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Daddy G, Revolutionary Brothers: Un partido disputado

FESTIVAL DONOSTIKLUBA: REVOLUTIONARY BROTHERS, DADDY G
Interpretes: Revolutionary Brothers, Daddy G. Día: 04-10-2007. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Asistencia: unas 350 personas.

Hoy tiraremos por los caminos del fútbol y su comprensible lenguaje. Porque a veces eso de que “cada parte del partido le ha correspondido a un equipo”, “Ningún club es pequeño, sobre todo en casa” y “los grandes te pueden ganar el partido en un periquete con la calidad que atesoran” es fácilmente extrapolable a otros ámbitos de la vida. Por ejemplo, a la música.

El pasado jueves la programación del Festival Donostikluba presentaba la sesión DJ de Daddy G, uno de los integrantes del afamado grupo británico Massive Attack. El espigado artista era el delantero matador de la noche. Pero pocos asistentes contaban con un “contrincante” tan ordenado y peleón: Revolutionary Brothers.

La pareja de pinchadiscos donostiarras inauguró la velada desplegando reggae clásico (ya saben, lo que para unos es “patapum y palante” para otros es “jogo bonito”) en una zona de creación por donde pasaban todos los balones sónicos con criterio y elegancia.

De las bandas de ataque salían buenos ataques de soul y hip hop. con varios trallazos en forma de una música más negra que la punta de un lápiz. Si olvidamos el par de deslices defensivos (algún reggae-town que estuvo a punto de convertirse en Reggae-ton), poca tacha le podemos poner a la entrega y el empuje de la pareja de DJs.

En la actuación despuntaron dos fichajes que los expertos en la categoría ya conocen: El rapero Maese Trucco y King Konsul, persona encargada de poner el contrapunto vocal agudo a los sonidos más entrecortados y calmosos.

El partido parecía decantarse hacia el equipo de casa. Sobre todo tras haber leído en internet las heterogéneas críticas de las últimas apariciones de Daddy G a los platos. El británico parecía haber llevado hasta el límite su amor por la densidad sonora, trasladando la oscuridad de Massive Attack a los mundos del dub más pesado.

Pero la capacidad de regate y sorpresa (positiva) es innata si uno forma parte de la lista de inventores de la etiqueta trip-hop. Atento durante toda la sesión a la respuesta de la gente, Daddy empezó muy potente lanzando temas de ragga británico. Ese estilo de cantares jamaicanos con un fondo sonoro abierto y de raíz oscura: Soul, R´N´B moderno, hip-hop, electrónica.

Hubo momentos puristas, por supuesto. Y algún que otro tempo excesivamente aburrido. Pero la mayoría de jugadas que el artista planteaba estaban muy lejos de sacar un vinilo del que sólo quedan 2 copias en el mundo, manipularlo con los guantes de CSI y dejarse llevar por la aureola de reconocimientos pasados.

El mayor éxito del visitante fue la atinada indefinición mostrada sobre el terreno de juego. Los quilates de la noche estaban en la fusión de elementos. En ocasiones uno empezaba a escuchar un extracto de una canción del grupo Kraftwerk para continuar con pasajes acelerados de frescura casi discotequera. Lo que Daddy G ofreció en Donostia es, echando el cierre a nuestra crítica balompédica, digno de “otra liga”. La Liga de las Estrellas.

Publicado enCríticas de conciertos

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