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Año: 2008

Discípulos de Dionisos : Sucio y rápido

El cuarteto donostiarra presenta su cuarto disco, un trabajo de porno explícito y acelerado con refrescantes novedades.

“Grupos como nosotros sólo hay uno, y cuando desaparezcamos no habrá ninguno”. Ese es el eslogan de los Discípulos de Dionisos.

Una frase cierta e irreprochable que define a la banda que menos sutilezas expresa en sus temas. “Los enigmas de la conducta humana”, su nuevo CD tras tres años de secano grabador, no hace sino ahondar en la idea de que si un vídeo de los guipuzcoanos se colara en la televisión no ibamos a entender dos frases seguidas, dado que iba a haber más pitidos censuradores que en un clip de hip hop gansta norteamericano.

Juan Jolmes.G (guitarra y voz), Berto Siffredi (guitarra), Spartakus (bajo) y Ion Stagliano (batería) confirman que sus temas de cabecera no han variado con el paso de los años. Lo suyo es el sexo, elaborado desde un punto de vista masculino que no machista y cuanto más clarito mejor.

Así ha sido desde el aclaratorio debut ’Adictos al porno guarro’. Los posteriores ‘Con pelos en la lengua’ y ’Como una droga’ no hacían sino ahondar en la vida de excesos líricos de posturitas carnales y libertinajes nocturnos. “No hemos evolucionado una mierda, eso no va con nosotros. Pasamos de etapas oscuras y experimentales. Eso es para perdedores“.

Like Honey: «Leaves»

Like Honey
«Leaves»
[Hybris]

¿Recuerdas la inmediatez de Echobelly?¿Y la suavidad de Club 8? Estos suecos siguen por la senda de la sencillez del pop, tomando su nombre de los Jesus and Mary Chain (a los que nombran en «Old boy») y ofreciendo pasajes indies clásicos y ensoñadores para ñoños recalcitrantes, celestiales o guitarreros, que tan sólo se quieren dejar llevar sin modas ni gurús. Bonito primer paso.

Emily Jane White, Antonia Font: Alegrías y penas

Intérpretes: Emily Jane White (guitarra, teclados, voz), Carey Lamprecht (violín). Por parte de Antonia Font tocaron Joan Miquel Oliver (guitarra), Pau Debon (voz), Pere Manel Debon (batería), Joan Roca (bajo), Jaume Manresa (teclados). Día: 14 Noviembre 2008. Lugar: Teatro Victoria Eugenia. Asistencia: unas 300 personas.

Curiosa, y atractiva por motivos bien diferentes, la velada doble del pasado viernes en el Victoria Eugenia. Por una parte la emoción intimista de la norteamericana Emily Jane White y por otra la siempre sorprendente actuación de los mallorquines Antonia Font. Contrastes de emociones que se saldaron con dos buenas y aplaudidas actuaciones.

White, blanquecina y con pintas de estudiante aplicada, se presentó en el escenario en compañía de una violinista. Solas se bastaron y se sobraron para hacernos gozar mientras nos revolcábamos en el barro de la melancolía, la tristeza otoñal y la emoción, tomando forma en el asiento que nuestras nalgas han dejado sobre la moqueta de tanto mirar la lluvia desde nuestra ventana.

Emily hacía lo mismo que nosotros, ponerse discos tristones para disfrutar de esos momentos taciturnos, hasta que se puso a cantar. Y le salió una voz folk muy sentida, árida y cercana, a lo Cat Power o Joan As Police Woman, acompañada de arpegios de guitarra y largas estructuras que al piano sonaban casi a Anthony & The Johnsons. Eso sí, alegrías las justas. Parece que entre bambalinas se repartieron las euforias y el lado optimista y contagioso cayó del lado de sus compañeros Antonia Font.

Los mallorquines llevan una buena tacada de discos asomando el hocico desde los mundos alternativos a empresas de mayor calado, buscando romper las barreras de su zona idiomática. En ocasiones lo consiguen (su “coser i cantar”, fue el mejor álbum de pop de los Premios de la Academia de la Música 2008). Y mira que su mundo melódico es particular, como bien quedó demostrado en su cita donostiarra.

