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Año: 2007

El Bicho: Fusión sincera

Intérpretes: Maneta de Camioneta: Lolo Alvarez (guitarra), Joaquín Migallon (batería) y Pepe Bao (bajo). Elbicho: Miguel Campillo (voz), Victor Iniesta (guitarra), Carlos Tato (bajo), Toni Mangas (batería), David Cobo (percusión), Juan Carlos Aracil (flauta), Pepe Andreu (trompeta), Mario Díaz (teclados). Día: 09/11/2007. Lugar: Sala Rock Star (Donostia). Asistencia: unas 500 personas.

Noche de concierto en el escenario cinematográfico de Illumbe. Mientras la vieja cartelera de los ya cerrados cines mantiene los carteles de sus últimas novedades (Misión Imposible III), el lugar parece una localización ideal para la grabación de alguna película de terror juvenil. “Alguien debería hacer algo con esta zona”, comentaban unos compañeros de cola que esperaban la tardía apertura de puertas para acceder a la cita musical. Imposible negarles la mayor, por más que “demolición” sea la primera palabra que nos venga a la mente.

Pero si el Rock Star (ubicado en los bajos de la plaza de toros) no existiera iba a ser difícil encontrar otro garito privado que pudiera dar cabida a actos que pueden llegar hasta el millar de asistentes. El pasado viernes el número se quedó en la mitad para la cita donostiarra de ElBicho (sí, todo junto), al que talonearon los extraños Maneta de Camioneta, antiguos músicos de la banda de Raimundo Amador que ahora desparraman su impresionante virtuosismo sobre los escenarios ya sea bajo el nombre furgonetero o con la acepción de O´Funkillo.

Dejando de lado aquel spot de neumáticos que afirmaba que “la potencia sin control no sirve de nada”, el trío andaluz practica con mucho arte una suerte de jazz rock con momentos muy contundentes al inicio y algo más funkys en la zona final de su acto. Sorprende la extraña guitarra que emplean en directo, un artefacto sin apenas cuerpo que debe tener algún componente informático porque su ejecutante extraía sonidos de teclados con sólo pulsar las cuerdas.

Y si antes hablaba sobre la inexistencia de algo, afirmar que si la banda de rock andaluz Triana no hubiera editado discos los chicos de Elbicho hubieran acabado en algún tablado festivo dándole al sentimiento jondo más puro. Es innegable y asumida la influencia de aquel trío flamenco-rockero de los pasados años setenta en los huesos creativos de esta populosa formación peninsular, estándar a nivel de instrumentos y con el añadido de flautas traveseras, trompetas, percusiones y potentes teclados.

Sobre todos sus miembros destaca Miguel Campillo, la personal voz de Elbicho. Un dolor flamenco que se cuela con mucho encanto entre músicas que juegan a fusionarse entre el rock sinfónico, la sicodelía y el quejido sureño. Mas, a diferencia de los amaestrados Ketama, a Campillo se le nota puro, fusionando por necesidad interna, muy triste en las letras, volcado en una expresividad que no entiende de fuegos de artificio ni cambios de mano del micrófono. Sólo él sería capaz de hacer suya, original y flamenca, una canción de Julio Iglesias cantada en un karaoke.

La velada fue abriéndose a otros motivos salseros, a veces reggaes o rumberos, nunca explícitamente poperos. Es lo que tiene la fusión bien entendida, por más que unos puristas a mi lado les miraran con recelo. Seguidores que, como el arriba firmante, alucinaron con el bis de la actuación. Único momento en nuestras vidas en el que, tras haber disfrutado de un concierto bien ponderado, nuestros oídos se quisieron tapiar tras el bramido de tonos graves con el que nos deleitó el técnico de la mesa de mezclas. Salvando ese escollo, la función fue bien gozosa.

Jabier Muguruza, Kiko Veneno: Retratos personales

Intérpretes: Jabier Muguruza (voz, acordeón), Mireia Otzerinjauregi (voz), Angel Unzu (guitarra). Con Kiko Veneno (voz, guitarra) actuó Raúl Rodríguez (guitarra) Lugar: Teatro Victoria Eugenia (Donostia). Día: 08/11/2007. Asistencia: unas 400 personas.

