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Juan Luis Etxeberria Entradas

Inauguración del Dabadaba en San Sebastián

Dabadaba. Rock, pop e indie en el menú de este establecimiento del barrio de Egia

Los chicos de la foto – Alex López, Sebastián Sallaberry y Jon Ander Soto- nos adentran en las profundidades de este local de horario bien estirado –cierra sobre las cuatro de la mañana- situado en el camino que hay entre Tabacalera y el colegio Mundaiz, en el local antes ocupado por la sala de billares “Snooker”.

El Dabadaba cuenta con 250 metros cuadrados y otro buen pellizco de solana. Probablemente sea el garito más grande de la ciudad a la hora de programar actuaciones de manera habitual. “Queremos ofrecer conciertos y sesiones de DJ, pero también exposiciones y talleres. Además es cafetería, lugar de papeo y espacio de relax, con una terraza en la que se está más a gusto que en brazos”.

Todo ello en una ciudad que siempre encuentra espacio para nuevos txokos musiqueros. “Nadie se pregunta sobre el deporte en Donostia, ¡y hay al menos un polideportivo por barrio! Nos hemos pasado media vida en el Doka o Le Bukowski. Nuestra admiración hacia ellos es infinita”.

El menú sonoro del establecimiento promete ser abierto. “Habrá rocanrol, electrónica, soul, pop, indie”. No hay más que mirar su agenda de conciertos. Encontramos luminarias eternas como Calvin Johnson (21 de abril), carne fresca nacional (Aries, 26 de abril), bandas de underground norteamericano más interesante (Gap Dream el 15 de este mes) o los frikis más atractivos del momento (Sean Nicholas Savage, 26 de mayo). Siempre con tendencia a la parranda, que por algo el nombre del bar se inspira en el “landismo” (ese “dabadaba” que sonaba como única letra de las canciones de aquellas películas) y en grupos como Stereolab, que lo usaban en cuatro de cada tres canciones.

Festival Aló Dabadaba: Nuevas luces a escena

Dos días de conciertos inauguran esta nueva sala de conciertos de la capital guipuzcoana

Alejandro López Allende, uno de los seis socios del Dabadaba, coge tiza y un paño húmedo y se acerca a la pared negra situada al comienzo de la barra. En ella aparecen listados los conciertos previstos. El trapo de limpiar la barra tiene nuevos usos en los garitos musiqueros. Alejandro borra una de las actuaciones futuras para hacerle un hueco a una nueva fecha actuante, en esta suerte de panel de “El Golpe”. Pero en este caso no hay trampa ni cartón.

Tras una exitosa preinauguración con el concierto de El Último Vecino, la sala realiza este fin de semana su primera prueba de tensión con las dos noches de “Aló Dabadaba”. Un cartel en el que destacan formaciones como Siesta (Valencia) o La Luz (EEUU). Hablamos con este cuarteto femenino de Seattle, de gira europea presentando su debut largo “It´s Alive”. Un disco que aparca la adictiva suciedad e ingenuidad de su primer EP buscando un mayor calado. ‘Cuando grabamos aquel arranque pequeño solo llevábamos tocando unos meses. Es normal que todo suene más brillante ahora’. Quien así responde es Shana Cleveland, guitarrista y cantante de la banda afincada en ese Seattle que estos días celebra el aniversario de la muerte de Kurt Cobain, ‘una estrella del rock con un brillo innegable’.

La Luz (‘nos gustaba cómo sonaba el nombre. Nos recuerda al último brillo anaranjado del atardecer’) sigue su imparable crecimiento. El tirón popular ha obligado a Shana a aparcar sus múltiples proyectos paralelos (pintora de cuadros doo wop, cantante de grupos más recogidos como Shana Cleveland & The Sandmates) para defender este trabajo ‘oscuro que celebra la vida. Es un CD festivo sobre la muerte, el miedo, la ruptura de corazones y todas esas cosas inevitables que nos hacen disfrutar más aún de nuestra estancia en la tierra. Hay algo realmente precioso en el hecho de ver gente bailando y pasándolo bien mientras escuchan una canción soul de desamor’.

Bajo la pulcra etiqueta de surf garajero que les han colgado, la música negra encuentra su sitio en momentos como “Pink Slime”, tema acelerado que bien podía haber firmado King Khan. El disco tiene otras paradas obligatorias más allá del estilo predominante, caso de “What Good I Am”. O lo que es lo mismo, Mazzy Star disfrazados de chicas malas. Sin olvidar ese “Sure as spring” que han regrabado para la ocasión y que nos recuerda a los mejores Love. ‘Era una tonada demasiado buena como para no darle una mayor difusión’. No es la única recuperación: “Call Me In the Day”, esa maravilla con toques 50´s que se aúpa en la lista de lo más escuchado de su Spotify, también ha sido engalanada de nuevo.

Y en esa habitual charla de gustos sonoros nos paramos sorprendidos al escuchar el nombre de Los Saicos. La tremebunda banda peruana ha sido faro y vigía a la hora de componer. ‘¡Es que cada una de sus creaciones es increíblemente buena! Conocí sus canciones cuando estábamos grabando este álbum, y te puedo decir que he escrito un par de melodías en los que están muy presentes. Mientras componía para ”It´s Alive” he estado escuchando mucha música garajera de todo el mundo: Sudamericana, francesa, mexicana. Grupos como Los Yorks, the Hardtimes o Takeshi Terauchi And The Bunnys’

Seguimos soltando nombres, pero ahora ya centrados en el festival de este fin de semana. La parranda comienza hoy a las 22 horas con la actuación de Los Animalitos del Bosque. Estos catalanes son unos sinvergüenzas maravillosos que tan pronto hacer versiones de Alpino o TCR como entregan hits de punk modernote (“Pelea de monos”). Nos les pidas virtuosismo. Ellos solo saben divertir.

El segundo turno les corresponde a los riojanos Pan Total, a quienes la promo anuncia como una fiesta de “inmediatez y hits por un tubo, letras punzantes, guitarras escacharradas y ritmos fibrosos. Pop muy gélido, punk electrónico y una ejecución muy festiva”. Si no te fías pásate por pantotal.bandcamp.com

Siesta enérgica

El certamen cierra sus puertas esta noche con Siesta, el dúo valenciano que ya nos visitó hace unos meses. Su puesta en escena es increíble, pura energía. Una pareja de chalados con una forma física envidiable que se intercambian varias veces de instrumentos dentro de una misma canción. Vayan frescos y despiertos a la cita, porque su música es casi corporal, de impacto, bastante más bruta que la de los cercanos Za!.

La cita de mañana arranca a la misma hora con la actuación de Univers. Los catalanes, con miembros de Mujeres y Aliment entre sus filas, practican un pop delicioso etiquetado como Kiwi Rock (herencia de la música de nuestras antípodas capitaneada por The Chills, The Bats y asociados) al que no le da vergüenza acercarse a los pasajes más ruidosos de los Jesús And Mary Chain y la primera época de My Bloody Valentine. Son tan buenos como sus referencias.

Tras ellos, otra cita ineludible con Microcosmos. El grupo donostiarra más esquivo de la historia. Llevan dos años sin pisar un escenario. Y es una pena. Porque su rock primigenio es fresco y directo, con un cantante lleno de magnetismo natural y obras adictivas como “Hacia atrás”. Como dicen los promotores, “solo su actuación ya vale la entrada”, un pase que el sábado cuesta 12 euros y hoy apenas 8. El pasador actuante corre a cargo de nuestras entrevistadas de hoy, La Luz, quienes seguro confirman las buenas palabras que sus shows están recibiendo en esta gira.

Viernes
Puertas: 21:30
Los Animalitos del Bosque: 22:00
Pan Total: 22:45
Siesta!: 23:40

Sábado:
Puertas: 21:30
Univers: 22:00
Microcosmos: 23:00
La Luz: 0:00

Abril del 76: Homónimo


Pop
1 estrella

Portada

Debut del grupo de Paco Cantos y Xesca Coll, pareja bien empapada de los sonidos iniciales de La Buena Vida (‘En un piano bar’). Este CD en los 90 sería un flexi editado por un fanzine. Lástima de la sensación de que con un poco de batuta la cosa hubiera mejorado mucho, aunque eso supusiera ir en contra del amateurismo preciosista. Lo mejor, ‘Les Fleurs del mal’, ‘Tardes de agosto’, y la voz de Alberto Mate en ‘Un pedazo de ti’

El Columpio Asesino: «Nos sentimos a gusto combinando electrónica y guitarras!

 Tolosa estrena mañana las nuevas canciones de esta potente banda navarra, ahora más oscura y digital 

 
¿Cómo sobrevivir a un éxito como “Toro”, canción que les abrió la puerta grande de relevantes festivales y giras por el extranjero tras muchos años de crecimiento imparable? Para responder a esta pregunta los chicos (y chica) de la banda pamplonesa El Columpio Asesino tomaron el camino montañero, decidiendo enclaustrarse en Bigüezal, un pequeño pueblo de la montaña prepirenaica.

Nuestro entrevistado, Albaro Arizaleta -batería y cantante de la formación- amplía los detalles del retiro creativo. “Alquilamos una pequeña casa, sin cobertura ni internet, donde convivimos durante tres meses. Queríamos enfrentarnos al reto del quinto lanzamiento en un espacio de concentración y trabajo. Por eso nos aislamos en un lugar tranquilo con un nuevo productor, Daniel Ulezia. En medio de aquel entorno tan bello y ermitaño dimos forma a nuestro disco más radical«.

Llevan razón. “Ballenas muertas en San Sebastián” (Mushroom Pillow, 2014), a publicarse el 28 de abril, es su trabajo más extremista. Un salto hacia el interior. Huyendo de cualquier efectismo al que podrían haberse subido sin mayores reproches entregan un CD muy electrónico, de mensaje más oscuro y completo. Líricas que discurren entre la rabia, la desesperanza, la crisis o el abatimiento. Podrían tomarse como el reverso de la fiesta que hasta ahora proclamaban. Pero es mucho más que eso. Porque “Ballenas…” es un pelotazo. Aunque ahora la banda utilice otros hilos para enganchar al oyente.

¿De dónde viene ese giro actual?
 
Nunca nos hemos considerado una banda de guitarras, siempre hemos hecho uso de la electrónica. Pero es cierto que hemos evolucionado hacia lugares más hipnóticos y oscuros.

Si el anterior trabajo era la fiesta, ¿este es el bajón posterior?
 
En nuestro anterior álbum se daban las dos caras de la moneda. En “Ballenas” nos hemos centrado más en una de de ellas. Teníamos ganas de transmitir de otra manera. Hemos intentado contagiar obsesión y ansiedad a través de las repeticiones de las frases sobre ritmos repetitivos, primitivos, enfermizos y violentos por momentos.

Spain: Sargent Place


BLUES
2 ESTRELLAS

Josh Haden, hijo del gran Charlie, recupera un poco el tino de sus comienzos con esta nueva obra. Tras un comienzo de stoner ralentizado, como quien frena con la mano un vinilo mientras suena, la banda con el nombre que menos gusta a Bildu entrega nuevas y noctámbulas aventuras cargadas de blues emotivo y emocionante y una voz de áspera sábana, tierna pero curtida. Con este disco triunfas en el baile que cierra una hogareña cena de velas.

Los chicos del batzoki

Intérpretes: Doctor Deseo. Lugar: CC de Intxaurrondo (Donostia). Día: 14 de marzo del 2014. Asistencia: Lleno, unas 600 personas.

Comencemos aplaudiendo el tirón de esta banda vasca. Mientras músicas más modernas se las ven y desean para llenar la mitad del aforo de la Kulturetxe de Intxaurrondo, los de Bilbao reventaron la sala no una sino dos noches consecutivas. Vimos colas de muchos metros para acceder al recinto. Y un aforo en el que predominaba el euskera como idioma comunicativo. Curioso cuando la noche del viernes solo se escucharon un par de temas en dicha lengua, siendo una de ellas un homenaje al “Love will tear us apart again” de Joy Division. Para el eterno debate de que no hay puentes entre lenguas: Haberlos haylos, y sobre todo colgantes.

El de Doctor Deseo es un espectáculo de dos horas largas y una música que sigue siendo para unos trasnochada y para otros trasnochadora. Con esas letras de sucia melancolía, amores de callejuela industrial y emociones dignas de un Lord Byron de Barrenkale. No se puede esperar menos de una banda que tiene en “La chica del batzoki” o “De nuevo en tus brazos” – y su celestial estribillo “Morirse en Bilbao, no hay nada mejor”. Ni las bilbainadas, oiga- algunas de sus canciones más famosas. Si esto fuera Whatsapp ahora pondríamos iconos de ojos saltones y otros gestos de estupefacción. Será que somos guipuzcoanos.

La banda ataca ahora sus canciones de forma rockera, con tonadas repletas de giros de corte andaluz. Los de Francis Díez, cantante y pilar de esta formación, se muestran muy en forma. Con ese modular tan característico, un loctite que todo lo une, la noche fue una sucesión de hits sin tacha (las ya nombradas, “Abrázame”, “Dulces sueños” y, sobre todo, “Corazón de tango”). Hubo espacio para bellos despistes de corte más soul (“Loco”), tangero (“Peces abisales”) o popero, caso de ese “Amanece por ti” tan deudor de la Velvet Underground. La gente salió encantada de la visita de los doctores, quienes parecieron encontrar la medicina perfecta para buena parte de los asistentes.

Winter Festival: Un buen comienzo

Intérpretes: Zordak, Zigarros, Dr Feelgood, El Drogas. Lugar: Ficoba (Irún). Día: 22 de febrero del 2014. Asistencia: unas 500 personas. Precio: 22 euros.

Correcto estreno del Winter Festival, hermano pequeño e invernal de ese gran certamen denominado Hondarribia Blues. El recién nacido irundarra tuvo un recinto perfecto, una organización impecable y un menú similar (aunque más abierto) al de su hermano veraniego costero, con el blues y el R&B como ingredientes principales y un cartel con nombres propios en buena forma.

El único “pero”, relativo, cae a este lado de la barrera, con esos 500 asistentes a la velada. Ni es mucho ni es poco, y las valoraciones las harán otros. Pero si la celebración se lleva a cabo en un recinto multiusos el ambiente queda algo más frío – literal, te podías dejar el abrigo puesto- que si la fiesta se lleva a cabo en una sala.

Nada que achacar a Zordak, la banda local encargada de inaugurar la parranda. Un quinteto muy solvente que homenajea con su nombre al dios del sol y a las estrellas en la mitología hindú. Quizás por eso sus creaciones tuvieron tantos brazos idiomáticos (cantaron en inglés, euskera y castellano) o sonoros. Aunque si hubiera que ponerles una etiqueta, un label que pudiera servir de nexo a sus composiciones, elegiríamos la de “hard rock”. En su vertiente más tradicional. Esa que tanto caló en los arrabales rockeros castellanos en los años 70 u 80 del pasado decenio.

Tras ellos llegaron los Zigarros, cuarteto valenciano que gustó y mucho a la hora de atacar temas propios. Lástima que se desviaran en el punto de las versiones, llegando a ejecutar hasta ocho revisiones de temas ajenos. Un número demasiado elevado salvo que lo tuyo sea una banda tributo. Y los de estos muchachos capitaneados por un cantor de estética con detalles casi glam andaba más cercano al rock de Tequila o M Clan. Tal y como indicábamos, en ese terreno se movieron de manera estilosa y pudiente.

Los protagonistas de la noche, atendiendo al tirón popular, fueron Dr Feelgood. Aunque de la formación inicial ya no quede ni el chófer (se formaron el 1971, echen cuentas…) y lo más cercano a un miembro original sea el batería, que se enroló en 1983, los ya canosos ofrecieron un show intachable, lleno de enérgico blues rítmico. Qué bien tiene que sonar esto en el recogimiento de un garito, pardiez. Porque los británicos son una de esos conjuntos que mantienen la dignidad y la calidad por encima de la esperada vertiente romántico-económica del proyecto en la actualidad.

Y si hablamos de dignidad o nobleza creativa, quien mejor que el pamplonica que responde al nombre de El Drogas, encargado de cerrar una noche que casó en horario con los trenes de regreso a Donostia y aledaños. Flanqueado por una sección rítmica de corte punk y con un guitarrista, Txus Maraví, sencillamente espectacular, el de Chantrea no conoce los minuteros. Su momento pasó de las dos horas largas, y si por él fuera aún estaríamos en Ficoba agitando la cabeza. Es la némesis de Van Morrison en ese sentido.

Lejos ya de las ataduras de Barricada – a los que homenajea varias veces en el setlist-, Enrique Villarreal Armendariz sigue tirando dardos a las mil y un penurias que nos asolan estos días, con especial hincapié en la cultura y la sanidad. Vestido como si Willie Nelson hiciera un papel de ganster en “Los Intocables”, El Drogas va pleno de energía y voz rota, de cabreo y acidez, y se acerca en ocasiones a la contundencia de Rage Against The Machine o el hip hop en una fórmula bien definida: caña, caña y más caña.

Naica: Esto sí suena brillante

Los de Hondarribia presentan un trabajo lleno de pop elegante mañana en Donostia.
 
“Saturnalia”, el CD recién publicado por Naica, contiene canciones preciosas que discurren atractivas, sin chirridos. Con bellas letras, bastante comprensibles para los jeroglíficos que hoy en día se cantan en castellano. Y juegos de voces que no berrean sino que transmiten el mensaje de forma atractiva.

Además de manejar referencias sonoras fantásticas. Uno no puede evitar la malicia. Porque acabo de nombrar todos los ingredientes para estar condenados al ostracismo en nuestra provincia. Santiago Noain, el batería de la banda, pilla la ironía. ‘¡Ahí le has dado! Bueno me limitaré a tomar prestado el título de un libro sin par: “A cada gusano su gusto, hay quién prefiere las ortigas”’

El nuevo disco de los de Hondarribia es un trabajo deslumbrante empezando por el propio nombre: ‘Suena a algo que cuenta con destello propio. Y además nos recuerda a “Paraphernalia”, el disco pirata de Jane´s Addiction. Nos gusta la resonancia pop del título’.

El guiño popero no queda en la superficie. Composiciones como “Último aviso” o “Un día señalado” puede tener cierto parentesco melódico con La Buena Vida. Noain no lo ve tan claro. ‘Se nos hace rara la comparación, nunca han estado presentes en nuestra discoteca. Pero si varias personas nos decís lo mismo será que algo hay’.

El álbum tiene un componente conceptual. Una temática que le da cierto empaque, con historias de viajes estelares como imágenes románticas de relaciones, ausencias y deseos. Aunque ellos se lavan las manos afirmando que ‘no hay nada que entender, no hay nada que interpretar’. Según el batería de la banda, ‘lo escrito se subordina a la música, que para nosotros es lo fundamental. Es un caso similar al de los Pixies, quienes utilizan la letra como un instrumento más. Algunas de los temas de este disco están hechos con mecanismos propios de la escritura automática. No hay una historia que contar tan clara como en el caso de Lou Reed o Juan Perro’.

Paramos la grabadora para atender al último nombre, porque tras entonar en inglés o euskera el quinteto ha seleccionado el castellano como idioma cantor. La respuesta con música entra. ‘Parálisis Permanente, Derribos Arias, Burning, Parafunk, Leño, Family, Lagartija Nick. La música en español está muy asentada en mi vida. Es el único idioma que domino como para poder expresarme. Pero no descartamos utilizar cualquier otra lengua en el futuro’.

Naica también saben ensuciar las guitarras. Lo demostraron en su debut “Fish Taco”. Y ahora pulen y dan esplendor a ese toque indie noventero, caso del fantástico tema “Treinta lunas” que cierra este CD que se puede escuchar y comprar en el bandcamp de la banda. ‘La guitarra distorsionada ha estado más presente que nunca. Y creo que el máster realizado por Dave Román en Estados Unidos ha mejorado mucho el sonido final’. Aprovechamos para preguntarles por Psilocybe, la asociación autogestionada de la que forman parte y cuya sala de conciertos se encuentra en la entrada de su pueblo. ‘Seguimos caminando. Y eso es lo mejor que nos puede pasar. Hay gente joven que se ha echado la casa a las espaldas y lo está haciendo muy bien. Y siempre hay movimiento entre las 18 formaciones censadas. Mushroom Caffeine van a sacar nuevo disco. Imago 4 también es un grupo a seguir. O las Colombina`s, las verdaderas artistas vanguardistas’.

La cita de mañana en el Bukowski donostiarra se completa con la actuación de Frank, banda “con chica al frente” compuesta por gente muy paseada (Supersweet, Transalpine Boys, SuperTrooper, Boggie Van) que acercará al escenario las canciones folk-rock que conformarán su debut, a publicarse en un par de meses.