos aspectos me sigan sorprendiendo negativamente.

¿Por qué?

Los norteamericanos que dirigen esas grandes compañías cinematográficas son unos maleducados. Te llaman, te ofrecen grandes cantidades de dinero y lo quieren todo muy rápido, como si esto fuera una producción industrial. Se creen que te pueden comprar con dinero y manejarte a su antojo.

Jah Wobble: El rey del Dub

“¡Pero si es blanco!”, habrá pensado más de uno al ver la foto. Pues si, más blanco que las sabanas de los anuncios de detergente. Pero lo mismo dijeron de Elvis en los suburbios de Memphis, y ya ven la que montó luego.

Hay costumbre de asociar al dub, esa vertiente moderna del clásico reggae, con inquietos chicos de color, por historia y tradición. Wobble desmonta el mito a base de creatividad y frescura. Parte del éxito actual de estas músicas debe atribuirse sin duda a la labor de este hombre, nacido bajo el nombre de John Wardle y que decidió cambiárselo por el actual porque “sonaba muy bien, a bajista de reggae jamaicano”.

Así que vayan haciéndole un hueco en sus agendas (y reproductores de Cds). Su próxima cita en directo es el 2 de septiembre en el Teatro Principal donostiarra, dentro del Festival de Nuevas Músicas. Promete ración ancha de dub.
Jah Wobble lleva tiempo demostrando que su inquietud musical une las más variadas tonalidades musicales mundiales sin cortarse un pelo, refrescando estereotipos y ofreciendo mucha calidad en sus atrevidas composiciones.