Aterrizaban en el Victoria Eugenia capitalino los artistas Kiko Veneno y Jabier Muguruza bajo la excusa de la presentación de ‘Konplizeak’, el último de los discos del irundarra.

Son Kiko y Jabier dos creadores especializados en el retrato costumbrista que han decidido seguir el camino que marca su propia personalidad. Aunque eso les lleve, parafraseando al más relajado de los Muguruza, a pisar los “queridos bordes” del espectro musical.

Porque son los nombrados gentes que piensan aún en obras, en trabajos como un concepto y no como una simple sucesión de canciones de elevada productividad (Muguruza dixit). Compositores que, como Kiko, no dudan en pegar un puñetazo sobre la mesa y huir de lo establecido para autoeditar sus propios trabajos cuando su carrera está en la cima. Lo dicho, unos bichos cada día más raros.

Y que sigan siéndolo. Cuando Kiko Veneno se presentó, en compañía del hijo de Martirio a la segunda guitarra, demostró que mantiene intacto el pulso retratista que le caracteriza.

Tras un comienzo algo disperso, con ese blues y flamenco heredados de aquellos primeros años que Veneno está recuperando en su última época, el catalán que emigró mental y físicamente a la zona más cálida de la península se destapó con lo que mejor saber hacer: canciones pop de cotinianidad brutal. Pícaras, desnudas e irónicas. Su hora de concierto supo a poco, a tenor de los aplausos y peticiones de los asistentes.

Muguruza realizó una presentación en toda regla, mezclando en un solo acto la rueda de prensa habitual con la presentación sobre el escenario de las canciones de su último CD. Con unas detalladas y bilingues explicaciones sobre cada una de las tonadas a interpretar, el contador de historias guipuzcoano sigue apoyándose en los cercanos para las letras (Atxaga, Lete, Sarrionaindia) y las músicas. Angel Unzu se encarga con la guitarra de llenar el amplio espacio sonoro que dejan los susurros de Jabier y los ocasionales coros de Mireia Otzerinjauregi.

Unas voces cercanas y tiernas que en su última época han estado marcadas por la muerte del padre de los Muguruza y la posterior asimilación humana y musical de la misma. Ambito en el que brilla con luz propia la absolutamente emocionante Antxillesko Arkupean, pistoletazo de partida de ‘Konplizeak’. El resto de tonos se escoran, siguen haciéndolo, hacia el jazz más íntimo, el vaivén mediterráneo y esa Francia de autor, pausada, romántica, libre de corsés melódicos.

Como en toda buena fiesta de colegas que se precie, Venenos y Muguruzas hicieron uno en la traca final, interpretando la canción Irene y recibiendo del respetable una ovación que demuestra que esos caminos distintos, íntimos y repletos de personalidad, mantienen su espacio en nuestro corazoncito.

Donostikluba : Pez grande, pez chico

Interpretes: Grupo de Expertos SolYNieve, Mendetz, Peter Hook, Dj Amable. Día: 6-10-2007. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia).  Asistencia: lleno, unas 700 personas

Cerraba el Donostikluba su programa la noche del pasado sábado con la mejor de las entradas posibles. 700 tickets vendidos, mucha gente en la puerta y una oferta que mezclaba carne fresca y gente famosa.

El primero de los grupos agrupaba ambas opciones. “Grupo de Expertos Sol y Nieve” (O “sol y sombra”, como tuvo a bien definir uno de los presentes por la cantidad de cervezas que se vieron sobre las tablas) es la apuesta festiva y folk que se ha montado el cantante de la banda Los Planetas con algunos músicos sureños. Tonadas alegres de clara inspiración californiana y sesentera que las dos voces a los micros remitían a los Simon y Garfunkel más guitarreros.

Y si feliz fue el encuentro con el grupo de expertos, qué decir de la actuación de Mendetz. Los catalanes deberían ser eso que llaman “The next big thing” antes de que acabe el año. Con una potencia y tensión cercana a la de los zarauztarras Delorean, lo suyo es pura fiesta discotequera tocada con instrumentos reales, en esa suerte de estiloso “post-punk” lanzado al mundo por Franz Ferdinand y derivados. Contagiosos y enérgicos, suya es la medalla de la sorpresa del Donostikluba.

Con el famoso Peter Hook hubo la clásica división de opiniones: Unos mentaban a su madre y los otros a su padre. El que fuera miembro de bandas tan relevantes como Joy Division o New Order llegó 10 minutos antes del comienzo de su sesión a los platos y se fue al hotel cuando el último de los temas de su selección musical aún sonaba.

Hubo quien corrió más que él. Varios reconocidos musiqueros practicaron el simulacro de incendio y abandonaron la sala raudos cual protagonista del cuore, sin llegar a escuchar las canciones de las bandas en las que el célebre bajista participó. Hook desplegó su esencia más hooligan, moviendo los brazos como quien intenta guiar un avión en la pista de aterrizaje y presentando su tarjeta de visita como animador de verbena en fiestas del extrarradio fiestero.

Menos mal que tras él llegó DJ Amable para arreglar el desaguisado. El catalán, que lleva muchos años partiendo el bacalao en la influyente sala Razzmatazz (Barcelona), se trajo a la capital guipuzcoana una selecta lista de vinilos que mezclaban la rabiosa actualidad con algunos aciertos de formaciones como Editors, Bloc Party, The House of Love (“Shine on”) o esos Pixies que cerraron su intervención. Esperamos en el futuro cercano volvérnoslo a topar en algún garito o club de la provincia. Espacios donde su música sonará aún más cercana y gozosa.

Delco, The Sunday Drivers: Caballeros del buen gusto

Festival Donostikluba. Delco y The Sunday Drivers
Intérpretes: Delco, The Sunday Drivers. Día: 5-10-2007. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Asistencia: unas 550 personas

El Humilde Fotero del PánicoFuera llovía a mares. Un chaparrón tremendo, agua constante que desde la noche anterior había sido la tónica climática. Dentro, en la sala Gazteszena, había otras tónicas. Y otros chaparrones, los melódicos. Los grupos castellanos Delco y The Sunday Drivers protagonizaron el pasado viernes a noche roquera y muy melódica del Festival Donostikluba.

Bueno, eso de castellana se refiere al origen de las formaciones, porque ambas eligieron en su día el inglés para expresar sus emociones sobre el escenario. Los chicos del nombre de la famosa pieza del coche que sólo existe para los mecánicos venían de Madrid.

Y nos recordaron a los alegres rasgados de Hefner, la simpatía indie-rock de Clap Your Hands Say Yeah, la simpleza embriagadora de Band Of Horses. Bandas de tensiones pop contenidas y contagiosas que en caso de estos jóvenes venía con un envoltorio amateur del que pronto emergerán golosinas más personales. Una agradable sorpresa.

Los Sunday Drivers venían de Toledo, por más que una asistente al concierto colocara su partida de nacimiento en alguna ciudad remota. “Yo sólo vi un video de ellos en la tele. ¿De donde son, norteamericanos o ingleses?”.

Y es que la idea podría colar sin mayores esfuerzos. Sunday Drivers hablan poco por el micro en sus conciertos, y la calidad que atesoran sobre el escenario les coloca a un nivel claramente exportable. Su pop rockero de influencias tradicionales ha crecido mucho en los últimos años.

Hace tres años nos dejaron con la boca abierta en el viejo Teatro Principal donostiarra. Ayer pisaron Donostia como un grupo completo, perfecto. Eso que en Estados Unidos exporta como “banda clásica” y que poco tiene que ver con orquestas de cuerda y mucho con el folk-rock del país exportador. Sunday Drivers sería nuestra banda clásica castellano-manchega.

Lo que la semana pasada con Deluxe fue un despliegue de potencia, lo de ayer era hilo fino compositivo. Composiciones muy distinguidas que en la primera parte miraron a los norteamericanos años sesenta-setenta, con la maña, fiereza guitarrera y docilidad melódica que caracteriza a artistas como Josh Rouse, The Byrds y resto de esas bandas que nos hacen parecer abueletes o tipos raros cuando empezamos a mentarlas ante sobrinos más jóvenes.

Los “domingueros”, que realizan la selección de canciones según criterios internos (el televisivo “Do it” sonó a mitad de actuación. Nada de dejarlo para el final como se acostumbra), empezaron a virar a mitad de velada hacia la Gran Bretaña más contagiosa.

