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La Buena Vida: «Vidania»

Les diré un secreto. Hay grupos que, tras escuchar sus discos por primera o segunda vez, me incitan a coger una guitarra y tocar.

Más que referirme a discos sueltos de bandas heterogéneas, mi idea se aplica a los nuevos trabajos de algunas bandas concretas. Esas cuya discografía ha ido aposentándose sin pausa sobre las baldas de mi casa.

Algo se revuelve en el interior nada más soltar el pause: Llevado por la preciosidad o sentimientos de esas canciones que por primera vez suenan ante mí, rebrota la necesidad de crear. Pillo la guitarra, me hago una canción original y preciosa que, válgame Dios, a los diez minutos me doy cuenta que es muy similar a alguna tonada de ese disco fantástico recién escuchado.

La Buena Vida era uno de esos grupos. Ahora ya no…

Porque nunca más podré acercarme a un disco de estos donostiarras como hasta ahora. Vidania tiene la culpa. Una absoluta maravilla que rompe mi termómetro, una gozada de disco que supera con creces casi todos sus anteriores trabajos. Y eso que el arriba firmante lo vio ya en concierto hace 12 años, cuando ellos y yo éramos imberbes…

¿Y en que sección ganan por goleada estas nuevas canciones editadas por Sinnamon? En el sonido. No quiero decir que antes fuera malo, no. Pero es que ahora es sencillamente espectacular. Un autentico cuadro detallista pintado con los mismos pinceles de siempre, pero en un ambiente mucho más perfeccionista.

Iranzu, la cantante, parece haberse hecho ya con las riendas de los tonos graves que trajo “Álbum” y comienza a dejar de cantarnos para concentrarse en contarnos. Narrarnos esas historias tan emotivamente preciosas como el single La mitad de nuestras vidas, el hipotético segundo lanzamiento corto «Mi aventura espacial» o «Calles y Avenidas», el primer surco digital del nuevo CD.

Aunque el tema con voz femenina que más pelos ha erizado en esta nueva entrega ha sido Mi año natural, con esas letras hechas desde la cercanía de mi almohada o la vista de mi ventana.

Recuerdo la primera vez que escuché S.O.S, el sexto surco de Vidania. Fue hace un par de años, en el Azkena Rock de Gastéiz. ¿Menudo sitio, eh? 😀 El autor de la canción nos la cantó acapella, entre vasos de plástico y Marshalls a reventar. Ya entonces y en aquellas condiciones sonaba bien. Ahora es una dulzura beatle-rock con una lírica extrañamente dura para lo que suele ser habitual.

De nuevo en la ciudad retoma el vuelo, con esos aires Love o Belle and Sebastian (Stuart, tu llegaste después, lo siento) en el tema más Nick Drake que jamás han hecho los donostiarras.

Mikel, la voz masculina de la banda, ha ganado peso y presencia en este álbum, bordándolo en uno de sus clásicos (Ayer te ví) y rizando el rizo vocal en «Honrado ciudadano de Occidente». Suya puede ser la culpa de que el disco suene (y esto es novedad) más norteamericano que nunca, con esos aires de clasicismo independiente USA. ¿Queréis un ejemplo?: Los 3 minutos y doce segundos de idas y venidas de «El fin del mundo».

Vidania debería ser (y van…) la confirmación popular de esta deliciosa banda guipuzcoana que enterró hace tiempo los estigmas musicales de su ciudad para entregarse a hacer buenos discos. Y este, ya lo dijimos ahí arriba, es espectacular.

Publicado enCríticas de discos

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