Una noche que consiguió reunir a un numeroso número de catalanoparlantes en las butacas. Afortunados ellos, que pueden gozar en plenitud de los retrueques líricos que la banda formula en sus canciones: Textos irónicos y traviesos, tan ingenuos como surrealistas, casi sicodélicos, isleños en su inspiración.

La música corre igual de libre, aunque los matices del disco sean más gozosos y locuelos aún. Tonos que transitan por el desvarío controlado, parando sobre todo en la melodía pop (preciosa “Armando Rampas” y la otra media docena de dulzuras) y dejándose complementar con mil y un ropajes diversos.

Puede tirar hacía Brasil, hacerse rapera en los cantares, intuir aires de vieja boite decadente, ser juguetona hasta convertirse en B.S.O. de un jardín de infancia, dejarse acompañar por el sonido de dos ositos de juguete, o empezar melosa para acabar como un hit de Rage Against The Machine.

Con una personalidad tan marcada como alejada de la cerrazón estilística, los chicos de Joan Miquel Oliver demostraron que el suyo es un soplo de aire fresco en nuestra monotona discografía diaria.

Belle and Sebastian: «BBC Sessions»

Belle and Sebastian: «BBC Sessions»
[BBC Radio]

Las viejas canciones, ahora grabadas para la BBC, de esta banda escocesa siguen siendo preciosas, y más desnudas y emocionantes aún si cabe en este lanzamiento de la radio británica.

Con cuatro temas inéditos y un CD con concierto live, los maliciosos pensarán que cualquier tiempo pasado fue mejor y los acérrimos que este es un buen entretenimiento antes del próximo álbum oficial.

Enrique Bunbury: El hombre delgado no flaquea

En lucha contra crisis económicas y agendas repletas de actos interesantes, Enrique Bunbury estuvo a puntito de llenar el Velódromo en la presentación de su último trabajo Hellville de Luxe.

Con el escenario dispuesto a lo ancho y no a lo largo de la cuerda, en lo que vendría a ser un par de kursaales de asistencia, el maño encandiló a los presentes con un gran concierto en el que, como era de esperar, todos los focos le iluminaron a él.

Expresivo hasta el disloque casi raphaeliano, descarnado y torciendo su cuerpo hasta elaborar tumbadas dignas del motero Jorge Lorenzo, con pases toreros, puñetazos al aire, paseos sobre el escenario, saludos al sol y poses a lo Jagger, Bunbury sigue tan gesticulante y teatrero como siempre. Lo cual no tiene porque ser malo. La suya es una de las mejores estampas sobre un tablado nacional, con una voz juguetona, grave y personal en plena forma.

Aunque a la gira actual, al menos en la capital guipuzcoana, hay que ponerle un pero y un aplauso muy grande. La crítica se dirige al excesivo volumen ofertado y lo agudo de muchos punteos de guitarra, cercanos a alguna técnica de tortura defenestrada años ha. La felicitación, inmensa, al diseñador del escenario y las luces.

Pocas veces se verá un trabajo, empezando por la especie de cama redonda roja que lo centraba, en el que los numerosos complementos visuales se adapten de manera tan bella y concisa a lo cantado, sin cegadores fogonazos gratuitos.

Alice Russell: Fiesta soul

Interpretes: Groove Trotters, Alice Russell. Lugar: Sala Gazteszena (Donostia). Día: 31 Octubre 2008. Asistencia: unas 300 personas

Hay que tener valor y ganas (y un perfecto impermeable) para salir de casa con la cortina de agua que estaba cayendo el pasado viernes. Menos mal que las ofertas musicales hacen mover de los sofás hogareños a los ciudadanos donostiarras, pamplonicas y vitorianos, que de esos también hubo muchos en la cita guipuzcoana de la británica Alice Russell.

Como acto previo y posterior se pudo disfrutar de la sesión a los tocadiscos de los pinchadiscos Groove Trotters, agrupación que recolectó lo mejor de la casa donostiarra (Javi Pez, David Navascues, Mikel Afromage) y navarrica (Budin). Los amantes del surco musical se encargaron de elevar el tono al comienzo, con una sesión en la que abundó el chocolate oscuro y el calor soul.

