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Año: 2018

El cántabro Rulo actúa hoy en una terraza hostelera donostiarra

Los fans del rock patrio tienen una cita ineludible esta noche en el Convent Garden donostiarra. El cantante Raúl Gutiérrez «Rulo» pisa el mirador del establecimiento de la calle Easo para ofrecer la versión acústica de sus temas más famosos gracias a la propuesta “Live The Roof”. Un ciclo veraniego de conciertos que se celebra en terrazas de trece ciudades españolas buscando crear una atmósfera íntima entre los artistas y el público. En palabras de los promotores, la idea defiende “rememorar aquel mítico concierto de los Beatles sobre una azotea. Un momento que muchos artistas del planeta han querido homenajear”.

Rulo y su banda, llamada “La Contrabanda”, han cosechado un gran éxito con la publicación del disco “El doble de tu mitad”. Un CD lanzado en el 2016 que ha llegado al número uno en las listas más relevantes. Un hecho que le ha permitido realizar innumerables conciertos a lo largo y ancho del mundo latino. Su última gira “Objetos Perdidos”, con músicos entre los que destacaba el batería tolosarra Karlos Aranzegi, ha sido un paseo triunfal que ha agotado el taquillaje en 21 localidades antes de finalizar hace unas semanas en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid.

Aparcados los grandes escenarios, las cortinas de los teatros y los focos cenitales, Rulo aligera el equipaje para subirse a los tejados y reinterpretar sus melodías más conocidas en un formato más íntimo, aprovechando la cercanía de sus seguidores para ofrecer algunas sorpresas. La cita guipuzcoana ha agotado el papel, sumándose así a la moda “rulista” de vender todos los tickets por adelantado. El ciclo “Live The Roof” se completa en nuestra capital con las actuaciones de los sevillanos Full (7 de septiembre) y el indie clásico de La Habitación Roja (22 de septiembre).

Día de la Música: conciertos a la sombra del solsticio

El Día de la Música finalizó ayer sus celebraciones en Donostia con una fiesta en el centro de la ciudad.

“¡Pero si todos los días son los Días de La Música en la capital guipuzcoana! ¿Has visto la cantidad de recitales que hay en la agenda diaria?”, decía una muchacha a nuestro lado en el festival que ayer se celebró en la donostiarra Calle Loiola. No le faltaba razón. Pero este festejo toma una fecha, la del solsticio de verano – 21 de junio-, para festejar de manera internacional los parabienes de este arte.

En San Sebastián, capital en la que hacemos que las Quincenas Musicales duren un mes, la data se ha convertido en toda una semana de festividades. Durante estos días la Escuela Municipal de Música y Danza ha sacado a sus alumnos a pasear por las distintas plazas, quioscos, casas de cultura o residencias. Otro que no ha fallado a esta cita los últimos ocho años ha sido la tienda FNAC. En colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad y la promotora Ginmusica organiza un certamen el sábado más cercano al Día de la Música (el 23 de junio este año) con grupos noveles y afamados ocupando el escenario situado en este importante ramal comercial de la ciudad.

Las actuaciones comenzaron al mediodía con las tranquilas melodías de la autora Raitx mientras el público buscaba la sombra de las cornisas. Cascaba de lo lindo cuando el bilbaíno Sabin y su banda se subieron al escenario. Tras ellos llegaron las alegres músicas de Dr. Mahas’s Miracle Tonic. Un combo que animó el “vermuteo” con sonidos repletos de swing. Músicas de “perreo viejuno”, como afirmó el cantante de la formación.

Las ediciones diurnas de estos eventos potencian el picoteo sonoro. Por la zona se pudo ver a algunos acólitos que habían ido a escuchar a su ídolo, a gente que venía o iba a la playa atendiendo durante una o dos canciones y a niños que corrían por la zona como si aquello fuera la planta baja de Tabakalera. Hasta observamos un par de despedidas de soltero atendiendo a los acordes.

El turno de tarde arrancó con el accidentando último concierto de la banda Nothing Box. A continuación la gente de Nerabe desplegó todo su arsenal de energía juvenil. Que fuera sábado e hiciera buen tiempo después de tantas lluvias no pareció ayudar a que el espacio alcanzara su tope. Aunque los promotores estaban contentos. “Seguro que superamos los 5000 asistentes de la edición del año pasado, la más exitosa hasta la hoy”, comentaba Nerea Kortabitarte, la responsable de comunicación de la FNAC.

