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Mes: junio 2015

Hindas: “Tocar con los Black Lips fue una verdadera pasada”

Poco importa que antes se llamaran Deers y que por una demanda de una formación canadiense ahora deban llamarse Hinds. “Mola el nombre. Además, Hinds en inglés es literalmente ciervas. Así que genial”, nos cuentan las madrileñas por mail en una de sus breves paradas en casa. “¡Sí, de nuevo en Madrid! ¡Increíble pero cierto! Llegamos anoche después de no sé cuántos días fuera de casa”. Una de sus últimas actuaciones se celebró esta semana en Londres, donde enamoraron al mismísimo Bobby Gillespie. El cantante de Primal Scream las definiría en su Facebook al día siguiente como “un genial cruce entre The Pastels y Mink de Wille”. “Estábamos en el backstage antes del concierto y de pronto entró nuestro manager con una sonrisa de oreja a oreja diciendo «chicas, alguien quiere saludaros» y apareció Bobby detrás de él. El infarto fue generalizado. Es un tío encantador”.

En Inglaterra les miman bien. El New Musical Express les hace un seguimiento digno de una banda de Manchester, y The Guardian les ha lanzado flores en varias ocasiones. Y eso que el concierto mencionado no fue su cita más memorable, la que mejor poso les dejó. “Tocar con los Black Lips en el Scala de la capital británica el pasado octubre fue una verdadera pasada. Cuanto más tipos de perfiles en el mundo de la música conocemos, más apreciamos lo genial que nos trató todo el mundo aquella noche”.

No son los únicos anglohablantes que les tienen ganas. En breve viajan a Oceanía y Estados Unidos. “No te puedes imaginar las ganas que tenemos. Primero tocamos un único concierto loco en Bangkok y luego bajamos a la minigira en Australia”. En febrero tocará recorrer la Ruta 66. Aprovechando que tocan en el famoso festival SWSX, las cuatro muchachas estiran su estancia con visitas a San Diego, Los Ángeles y Nueva York. Y en abril, a grabar el nuevo disco en Cádiz. Aprovechen esta visita al Lurrazpiko Fest. Mucho se tienen que torcer las cosas para que su siguiente concierto en nuestra tierra no sea en un espacio más grande y/o más caro. Antes de despedirnos le pedimos que destaquen un grupo de los presentes en el variado cartel donostiarra. “El último vecino”, responden, cómo no, entre admiraciones. Las que ellas generan a su paso. Porque es una alegría encontrarse bandas jóvenes tan frescas en nuestro panorama.

La Bien Querida: «Camino tratando de no caer en la ñoñería popi ni en la horterada mainstream»

El dúo acerca a Donostia su vertiente más acústica con la excusa de la presentación de su nuevo CD

Nos pasaríamos horas, minutos, segundos intentando llegar al origen de las letras de La Bien Querida. A esa eterna canción de amor que siempre habla de lo mismo y siempre es distinta y atractiva. En este páramo de de tonos radiados hasta la saciedad y aparentemente escritos en el momento en que deben ser escuchados (de parranda en un chiringuito con sangría saliendo por nuestras orejas) siempre es un placer adentrarse en las líricas de la bilbaína Ana Fernández-Villaverde (de las músicas se suele encargar más David “Beef” Rodríguez, su pareja en la vida real y el padre de la hija en común).

“Camino en la cuerda floja, tratando de no caer en la ñoñería popi ni en la horterada mainstream. Buscando emocionar de forma sencilla, que es como yo escribo”, nos cuenta Ana. “Me pongo en los momentos bestias y explosivos de la relación. Escribo sobre los momentos de mucho amor, de mucha rabia, de mucho asco, de muchos celos, de mucha pasión… Al contrario de Edward Hopper, que pintaba escenas en calma porque describían justo el momento de antes o el de después de que pasaran cosas, yo trato de contar esas cosas que pasan cuando no estamos en calma”.

Y encima la dama ahora expande su universo, componiendo para otros artistas. Esta misma semana se ha publicado “Nochecita Sanjuanera”, una maravillosa composición a medio camino entre La Buena Vida y la propia Bien Querida con letra de nuestra entrevistada. “Me encanta escribir para otros artistas. Es muy emocionante oírselas cantar y sobre todo si cantan tan bien como Soleá”.