Algunos de los temas ejecutados no hubieran desentonado en la mejor época de The Charlatans. Así, entre guitarrazos y melodías, con la impecable voz del cantante Jero, sacamos la espada toledana de nuestro reino y encumbramos a The Sunday Drivers como caballeros del buen gusto melódico.

Daddy G, Revolutionary Brothers: Un partido disputado

FESTIVAL DONOSTIKLUBA: REVOLUTIONARY BROTHERS, DADDY G
Interpretes: Revolutionary Brothers, Daddy G. Día: 04-10-2007. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Asistencia: unas 350 personas.

Hoy tiraremos por los caminos del fútbol y su comprensible lenguaje. Porque a veces eso de que “cada parte del partido le ha correspondido a un equipo”, “Ningún club es pequeño, sobre todo en casa” y “los grandes te pueden ganar el partido en un periquete con la calidad que atesoran” es fácilmente extrapolable a otros ámbitos de la vida. Por ejemplo, a la música.

El pasado jueves la programación del Festival Donostikluba presentaba la sesión DJ de Daddy G, uno de los integrantes del afamado grupo británico Massive Attack. El espigado artista era el delantero matador de la noche. Pero pocos asistentes contaban con un “contrincante” tan ordenado y peleón: Revolutionary Brothers.

La pareja de pinchadiscos donostiarras inauguró la velada desplegando reggae clásico (ya saben, lo que para unos es “patapum y palante” para otros es “jogo bonito”) en una zona de creación por donde pasaban todos los balones sónicos con criterio y elegancia.

De las bandas de ataque salían buenos ataques de soul y hip hop. con varios trallazos en forma de una música más negra que la punta de un lápiz. Si olvidamos el par de deslices defensivos (algún reggae-town que estuvo a punto de convertirse en Reggae-ton), poca tacha le podemos poner a la entrega y el empuje de la pareja de DJs.

En la actuación despuntaron dos fichajes que los expertos en la categoría ya conocen: El rapero Maese Trucco y King Konsul, persona encargada de poner el contrapunto vocal agudo a los sonidos más entrecortados y calmosos.

El partido parecía decantarse hacia el equipo de casa. Sobre todo tras haber leído en internet las heterogéneas críticas de las últimas apariciones de Daddy G a los platos. El británico parecía haber llevado hasta el límite su amor por la densidad sonora, trasladando la oscuridad de Massive Attack a los mundos del dub más pesado.

Pero la capacidad de regate y sorpresa (positiva) es innata si uno forma parte de la lista de inventores de la etiqueta trip-hop. Atento durante toda la sesión a la respuesta de la gente, Daddy empezó muy potente lanzando temas de ragga británico. Ese estilo de cantares jamaicanos con un fondo sonoro abierto y de raíz oscura: Soul, R´N´B moderno, hip-hop, electrónica.

Hubo momentos puristas, por supuesto. Y algún que otro tempo excesivamente aburrido. Pero la mayoría de jugadas que el artista planteaba estaban muy lejos de sacar un vinilo del que sólo quedan 2 copias en el mundo, manipularlo con los guantes de CSI y dejarse llevar por la aureola de reconocimientos pasados.

El mayor éxito del visitante fue la atinada indefinición mostrada sobre el terreno de juego. Los quilates de la noche estaban en la fusión de elementos. En ocasiones uno empezaba a escuchar un extracto de una canción del grupo Kraftwerk para continuar con pasajes acelerados de frescura casi discotequera. Lo que Daddy G ofreció en Donostia es, echando el cierre a nuestra crítica balompédica, digno de “otra liga”. La Liga de las Estrellas.

El Festival Donostikluba entra en su recta final

Daddy G (Massive Attack), The Sunday Drivers, Peter Hook (New Order) o el nuevo proyecto del cantante de Los Planetas, entre las formaciones que actuarán a partir de hoy y hasta el fin de semana en Donostia

Con un pistoletazo más que elegante el pasado fin de semana, donde 500 personas bailaron en la donostiarra sala Gasteszena con los sones de formaciones como Tulsa, Deluxe y Teenage Fanclub DJs, el Festival de Música de Club de Donostia, más conocido como Donostikluba, llega a su traca final de actuaciones.

