The Lovely Planet, hoy en Donostia

Llegamos a la capital guipuzcoana con cierto retraso. Los gestores han decidido recuperar sus viejas costumbres, tan propias, tan distintas, y convertir toda una autopista en un camino tortuoso de un solo carril y desvíos mil, retrotrayéndonos a principios del siglo XIX.

Las caras de mis compañeros de viaje en autobús me hicieron pensar que aquello no era otro ejemplo del folklore local, aunque tuviera visos de convertirse en ello.

Ya en la ciudad, paseamos por esa cinta mecánica invisible llamada Paseo de la Concha, donde vimos ejemplos de grafitti rojo en el suelo a la salida de una discoteca.

La ciudad defiende lo minimal, dado que la obra consistía en algunos chorros y gotas sueltas de una sangre perfectamente reproducida. El autor parecía también asentado en la cultura nocturna, un tal “pelea”, porque eso murmuraban los allí presentes

El arte inunda las calles. Está en todas partes. Los locales, por ejemplo, convierten una obra en un local en una reproducción a escala del viejo concurso “1,2,3”, con puertas y una pregunta que parece contar con varias opciones acertadas. Nosotros elegimos la puerta dos, pero nos equivocamos y perdimos. Ohhhhhhhhhhh

También hay expresiones de optimismo o, nunca mejor dicho, júbilo allá donde mires. SS es ciudad alegre, amigos.

Como hacía bueno, nos metimos bajo techo. El sol por estos lares es muy traicionero, así que decidimos acercarnos al concierto de Anni B. Sweet en un lu-garito underground. Sí, había ganas de escuchar hip hop.

Un estilo cuyo desarrollo en la capital guipuzcoana, quien sabe si también en el país, ha corrido una suerte distinta a la del resto del universo. Aquí los cantantes arpegian la guitarra y cantan. Y los DJs no ponen bases sino que tocan un montón de cacharros raros a la vez.

¿Cómo definir este nuevo estilo? Pues es muymuymuy… no se, muymuy…igual es más…o algo más…  o tirando a … o algo más

La chica cantaba muy bien, un hip hop de almohada muy bonico y de voz recia, aunque para ello se pusiera a veces en trance y se convirtiera en Rosa León o repasara las letras que tenía pegadas en el techo de la sala.

La noche acabo en un secret spot local al que nos guiaron algunos lugareños. Comida rodeada de libros que le hacían a uno sentirse cómodo, y en buena compañía.

Como el viaje se organizó con la antelación suficiente (2 años), pude conseguir compañía femenina para la velada, la cual discurrió, sorprendentemente, sin incidentes reseñables y un buen sabor de boca.

3 comentarios en «The Lovely Planet, hoy en Donostia»

  1. Anni B Sweet estuvo genial en Donosti!!
    Qué voz!!
    Es encantadora, me firmó el disco.. A ver si la traen pronto a un sitio donde pueda tocar con toda su banda .

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