Con la soberbia actuación de Travellin´ Brothers el espacio comenzó a llenarse. El fantástico “Rhythm and Blues” de los vizcaínos, con más de un millar de bolos a sus espaldas, contó con el apoyo del teclista Mikel Azpiroz. El cartel se cerraba con Rural Zombies y su música “indie” oscura y enérgica.

El concierto de Stephen´s Shore cambia de ubicación

La actuación de los suecos Stephen´s Shore y los navarros Nuevos Hobbies, prevista para esta noche en la sala Dabadaba de Donostia, finalmente tendrá lugar en la fábrica de cerveza Gross Brewery situada en la Calle Pilotegi número 8. La cita dará comienzo a las 19,30 horas y la entrada es gratuita

La banda escandinava, que toma su nombre del famoso fotógrafo norteamericano, viene por primera vez de gira a la península con todos los deberes hechos. Su visita, que también pisará Zaragoza y Madrid, nos permitirá disfrutar de la formación al completo: 5 músicos con tres guitarras, alguna de ellas de 12 cuerdas los cual le dará un brillo especial a las composiciones.

Han vendido la primera tirada de su debút “September Love”, grabado en un granero y editado por la empresa madrileña Meritorio Records. La discográfica anuncia que dispondrá de una reedición en CD de esa primera perla de pop tranquilo y preciosista en los conciertos de esta gira. Su música se ha comparado acertadamente con el brillo añejo de The Byrds o la sencilla felicidad de Real Estate, ampliando con sus creaciones la buena fama que Estocolmo tiene en el mundo del pop independiente.

La agrupación Nuevos Hobbies hará las veces de telonero. El cuarteto de Pamplona, que grabó en la empresa donostiarra Muir Estudios este segundo álbum que ahora presenta, cuida las melodías con mucho mimo. Les han emparentado musicalmente con Los Brincos, The Smiths y Luna, mientras en sus letras flota el desamor entre otras tonadas de divertido costumbrismo.

Melenas, Sierra: vigores pop

Intérpretes: Melenas, Sierra. Lugar: Sala Dabadaba (Donostia). Día: 15 de junio. Asistencia: unas 150 personas.

A lo tonto, a lo tonto, se quedó un magnífico plan la noche del dichoso partido de España en el Mundial de fútbol. Ese campeonato que a veces parece un programa de cotilleo dado que no interesa a nadie pero tiene unas audiencias de aúpa. Son malas fechas para cuestiones culturales, queridos. Salvo que en tu programa de eventos tengas dos ases. Melenas y Sierra, los grupos programados el viernes pasado en el Dabababa, lo fueron.

Abrieron fuego las chicas de Melenas. La banda de Iruña confirmó la magnífica mejoría en sus interpretaciones. Siguen defendiendo la sencillez de formaciones como The Shop Assistants o Marine Girls – la canción más bella del set fue la vaporosa “Una voz”-. Y en conjunto, exceptuando algunos punteos, sonaron muy impactantes. Con un muro de sonido bien bonito, lleno de reverberación, melodías, pegada y teclados. Estos últimos destacaban en esas tonadas garajeras (“Alfajarin”) que les acercaban a The Cramps.

Tras ellas llegaron Hugo Sierra y el resto de los miembros del grupo que lleva su apellido. Una formación que suda y hace sudar sus amores por bandas como La Mode y The Cure. Con estas referencias no piensen en temas lánguidos y oscuros. Las composiciones de Sierra suena añejas, cierto, y la voz a veces se arrastra hasta casi caer desde el tono correcto. Pero la ejecución de las mismas es directa, brillante, fiera y tremendamente pop.

Sierra construye canciones pequeñas que te alegran y agitan la noche casi sin querer. En la categoría más elevada de este podio de aciertos colocaremos las obras “Hacerlo fuerte” y “Tiene mucha fuerza”. El pedestal bien podría cerrarse con “Me destrozaré” o “No eres increíble”, ejemplos de sus gustos por The Pains Of Being Pure At Heart y otros combos de marcado carácter “indie” con querencia por los sintetizadores. Unas y otros mejoraron sus discos en conciertos llenos de vigor y empuje, haciendo nuestra elección acertada frente a penaltis, pifias de portero y resto de brazos manchados sobre un césped.

Melenas: “Juntarse alrededor de un bar ayuda a la hora de montar grupos de música”

Iruña bulle en lo musical. La irrupción más relevante en su mundo indie se llama Melenas, y son cuatro chicas que presentan su debut homónimo mañana en la sala donostiarra Dabadaba. Hablamos con ellas sobre el “Sonido Pamplona”, sus conexiones guipuzcoanas, los conciertos en Norteamericana y lo bien que está funcionando este primer disco.