El último lanzamiento del dúo bienquerido ha venido con pirueta. Porque lo que ahora se vende en CD bajo el título de “Premeditación, nocturnidad y alevosía” es en realidad la suma de tres EPs editados en vinilo y ya descatalogados. Un tamaño ideal para ir probando cosas y dar un concepto a cada publicación. “Nosotros teníamos claro el camino. Hicimos los tres vídeos de los singles encadenados entre sí, las portadas eran coleccionables…”. El reunirlas todas después en un solo envase también tiene otras ventajas. “Para poder girar tienes que tener un disco. Si no lo publicas físicamente los promotores, festivales y revistas en este país no te hacen ni puto caso. En otros países es otro cantar pero en este estamos un poquito atrasados”.

Vamos al meollo de “Premeditación, Nocturnidad y Alevosía”. Un trabajo que arranca sombrío (“Nos encantan los grupos siniestros y tecno pop de los 80. Vamos reciclando y al mismo tiempo tratando de aportar cosas nuevas”), cuenta con un segundo paso nocturno que aborda terrenos novedosos para los seguidores de la banda (“Aunque no lo parezca no somos de trasnochar, nos gusta disfrutar de la luz del día. Y ahora con una hija menos aún”) y un final espectacular, con reminiscencias de los Punsetes y los grandes escritores en castellano. “El tema ‘Música contemporánea’ está claramente influenciada por Franco Battiato. Y ‘Muero de amor’ es una canción a lo Manuel Alejandro luego vestida por David con aires modernos, algo del estilo de OMD o Depeche Mode”.

En Donostia lo presentan en formato acústico. Le tanteamos a Ana sobre la cuestión. No parece sencillo dejar estas fiestas digitales en paseos por las seis cuerdas de una guitarra española. “Bueno, yo sigo componiendo con la acústica. Pero lo de la sala Kontadores será una especie de repaso a nuestra discografía, no una presentación oficial del nuevo disco. Una evento tranquilo e íntimo. En un formato más de tarde, por así decirlo. Tocando cosas que en electrónico no tocamos y viceversa. A los fans del grupo les gusta mucho este enfoque ya que pueden escuchar bien las letras y las melodías”. Aprovechamos para preguntarle sobre la escena vasca. “Mis padres siguen viviendo allí así que voy bastante. Acabo de colaborar con Javi (Tigres Leones) que es de Algorta pero vive en Madrid como yo. Y me gustan mucho Tom Boyle, Lisabo y la pareja Chico y Chica”.

Cerramos el texto destacando al telonero de hoy. El irlandés afincado en Donostia Luke Armstrong acaba de publicar su primer álbum “Back And Forth”. Un paseo campestre por el folk inglés de los años 70 que cuenta con una ejecución simplemente alucinante. Ver tocar a este pelirrojo con esa cejilla tan especial sus calmadas composiciones es un gozo para los sentidos.

Juan Wauters: Who Me?


Pop
3 estrellas

Descansa tranquilo, Jonathan Richman. Tu trono neoyorkino ya tiene sucesor. Juan Wauters sigue en su camino de cantar en castellano (e inglés) canciones enormes en su pequeñez, grabadas con poca instrumentación y plenas de felicidad. Lo puedes llamar folk “lo-fi” o pop casero que eclosiona en directo – como pudimos ver hace un tiempo en el Bukowski donostiarra-. Pero cada escucha te tatúa una sonrisa en la cara. Y eso es lo máximo.

Los Bracco: Bendita locura

Son viejos conocidos. Andan por la treintena y en el CV de los miembros de este quinteto ya hay nombres pateados (The Inductions, Rouge, Charly & Pavlyuchenko). Pero su aparición como Los Bracco en la escena local ha sido un soplo de aire fresco, uniendo a cabreados y sensibles alrededor de su tarima y reventando todo garito que pisen. Su pop británico, estilo que en directo se ensucia hasta niveles de festividad tabernaria, cuenta con un EP de estreno titulado ‘Bendita esquizofrenia’. “La educación jesuítica hizo estragos en nuestras perturbadas y enfermizas mentes’, nos cuenta el cantante Pablo Fernández, un ‘frontman’ más que resultón. ‘La locura a la que nos referimos es la nuestra y también la de esta ciudad, demencia que nos salva de caer en el aburrimiento y la apatía’. Nosotros nos unimos a la reivindicación y titulamos el artículo como la biografía del “Beach Boy” Brian Wilson.