Y nada mejor que Daddy G para comenzar ese sprint final melódico. El que fuera precursor del sonido trip-hop y fundador (ahora en excedencia) de la influyente banda británica Massive Attack acercará esta noche a la capital guipuzcoana algunos de los mejores discos de su maleta de viaje.

Unas canciones que ya salieron recopiladas en el emblemático recopilatorio DJ-Kicks, allá por el 2004. Una selección que reunía los gustos en la mesa de mezclas del maestro de la Jamaica más sonoramente africana. Dub, hip-hop y soul a borbotones, como el que se podrá escuchar hoy a partir de las 20.30 en la Sala Gazteszena del barrio donostiarra de Egia.

De teloneros de la estrella británica estarán los locales e hiperactivos Revolutionary Brothers, expertos a la hora de extender por la Bella Easo las virtudes de la música negra defendida por el rey de la velada: rocksteady, roots, dancehall, ragga… Una noche humeante, sin duda.

Tras niebla jamaicana de esta noche, el viernes se presenta peninsular, independiente y rockero. Inaugurando los focos del escenario a eso de las diez de la noche estarán los madrileños Delco (www.myspace.com/delcosound). Herederos de la escena guitarrera y melódica castellana que reverencia a Wilco y Flaming Lips a partes iguales, el trío ejecutante se presenta como una de las mejores esperanzas del indie-rock patrio. Ya tienen debut en la calle (“Beautiness Delco”) y una gira que está dejando muy buen sabor de boca.

Como encantados salen los oyentes que pasan por la cocina sonora de The Sunday Drivers. El quinteto toledano ya sacó chispas al Teatro Principal de la capital guipuzcoana allá por el 2004. Ahora traen sobre la mesa de merchandising “Tiny telephone”, un CD que ha sido producido por el rey de los sonidos amables, Brad Jones. Productor afamado tras el trabajo de recuperación del soft rock de los años 70 del siglo pasado realizado para el “1972” de Josh Rouse.

La sombra del artesano sonoro sobre esta banda nacional de cantes anglófilos ha dado como resultado un disco de dulzura exquisita tan contagiosa como popera. Muchos de ustedes ya habrán conocido una parte del mismo sin quizás saberlo. The Sunday Drivers son los autores de “Do It”, canción que durante la campaña de verano ha sido empleada por la cervecera Cruzcampo para sus anuncios de televisión y radio.

La serie de conciertos del Donostikluba 2007 se cierra el sábado con muchos nombres importantes. En el lado ejecutante hay que nombrar al Grupo de Expertos SolyNieve, singular nombre que identifica la nueva aventura que J, el cantante de Los Planetas, comparten con Víctor Lapido, Antonio Lomas y Miguel López. Sus composiciones mezclan rasgados británicos con duendes sureños.

Tras ellos llegará la divertida aventura de Mendetz, defensores del Casio-punk más divertido y bailarín. El animoso pop de los catalanes está nominado a los Premios MTV Europeos de este año.

Pocas presentaciones necesita Peter Hook. Bajista de grupos tan emblemáticos como Joy Division y New Order y de nuevo en la pomada creativa con Freebass (proyecto compartido con Andy Rourke de los Smiths y Mani de Primal Scream), su sesión a los platos nos acercará algunas de las mejores remezclas de esas bandas en una lista en la que abundará el pop y el house.

La noche la cerrará el DJ Amable, rey de las pistas modernas-gafapasteras de Barcelona y Madrid desde hace 20 años, con su elegante fusión del rock y electrónica que suelen copar las más arriesgadas listas de éxitos foráneas.

Donostikluba: Un comienzo impecable

Intérpretes: “.”, Tulsa, Deluxe, Teenage Fanclub DJ. Lugar: Sala Gasteszena (Donostia). Día: 29 Septiembre 2007. Asistencia: 550 personas

Atravieso el pasillo que lleva a los baños de la sala Gazteszena. Me dispongo a hacer mis necesidades cuando un chico empieza a hablarme en catalán. Tras charlar con él le ponemos cara a uno de los rumores del recién inaugurado festival Donostikluba, ese que decía que “hay un valenciano que viene expresamente a ver a una de las bandas del Festival”.

Ese chaval se llama Joaquín (disculpen si no recuerdo el apellido) y su amor por Deluxe, la formación que el sábado llevaba la etiqueta de cabeza de cartel, le hizo atravesar media península en un autobús. Ahí, en esos detalles, en esa paliza de carretera, en ese amor por la música, es donde se ve que la propuesta que defiende Donostikluba es un éxito.

