Saltar al contenido

Categoría: Críticas de discos

Underwater Tea Party:»Suburban Metronome»

UNDERWATER TEA PARTY
SUBURBAN METRONOME
JUNK RECORDS

El donostiarra Mikel Alberdi (Sixtynine Million Inches) también guitarrea en Underwater Tea Party, quienes se bautizan con «Suburban Metronome».

UTP presenta influencias que se van repartiendo canción a canción (Stereolab, Belle and Sebastian, Yo La Tengo), con la voz de Clara Martínez abrigándolo todo en este bello debut.

El Hijo: «Canciones Gringas»

El Hijo
«Canciones Gringas»
Acuarela Discos

Grandiosidad o ampulosidad. Dos términos que parecen decir lo mismo, pero no lo hacen.

Me pregunto si Abel Hernandez, el lider del grupo El Hijo, los tendrá claros. Su nuevo EP recoge cuatro versiones que navegan con sobredosis de Nacho Vegas entre las que destaca por simple y cercana el «Era joven cuando me fui», de Bob Dylan.

Anorak: «Synthetic pop covers from the european space agency»

Anorak
«Synthetic pop covers from the European Space Agency»
Rhonda Records

Desde Barcelona, con amor (cooltrónico). Anorak reinterpreta sus canciones ajenas favoritas en su segundo trabajo.

Hay tonadas clásicas (Joy Division) y otras bandas digitalmente menos homenajeadas: Spacemen 3, Wire, Los Bravos, Buzzcocks, Dennis Wilson, los Ramones. Lo presentan este fin de semana en el DonostiKluba de Donostia.

The Pipettes: «We are The Pipettes»

¿Grupo de culto o montaje? Manuel Soleado hablaba su blog (de manera muy bien razonada) sobre el origen de las británicas The Pipettes, uno de los grupos revelación del underground pop británico. Ese para el que los Artic Monkeys suena más a juego de Nintendo que a grupo musical.

Nosotros recuperamos la pregunta, y la extendemos ¿Son las Pipettes una versión moderna de aquella desenfadadas Shampoo, ese dueto juvenil al que supuestamente le hacían sus hits gentes como Saint Etienne y Kevin Shields?

¿Serían las Pipettes obra y magia (que la hay) de un afamado productor colgado del muro de sonido de Phil Spector que recurrió en un posterior casting a dos oficinistas y una extra (guapa) de “Hair” para poner las voces y quien sabe si sólo la cara a los temas?

Serena Maneesh: «S/T»

En el piso de estudiantes que comparten, dos jóvenes se cruzan en el sofá del salón, su segunda estancia preferida…tras el bar, claro.

• Hola Suso
• Hola Yuso
• Vaya empanda que llevo. Parezco una torta gallega.
• ¿Por?
• Di mejor por quién…
• ¿Por quién? ¿Mujeres? Ay….
• No,no. Música. Serena Maneesh
• ¿Mande?
• Sí, hombre, el grupo noruego ese que editó el disco hace un par de meses o así.
• Ni idea…Y, ¿Qué les pasa?
• Lo de siempre, que no se si son unos genios o no. El típico síndrome de grupo japonés.

Whitechapel: «Troubled Sleep»

Que raros son los periodistas. En vez de fijarse en quién hace los punteos o qué cantante famoso forma parte de los coros apagados del single, me empieza a hablar del productor, pensó ella mientras repasaba la crítica del disco de Whitechapel en Hipersónica.

Que si la producción por aquí, que “si alguien mantiene la dignidad en eso que llamamos productor en nuestro país, su apellido es Cantudo y su nombre Pedro, tan certero como camaleónico, entendiendo siempre lo que se trae entre manos y no tirando de cliches efectivos. Su hermano Javier, 50% de Whitechapel, confirma la teoría de que esos genes tienen algo particular“.