Lo del “sold out” no les es extraño. Basta entrar en su bandcamp para ver que esa pegatina está colocada en casi todos los elementos a la venta. “Seguimos flipando con la recepción. ¡Vendemos copias en Estados Unidos y Australia!”. Su LP ha sido definido como “directo” o “ensoñador”, y está repleto de canciones que defienden la belleza de la simplicidad. “Son temas en los que priman las melodías. Con arreglos que les imprimen un carácter especial. Sin fijarnos ningún rumbo en lo estilístico“.

Lo que si tiene una dirección bien marcada es su salto hacia escenarios cada vez más grandes. Una gira de verano con 16 fechas que, tras arrancar este fin de semana en nuestra capital, conjugará espacios especializados con gran renombre (Festival Indietracks – Gran Bretaña-) con algunos de los festivales más populares de la península (FIB, LOW, BBK Live). No les pidan elegir uno. Saben guardarse los secretos. ”¿Nuestro favorito de todos ellos? Todavía no se puede anunciar. Os lo contaremos cuando acabe el verano”.

Quien más quien menos habría dicho que su evento predilecto es el SWSX, mastodóntico certamen que toma las calles y tiendas de Austin (EEUU). Melenas actuaron en su última edición hasta la fecha. ”Tuvimos muy buena acogida. Para nosotras fue una oportunidad para tocar mucho, ganar agilidad en el escenario, conocer a gente y hacer contactos”.

La amistad también está presente en la eclosión de las nuevas bandas de su ciudad natal. Un renacimiento que envejece el documental “Sonido Pamplona” (2015). Aquel retrato sobre bares y formaciones navarras tiene que apuntar a las propias Melenas, Exnovios o Rio Arga en su hipotético remake. “No está mal que ese tipo de pelis y esas etiquetas se hagan “viejitas”. Eso significa que las escenas están vivas”. El nuevo centro de operaciones se sitúa en el Bar Nebula. “Juntarse alrededor de un garito ayuda a la hora de montar grupos de música. En los bares es donde pasan las cosas, y esto ocurre especialmente en el Nébula. Su actividad ha sido un revulsivo para que otros establecimientos como el Cavas o el Txintxarri se impliquen más en la programación de eventos”.

Un amor que se extiende hasta el escenario que pisarán mañana. No es casual que la rama discográfica del Dabadaba, Elsa Records, sea una de las tres empresas que ha editado el primer disco del cuarteto. “Nosotras hemos ido mil veces. El “Daba” ya es nuestra casa donostiarra. Y siempre sentimos una ilusión especial al tocar allí“.

Olatz Salvador: el bello fogonazo

Intérpretes: Maddi, Olatz Salvador con banda. Día: 2 de mayo. Lugar: Casa de Cultura Intxaurrondo. Asistencia: lleno, unas 180 personas.

La vida son chispazos. Instantes que se destacan de otros similares para acabar fijándose en nuestra corteza. Aplicado al arte ejecutante, pueden ser esos momentos que se alejan de lo habitual y nos abren una carpeta especial en el cerebro.

La noche del pasado sábado hubo varios de esos centelleos en los conciertos que ofrecieron Maddi y Olatz Salvador. La primera de las nombradas hizo las veces de telonera, entre suaves rasgados de guitarra y un vozarrón que la coloca en algún lugar entre Neighbor, Anari y Zea Mays.

La cantautora de Ataun iba “cantautoreando” elegante y sencilla cuando dejó la acústica para interpretar una tonada con el bajo. Y en esa canción surgió el chispazo que, sin desmerecer lo escuchado hasta ese momento, nos inyectó las ganas de verla a banda completa.

El “momento” de Olatz Salvador duró prácticamente toda la segunda mitad de su set. La primera parte de la presentación de su debut “Zintzilik”, trabajada y atractiva, tuvo el lastre del guitarrista tocando para el cuello de su camisa.

La joven autora donostiarra, en una velada que fue de menos a más, echó mano de versiones ajenas para regalar a sus seguidoras – mayoría femenina en los asientos desplegados para la ocasión en Intxaurrondo- un concierto de setenta minutos. Y a mitad de paseo surgió el destello que distinguió su actuación.

Ya habíamos alucinado con la forma de cantar, potente y bien bailada. O con sus coros, entonados colocando el micro a la altura del ombligo. Pero desde la aparición de la bailarina Elene Carreto en “Sustraiak” todo fue más distinguido.