Proponer una fiesta en Donostia de carácter “indie pop” puede sonar a aventura arriesgada. Pero las más de 500 personas que el pasado sábado se dieron cita en la sala del barrio de Egía indica que el valenciano Joaquín, y el resto de asistentes, siguen desplazándose alegres para ver a sus grupos favoritos o disfrutar con estilos melódicos joviales y contagiosos.

La noche empezó local, con el donostiarra “.” ofreciendo sus melodías irrepetibles. Sus composiciones no se graban y tan sólo se suelen tocar una vez en directo. Giorgio Bassmatti, la persona detrás de este proyecto cantado en euskera, hizo un guiño a sus amores norteños defendiendo las bondades de Belle and Sebastian y los Smiths, tocando (con un viejo teclado de comunión) una versión de esos Teenage Fanclub que iban a cerrar con una sesión DJ el sábado Donostiklubero. El público, algo inaudito por estos lares cuando hablamos de artistas locales, permaneció en silencio durante toda su actuación y se mostró especialmente emocionado en el último tema.

La noche siguió guipuzcoana con la aparición de Miren Iza, vocalista y compositora del grupo Tulsa. Recientemente nominados a los Grammys Latinos y los Premios MTV, el dulce y meloso cantar de la hondarribitarra se acompaña de ritmos norteamericanos guitarreros. Tonos que la orfebrería periodística musical definió en su día como “americana”. Con un toque alejado de los purismos y acertadamente cercano al pop radiable, Miren y su banda agradaron en su estreno donostiarra.

Con Deluxe llegó la fiesta. La banda de la noche no defraudó a sus seguidores. El directo que el gallego Xoel Lopez lleva en estos momentos es una máquina muy bien engrasada, potente y casi perfecta. Con una pequeña pero impactante sección de viento, la actuación defendió el pop de Morrissey y lo decoró con gotitas de soul y rock potente.

Su mejor virtud es en ocasiones su pequeño defecto: el jugar todo el rato en la cresta del impacto, construyendo infinidad de singles y estribillos coreables sin apenas momentos tranquilos, puede llegar a resultar algo cansino. Pero los seguidores botaron, saltaron y aplaudieron cada vez que se lo pidió el artista.

La noche la cerraban Norman Blake y Francis Macdonald poniendo discos. Ocupación novedosa para quienes han construido melodías preciosas con su banda Teenage Fanclub. La pareja convirtió la sala de Gazteszena en un gran salón de casa donde los temas sonaban hasta el final y los amigos del pop vibraban con los sonidos de Camera Obscura, Stereolab, Pavement, The Pastels y la Velvet Underground de Lou Reed. La lista de tonos fue abriéndose hacia el pop electrónico, el soul y el hip hop, cerrando una noche de pop impecable.

Publicado en El Diario Vasco

Donostia Elektronikoa: Cachorros digitales

Otra de las ramificaciones del Donostikluba tiene formato de CD editado y es netamente promocional. Se llama “Donostia Elektronikoa” y recoge las creaciones de las más prometedoras bandas de la cantera guipuzcoana digital.

Poco importa que algunos grupos de anteriores ediciones repitan aparición (Krell, Misha Caníbal, L’Enfant Terrible, Fairlight).

En palabras de Sergio G. Cruzado, promotor de la idea, “se busca dar un servicio público. La gente que se dedica al pop, el rock o el jazz ya cuenta con certámenes para noveles en la ciudad. Con DElektronikoa se trata de que todos los artistas puedan presentar su música en condiciones, además de podar contar con un CD colectivo como carta de presentación”.

No sabemos qué pensará esta generación MySpace sobre la recopilación. Todos los grupos presentes en Donostia Elektronikoa 2007 vuelcan sus creaciones en su espacio sonoro en internet. Pero nunca viene mal que las 500 copias de este CD se envíen a los medios de comunicación o se repartan entre los asistentes al festival que hoy arranca. También se puede solicitar un ejemplar en la FNAC donostiarra, el Departamento de Juventud del Ayuntamiento de la capital guipuzcoana o en la web www.donostikluba.com.