Vale, a mí también me gustó el de Tarik y su Fábrica de Colores. Y aún alucino, a falta de escuchar el nuevo, con el primero de Limousine. Pero no me suelo fijar, a la hora de comprar un disco, en quien maneja los mandos. Parece que este plumilla sí. Bah, será por ir de guay…

Uff que mala pinta tiene esto…”retoman las enseñanzas del clasicismo country-folk-popero USA mínimo en expresión y que suena delicado y emocionante cual misa barroca. Aquel estilo abierto que Young instauró como religión, Dylan dio sustancia y al que José González tan sólo ha podido acercarse en su famoso single. Como todos ellos, eligen el inglés porque…”. ya, ya, porque toda la vida han escuchado eso y tal y cual….yo también he visto durante mucho tiempo CSI y no por eso voy abriendo cuerpos…

Cuantas veces habré leído esto de los clásicos y Dylan y cual refiriéndose a un grupo español, y luego es una castaña maquetera que tiene en común con Mojave 3 (“los Mojave 3 españoles”, dice un poco más adelante el texto) que usan una guitarra acústica Yamada.

Lo malo es que los patrios para todo un disco y Neil Halstead para un punteo distorsionado grabado bajito en un final épico de cuerdas y disparos de cañón.

Un disco pequeñito” todos tiene el mismo tamaño “que con 6 cuerdas, tres voces y un par de baterías apagadas consiguen más que la mitad de la producción propia de este país en los últimos 5 años”. Hala, ya está la frase de cierre típica que te invita a escucharlo o comprarlo. Si todos estos vendemotos son iguales…

Pero…¿y si esta vez fuera verdad lo que pone?

Troubles Sleep de Whitechapel, está editado por Junk Records y se puede escuchar en el Myspace de la banda

Delorean: «Into The Plateau»

18.32. del viernes. En la puerta de una tienda de discos, dos colegas se cruzan:

– Hola Javi
– Hola Pedro
– ¿Que escuchas?
– El nuevo de Delorean
– ¿Michael J Fox ha sacado un disco?
– No, tío. El nuevo disco, mejor dicho discazo, de los jovencísimos guipuzcoanos que graban para BCore.
Se llama Into the Plateau y tiene ocho canciones como ocho soles de radiantes y calurosas.
– No te tires, chaval, que esos eran los protopunks bailongos que le pegaban al rollo The Rapture y esas cosas que escuchábamos hace 3 modas. Me acuerdo verles una vez en directo, y no estaba mal, pero al rato cansaba tanto gritito y tanto ritmo sincopado pasado de chaston.
– Que exagerada eres. Antes estaba bien. Sí que es verdad que tendían a soltar el nervio juvenil constantemente. Pero es que el nuevo CD es una pasada. Lo podrás comprobar en la extensa gira nacional con fechas internacionales que empiezan ahora…
– Ahora el que exageras eres tú. Una pasada…Estos periodistas…
– Que no, que te digo de verdad. Que es un CD muy trabajado, muchísimo más elaborado, y donde antes había petardos, como tú dices, ahora hay bonitos fuegos artificiales.
– ¿pero en que plan?
– En que plan, en que plan…siempre con las preguntitas del plan… pues tú, que buscas pistas, escucharás a los Cure, a los que nunca negaron. Pero nada de rollo ultramelancólico. Sigue habiendo rock moderno. ¿Nueva Olero? Que se yo, era muy joven aquellos años… Y sinceramente, por esa parte no le veo muchos lazos directos con cosas actualísimas.
– ¿Algo electro?
– Puede que sí, tirando por lo clásico y sobre todo cuando recuperan el espíritu de su anterior disco corto, aquel de remezclas. ¿Franz Ferdinand? Estos tienen otro nervio, ni peor ni mejor. ¿Algo de Postal Service pero rabiosos? Sí, sí, igual eso sí…
– Bueno, no tiene mala pinta…pero parece que me lo estas vendiendo…¿te llevas parte de las ventas? Jejejeje
– No, para nada. Que me ha gustado, en serio. Y mira que me trago discos yo… Además, los más de 4 minutos que dura cada tema (los hay de hasta 6) no se te hacen nada pero nada pesados.
– ¿Me lo grabas?
– Tío, que son de Bcore, sello pequeño, no seas chano…

Into the Plateau llega a las tiendas a mediados de Mayo. En BCore lo venden ya vía Itunes.

