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Elektronikaldia: Una Fiesta Digital

Señoras y señores, hay vida más allá de prefabricados comerciales de enfoque juvenil y discotecas repletas de ritmos repetitivos y monocordes. Acostumbrados a estos dos formatos en nuestro recreo nocturno, los organizadores del Elektronikaldia, el festival de música electrónica celebrado este fin de semana en Donostia, intentan llegar más lejos.

Para ellos la música implica otros sabores, otros envoltorios menos conocidos pero igual de sabrosos y disfrutables. Y por cuarto año consecutivo han quieren mostrar esas tendencias en los dos espacios habilitados : El Auditorio Kursaal y la sala Gazteszena de Egia.

Durante el día, las actividades se centraron en los bajos del céntrico mastodonte arquitectónico donostiarra. Allá pasamos calor mientras paseábamos por los Stands de revistas gratuitas de tendencias (¿o eran de tendencias gratuitas?), nuevos sellos discográficos y tiendas de venta de prendas y vinilos. Gente de muy distinto y distintivo pelaje se paseaba por el lugar, entrando en las salas habilitadas para las actuaciones. O shows. O conciertos. O como quieran llamarlo ustedes.

Porque bien es verdad que algunos de los eventos musicales programados, los menos, mantuvieron el standard tradicional con mayor o menor dependencia de los elementos electrónicos. Como el de los bilbaínos Chico y Chica, que pasearon su petardeo pop ochentero que despuntaba ironía en los comentarios entre canción y canción. O los germanos, The Bad Examples, que venían con aureola de elaborar musica lounge pero que se quedaron en pequeña sosaina de inspiración Kraftwerkiana.

El resto de acontecimientos musicales diurnos estuvieron protagonizados por los Djs, esos personajes que con una sucesión de discos intentan crear un ambiente determinado. A veces lo consiguen, como en el caso de los suecos Gros. Otras chocan contra los elementos, como le pasó al donostiarra Iñaki Iñarra. A su sesión de corte techno no le sentó nada bien la abundancia de sillas del lugar.

Por la noche se mantuvo el esquema. Mucho artista del giradiscos dando a la gente ración de baile a lo suelto. Porque eso es lo que quieren los asistentes. Bailar y desfogar su cuerpo. Que para eso pagan. Mientras en la sala grande de Gazteszena Tim “Love” Lee ofrecía el sábado un soberbio ejercicio de estilo (con extractos de Jimi Hendrix y Van Halen), la gente emigraba hacia el house pletórico de los barceloneses The Nairobi Trio, que reventaron de asistentes la sala pequeña.

En lo referente a las actuaciones, el viernes disfrutamos y mucho de los norteamericanos Turntables On The Hudson, que supieron trasladar al público la fiesta de ritmo que se montaron sobre el escenario. Mención aparte merecen los navarro-madrileños Wagon Cookin´, los auténticos triunfadores de la noche del sábado. A su conciertico de briosos sones jazzeros cubiertos de bases electrónicas le sentaron de perlas una efectiva sección de viento y esa cantante “Popstar” que navegaba por los tonos graves como usted y yo por la ciudad.

Publicado enCríticas de conciertos

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