El momento “rap” y el fondo digital de algunos pasajes, la colaboración de su padre y su tío (Eduardo e Iñaki Salvador) en la adaptación del clásico “Kulunka”, el divertido despiste de que los fans le cantaran una estrofa que Olatz había olvidado, la dulzura demostrada en la versión ligera de “Korapilatzen”. O el cierre con mecheros – y móviles- encendidos para acompañar el tema “Zintzilik”. No habrá muchas ocasiones de ver a Olatz Salvador presentando el disco, así que aprovechen cualquiera de las citas restantes. Seguro que se topan con fogonazos bien gozosos.

Audience: elegancia fronteriza

Intérpretes: Audience. Lugar: Sala Kutxa Kultur Kluba (Donostia). Día: 25 de mayo. Asistencia: Unas 100 personas.

Lo mejor de los chicos de Audience es que siempre han hecho lo que ha querido. En sus casi veinte años de carrera se pueden encontrar discos de rock pantanoso, bandas sonoras instrumentales y, como es el caso de su último CD titulado “Isla”, grabaciones en Cuba en las que se dejan empapar ligeramente por los sonidos de la región. La etiqueta habitual que se le da a sus canciones es la de “americana”, estilo country-rockero que caracteriza algunos guitarrazos de la Norteamérica más tradicional. Pero hay mucha más enjundia en este quinteto vizcaíno, como quedó demostrado en el atractivo concierto que dieron en Donostia.

Audience es Gaizka Isuntza desgañitándose en cada estrofa e incitando al resto a brincar sobre los ritmos entrecortados de las guitarras, es Ager Isuntza homenajeando a Lou Reed y el resto de socios de aquella Nueva York tan sucia y atractiva, es Ruben Galatea relevando a Hannot Mintegia con elegancia y suavidad.

El grupo mezcla el euskera y el inglés en sus creaciones, viajando desde los mundos de la Jon Spencer Blues Explosion o Tom Waits hasta los sones cubanos con una fluidez pasmosa. En este punto latino destacó la colaboración de la cantante vasco-cubana Dana Moya. Una voz que se apropió del escenario con su contagioso modular hasta cuando llegó la hora de homenajear a Chavela Vargas. En total fueron ochenta minutos, bis incluido, de pasajes fronterizos donde nada era puro y todo fue tan vital como gozoso.

Manolo García: comunión pop

Intérpretes: Manolo García y banda. Lugar: Auditorio Kursaal (Donostia). Asistencia: Lleno, unas 1800 personas. Día: 17 de mayo.

Los números no engañan: todas las entradas vendidas hace semanas, más de dos horas y media de concierto, 28 canciones interpretadas y cientos de metros recorridos por el escenario y los pasillos. Manolo García mantiene el tirón entre las y los “Manoliebers”. Adultos que no pararon de brincar en la butaca y jalearle, darle la mano o corear sus estribillos.

La comunión mística de fervor popero arrancó (“El frío de la noche”) y acabó (“Pajaros de barro”) con la banda tocando a pie de escenario en formato acústico. Entre ambas se desplegó el universo García: charló defendiendo el alma y la libertad, se cambió tres veces de camisa – pasando del look “betigazte” inicial a un estilo más adecuado para sus bien llevados 63 años-, se sentó inquieto en los dos sillones situados en el tablado, corrió hasta la platea superior y apenas se bañó en la nostalgia de El Último de La Fila, lo cual es de agradecer.

Su fórmula actual se basa en aquella, claro está. Manolo García no es un rupturista, y en comanda con su director musical han montado un estilo bastante férreo que, basándose en el pop, picotea de otros nidos vecinos. Ofreciendo al autor la opción de silabear brincando y entonar aflamencado. “Con los hombres azules” podía ser el mejor ejemplo de este estilo. Una canción calmada, de toques turcos, que viró hacia la contundencia en los puentes. La única pena fue que durante algunos tramos de la noche la voz principal no fuera del todo nítida.

Más allá de la comprobada efectividad de la fórmula y las favoritas de uno y otro espectador se agradeció el fantástico trabajo del ingeniero de luces, la presencia del violín (“Fragua de los cuatro vientos”), el tino de algunas baladas (“En tu voz”, “Quiero esa pasión”) y la confirmación de que a Manolo le mola el rock de barrio, como bien se pudo ver en los detalles de “Ardió mi memoria” y “Si te vienes conmigo”.