La Buena Vida: «Vidania»

Les diré un secreto. Hay grupos que, tras escuchar sus discos por primera o segunda vez, me incitan a coger una guitarra y tocar.

Más que referirme a discos sueltos de bandas heterogéneas, mi idea se aplica a los nuevos trabajos de algunas bandas concretas. Esas cuya discografía ha ido aposentándose sin pausa sobre las baldas de mi casa.

Algo se revuelve en el interior nada más soltar el pause: Llevado por la preciosidad o sentimientos de esas canciones que por primera vez suenan ante mí, rebrota la necesidad de crear. Pillo la guitarra, me hago una canción original y preciosa que, válgame Dios, a los diez minutos me doy cuenta que es muy similar a alguna tonada de ese disco fantástico recién escuchado.

La Buena Vida era uno de esos grupos. Ahora ya no…

Porque nunca más podré acercarme a un disco de estos donostiarras como hasta ahora. Vidania tiene la culpa. Una absoluta maravilla que rompe mi termómetro, una gozada de disco que supera con creces casi todos sus anteriores trabajos. Y eso que el arriba firmante lo vio ya en concierto hace 12 años, cuando ellos y yo éramos imberbes…

¿Y en que sección ganan por goleada estas nuevas canciones editadas por Sinnamon? En el sonido. No quiero decir que antes fuera malo, no. Pero es que ahora es sencillamente espectacular. Un autentico cuadro detallista pintado con los mismos pinceles de siempre, pero en un ambiente mucho más perfeccionista.

Iranzu, la cantante, parece haberse hecho ya con las riendas de los tonos graves que trajo “Álbum” y comienza a dejar de cantarnos para concentrarse en contarnos. Narrarnos esas historias tan emotivamente preciosas como el single La mitad de nuestras vidas, el hipotético segundo lanzamiento corto «Mi aventura espacial» o «Calles y Avenidas», el primer surco digital del nuevo CD.

Aunque el tema con voz femenina que más pelos ha erizado en esta nueva entrega ha sido Mi año natural, con esas letras hechas desde la cercanía de mi almohada o la vista de mi ventana.

Recuerdo la primera vez que escuché S.O.S, el sexto surco de Vidania. Fue hace un par de años, en el Azkena Rock de Gastéiz. ¿Menudo sitio, eh? 😀 El autor de la canción nos la cantó acapella, entre vasos de plástico y Marshalls a reventar. Ya entonces y en aquellas condiciones sonaba bien. Ahora es una dulzura beatle-rock con una lírica extrañamente dura para lo que suele ser habitual.

De nuevo en la ciudad retoma el vuelo, con esos aires Love o Belle and Sebastian (Stuart, tu llegaste después, lo siento) en el tema más Nick Drake que jamás han hecho los donostiarras.

Mikel, la voz masculina de la banda, ha ganado peso y presencia en este álbum, bordándolo en uno de sus clásicos (Ayer te ví) y rizando el rizo vocal en «Honrado ciudadano de Occidente». Suya puede ser la culpa de que el disco suene (y esto es novedad) más norteamericano que nunca, con esos aires de clasicismo independiente USA. ¿Queréis un ejemplo?: Los 3 minutos y doce segundos de idas y venidas de «El fin del mundo».

Vidania debería ser (y van…) la confirmación popular de esta deliciosa banda guipuzcoana que enterró hace tiempo los estigmas musicales de su ciudad para entregarse a hacer buenos discos. Y este, ya lo dijimos ahí arriba, es espectacular.