Hoy nos ha dado por las fábulas, que siempre hacen que las ideas a transmitir se asimilen de forma más asequible.
Como aquella de un joven inquieto que iba de hype en hype (y tiro porque lo dice el NME). Y este nuevo CD prometía ser la bomba. Como se notaba la mano foránea: En la producción, en las voces y esos impagables coros femeninos, en las canciones, en la soltura compositiva, en la frescura que emanaba, inexistente por estos láres.
Porque aquellas eran canciones diferentes, tocando muchos estilos y bordando casi todos ellos: La sicodelia etérea de Mercury Rev (y ese primer tema tan embriagador y emocionante), esa cadencia arropadora a lo Grandaddy, un John Lennon no referido pero si alabado por los miembros de esta banda, los (pocos) aciertos digitales de Postal Service.
Y había más. La dulzura de cuando Reed susurraba en aquellos Velvet Underground, las especiales emociones que emanan desde Yo La Tengo cuando compone el bajista…
En realidad llevaba días sin poderlo sacar del CDiscman, sin podérselo quitar de la cabeza. Este “Phenomenon Caravan Troupe” iba a ser lo más grande del segundo semestre del 2004, sin ninguna duda. A ver que decían las revistas el mes que viene.
Digamos que a nuestro protagonista se le quedó cara de Cassano, celebrando el último gol de Italia en la actual Eurocopa, cuando leyó que Limousine eran andaluces.
Moraleja: Las 6 cuerdas de una guitarra son iguales en todo el mundo. El talento se gotea. Esta vez nos cayó cerca. Felicidades, Limousine.
Anthony Reynolds retorna a la vida pública con ‘Neu York’. A mediados de los años noventa, Anthony Reynolds capitaneó la iniciativa Jack (y su obligada continuación como Jacques), una formación melancólica nacida para suceder a Tindersticks que se quedó por el camino. Ahora regresa con la grabación Neu York, que presenta en actuación peninsular única, el próximo jueves en Beasain.
Siempre es lo mismo, primero llueve, luego hay nubes y luego sale el sol. Las apreturas de la vida son inabordables cuando surgen y mínimas cuando los segundos son millares desde la fecha de origen del problema. “compra esto, que se lleva”, “escucha esto, que es la bomba”,”carne fresca, carne fresca”.
Empezaron fuerte, pero diversos acontecimientos musicales les bajaron de un pedestal al que les habían aupado antes de tiempo. Tras mil problemas con todo lo que puede enturbiar la vida de un músico (sello discográfico, management), el grupo escocés Astrid se asienta con su tercer trabajo, “One in Four”. Un disco que presentan mañana sábado en el Gazteleku de Oñati.