La primera sorpresa del disco viene precisamente del lado corista. Los Bracco (“un guiño al personaje de Lorraine Bracco en ‘Goodfellas’. Y su sonoridad recuerda a grupos como Los Brincos o Los Bravos”) se visten de escolanía en algunos temas. Sobre el escenario también las agasajan, pero suelen pillar tonos pub-rock más cercanos a Rory Gallagher que a los Gallagher de Oasis. “Cualquier tío que se apellide Gallagher cuenta con nuestro respeto. Mas nos chiflan The Stone Roses, algo que se tiene que ver reflejado en las canciones”. Bingo. Hay extractos del tema ‘Traficantes’ que parecen sacados del ‘Second Coming’ de los de Manchester. Sin olvidar el toque más folk y beatle de ‘Te buscaré’, “una melodía muy marcada por dos canciones de Lennon: ‘Tomorrow Never Knows’ y ‘Rain’”.

A todos los aciertos sumen el de las letras, pegadizas “y ambiguas. Son frescas porque pensamos que si no has conseguido hacer una canción en cinco minutos puede que no merezca mucho la pena”. El disco se puede comprar en bandcamp y en el stand de los conciertos. Este fin de semana tienen cita doble en Donostia para poder adquirirlo físicamente. Los Bracco están mañana en la atractiva celebración de El Día de la Música y más tarde presentando este primer disco en el Bukowski (¿dónde sino?). “El concierto de la mañana será en versión acústica y ‘para todos los públicos’ a las once en la FNAC. El de la noche tendrá un toque más golfo y eléctrico”.

Twerps: Range Anxiety

Pop
2 estrellas

Al abrigo (vintage) del “normcore” brota la nueva hornada de grupos que practican un pop muy sencillo al que no le importa la edad de sus miembros. Los “aussies” Twerps aciertan cuanto más destartalados (y emocionantes) se ponen. Los temas mejoran cuando canta ella y el pop de Sarah Records los acerca a las capillas y cursillos de guitarra. En la otra vertiente, más floja, la banda se arrima a los Pastels, K Records o The Go Betweens.

Ash: Kablammo!

Pop 3 estrellas

Como en ese pelotazo titulado “cocoon” que abre el disco, los miembros de Ash vuelven con un CD repleto de energías juveniles tras 8 años de inactividad (si exceptuamos la maravillosa bizarría de “The A-Z Series”). Los de Tim Wheelan siguen elaborando “radio-friendly tunes“ que dicen los ingleses y que aquí traduciríamos como “grupo de festival veraniego”. Pop rápido, rock algo afilado, baladas con cuerdas y muchas melodías coreables.

Lo nunca visto

No se asusten con el titular, “melendiebers”. Este no va a ser un texto de pegarle al muñeco. Sobre todo cuando el del viernes fue un concierto correcto para unos y maravilloso para otros. No, el encabezamiento en letras grandes no va sobre el acto. Va sobre ustedes. Pero cada cosa a su tiempo.

El ovetense llegaba al ruedo capitalino, ese espacio con más nombres que un aeropuerto madrileño, para presentar su nuevo disco “Un alumno más”. Con un montaje que no desentonaba en el lugar. Luces y escenografía que al fin huyeron de los encajonados auditorios para mostrarse en todo su esplendor y embellecer aún más la figura central. Ese muchacho de barrio, pícaro y canalla pero no mala persona. Con un pasado notorio en los derrapes y un presente acicalado por los tubos catódicos, que además de engordar te hacen más mono.

Warm Soda: Symbolic Dreams

Pop
4 estrellas

Menuda gozada de disco. Fresco y directo. Sin comerse mucho la cabeza – todas las baterías parecen patrones de serie-. Grabado con la suciedad de los años 70, la jovialidad del glam, el chicle del mejor pop y repleto de intachables estribillos, como en los mejores The Strokes. Warm Soda hacen que cualquier día de la semana tenga la alegría vital de las vísperas de festivo. Lo demostrarán el próximo lunes en el Dabadaba donostiarra.