Un calor que en manos de la británica Russell alcanzó cotas más que animosas. Con una populosa banda de impoluto blanco en la tez y en los ropajes en la que destacaba el enorme compañero de voces, la chica de Suffolk abandonó las elegancias pomposas que este tipo de músicas suele traer consigo y se enfrentó de manera directa y efusiva a los temas, con una voz recia y enérgica que potenciaba su lado comunicador.

No es una diva, ni es una reinona. No se esconde en la benigna falta de rabia que maneja Duffy. Ni llega a extenuarte emocionalmente como lo haría Amy Winehouse. La antigua colaboradora de Will Holland y la Quantic Soul Orquestra es una currela que interpreta la música de manera muy festiva. Casi diríamos, quitándole todo poso negativo y cutre al término, que aquello parecía una verbena por las ganas de hacer bailar a la gente y de contagiar la alegría de su música.

Unos sonidos clásicos, de gran arraigo en las islas que exportaron al mundo el acid-jazz, con el pasado bien asentado en el northern soul. Etiquetas o estilos que, como afirmamos al comienzo del texto, tiene en las provincias limítrofes a la nuestra un generoso número de seguidores.

La banda supo picar y mezclar todos estos elementos y algunas cosas más blues, gospel, funkies y calmadas, ofertando una actuación que conectó con las ganas de jolgorio de los asistentes. Gentes que sonrieron sorprendidas cuando los intérpretes atacaron una versión libertina del “Seven Nation Army” de los White Stripes.

Quienes tuvieron ganas de seguir con la diversión se quedaron a la segunda sesión de los Groove Trooters, quienes ahondaron en las píldoras añejas y negroides ofrecidas al principio de la noche con la calidez y la pureza que les caracteriza en sus actos en solitario. El resto abandonó el lugar con los músculos bien estirados de tanto meneo y la sensación de que abandonar el calor del hogar para asistir a la fiesta melódica de Gazteszena había sido una gran idea.

Euros Childs: «Cheer gone»

Euros Childs
«Cheer gone»
[Wichita Rec]

¿Cómo sería el country en manos de un galés antes sicodélico? Euros Child tiene la respuesta: reflexivo, tranquilito y mezclando clasicismos del pop y lo campestre.

Con grandes aciertos («My love is gone», «autumm leaves», «Summer Days») y algunos pasajes calmados y sencillos («Medicine head»), el antiguo cantante de Gorkys Zygotic Mynci elabora un trabajo de gran disfrute otoñal.

Husmee Studio Graphique! : Premio a la inquietud guipuzcoana

La publicación gratuita donostiarra Husmee ha obtenido el reconocimiento de los especialistas del diseño, ya que sus autores se han hecho con un accesit en la cuarta edición de los Premios Anuaria.

Los Anuaria, considerados los Goya del diseño gráfico, se han fallado en el marco de la feria Viscom-Sign España, que acaba de tener lugar en Madrid. Estos galardones recogen las iniciativas de los diseñadores, desde grandes agencias a pequeños estudios, en un certamen que reconoce los mejores trabajos de la industria de la comunicación visual.

El concurso cuenta con 19 apartados en los que premian el mejor anuncio en prensa, el mejor cartel o la mejor publicación periódica. A esta última categoría se presentaron los integrantes de Husmee Studio Graphique! con su publicación gratuita Husmee.

El estudio gráfico con sede en Donostia está gestionado por el donostiarra Alain Villastrigo y el venezolano Ernesto Arnáez. No consiguieron levantar la estatuilla vencedora, pero el accesit fue toda una sorpresa para los socios de esta empresa creada en 2007 y especializada en temas de identidad corporativa, el trabajo editorial, la creación web y el mundo audiovisual. «Para un estudio joven es una suerte poder estar dentro de unos premios en los que el jurado está compuesto por muchas de las asociaciones de diseñadores del país. Además, es un honor para un proyecto humilde y de escasa tirada como nuestra revista».