Saltar al contenido

Bart Davenport: «Game Preserve»

Siempre es lo mismo, primero llueve, luego hay nubes y luego sale el sol. Las apreturas de la vida son inabordables cuando surgen y mínimas cuando los segundos son millares desde la fecha de origen del problema. “compra esto, que se lleva”, “escucha esto, que es la bomba”,”carne fresca, carne fresca”.

Entre toda esta dinámica excitante y cansina, de vez en cuando aparece algo a lo que agarrarse y no soltarse, demostrando que la vida también debe tener su poso. Como Bart Davenport y su CD “Game Preserve”. El mejor catálogo de emociones de lo que llevamos de año.

Más clásicos que los jerseys de pico y que los Planetas en el FIB, su colección de canciones muestra muchas de sus (nuestras) debilidades: la California soleada de los 60, esa que podía abarcar desde los Byrds a los Love, la cadencia pegajosa de los primeros Stones, pizcas de Northern Soul, ínfulas del McCartney más inspirado, algo de funky suave tipo Josh Rouse (otro figura para dar de comer aparte).

Todo registrado con un sonido espeluznantemente bien conseguido, añejo. Su voz suave, puro terciopelo de sugerente cercanía, es otro “must” de este imprescindible disco. Porque, entre tanta hamburguesa y “salto”, a todos nos gusta el vino bien macerado…

Publicado enCríticas de discos

Sé el primero en comentar

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *