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Winter Festival: Un buen comienzo

Intérpretes: Zordak, Zigarros, Dr Feelgood, El Drogas. Lugar: Ficoba (Irún). Día: 22 de febrero del 2014. Asistencia: unas 500 personas. Precio: 22 euros.

Correcto estreno del Winter Festival, hermano pequeño e invernal de ese gran certamen denominado Hondarribia Blues. El recién nacido irundarra tuvo un recinto perfecto, una organización impecable y un menú similar (aunque más abierto) al de su hermano veraniego costero, con el blues y el R&B como ingredientes principales y un cartel con nombres propios en buena forma.

El único “pero”, relativo, cae a este lado de la barrera, con esos 500 asistentes a la velada. Ni es mucho ni es poco, y las valoraciones las harán otros. Pero si la celebración se lleva a cabo en un recinto multiusos el ambiente queda algo más frío – literal, te podías dejar el abrigo puesto- que si la fiesta se lleva a cabo en una sala.

Nada que achacar a Zordak, la banda local encargada de inaugurar la parranda. Un quinteto muy solvente que homenajea con su nombre al dios del sol y a las estrellas en la mitología hindú. Quizás por eso sus creaciones tuvieron tantos brazos idiomáticos (cantaron en inglés, euskera y castellano) o sonoros. Aunque si hubiera que ponerles una etiqueta, un label que pudiera servir de nexo a sus composiciones, elegiríamos la de “hard rock”. En su vertiente más tradicional. Esa que tanto caló en los arrabales rockeros castellanos en los años 70 u 80 del pasado decenio.

Tras ellos llegaron los Zigarros, cuarteto valenciano que gustó y mucho a la hora de atacar temas propios. Lástima que se desviaran en el punto de las versiones, llegando a ejecutar hasta ocho revisiones de temas ajenos. Un número demasiado elevado salvo que lo tuyo sea una banda tributo. Y los de estos muchachos capitaneados por un cantor de estética con detalles casi glam andaba más cercano al rock de Tequila o M Clan. Tal y como indicábamos, en ese terreno se movieron de manera estilosa y pudiente.

Los protagonistas de la noche, atendiendo al tirón popular, fueron Dr Feelgood. Aunque de la formación inicial ya no quede ni el chófer (se formaron el 1971, echen cuentas…) y lo más cercano a un miembro original sea el batería, que se enroló en 1983, los ya canosos ofrecieron un show intachable, lleno de enérgico blues rítmico. Qué bien tiene que sonar esto en el recogimiento de un garito, pardiez. Porque los británicos son una de esos conjuntos que mantienen la dignidad y la calidad por encima de la esperada vertiente romántico-económica del proyecto en la actualidad.

Y si hablamos de dignidad o nobleza creativa, quien mejor que el pamplonica que responde al nombre de El Drogas, encargado de cerrar una noche que casó en horario con los trenes de regreso a Donostia y aledaños. Flanqueado por una sección rítmica de corte punk y con un guitarrista, Txus Maraví, sencillamente espectacular, el de Chantrea no conoce los minuteros. Su momento pasó de las dos horas largas, y si por él fuera aún estaríamos en Ficoba agitando la cabeza. Es la némesis de Van Morrison en ese sentido.

Lejos ya de las ataduras de Barricada – a los que homenajea varias veces en el setlist-, Enrique Villarreal Armendariz sigue tirando dardos a las mil y un penurias que nos asolan estos días, con especial hincapié en la cultura y la sanidad. Vestido como si Willie Nelson hiciera un papel de ganster en “Los Intocables”, El Drogas va pleno de energía y voz rota, de cabreo y acidez, y se acerca en ocasiones a la contundencia de Rage Against The Machine o el hip hop en una fórmula bien definida: caña, caña y más caña.

Publicado enCríticas de conciertos

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